jueves, 18 de noviembre de 2010

Tres recomendaciones literarias para un sábado de noviembre

 "Hacía un frío helador. En la tienda más suntuosa del campamento, el emperador se sintió indispuesto. La cagantina le obligó a levantarse una docena de veces en medio de la noche. Con el orinal junto al catre, descompuesto y tiritando bajo la manta, decidió posponer el ataque hasta el mediodía. Aquella decisión inició el lento declive del Imperio."
(Microrrelato de Fernando Palazuelos)

Hay una editorial que no sé si muchos de ustedes conocerán, pero que deberían conocer. No ya por la calidad de sus libros, sino por lo que hay tras ellos, ya que es una editorial que da oportunidades a todos aquellos autores nóveles que difícilmente se harían un hueco en el saturado mercado literario (así que si alguno de ustedes, queridos lectores, tiene algún manuscrito y no sabe dónde enviarlo, ya saben...) y que valoran más "qué se cuenta" y no "quién lo cuenta". 
Estoy hablándoles de "El baile del sol".

El primer libro que les voy a mencionar es "Prisión de los espejos", de Rafael Martín Masot. Rafael cuenta con 21 años y esta es su tercera novela (la primera le fue editada cuando tenía 14 años).
"¿Cómo reaccionaría una persona normal si, por azares de su profesión, llegase a tener pruebas de una monumental confabulación entre políticos corruptos, tiburones de las finanzas y distinguidos miembros de la más exquisita burguesía de su ciudad? El psicólogo Marc Viadiu puede que no sea una persona normal, pero el descubrimiento de esta trama de poder, sobornos, cohechos y maldad que no se detiene ante nada y es responsable del asesinato de uno de sus pacientes, lo lleva a una arriesgada determinación. Se presenta en la apartada y lujosa mansión de uno de los dirigentes de la perversa, “honorable sociedad” y le expone sus condiciones. Es un pacto que, sabe, “ellos” no van a aceptar.
Ambientada en la Barcelona actual, ciudad que se convierte en fabuloso territorio literario merced a la prosa rotunda, precisa y llena de sutileza de Rafael Martín Masot, La prisión de los espejos desentraña con espléndida maestría una intriga compleja y al mismo tiempo colmada de sencillez. Compleja por cuanto lo son aquellos afanes inhumanos del poder, la avaricia y el ansia de supremacía. Sencilla porque, en el fondo, todo se resume en el diabólico juego eterno: ser depredador o víctima; vivir o morir."
He aquí un libro de cuidada escritura, atrayente y con un final imprevisible, la novela negra, de intriga y de humor cruel, del joven (joven empleado no como ofensa, sino como ventaja) Masot nos puede llevar, por momentos, hasta las novelas de Auster o de Agatha Christie. Un trabajo digno de elogio por no rendirse a la comercialidad fácil y por tratar de encontrar su propia voz en el complicado mundo de las letras.
Síganle la pista, porque es un autor que dará mucho de qué hablar en el futuro (si no lo hace ya).

El segundo libro es "Vecinos", de Mercedes Álvarez. Uno de esos libros que se disfrutan una apacible tarde, en soledad, sentado bajo un árbol mientras se bebe té (frío o caliente, dependiendo del gusto y de la estación).
"Los personajes de Vecinos son padres e hijos, amantes, maridos y esposas atravesados por la soledad, seres que nunca alcanzaron la felicidad ni la han buscado por los senderos que los hubieran acercado a ella. (En estos cuentos conviven una serie de soledades compartidas). Y, sin embargo, desde su profunda incoherencia y debilidad, nos cuentan una historia que podría ser la de cualquiera de nosotros. Porque la gente feliz no tiene historia."
"Vecinos" es de esas novelas con las que se empatiza fácil y rápidamente, ya que la historia que nos narra podría estar protagonizada por cualquiera de nosotros o por alguien que conozcamos. Seguro. Tal es la universalidad de lo que aquí acontece. Seres anónimos y tristes cuya realidad es perseguida y analizada a la perfección por la mirada exeprta de la escritora.

El tercero, y el que más he disfrutado de los tres, he de confesar, es "Ficcionarium", de Fernando Palazuelos.
"¿Puede escribirse un relato de una sola frase? ¿Es lícito reinterpretar sucesos de la Historia? ¿Puede un par de páginas encerrar un ensayo? Un dilema que le asalta al tenaz Noé, la obsesión de un pintor francés que retocaba sus cuadros hasta el delirio, el recorrido de un asteroide que cae en la Tierra... Todo tiene cabida en este inventario de ficciones, porque en realidad la vida es un abanico de posibilidades, el mismísimo laboratorio del azar.
Ficcionarium es un viaje a través del ingenio y el humor, una aventura jocosa destinada a desmitificar y a anular trascendencias. En definitiva, un libro distendido capaz de hacer disfrutar y de estimular la relectura."
Así se describe el libro, a sí mismo, en la contraportada. Y no puedo estar más de acuerdo, porque Palazuelos es capaz de, como pueden comprobar con la lectura del cuento que encabeza este post, en tan sólo unas líneas, describir un mundo entero y toda una historia que a otro escritor le llevaría decenas de páginas (en determinados momentos, me ha recordado a la magia que desprende Ted Chiang en sus escritos).
Estructurado en tres partes, los (micro)relatos nos transportan a distintos pasajes de la historia, algunos reales, otros fingidos, otros dudosos, esta recomendabilísima novela es una grata sorpresa que hará soñar a quien decida sumergirse en sus páginas.
Viajen de la mano de Palazuelos por el tiempo y por el espacio. Será un viaje que no olvidarán nunca.
 

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