viernes, 31 de mayo de 2013

2013 de Poesía. Día 151. Juanjo Barral

Día 151. Juanjo Barral. 1028 olas (2007)


EL TIEMPO ES SUYO

Son mayores, pero ni el tiempo
lo diría.
Parecen adolescentes
de setenta y tantos
jugándose el instante
con una pelota
que les sonríe de la que va
y viene.

Pienso al verles
que han aprendido a coger la vida
sin que se les escurra
una gota.

Pienso al verles
que la vida es esto,
que la vida son ellos.

Haciéndolo posible.


2013 de Poesía. Día 150. Francisco Croissier

Día 150. Francisco Croissier. Esta noche en el baile (2007)


ROMPIENDO VIENE EL BAILE

Por detrás de los ojos de los borrachos
se ve venir al baile
Traigo el color violento de los sueños
Vengo con foguetes rojos,
petardos, risas,
ruidos verdes y amarillos
me anuncian
Así suenan mis zapatos
Son maracas locas,
ruedas de fuego
que te vienen buscando
Si te encuentro
te subo por los pies
y te saco de tus cosas
Tu corazón es mío,
te lo robo
Lo hago meneo,
brasa viva,
tizo ardiendo
Eres hoguera y vienes conmigo
Nos vamos
a encender las calles,
las plazas, los deseos
Somos suspiro
y tiramos parriba,
a tocar lo más alto del cielo,
a soplar la chispa más vieja
que tiene el aire,
a hacer la pirueta colorada
que se fugó del viento
Si yo puedo tu puedes
Somos como la alegría y la rabia
que brincan y rebotan
dentro del primer beso
Con nosotros viene
la risa dichosa de los siglos
Nos vamos lejos:
al otro lado
de lo mismo de todos los días
más allá
de todos los espejos y misterios
La voz enamorada de las cosas
te lo venía diciendo:
Soy un aturrullo de colores
que no se quedan quietos
Del aire soy
y soy de un sol
que siempre sale
y no se pone
No me paro nunca
Soy el cuento en llamas
donde van los muertos
La primera mentira,
el primer conjuro de la tierra
Soy estrella,
canto,
la piedra que rompe
el agua triste de los charcos
y hasta un imposible que pasó
y no viste
porque no estabas mirando
Para todos lados vienen conmigo
las ilusiones en un brinco
y por donde quiera que voy
no hay calle que se me resista
ni suelo que no arda
Soy así y no me detengo,
me pican los pies cuando lo hago
Y si por una de esas cosas
alguna vez me quedo quieto
entonces soy como un sueño
que se queda en un temblor,
el ruido que llevan
un montón de besos volados


jueves, 30 de mayo de 2013

AUTORES CON FIRMAS FERIA DEL LIBRO MADRID - BAILE DEL SOL





- RICARDO VIRTANEN
o Cuaderno de interior
     o VIERNES 31 MAIDHISA 37 – TARDE 6,30








- INMA LUNA
o Mi vida con Potlach
o Las mujeres no tiene que machacar con ajos su corazón en el mortero
o No estoy limpia
     o SÁBADO 1 LA MARABUNTA 118- TARDE
     o DOMINGO 2 PUNTO Y COMA 81– MAÑANA
     o VIERNES 7 MAIDHISA 37– TARDE


- MANUELA PASO
o Psoriasis
     o DOMINGO 2 PUNTO Y COMA 81– MAÑANA









- MARIO PEREZ ANTOLÍN
o La más cruel de las certezas
     o DOMINGO 9 MAIDHISA 37– TARDE







- ALBERTO GARCÍA-TERESA
o Abrazando vértebras
o Oxígeno en lata
o Hay que comerse el mundo a dentelladas
     o JUEVES 13 ENCLAVELIBROS 119– TARDE
     o VIERNES 14 GOMBER 32- TARDE
     o SÁBADO 15 LA MARABUNTA 118 – 12-14 h




- DAVID PEREZ VEGA
o El bar de Lee
o Siempre nos quedará Casablanca
o Los acantilados de Howth
     o VIERNES 31 LA MARABUNTA 118– TARDE
     o MIÉRCOLES 5 MAIDHISA 37– TARDE





- DAVID BENEDICTE
o Santa Claus se a Rehab
     o SÁBADO 15 LA MARABUNTA 118- TARDE
     o JUEVES 13 MAIDHISA 37- TARDE 18,30







- FERNANDO J. LOPEZ
o La inmortalidad del cangrejo 
     o JUEVES 13 MAIDHISA 37- TARDE 18,30





- IÑAKI ECHARTE VIDARTE
o Optimístico
o Blues y otros cuentos
     o VIERNES 31 FNAC 41- TARDE
     o DOMINGO 9 LA MARABUNTA 118- TARDE

miércoles, 29 de mayo de 2013

2 CUENTISTAS PORTUGUESES

m144_tPaulo Kellerman nos asoma, a lo largo de los veinte cuentos que componen Los mundos separados que compartimos, al abismo más peligroso al que puede asomarse el ser humano, el interior. A través de una narrativa limpia y de una gran cadencia poética, desgrana la nostalgia de lo no vivido, la contundencia y significación de los silencios, las preguntas últimas sobre la latencia del desamor. Cada relato es una mirada a la duda y una puesta en jaque de la relación amorosa; los personajes parecen transitar de un cuento a otro con astutos movimientos y sólo cuando ellos quieren somos conscientes del trasvase. Hombres y mujeres se abren paso hacia sus paradojas y sus miedos, se retan a sí mismos, se condenan o se regalan nuevas oportunidades. Maestro del diálogo íntimo, Kellerman nos presenta en este catálogo de soledades todas las posibilidades de acercamiento a esos mundos separados que compartimos.
Paulo KellermanLOS MUNDOS SEPARADOS QUE COMPARTIMOS
Traductor Manuel Moya978-84-940258-3-9


m143_t
Nada tiene desperdicio en la escritura de Maria Antonieta Preto en este libro, La resurrección del agua, en el que la esencia del relato radica en la perfecta relación entre los elementos literarios: los personajes de la historia, los códigos de la memoria y del mensaje constituyen el significado de las palabras a través de cada rasgo humano. Ya sea el relato mágico o cruento, contando la muerte o la vida de nuestros afectos, el lenguaje y el buen gusto estilístico ganan singularidad en el desarrollo de lanarración.
Maria Antonieta Preto, periodista y ya considerada una de las mejores voces de la literatura portuguesa contemporánea, nos sorprendió con la publicación deLlueven cabellos en la fotografía (2004), cuentos sobre su raíz alentejana, que transfigura y nos transporta a todos aquellos lugares y en todos nos ofrece la posibilidad de observar y de sentir. Ahora confirma el ritmo poético de un sólido oficio literario y redobla una escritura poderosa tanto desde el punto de vista formal como desde el imaginativo (fascinantes nombres de personajes como el abuelo Antonásio y la abuela Bordália). Trabajando universos ancestrales, los signos son, sin embargo, de todos los tiempos y geografías, permaneciendo plenamente actuales.
Maria Augusta Silva
Maria Antonieta Preto
LA RESURRECCIÓN DEL AGUA
Traductor Manuel Moya978-84-940258-2-2

2013 de Poesía. Día 149. Rosana Curiel Defossé

Día 149. Rosana Curiel Defossé. El buen amor siempre tiene dientes en la boca (2007)


De crecer

Tienes la edad del pan recién horneado,
el que reposa ostentoso en la canasta
y canta su olor a los gatos y a los caminos.
Firme por fuera, por dentro, poema,
punto de beso.

Redondo y canela tu caparazón,
más ciruela que la necia paloma
que se destroza en tus manos
por pegar el cielo con el suelo.

La regadera es avispa de once aguijones
y no hay agua buena que de sus picos brote
porque corta la sombra que el mundo te deja.

Tienes los años de voces
en el espejo grabado de amigos,
los que cuelgas del llavero o la ventana,
los que arrugas en una hoja de cuaderno
donde no hay letras o ríos,
tan solo héroes de tus batallas.

Tu edad es un andén corto
que se desborda de todo nuevo.
Quédate un poco más ahí
hasta que la pelota
sea la silueta de la luna que es la luna
y el agua se te aparezca amiga en el primer incendio.

Niño, quédate así un tiempo más,
no saltes todavía al vagón de los años sin quimera
donde las cosas son ellas y hay menos colores
que los que revienta el panal de tus ojos.

Permanece regalado a esta película
de extraños reposos y abrazos,
de carcajadas nevadas en plena avenida.
Ese tren ya no para, niño, acelera de noche
y aunque de día canta,
en ocasiones, cuando amanece,
hace mucho, mucho frío.


martes, 28 de mayo de 2013

2013 de Poesía. Día 148. Mada Alderete

Día 148. Mada Alderete. La casa de la llave (2009)


en mi primer día
del trabajo nuevo
me han colgado un puñado de llaves del cuello
y me han dejado sola
tengo encerradas a seis mujeres
a sus hijas y a sus hijos
no es una cárcel
sólo cuido de que sus amantes
no las quieran demasiado


lunes, 27 de mayo de 2013

Con el paso cambiado


con el paso cubiertaBernardo Santos
Con el paso cambiado (nuevamente)



Poesía que acompaña en el paseo, en un paseo con el paso cambiado, a contramarcha, que desobedece el ritmo de la mercancía, que no se posa sobre las líneas que traza el capitalismo y que por eso sabe mirar de otra manera la realidad. Esa es la propuesta de este poemario de Bernardo Santos, quien varía el registro practicado en libros anteriores y se adentra en el territorio de la poesía de discurso crítico con él. Así, el autor enfoca desde dentro el conflicto social, el dolor y el horror de la injusticia del mundo, que se muestra desde su interiorización.
En todo ello, es fundamental la importancia que se le otorga al amor como impulso. También como estrategia de resistencia. Pero no se trata de un amor que se agote en dos personas (a pesar de las referencias constantes, con nombre propio, a la amada), que se repliegue sobre sí mismo, sino que consiste en un amor que se extiende hacia los otros, como base de la fraternidad. Por eso abundan las alusiones a lo que acontece en otros países, a las situaciones de explotación ocurridas en otros lugares. Los versos de esta obra, sin duda, nos remiten a la constancia de la globalización capitalista.
Así, sabe mostrar las vinculaciones entre miseria y lujo, entre pésimas condiciones de trabajo y devastación medioambiental en el Tercer Mundo y sobreabundancia para los dominadores. Santos remarca en sus textos cómo la muerte, la violencia y la penuria de los países empobrecidos benefician a los capitalistas. De este modo, revela la red que sustenta el capitalismo, y que reposa muchas veces de manera invisible a nuestros ojos. El autor lo concreta, no lo presenta como una abstracción, dado que sus consecuencias son específicas. La alienación se plasma en colectivos determinados.
 En ese sentido, también suele aparecer el tema de la inmigración, desde el punto de vista de las víctimas de la explotación y de la injusticia. Igualmente, aborda el expolio del medio ambiente, que es fruto de una mentalidad cortoplacista, que busca la satisfacción inmediata de impulsos egoístas.
A su vez, arremete contra la sumisión, contra la «naturalización» de la servidumbre y la irrevocabilidad del sistema. En ese sentido, desde la primera persona, el poeta emplea la ironía continuamente para desmontar el discurso del Poder: «La verdad es la mentira».
El volumen posee varias partes diferenciadas, con una entidad propia clara. Sin embargo, resultan todas ellas coherentes como conjunto puesto que parten de las mismas bases. 
Bernardo Santos desarrolla un buen juego con lo metonímico, con los elementos representativos de una realidad. Suele apoyarse en estructuras paralelísticas, pero que varían dentro de un poema, que no extenúan el mecanismo de repetición. También constan algunas piezas de factura experimental, en las que yuxtapone sustantivos, expresiones o refranes. Por otro lado, existe una sección del libro que aporta poemas de corte autobiográfico, pero en continua relación con el exterior. Es más; se desarrolla la evolución del «yo» con respecto a los sucesos que lo envuelven y que lo atraviesan.
Finalmente, el volumen se cierra con un excelente y extenso texto: “Todos y cada uno”. Pretende ser un poema cosmogónico, que abarque toda la existencia de ser humano. Aspira a recoger la individualidad y la generalidad, dado que busca albergar a «todos y cada uno» de los hombres. Articulado a través de las enumeraciones, sabe mantener bien la tensión, y termina por resolverse como un hermoso canto a la Humanidad; destinatario de toda la obra de este poeta.

2013 de Poesía. Día 147. Jorge Riechmann

Día 147. Jorge Riechmann. Con los ojos abiertos (2007)


INMINENCIA SILVESTRE

Podridos
de estética
insignificante
mientras la belleza
del mundo
se pudre

quizá no pueda remediar
nada
ni la filosofía
ni los ansiolíticos
ni la policía secreta

pero la yerba que inadvertida crece
en los márgenes del baldío
y las frágiles amapolas sobre el talud
ellas sí que pueden


domingo, 26 de mayo de 2013

En los antípodas del día, por Gonzalo Aróstegui Lasarte

Editorial Baile del Sol. 231 páginas. 1ª edición de 2012.
La primera persona que me habló de En los antípodas del día fue mi amigo el escritor mexicano Federico Guzmán Rubio. La había visto (si no recuerdo mal) en la mesa de novedades de la librería Antonio Machado, había leído las primeras páginas y le había parecido que prometían. Me preguntó si yo tenía esta novela de Gonzalo Aróstegui Lasarte (Pamplona, 1971), porque al fin y al cabo compartimos editorial y tengo un trato cercano con los editores. En realidad, hasta que no la mencionó él yo no había oído hablar de este libro, busqué información sobre él en internet y descubrí que Gonzalo Aróstegui mantiene un blog especializado en música moderna, muy recomendable para aficionados, llamado Ragged Glory (ver AQUÍ). Me informé sobre qué trataba su libro –el mundo laboral en España– y cuando tuve que hacer un pedido de ejemplares de mi propia novela a Baile del Sol, les compré también (a precio de autor) unas cuantas de sus novedades. Entre ellas estaba En los antípodas del día.
Primera sorpresa del libro: aunque nos parezca más correcto las antípodas, en realidad antípodas es masculino (lo he consultado en la rae.es).
Me apeteció leer este libro a continuación de Yo, precario porque ambos tratan un tema común: el mercado laboral español. Lo narrado por Javier López Menacho en Yo, precario hace referencia a una realidad muy cercana al momento de la publicación del libro y al de mi lectura, al situar su acción en el año 2012 (o como muy temprano en 2011), y a las penurias laborales a las que se enfrentan los jóvenes en España a raíz de la crisis de 2008. En los antípodas del día, Rafael Hernández Gutiérrez –que parece un trasunto novelado del propio autor– nos habla de su trabajo nocturno como teleoperador de la empresa Vía Digital desde diciembre de 1998 hasta finales de 2003.
Gonzalo Aróstegui ha nacido en 1971 y Javier López Menacho en 1982; casi una generación los separa; pero la lectura de ambos libros me ha confirmado algo que ya sabía: el trabajo precario para los licenciados universitarios en España no empezó con la crisis de 2008. Parece que más de uno se ha olvidado ya de la existencia de las ETT del 2000; del amigo que cobraba la mitad de su sueldo en un sobre y cuando le decía al empresario que con su nómina legal un banco nunca le iba a conceder una hipoteca para comprar una casa, el empresario le respondía: no te preocupes, que ya ha pasado, tú vas al banco, le enseñas la nómina y una carta que te firmamos nosotros con lo que cobras en negro y el banco te concede la hipoteca; del amigo que no se movió del sitio durante años pero que cambiaba cada año y medio (tras cumplir tres contratos de seis meses) de empresa (la misma empresa dada de alta con tres nombres) y así no tenía nunca un contrato fijo; del colegio privado que te dejaba todos los veranos en el paro aunque lo legal fuesen como mucho tres... Yo no me he olvidado de esa España del 2000 previa a la crisis (tierra del ladrillo y la especulación) y Gonzalo Aróstegui tampoco.
Rafael Hernández tiene veinticinco años y, al acabar la carrera de Filosofía, quiere escribir una tesis sobre el nacionalismo. Pero también desea no tener que pedir más dinero a su madre para salir a tomar algo con sus amigos y decide buscarse un trabajo. A finales de 1998 en España lo más normal era que un licenciado en Filosofía del barrio de Carabanchel encontrase trabajo de teleoperador. Poco después de empezar acabará en el turno de noche, donde principalmente se dedicará a atender a señores que desean contratar el visionado de una película porno o bien que tienen dudas sobre sus facturas televisivas a las tres de la mañana.
A diferencia de Yo, precario, En los antípodas del día no sólo habla del mundo laboral; la vida familiar, del barrio o de pareja tendrán su importancia en las páginas del libro. Y en este sentido podría afirmar que En los antípodas del día tiene más cuerpo como novela que las simpáticas crónicas de Yo, precario.
Rafael tiene un trabajo que no le permite dejar la casa de sus padres, pero empieza a salir con la atractiva hermana menor de uno de sus mejores amigos. Ahora tiene dinero para poder pagarse sus gastos, pero menos tiempo libre para avanzar en su tesis. Al principio de la novela Aróstegui empleaba el recurso de insertar las notas que Rafa va tomando para sus tesis entre las páginas de su narración; recurso que queda abandonado según el narrador va dejando de lado su tesis y adentrándose en el mundo de la noche.
Raquel, la novia de Rafa, intenta convencerle para que deje su trabajo de teleoperador nocturno, pero En los antípodas del día, además de una denuncia de una situación laboral precaria (escasos sueldos, contratos interpuestos entre ETTs y empresas filiales, jefes arbitrarios, exigencia de tareas no correspondientes al puesto...), también es la historia de una fascinación: la de la Noche. “Por la noche no hay jefes”, se justifica Rafa en la página 78; pero en la página 181 ya afirma: “A estas alturas del partido yo ya me había transubstanciado en vampiro y la luz del día me molestaba”; y en la 214: “Era la droga Noche, que controlaba mi sistema nervioso para hacerme actuar a su antojo”.
Otro de los temas de En los antípodas del día es el del paso de la indolencia de la juventud a la decepción de la vida adulta. “Era el HORROR que se acercaba, pero esta vez en forma adulta” (página 139). El grupo de amigos de Rafa está formado por cuatro personas, una amistad cimentada por la pasión musical: “Los cuatro formábamos una piña que parecía indestructible unida por el ritual –quizá infantil, pero mágico– del rock and roll” (pág. 139). Y en gran medida En los antípodas del día es una novela musical, que reivindica la fuerza de la música como seña de identidad personal. El narrador cita a escritores, pero rara vez se describe a sí mismo leyendo; recuerdo una única escena en la que Rafa se describe leyendo, y dice algo así: “Fui al salón y abrí un libro”; en cambio la música escuchada en casa o en los conciertos está profusamente documentada. Y a pesar de esta pasión, Rafa empieza a sentir que las conversaciones sobre los grupos musicales se repiten, que sus amigos le consideran un pedante si cita a alguno de los filósofos que ha estudiado en su carrera, que debería haber algo más y no sabe dónde.
Y por supuesto, En los antípodas del día es una novela sobre el trabajo. Por experiencia sé que, a pesar de que uno piense que en la empresa en la que está se comenten los mayores atropellos del mundo, y que le muerdan las ganas de denunciarlo públicamente, para un lector ajeno a ese entorno laboral las descripciones de ETTs, contratos fraudulentos, abusos en las tareas impuestas pueden resultar tediosas. Aróstegui también parece darse cuenta de este problema, y centra su descripción del trabajo en las consecuencias que éste tiene sobre su vida privada, y en las relaciones humanas que se establecen en él. Y así nos va a hablar principalmente de las actitudes que toman las personas en las empresas (miedo al despido, servilismo...) o las transformaciones que van a sufrir en cuanto tienen un mínimo de poder. Además de hablarnos de la lucha sindical y de las reivindicaciones legales, de las pequeñas derrotas y victorias del trabajo. “Era el individualismo atroz que nos rodea” (pág. 199).
Con el estilo ocurre algo curioso: la voz narrativa es la de un chico de Carabanchel que ejerce de chico de Carabanchel, y al que por tanto le gusta narrar con un lenguaje muy cercano al oral; y que además desconfía del lenguaje formal, que le parece un disfraz para no hablar claro. Esto escribe, por ejemplo, en la página 37: “Multidifusión lo llaman ellos; jeta, los demás”, y en la 216: “Difuminándose en el ámbito de infantiles subjetividades (léase pataletas)”. Hacia este lenguaje oral parece conducirle el hecho de que el personaje desconfía de lo aprendido en los libros: “El problema es ¿qué son los principios si te atenazan en la práctica con su ostentosidad teórica? O mejor: ¿para qué sirven? No hay respuesta, pero queda claro que la vida (‘la realidad’) hace aguas frente a la teoría” (pág. 225); pero algo sí que ha quedado de sus estudios de filosofía (éste es el hecho curioso del que hablaba al principio del párrafo), y es la tendencia a hacer razonamientos continuamente matizados por frases subordinadas, que en algunos casos le llevan al abuso de paréntesis, corchetes o guiones; un claro ejemplo me ha parecido este párrafo de la página 24: “Yo no le contestaba, pues su lógica estaba tan alejada de la mía, y al mismo tiempo tan enraizada en su naturaleza –era la base de todo su comportamiento (o quizás ese comportamiento había conformado una lógica a la que intentaba dotar de un carácter retroactivo [o a la que ya había dotado] que, aunque falso y envenenado, se impusiera como definitivo), heredado de generaciones educadas en el (¡oh, maldito cristianismo!) dolor, la carencia, y la contención, pero también en la trampa, el engaño y la cínica brutalidad–, que cualquier intento de mi parte de –no ya de hacerle cambiar de opinión, no, eso era imposible– explicarle mi punto de vista –si es que tenía alguno– habría resultado baldío”.
A pesar de algunos titubeos verbales, exceso de oralidad por un lado, con un pequeño abuso de las frases hechas –lo que queda, en todo caso, justificado por la voz narrativa elegida– y algún párrafo (como el descrito más arriba) un tanto farragoso, la lectura de En los antípodas del día se me ha hecho agradable por la cercanía que sentía hacia el protagonista de la historia (hablar en Madrid de Carabanchel o de Móstoles es hablar de lugares parecidos): Rafa podía haber sido un chico de mi barrio. También por la conexión que he sentido con el contexto social e histórico del libro. Se describe, por ejemplo, una visita a la sede de Comisiones Obreras cerca de la plaza de Neptuno, que yo he tenido que realizar de una forma tan similar a Rafa, que sólo he podido sentir empatía hacia él. Así que voy a reivindicar la lectura de este tipo de literatura cercana y vital que es En los antípodas del día.

 http://desdelaciudadsincines.blogspot.com.es/2013/05/en-los-antipodas-del-dia-por-gonzalo.html

2013 de Poesía. Día 146. Eduardo Milán

2013 de Poesía. Día 146. Eduardo Milán. Índice al sistema del arrase (2007)



A Felipe Cussen

Ganado el derecho a escribir como quiero,
toro,
vaca,
oveja obligatoria,
después de haber escrito como había,
después de haber escrito como no había
—la intensidad no se excede:
desaparece antes, pedazo
de naturaleza caído al blanco
espacio del poema, ¿escuché bien?—
ancla, astillero corroído, un solo
grito sofocado pero bien sofocado,
eterno retorno de lo mucho Munch,
de los que deberán esperar siglos para el salto,
cangrejo a la garganta victoriosa ya no épica,
hímnica, hípica que habrá quedado atrás,
inclinados quedan los vencidos sin tocar con la palabra el suelo.




sábado, 25 de mayo de 2013

2013 de Poesía. Día 145. Luis Gilberto Caraballo

Día 145. Luis Gilberto Caraballo. El árbol de las casas vacías (2008)


Recordé un día estaba en la casa
leía sobre el tiempo imperecedero del viaje interno a nosotros
el encuentro inagotable del agua del río caudaloso nítido de alma
Caminé hacia las vertientes al manantial del sueño
Percibía sobre él
el interminable túnel del ego y sus rastros de ausencia
al final dejaba el afán de intentar rebosarlo
Me imaginé en el cuarto azul luminoso
Tropezaba mi vista con las hojas del ramal
caían platinadas en la tarde
por la ventana de nubosidades claras
Ésta daría hacia la calle de la vereda de uvas
de luz opaca y a la bodega del vino blanco
un invierno sobre el cual embriagaría una vez más
mi memoria con una copa de cepas fría sobre el alma
Entre los labios el paladar de un poema aparecía
En los ojos que me habitaron
había unos cedros que lloraron con el viento
sobre éstos unos grillos cabezones
todos soñaban igualmente

Allí dejaron algún lápiz dibujando
las ramas con su sombra
Dejé íntegramente mi alma de hojas blancas

Alguna ventana con su distancia entreabierta respiró
y volvió a secar la lluvia que había caído adentro
al tiempo de recoger unos versos de aquel sueño


viernes, 24 de mayo de 2013

2013 de Poesía. Día 144. Ángel Petisme

Día 144. Ángel Petisme. Demolición del Arco Iris (2008)


NO ES MI LENGUA

¿Sueñan los asesinos?
¿Tienen sangre o mercurio en las venas?
¿Tocaron la nieve de niños los asesinos?
¿De qué reino oscuro son sus quebrantahuesos,
sus mapas en la niebla?
¿En qué museo de cera
compraron su tarta de cumpleaños?
¿Dónde aprendieron ese tiempo envasado al vacío?
¿Nadie bajó las ventanillas
y les condujo hacia el mar una mañana?

Espero las respuestas en los telediarios.
Veo hogares en llamas,
silencios camuflados de infinitas palabras,
infinitos verbos que ya no se conjugan.
Veo las sombras del mediodía.
Víctimas y verdugos, cadáveres y homicidas.
No los distingo, no puedo hacer justicia,
no enfoco a los culpables, no distingo inocentes.

Hablan mi misma lengua, el mismo sistema de valores,
pero no, esa lengua asfixiante no es mi lengua, lo tengo claro.


jueves, 23 de mayo de 2013

La insidiosa sombra de la guerra es indeleble

Eugenio Fuentes. La Brújula/La Nueva España 16/05/2013

2013 de Poesía. Día 143. Ana Pérez Cañamares

Día 143. Ana Pérez Cañamares. La alambrada de mi boca (2009)




EL PRIMER MANDAMIENTO

A las siete de la mañana rige para mí
un único mandamiento:
no subirás corriendo las escaleras mecánicas
ni empujarás a tus semejantes en los andenes
cuando estés dirigiéndote al trabajo.

La dignidad junto con la calderilla
y las llaves de mi casa
la guardo en un bolsillo.
Sólo si voy con prisas
corro el riesgo de perderla.

Tampoco se apresura en su fila
aquel que come de la sopa boba.


miércoles, 22 de mayo de 2013

Graceland, una novela de Chris Abani


Cuando empezó la película, Elvis leyó el título entre dientes, El bueno, el feo y el malo. Sonrió, esa era buena., plagada de acción, aunque el comienzo era lento, con los dos hombres esperando largo tiempo, uno de ellos mirando el reloj de vez en cuando, antes de dispararse entre ellos. No parecía una forma muy efectiva de matar a alguien. En cuanto la última nota del reloj murió, el proyeccionista empezó:
- El Actor está disparando a John Wayne, Wayne ha esquivado. ¡Oh, no!, el Actor ha caído. El caballo del actor ha caído. ¡Oh, no! El John Wayne en acción. El John Wayne es un poderoso hombre medicina. Las balas no pueden matarlo.”

El escritor Chris Abani es natural de Nigeria y a raíz de la publicación de su primera novela tuvo que exiliarse a los Estados Unidos de Norteamérica donde ha continuado una carrera literaria que lo coloca en la primera fila de lo que podríamos llamar una  narrativa africana urbana que en Graceland, novela que edita en España Baile del Sol Ediciones, se desarrolla en un barrio del extrarradio de la caótica y cacofónica Lagos.
Graceland es una novela escrita desde las tripas. Y por lo tanto, un libro que desconcierta y desasosiega. Así, su lectura no resultará fácil no por la complejidad de su lenguaje, ni siquiera de su trama, sino por lo que cuenta con descarnada sinceridad.
El protagonista de la historia es un hijo del arroyo que tras la muerte de su madre, y posteriormente de su abuela, perderá cualquier lazo con la aplastante y sobre todas las cosas miserable realidad que le rodea.
Elvis, que así se llama el héroe/antihéroe, es pues el objeto de una historia que apuesta por la ironía si nos quedáramos solo con el título, Graceland, pero que va más allá al tratarse de un crudo relato sobre la huida que emprende su protagonista mientras aprende a hacerse adulto en condiciones terriblemente hostiles y en una sociedad marcadamente masculina que ha perdido cualquier noción con sus raíces originales y degenerar en una esquizofrenia violenta que solo valora a las personas por la cantidad de dinero que lleve en el bolsillo.
Chris Abani es un formidable contador de historias, y Graceland es una formidable historia escrita en varios tiempos, 1983 y los años setenta, en la que narra el laborioso proceso de crecimiento de Elvis, un personaje ambiguo, rico en matices y demasiado humano y por lo tanto creíble, que intenta escapar de su mundo refugiándose en sesiones de cine y escuchando discos, sobre todo de Elvis Presley, a todo volumen en el viejo tocadiscos que hay en casa de su padre.
La novela relata además las difíciles relaciones que mantiene con su progenitor, un hombre que no ha vuelto a ser el mismo tras la muerte de su esposa, aunque al final del libro podamos entender que el autor lo redime, aunque esa redención suene inútil, casi como un suicido obstinado; su amistad con El rey de los mendigos, un pordiosero de las calles de Lagos al que un dramático suceso del pasado ha convertido en los que es, un paria; yRedemption, su mejor amigo. Un buscavidas cínico, entre otros fascinantes personajes de una novela que, pese a su extensión, más de 350 páginas, está construida como si de una fábula se tratara. Algo así como la Alicia de Lewis Carroll, pero una Alicia, Elvis en nuestro caso, que viaja no al país de las maravillas sino de las desgracias.
Graceland es un relato escrito con vigoroso pulso narrativo, y está estructurado como un árbol en torno al cual crecen numerosas ramas, algunas de las cuales terminan por mezclarse.
El retrato que ofrece Abani de Nigeria resulta, por otro lado, demoledor. Aunque le pesa el pasado de un país inventado por los europeos con tiralíneas ya que podría levantar la cabeza, casi parece decir, si recordase las fabulosas tradiciones que guarda en una memoria que ha sido truncada por un sistema podrido y corrupto.
El escritor intercala en cada pasaje de esta fascinante novela recetas de platos tradicionales y descripciones de plantas originales, y describe con una hermosa metáfora el cordón umbilical que aún mantiene Elvis con su madre fallecida a través del diario personal que le dejó como única herencia. Páginas de las que solo lee, precisamente, sus recetas gastronómicas.
Abani es un escritor con mucho nervio, y un hábil contador de historias. También uno de esos autores necesarios para tomar conciencia y sobre todas las cosas, un creador poderoso al que no le tiembla el pulso a la hora de mostrar hasta donde ha degenerado la existencia del hombre en su país.
Con todo, reitero que estamos ante una novela difícil. Difícil por lo que significa, difícil por el horror que revela sin máscaras. Aunque en algunos momentos contiene dentro de sus páginas un lirismo semejante al que los neorrealistas explotaron en la Italia de postguerra, sin renunciar en ningún momento a la denuncia contra la pobreza material y espiritual, ese monstruo con dos cabezas que condena a sus hijos, uno de ellos Elvis, a escapar de un territorio en el que como ya mencionamos antes, no eres nada si no tienes dinero en el bolsillo.
Son demasiadas las sensaciones que se agolpan en mi cabeza mientras escribo estas líneas pero es que hacía tiempo que no sentía ese puñetazo en el estómago que, en ocasiones, me ofrecen algunas lecturas.
Lecturas que entiendo reveladores y que me hacen ver mi propia realidad con unos ojos afortunadamente menos siniestros, aunque sospechosamente inquietantes ante lo que podríamos vernos inmersos en esta obsesa pero también eunuca Europa en la que vivimos.
Sería interesante que la labor que ha emprendido Baile del Sol Ediciones continuara en esa línea que no tiembla cuando su apuesta es arriesgada, y que tradujera nuevos títulos de Abani o de otro de los grandes escritores africanos actuales como es Sami Tchack, ya que a través de sus libros se da una visión del continente negro opuesta a la que se queda solo en la postal turística.
Y es que Abani muestra África desde dentro. Desde sus tripas sin dejar de resultar conmovedor y tierno pese al caos que describe y a la apremiante denuncia –y aquí coincide con Tchak, aunque sea un escritor togolés y escriba en lengua diferente y, curiosamente, colonizadoras como son el inglés y el francés– de que están perdiendo sus lazos con el pasado.
La rica y compleja memoria como pueblos frente a un progreso, made in occidente, que solo conlleva a la más salvaje y descarnada explotación.
Saludos, no se la pierdan, desde este lado del ordenador.

2013 de Poesía. Día 142. Dolores Guerra

Día 142. Dolores Guerra. Versos desordenados rigurosamente (2008)



Así que no es la emoción
ni la rima consonante
ni siquiera
el ritmo
ni la musicalidad,
no tiene que entrar el grito
ni la lírica
ni el latido de la sangre en el tintero
ni la entraña retorcida.
Tiene que oírse el silencio
dicen ellos


martes, 21 de mayo de 2013

Entrevista #1 Alberto García-Teresa

Alberto García Teresa - Entevistas - Proyecto Genoma Poético
Posted on 15 may ’13
Alberto García-Teresa o el triunfo inevitable de la poesía.
La viva imagen del sigilo que puede trasladar consigo como treinta poetas en su maleta.
Un prestidigitador tímido que asola las librerías de Madrid con un ciclo panorámico de poesía que se convierte en un contubernio humano.
Tres meses a los que te acostumbras y que te dejan un vacío después, que no es tal.
Con palabras para todos, sin ruido, pero con la firma de aquel que lo hace posible.

nombre: Alberto García-Teresa.
definición: Habitante de la polis y del mundo.
término: Comunidad.
cuándo: Ahora, que es la prolongación del pasado y el atisbo del futuro.
profesión: Soy personal de oficios de servicios internos, ordenanza, y trabajo en una biblioteca municipal de barrio. Fuera del ámbito mercantil, más allá de donde vendo mi cuerpo y mi energía, soy militante anticapitalista, leo, estudio y escribo poesía y relatos, realizo crítica de libros y teatral, gestiono recitales, acciones poéticas, participo en distintas iniciativas culturales…
poemario: Abrazando vértebras. Es mi tercer poemario, y creo que supone la culminación de la búsqueda de un registro plenamente satisfactorio para mí ya.
genotipo poético: Miguel Hernández, Juan Ramón Jiménez, Jorge Riechmann, Enrique Falcón, Niall Binns, Claes Andersson, Jean Arp, Oliverio Girondo, Rafael Pérez Estrada, Ursula K. Le Guin, Lao-Tse, Zygmunt Bauman, Noam Chomsky, Murray Bookchin.
fenotipo poético: Las íncreibles y suburbanas aventuras de la Brigada Poética (Umbrales, 2008), Hay que comerse el mundo a dentelladas (Baile del Sol, 2008), Oxígeno en lata (Baile del Sol, 2010), Peripecias de la Brigada Poética en el reino de los autómatas (Umbrales, 2012), Abrazando vértebras (Baile del Sol, 2013), Poesía de la conciencia crítica (1987-2011) (Tierradenadie, 2013).
material: Poemas-globo, con versos a los que, si no se insufla aliento, algo de nuestro interior, no cobran volumen. Y que pueden ponernos los pelos de punta si nos los acercamos.
orgullo: De mis dudas.
verbo: Amar. Es lo que nos empuja a construir un mundo justo y digno para todas/os y todo.
estilo: Poesía de dicción clara, que no olvide su componente de oralidad en el ritmo, que intente aprovechar al máximo la capacidad de evocación de su imaginería. Con ello, aspiro a lograr una poesía que acompañe y construya antagonismo.
co-creación: Como autor, más allá de interpelar al público a que complete conscientemente los poemas (algo inevitable por su parte), he participado en algunos proyectos, menos de los que me gustaría, en cualquier caso. Pienso que es fundamental trabajar en esa dirección, en la búsqueda de lo colectivo también en territorios muy asentados en los últimos siglos en la individualidad. Por ejemplo, un proyecto abierto muy interesante es: http://proyectopsoa.blogspot.com.es/
oferta: Negarse a entrar en las dinámicas mercantilistas.
silencio: Imprescindible para poder escuchar.
canción: “Painkiller”, de Judas Priest.
dónde: En la asamblea.
expresión: “Hay que comerse la vida a dentelladas”.
mancha: Las que tengo, aunque no me sienta orgulloso de ellas, me constituyen.
juramento: No jurar.
película: Tierra y libertad, de Ken Loach.
color: Rojinegro, que lleva dentro el verde y el violeta.
proyecto: Las intervenciones callejeras de la Brigada Poética. Interrumpir la cotidianeidad con poesía que agite, revuelva, que cortocircuite la rutina.
lenguaje: Verbal y no verbal.
poema: “Tantos construyendo cerrojos, / y tan pocos buscando llaves”.
link: Manual de Lecturas Rápidas para la Supervivencia; www.nodo50.org/mlrs. Un proyecto con una larga andadura y un espacio básico de poesía crítica. Su biblioteca contiene multitud de material autorizado fundamental, con más de un centenar de poemarios descatalogados, libros de ensayos, revistas y contenido multimedia.

http://www.libreconfiguracion.org/proyecto_genoma_poetico/entrevista-1-alberto-garcia-teresa/

2013 de Poesía. Día 141. Coriolano González Montañez

Día 141. Coriolano González Montañez. Otra orilla (2008)



La infancia tenía sonidos:

el verano, los grillos, el mar,
el silencio de las huertas abandonadas;

el invierno, la lluvia que rompía contra el cristal
y el viento silbando por debajo de las puertas;

el otoño, el crujir de hojas
y las piedras rebotando contra los muros;

la primavera, el batir del tenedor contra el huevo
en los platos de colores.


lunes, 20 de mayo de 2013

Chris Abani: “¿Qué más podría hacer sino escribir?”

Foto tomada por: Claus Gretter

Tengo que decirlo: yo era el tipo de persona que no leía nada que no estuviera consagrado: la literatura que hubiera pasado la prueba del tiempo y de las traducciones. Así, mi incursión en la narrativa contemporánea es muy reciente: apenas hace unos años comencé a leer libros de autores vivos y creo que ha sido poco lo que ha logrado sorprenderme. Además, como lectora maliciosa tengo mucho más tiento y me reservo mi entusiasmo, no vaya a ser que me deje llevar por fuegos fatuos que luego no resulten ser literatura de verdad.
Pienso en esto y lo digo porque me acaba de ocurrir algo que no me había sucedido hace mucho: leí una novela y me impresionó tanto que quería abrazarla, llorar con ella, no despedirme nunca de sus personajes e ir por la calle diciendo a cada persona lo que me acababa de encontrar en esas páginas. Así de fuerte fue la conmoción que me produjo Canción para la noche, novela de Chris Abani impecablemente traducida y publicada por Sur Plus (editorial orgullosamente oaxaqueña).
La ventaja de los autores vivos es que a veces se puede hablar con ellos: los tiene uno de frente para agradecerles la experiencia que nos propiciaron y para indagar un poco sobre ella. De Abani yo sabía apenas lo que decía la solapa del libro: que nació en Nigeria, que ha estado escribiendo desde los 16 años y que había padecido el encarcelamiento y la tortura a causa precisamente de sus escritos, los cuales también representaron la redención en forma de premios literarios, becas y una plaza de profesor en la Universidad de California, Riverside. Con esta breve información biográfica y mi lectura emocionada de Canción para la noche (junto con mi ejemplar, listo para ser firmado) llegué a la Casa Refugio Citlaltépetl, donde me encontraría con un hombre enorme, afable y generoso, con quien sostuve esta conversación.

Fábrica de Mitos:  Éste es el primer libro tuyo que leo, pero sé que has escrito otras cosas. ¿Cómo dirías que se relaciona esta novela con el resto de tu producción?
Chris Abani: Ahm… Recientemente, desde el 2004,  he publicado cuatro libros que forman un cuarteto. El primero fue Graceland, que es acerca de un imitador de Elvis nigeriano, pero dentro de ese libro estaba la historia de una niña que sufrió un abuso terrible, llamada Efwa, y un niño soldado llamado Innocent. Así, Efwa se convirtió  en el libro llamao Becoming Abigail; Innocent se convirtó en Song for night (Canción para la noche, Sur Plus, 2011);  y el imitador de Elvis se convirtió en The Virgin of Flames, así que todos están conectados pero todos son acerca de cómo uno se vuelve consciente y cómo uno encuentra la redención en los lugares más oscuros, y cómo podemos sanar y cómo podemos continuar y cómo es posible que incluso en medio de las cosas más difíciles siempre haya amor. Así que este libro cierra el ciclo de obras que plantean esas preguntas.

FM: Esta novela es acerca de un joven que enfrenta la guerra y la supervivencia en ese tipo de circunstancias, pero el lenguaje es un tema central. ¿Por qué?
CA: Bueno, porque es una creencia de mi cultura que el mundo existe dentro del lenguaje: el mundo material está hecho de la lengua que hablamos, no existe fuera del lenguaje. Así que nosotros creemos que todo lo que existe en el mundo material es un reflejo de algo que existe en un mundo inmaterial, y el puente entre esos dos lugares es el lenguaje. Y ya que el personaje habla en igbo, que es la lengua de esta cultura, necesariamente se enfoca en cómo el lenguaje es lo que transforma, porque el propio lenguaje fuerza eso en la narración.

FM: Como sabes, en la cultura occidental no se conoce mucho de la literatura africana, pero como un escritor africano, ¿qué crees que tu cultura aporta a tu obra?
CA: Mi cultura lo aporta todo: simplemente el lenguaje es un producto de mi cultura. Mi filosofía, mi visión del mundo, mi religión, todo influye en mi obra. Incluso cuano era católico, pues la manera en la que se practica el catolicismo en África es diferente de la de Roma… Así que todo lo que soy es esencialmente el producto de una cultura, pero entonces tengo múltiples culturas: fui criado como igbo, pero tuve una madre blanca inglesa, y mis influencias televisivas fueron las películas de Bollywood, la televisión norteamericana, las telenovelas mexicanas, la televisión australiana… Así que de muchas maneras mi cultura es una cultura cosmopolita moderna, y todo ello es llevado a lo que escribo.

FM: ¿Cuáles dirías que son las ideas que corren a través de toda tu obra?
CA: Las ideas principales que atraiesan mi trabajo son, nuevamente, la idea de que el lenguaje es la realidad última, que todos podemos encontrar un hogar en el lenguaje y que el lenguaje puede cambiar el mundo en el que vivimos. Es una fe completa en la idea de que los escritores africanos muestran la humanidad de la gente de África; mi trabajo dice fervientemente que todos compartimos una humanidad común, así que todos somos humanos en las mismas formas: todos fracasamos y triunfamos de la misma manera, y todos queremos lo mismo… Lo único que nos separa como seres humanos son las especias que usamos para cocinar, porque son lo único que es específico de un lugar determinado.

FM: Es cierto.
CA: ¡Sí!

FM: Y es una hermosa idea.
CA: Sí…

FM: Y después de que tú mismo has pasado por circunstancias muy difíciles, noto que tu personaje principal es una prueba de que aún tienes fe en la humanidad. ¿Cómo?
CA: Bueno, je, creo que cuando ves lo peor de lo que la gente es capaz simultáneamente están las cosas más grandiosas. Yo pasé un tiempo en prisión por mis escritos, y no me llevaron a una prisión especial, sino a una general, con gente realmente mala, y esa gente mala hizo muchas cosas buenas por mí… Yo estoy vivo hoy gracias a mucha de esa gente mala, y así fue que aprendí que la gente mala a menudo hace cosas buenas y la gente buena a menudo hace cosas muy malas, y llegué a valorar lo difícil que es ser bueno. Sin importar lo que puedas ver, puedes darte cuenta de que la mayor parte de la gente termina haciendo cosas malas porque intentaban hacer cosas buenas: alimentar a su familia, tener una vida mejor… Así que para mí es muy difícil hacer ese tipo de juicios; creo solamente en la idea de la gracia: algunos de nosotros tenemos la suerte de tener una gracia que está más allá de nosotros y nos redime.
(Nota de la traducción: Chris Abani usa el término inglés “grace”, que puede significar cualidad o favor; noto que puede equipararse con la palabra ashé / axé, que significa un bien material, una bendición o suerte).

FM: De acuerdo, las últimas dos preguntas, que son las más difíciles. La primera: ¿qué significa la literatura para ti?
CA: La literatura para mí significa… es básicamente el repositorio de toda la humanidad, de toda la raza humana en el tiempo. Es lo que contiene la memoria humana, lo que contiene el deseo humano, que se mitiga sin la presión de lo que llamamos “hechos”. Así, nos permite casi como una meditación llegar a una verdad más profunda, que a menudo contradice las cosas que vemos, pero eso es lo más importante. Eso es la literatura, creo que se convierte en una expresión de los más profundos ideales humanos posibles. Incluso la literatura que no tomamos en serio, como las novelas romáticas, son un reflejo de la sociedad, que nos dicen cómo actúan los hombres y las mujeres, así que la literatura es de muchas maneras la encarnación de la experiencia humana.

FM: Finalmente, ¿por qué escribes?
CA: Escribo porque no podría no escribir, pero también escribo porque soy un muy mal músico (ríe). Mi primer amor siempre ha sido la música, creo que paralelamente la literatura y la música, y si fuera un músico realmente bueno no estaría escribiendo, porque el lenguaje de la música trasciende, no requiere traducción, le habla a la gente o no, y creo que hay algo muy puro en eso, algo que me gustaría encontrar. Toda mi literatura es un intento de hacer música, de crear un lenguaje suficientemente puro como para que, incluso al ser traducido en múltiples idiomas, conserve esa pureza, no en un sentido de bondad, sino en el de ser casi como un espejo que te permita ver lo que quieras ver. Entonces por eso escribo, y también porque nada más ha llamado nunca mi atención: publiqué mi primera novela cuando tenía 16 años, ahora tengo 44… ¿Qué otra cosa podría hacer, que no sea preparar hamburguesas?

http://www.fabricademitos.com/chris-abani-%C2%BFque-mas-podria-hacer-sino-escribir/

GRACELAND. Chris Abani

«Una mirada conmovedora, rica en detalles y verdaderamente fascinante hacia otra cultura y cómo la nuestra ha influido en ella. Recuerda a la obra de Ha Jin por su fuerza y frescura.»
—T. CORAGHESSAN BOYLE
La extensa, pantanosa, cacofónica ciudad de Lagos, Nigeria, constituye el escenario de la historia de un adolescente imitador de Elvis llamado igual que su ídolo que espera abrirse camino fuera del gueto. Llena de matices, lírica y casi perfecta, esta es la extraordinaria historia de un hijo y su padre, y un examen de la Nigeria postcolonial, donde imperan los símbolos de la cultura estadounidense.
«El estilo intensamente visual de Abani y su sentido del humor convierten la desesperanza en esperanza.» —San Francisco Chronicle
«Extraordinario... Este libro funciona de forma magistral en dos sentidos. Como convincente y nada condescendiente reflejo de la vida en un suburbio pobre de Nigeria, y como visión tremendamente sincera de un mundo sesgado por la violencia fortuita, es maravilloso... Y a pesar de todos los horrores, también hay escenas tiernas en GraceLand, y son mil veces mejores por no parecer sentimentales en absoluto... Encantador.» —THE NEW YORK TIMES BOOK REVIEW
«Quien diga que esta es una novela nigeriana o africana está desviándose de lo esencial. Esta preciosa obra de ficción habla de complejas y crispadas estructuras políticas, de la ironía de que la sociedad occidental sea una medida de civilización y de lo complicado que es ser hijo. El lenguaje de Abani es hermoso y su historia es importante.» —PERCIVAL EVERETT
Uno de los 25 mejores libros del año. Los Angeles Times

Un historia tan brutal como conmovedora que nos arrastra hasta lugares donde la violencia y la miseria deshumanizan y sepultan los sueños de millones de personas. Graceland es ese sitio hacia el que no nos gusta mirar.


GRACELAND. Chris Abani

Traductora: Alicia Moreno Delgado.     978-84-15700-69-2

2013 de Poesía. Día 140. Matías Escalera

Día 140. Matías Escalera. Grito y realidad (2008)


PERROS (Y DUEÑOS)

No me gustan los perros
En realidad no me gustan los amos de los perros
En realidad no me gustan algunos dueños de perros
(aunque) En realidad no me gustan los dueños de perros que usan
Y corrompen (con su baba nauseabunda
y corrupta) la limpia baba
Y el alma (dócil) de los perros.


domingo, 19 de mayo de 2013

CON EL PASO CAMBIADO (NUEVAMENTE). Bernardo Santos


Ha llegado a mis manos el último poemario de Bernardo Santos, sexto libro, amén de algún que otro cuadernillo y antología, del poeta sevillano-soriano con el soniquete de que las letras encerradas en el libro "suenen en tu cabeza y en tus tripas".
Y es que es eso lo que logra Bernardo, que cada uno de sus poemas, algunos viejos conocidos, penetren en el lector de inmediato y sigan, durante un espacio indeterminado, dando vueltas y más vueltas.
Porque hay mucho de compromiso social, de situarse ante lo que se presenta ante él, de tomar partido (destacable en este mundo en el que todos parecemos esconder nuestras cartas por lo que pueda pasar). 
Una poesía viva, nada ampulosa, que no siente la necesidad de buscar atajos para decir las cosas. Se expresa directamente, buscando más la respuesta de las palabras que de los juegos literarios que tanto daño hacen, a veces, a la poesía moderna.
Bernardo demuestra su fuerza poética y no esconde su rabia, su enfado ante lo que el considera injusticias, no se conforma con posicionarse, sino que también saluda a aquellos que combaten, que defienden sus ideas con el compromiso necesario para hacerse escuchar. Tiene en el verso ese medio eficaz para estar presente en muchos de los acontecimientos a los que a veces no prestamos demasiada atención, y los mira como si estuviese planeando sobre ellos.
Poesía sincera, de largo recorrido, que dibuja la propia trayectoria poética del autor, que traza una línea recta de la que parecen partir curvas que nos acercan a cada uno de los episodios en los que parece sumergir la propia esencia de su palabra.
La mejor manera de perder ese miedo que parece gira alrededor e la poesía y, además, de mirar de frente a muchos de los acontecimientos sociales de los últimos años.

http://cesarmillan67.blogspot.com.es/2013/04/con-el-paso-cambiado-nuevamente.html

2013 de Poesía. Día 139. Bernardo Santos

Día 139. Bernardo Santos. Con el paso cambiado [nuevamente] (2013)


POEMA DEL LOCO

Mi cabeza es un ojo.
Mi cuerpo es un ojo.

Yo soy un ojo
y unas piernas para andar descarriado.
Un gran ojo por el que me asomo a la alteridad
que siempre me confunde.

Un ojo agazapado para esperar
que la historia se culmine.

Un ojo que recuerda
los cielos que han pasado,
la lluvia caída sobre los muertos
y todos los retratos.

Un ojo que pretende reflejar todos los ojos.
Nocturno, delirante y miope,
yo soy un ojo para leer los clásicos.

Sin embargo,
estoy cansado de no ser más que un ojo.
Quisiera tener labios para poder besar y ser besado.
Quisiera poseer un corazón,
un hígado, dos riñones;
tener apéndice, esófago,
una glándula tiroides
y dos manos.

Lo peor es esta viga en mi ojo amargo.