Sara Herrera Peralta
Inma Luna – laRepúblicaCultural.es
De Sara conocía fotos, proyectos y poemas; París y fotos, ella
jugando con la nieve, jugando con quien la mira; poemas y libros que
van y vienen; libros y su sonrisa exploradora. Ahora conozco más de
Sara Herrera Peralta y no sólo. Lo digo porque
Shock, su nuevo
poemario, retrata su cara, la tuya y la mía en una búsqueda llena de
inquietud y desconcierto que se acerca y se aleja de la realidad de la
cola del paro, el fútbol, los códigos de barras, el ginecólogo o el
patio de recreo.
Todo poeta busca una manera de vengarse del mundo, dice
Panero en una cita elegida por Sara. Ella no parece vengativa pero sí
crítica, incómoda con el panorama que le ha tocado “
A guantazos uno se despierta/ en medio de la nada:/ la Naturaleza es sádica”. La poeta sabe del miedo a no dar la talla en el absurdo “
Mis manos no sudan porque el miedo/ ya me tapó la boca/ en otras colas y filas indias” y trae sus versos para “molestar”.
Dice ser una
mujer mal inventada y así sabe tanto de la
vida, de crecer en medio de un mundo incomprensible en el que lo que se
valora es precisamente lo menos valioso.
Entre “el paro”, “el golpe” y “el gol”, la poeta discurre con la
lupa en la mano, sacándole la entraña a lo inmediato y cuestionando el
absurdo de algunos sinsabores cotidianos porque las pesadillas son a
veces aviso surgido en la conciencia, reconoce Sara.
“
Me etiquetarán/ sé que lo harán/ sé que me etiquetarán” presiente en otro de sus poemas y, con la publicación de
Shock, sin duda su etiqueta reconocerá que se trata de una de las voces jóvenes más interesantes de la poesía española actual.
Sara Herrera Peralta nació en Jerez de la Frontera en 1980 y ha publicado los poemarios
La selva en que caí, De ida y vuelta,
Sin cobertura,
Provocatio (ya sólo por eso habría merecido protagonizar esta sección
) y ahora
Shock. Ha recibido un montón de premios y, además, se empeña en que todo el mundo lea, así que desde 2009 coordina el proyecto
Yo también leo para el fomento de la lectura entre jóvenes.
Pasó parte de su infancia en Trebujena (Cádiz) y vivió en Jerez de
la Frontera hasta los diecinueve años. Después ha vivido, estudiado y
trabajado en distintas ciudades, como San Sebastián, Helsinki, Málaga o
París, donde reside desde 2007.
Le hago algunas preguntas desde mi balcón hacia el suyo en París y sus respuestas llegan veloces y palmarias.
El paro, el golpe, el gol… ¿qué sabe de esto la poesía?
Lo que una quiera que sepa. La poesía bebe de muchas cosas, también
de la música, del cine, de otros géneros literarios, de lo cotidiano,
sí, también, en mi caso la poesía bebe a menudo de lo cotidiano, y por
eso el paro, el golpe y el gol: los títulos de los tres capítulos de
Shock, mi último poemario publicado, que acaba de aparecer en Baile del Sol.
¿… y qué sabe de poesía el ticket de la compra?
Utilicé
tickets de compra también en
Shock porque
pocas cosas hoy en día nos resultan más familiares, aunque alguien no
lo quiera. Compramos compulsivamente, a veces lo necesario, otras mucho
más de lo que seguramente nos haría falta. Y mientras, y no es
necesario irse lejos, hay quienes no tienen ni para llevarse algo a la
boca. Utilizar los
tickets de compra me parecía una buena forma de intentar transmitir lo que estaba queriendo hacer llegar al lector con este libro.
¿Hay que alejarse para tomar perspectiva, para encontrarse o para perderse?
Yo prefiero encontrarme, comprender, rescatarme, recuperarme, para
seguir mirando al frente, aunque este mundo rápido nos haga a veces
sentir la necesidad de perdernos, en cuyo caso prefiero la familia,
todos los míos, el hogar, lo verdadero, antes que pedir un billete para
huir a una isla paradisíaca.
¿De dónde sale tu voz poética, desde dónde?
No lo sé, no sé de dónde sale, sólo sé que escribo por necesidad y
porque la poesía me parece una forma más de estar en el mundo.
¿Nos salvará la poesía del estado de shock?
Ojalá la poesía salvara, pero aunque no salve sí creo que alivia,
que acerca, que acompaña, que hace que a veces todo escueza y todo
duela un poco menos.
En los versos, ¿te quejas, reivindicas o expones?
Intento no quejarme, para eso ya están los que me aguantan. Me
importa la poesía que trata de denunciar algo, que intenta hacer
preguntas, que busca las respuestas, aunque nunca estén ahí. Me
interesa el compromiso, y al final el tiempo nos pone a todos en algún
sitio. Pero también creo que la poesía está ahí para celebrar la vida.
Yo también leo…
Es el nombre de un humilde proyecto que es posible gracias a la
generosidad de más de veinte autores que escriben poesía, novela,
relato, teatro… Lo pusimos en marcha para aportar nuestro granito de
arena al fomento de la lectura entre los más jóvenes. Este año hemos
celebrado la segunda edición, los participantes debían enviar una
reseña del libro que estuvieran leyendo junto a una foto. El ganador o
ganadora de cada edición recibe en su casa un lote de casi treinta
libros firmados y dedicados por cada uno de sus autores. Este año la
ganadora ha sido Uxue Juárez, una joven de 29 años residente en
Pamplona. Tenemos un
blog y una
página de Facebook con casi 400 seguidores donde se puede encontrar toda la información.
Mi dedo en su llaga
Tres poemas de
Shock, para que se pueda comprobar lo que dice Carmen Camacho en el prólogo: “
Hay
pánicos que, por cotidianos y silentes, no dejan de ser hondos. Hay
berridos hacia dentro, simas sin fin, llanto contenido o tragaderas. O
peor aún: está el ya ni recordar en qué batalla nos rendimos sin
porqué, ni dónde compramos la tensa calma, ni a qué viene esto de
sonreír al verdugo desde la foto carné. No saber dónde empieza esta
metástasis de nada. Grave es el shock”.
[Quien no duerme por la noche]
Podré decir cualquier cosa
y podremos guardar todos los archivos
posibles en nuestro PC como intentando
que la memoria histórica sobreviva a las tecnologías.
Ni iPod ni iTunes, el arte peligra
como peligran nuestras voces y el arte instintivo
de decir que somos quienes somos,
que estamos porque sobrevivimos.
Yo vine para quedarme
y voy a molestar lo máximo posible.
Avanzamos, sí, pero tenemos la conciencia de un mosquito.
[Ticket 2]
3 de febrero.
Único día del año que no compro nada.
[Habilidades]
La noche oscura viene a visitarme.
Alguien llama a la puerta.
Soy tu jefe. Amarillo el rostro
y oscura la tez,
enorme el bigote
(el lunar deforme).
¿Creías tú en los príncipes azules, nena?
Me dice con voz ronca.
Una vez pensé en Wall Street y en cómo
limpiarán allí los suelos de cobre y mármol,
en cómo construirán los pedidos y las esperanzas,
las solicitudes y los milagros.
Entre recetas y facturas, hamburguesas, perritos y
cafés en vasos de cartón,
lo comprendí.
Sexto sentido hilado, tejido como para embellecer,
hecho de tela de araña.
El talento natural no se aprende en las escuelas.
http://www.larepublicacultural.es/article4650.html