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jueves, 21 de septiembre de 2017
jueves, 21 de agosto de 2014
sábado, 20 de julio de 2013
2013 de Poesía. Día 201. Antonio Orihuela
Día 201. Antonio Orihuela. Once poetas críticos en la poesía española reciente (2007)
AL FINAL DE LA COMIDA
le he enseñado a mi madre
el libro de poemas
que acaban de publicarme.
La artritis de sus manos
apenas le deja mantenerlo abierto
y sus escasos años de escuela
recorren las palabras
como un niño que gatea
hasta hacer incomprensibles mis versos.
Loca de contenta,
orgullosa de su hijo,
le lee un poema a mi padre
que la mira desde el sofá.
Cuando termina,
levanta la cabeza
y ve a mi padre dormido.
Lo despierta
y vuelve a comenzar
hasta tres veces
la lectura...
le he enseñado a mi madre
el libro de poemas
que acaban de publicarme.
La artritis de sus manos
apenas le deja mantenerlo abierto
y sus escasos años de escuela
recorren las palabras
como un niño que gatea
hasta hacer incomprensibles mis versos.
Loca de contenta,
orgullosa de su hijo,
le lee un poema a mi padre
que la mira desde el sofá.
Cuando termina,
levanta la cabeza
y ve a mi padre dormido.
Lo despierta
y vuelve a comenzar
hasta tres veces
la lectura...
Yo no digo palabras,
pienso en los amos de la fuerza de los humildes,
en el tiempo delicioso que les robaron,
en la lengua que apenas les dejaron para comer
y reproducirse,
en los profesionales del estilo,
en los críticos de las letras,
y en lo lejos que estará siempre
el pueblo sencillo y trabajador
de eso que llaman literatura.
pienso en los amos de la fuerza de los humildes,
en el tiempo delicioso que les robaron,
en la lengua que apenas les dejaron para comer
y reproducirse,
en los profesionales del estilo,
en los críticos de las letras,
y en lo lejos que estará siempre
el pueblo sencillo y trabajador
de eso que llaman literatura.
sábado, 13 de julio de 2013
2013 de Poesía. Día 194. Antonio Orihuela
Día 194. Antonio Orihuela. Narración de la llovizna (2009)
En el silencio
el estertor de un pez sobre la arena.
Viento del este
tarde de verano.
jueves, 27 de junio de 2013
2013 de Poesía. Día 178. Antonio Orihuela
Día 178. Antonio Orihuela. La ciudad de las croquetas congeladas (2006)
VAMPIRIZADOS
Andan preocupados,
pagando investigaciones sobre el árbol genealógico de la familia
y sintiendo peligrar a la criada
en cualquier reforma de la Ley de Extranjería,
con la crisis en Argentina,
justo ahora que habían comprado en Telefónica y Repsol,
con los moros y los negros,
aunque no son racistas...
También cierran los grifos para que no goteen,
se duchan no se bañan
y cambiaron el coche por la seguridad del 4x4.
Sonríen si escuchan que el desarrollo es sostenible
y la producción va en aumento.
Piensan que esto no se va a acabar nunca.
Se agobian con sus propiedades y el exceso de trabajo,
pero acumulan por tres y consumen por cinco.
Aman las brumosas fronteras alambradas de la patria
y los límites vigilados de sus huertos.
Son hombres, mujeres,
homosexuales, heteros,
jóvenes, viejos,
catalanes, vascos, gallegos, valencianos, andaluces...
pertenecen a una clase que no se reconoce
ni en su descomposición
y
son
los explotados, a pesar de todo,
continúan siendo
los explotados.
sábado, 1 de junio de 2013
2013 de Poesía. Día 152. Antonio Orihuela
Día 152. Antonio Orihuela. Durruti en Budilandia (2007)
Ni Leh es un oasis
ni hay flores en el valle de las flores
ni las aguas termales son tales
ni los monjes son santos
ni el budismo tiene nada que no tenga
cualquier otro cuento
Aquí
en Ladakh
dentro de una mentira
cocinada en un caldo
que rebosa de turistas
queda escrito
jueves, 14 de marzo de 2013
2013 de Poesía. Día 73. Antonio Orihuela
Día 73.. Antonio Orihuela. Todo el mundo está en otro lugar (2011)
EL CONTESTADOR AUTOMÁTICO DEL NEOLIBERALISMO
Si quiere control pulse distracción.
Si quiere seguridad pulse violencia.
Si quiere desmantelar los derechos sociales
y los servicios públicos pulse crisis económica.
Si quiere medidas impopulares pulse resignación.
Si quiere público pulse publicidad.
Si quiere engañar pulse sugestionar.
Si quiere inducir comportamientos pulse emotividad.
Si quiere vulgaridad pulse corazón.
Si quiere cultura pulse moda.
Si quiere privatizaciones, precariedad y flexibilidad
vuelva a pulsar crisis económica.
La operación se está procesando.
Recuerde, nuestras órdenes son sus deseos.
domingo, 7 de octubre de 2012
Antonio Orihuela: “Todo el mundo está en otro lugar”
Baile del Sol, 2011. 298 páginas
20 septiembre, 2012 por Alberto García-Teresa
La obra se centra en la idea, desarrollada por Debord, de que el espectáculo suplanta a la realidad (de ahí el título del libro): «La vida vacía / perdida en lo virtual». Desde ese punto de partida, Orihuela abarca sus problemáticas habituales: la crítica socioeconómica y la denuncia del sistema, de la miseria, de la opresión, del control de pensamiento, de la exclusión social y de la falta de conciencia de clase. A través de versos con referentes directos, manifiesta las contradicciones y las paradojas y desnuda la falsedad y la injusticia del capitalismo. Especialmente, Orihuela se centra en la sumisión, en la permisividad que los ciudadanos tienen con el sistema una vez que han asimilado su doctrina: «Recuerde, nuestras órdenes son sus deseos». Despliega una fuerte ironía, más pronunciada y más inclemente que en otras ocasiones. Además, esgrime un duro tono de acusación no exento de autocrítica, que busca revelar los mecanismos de sometimiento y activar la desilusión y la resignación.
Pone el acento en los mecanismos de control de pensamiento: «Nos educan con anuncios, / nuestros sueños están hechos de publicidad». Del mismo modo, presta mucha atención a la desmemoria, al olvido, como herramienta de control social; paso previo a la reescritura de la Historia.

Formalmente, en este volumen usa abundantemente los paralelismos, quizá en exceso, cayendo a veces en lo reiterativo lo que implica que pierdan fuerza los textos. Incluye algunos juegos experimentales, como el brillante poema “Manual de autoayuda”, donde los versos se corresponden con el hipotético índice de un irónico manual de sumisión y amoldamiento a la sociedad de consumo.
Por su parte, dispone muchas preguntas retóricas, que obligan a que el lector se implique y se cuestione. Y es que esa desestabilización de certezas constituye el pilar de la poesía crítica de Antonio Orihuela.
Es frecuente que Orihuela deje en sus versos hablar a otras personas que relatan sus vivencias con la injusticia y la represión, o bien el «yo» las expresa en tercera persona, o reproduce sus opiniones. En ese sentido, muchos textos aportan datos e informaciones sobre la desigualdad social. Sirven de material que pueda prender la indignación al constatar la injusticia y la desvergüenza sin escrúpulos del capitalismo. Por eso aparecen muchos nombres propios en estos poemas, bien de compañeros trabajadores o bien de los poderosos y sus cómplices.

Hay que reseñar que el libro contiene una sección con extensos poemas narrativos de corte autobiográfico, que adolecen de distensión poética.
Por otro parte, merece la pena detenerse en “Que el fuego recuerde nuestros nombres”; una de sus mejores obras y que muestra, a su vez, nuevamente, otras facetas de Orihuela. Este extenso poema, compuesto por más de quinientos versos, supone un acercamiento a lo real alejado de su ironía e inmediatez habituales. Fue publicado de manera autónoma, primero, como plaquette (Aullido, 2007), a continuación fue recogido en una antología mejicana de la obra de Antonio Orihuela y, finalmente, se ha integrado en este volumen Todo el mundo está en otro lugar.
Sin embargo, se debe señalar que la ubicación en este volumen no le favorece, pues su situación (coherentemente al final del libro), detrás del grupo de poemas autobiográficos, puede provocar que el lector acceda a él con cierta saturación, y que interprete este texto como una pieza más de esa serie. Sin embargo, “Que el fuego…” posee mucha mayor relevancia, y podría arriesgarme a aconsejar leer esta pieza antes que aquellas.
En el poema, el autor ubica al «yo poético» en una posición más distante en su punto de observación, con lo que adquiere una serenidad escalofriante. De esta manera, ejecuta una retrospectiva de los hechos que construyeron sus días, su forma de pensar y de sentir desde la desolación de la derrota ante la inminencia del desastre: «estoy agotado / y el mundo se ha vuelto viejo y polvoriento / (…) / así que adiós / (…) / os regalo este saco de huesos y estos ojos azules». A partir de ahí, presenta un largo recorrido de despedida.

Por otra parte, resulta muy significativo que apele a hechos colectivos, a acontecimientos históricos o a personajes de relevancia, fuera de su esfera exclusivamente particular. La vida que recorre Orihuela es la de los habitantes de la sociedad, con los que haya más semejanzas que diferencias. De este modo, nuevamente se difuminan las barreras entre la vida privada (inconexa, aislante, egotista) y la colectiva (abierta, enriquecedora, generosa), redimensionado al tratarse, precisamente, de una despedida individual del mundo. De esta forma, además, consigue implicar al lector en el texto, puesto que este puede hacer suyas las referencias, y que se coloca, entonces, junto al «yo poético» en su recorrido. Así, el poeta también aquí recoge sus habituales interpelaciones, las alusiones directas al lector. Sin embargo, no hay en esta ocasión preguntas retóricas que descuadren al público o ironía que precise de su colaboración, sino que se le invita directamente a enriquecer el texto compartiéndolo, exponiendo las piezas que lo sustentan con el fin de que el lector añada otras o las conceda la forma definitiva. Por tanto, en absoluto consiste ese discurso en un mero juego referencial. No busca el guiño cómplice del reconocimiento del lector. La severidad y la contundencia de la despedida constituye el ancla que permite no interpretar el texto como un banal ejercicio lúdico, y la desoladora conclusión que vertebra el poema es incapaz de dar lugar a ello.
De “Que el fuego recuerde nuestros nombres” destaca especialmente su intensidad y su ritmo, que se mantienen de manera continua. Una de sus puntales consiste en el aporte continuo de información, que, por un lado, alude doblemente al lector, y, del mismo modo, por otro, le resitúa en la plataforma emocional desde donde va descendiendo la voz del poema. Además, hay que tener en cuenta los citados paralelismos que estructuran el verso libre de la composición.
Es muy significativo, por otro lado, que, a pesar del tono y sentido del texto, incluso del distanciamiento inicial, los versos contienen la habitual crítica social con buenas dosis de síntesis inherentes a Orihuela. La alternancia de sencillas alusiones culturales (que son valoraciones más que descripciones) con contundentes conclusiones inconformistas sobre otras referencias potencia en gran medida la fuerza sus condensados análisis críticos, y conjugan un mosaico ante todo no complaciente con lo establecido.
Así, resulta especialmente remarcable que el poema ofrece múltiples lecturas: una filosófica, base de todo él; una cultural, como recorrido por toda una experiencia vital (que es personal-colectiva, como he indicado); una puramente lírica, de la impresión individual del autor sobre el mundo; otra crítica sobre la sociedad global (pues enjuicia de manera disidente el conglomerado que forma el statu quo). Así, avanza en la poética de Antonio Orihuela, y revela nuevas capacidades técnicas y expresivas del poeta, aunque coherentes en todo momento con sus propuestas.
De este modo, Todo el mundo está en otro lugar ofrece una visión bastante completa de la poesía de Antonio Orihuela. Contiene una pieza especialmente brillante y otras muy remarcables, pero también un conjunto de poemas prescindibles. Por todo ello, se constituye como un conjunto irregular, aunque sus aciertos lo convierten en un libro muy recomendable.
jueves, 9 de febrero de 2012
jueves, 10 de noviembre de 2011
TODO EL MUNDO ESTÁ EN OTRO LUGAR
ANTONIO ORIHUELA
Estoy leyendo el libro de Antonio Orihuela “Todo el mundo está en otro lugar”.
Aún no lo he terminado, pero no quería dejar pasar más tiempo sin hacer un comentario sobre este.
Tengo que decir que tras asistir a la lectura de algunos poemas incluidos en este libro en voz de su autor y comenzar a leerlo más tarde, me dio un poco de “miedo” comenzar a leerlo. Me explicaré: A uno le quemaban muchas cosas que al día de hoy las tiene de alguna manera aparcadas en el trastero para no terminar auto-incendiado. El “miedo” a revivir pasiones y luchas se asomó entre verso y verso. Decidí leerlo —como es lógico— y no me equivoque. Pero eso es otra historia.
Digo todo esto, para recomendar que nadie deje de tenerlo y leerlo a poco que se sienta defraudado e indignado. Si sientes que no estás viviendo lo que esperabas ni tampoco lo que siempre soñaste este es tu libro. No para auto-ayudarte, ni para consolarte, sino, para terminar de encender la mecha que antes, alguna causa o razón encendió y el frío viento de la indiferencia ha apagado. Si deseas ver en lo que nos hemos y estamos convirtiendo, si deseas imaginar claramente hacia dónde vamos la humanidad sólo tienes que comprarte y leer esta joya de un gran pensador y poeta.
Antonio Orihuela
“Todo el mundo está en otro lugar”
Ediciones Baile del Sol.
Poesía/133
Pensaba colocar algún poema del libro, pero mejor los leéis vosotros en el libro tras adquirirlo. En su lugar voy a colocar un par de citas que Antonio ha puesto a modo de introducción en cada apartado del libro.
Para mí, ya fueron reveladoras de lo que allí me iba a encontrar, de lo que sabia me iba a hacer sentir.
Yo, escéptico ya de la recuperación de la raza humana me asombro cuando me encuentro con personas como Él, como Begoña Abab como Vicent Camps o incluso el tan cercano Javier Gm que junto a tantos otros aún parecen creer en nosotros, infames animales sin raciocinio o, en un mundo mejor y mas libre.
Mi más sincero consejo: no dejéis de poseer esta maravilla que a buen seguro os cambiara la forma de pensar, la forma de vivir y sobre todo de sentir.
FELICIDADES a todos ellos y ellas y, desde aquí mi pequeño gran homenaje.
¡Que haríamos los demás sin este tipo de personas, sin esos locos bajitos!
Escuchad, o bien pasáis el resto de vuestra vida como extras mal pagados de la película en blanco y negro y de bajo presupuesto de algún otro. O bien, os convertís en productores de vuestra propia película. Dirigís, ponéis el guión, elegís los personajes y escogéis las localizaciones de la peli más grande jamás rodada basada en hechos reales.
¿Por qué conformarse con menos?
Timothy Leary. Flash Backs
Pier Paolo Pasolini
martes, 4 de octubre de 2011
domingo, 17 de julio de 2011
Antonio Orihuela: desterrando la impostura
El poeta onubense Antonio Orihuela tiene nuevo poemario, "Todo el mundo está en otro lugar", que recopila su producción poética de los últimos tiempos.
Rafael Calero Palma | Margen Izquierda | Hoy a las 19:12 | 59 lecturas
Mi primer contacto con la obra de Antonio Orihuela (Moguer, Huelva, 1965) fue a través de aquella antología titulada Feroces, que editó DVD cuando el siglo XX agonizaba en su lecho de muerte y de cuya selección se encargó la poeta extremeña Isla Correyero. Por aquella época, yo era aún un poeta inédito que estaba buscando un camino propio. Digo esto porque recuerdo que los poemas de Orihuela incluidos en aquella antología supusieron para mí un shock de los que dejan huella indeleble en el alma. Lo primero que pensé fue que Antonio, sin duda, era un poeta al que había que prestar mucha atención. Y es que en aquel puñado de poemas encontré una mirada única, personal e intransferible. La mirada de un poeta radicalmente comprometido con el ser humano, de una honestidad apabullante, un poeta que se declaraba, sin ambages ni medias tintas, libertario.
Antonio acaba de publicar un nuevo poemario. Todo el mundo está en otro lugar, que así se titula la obra, ha sido publicada por la editorial tinerfeña Baile del Sol, y recopila la producción poética de Orihuela de los últimos tiempos. Estamos ante una obra extensa (en tamaño, casi trescientas páginas, algo insólito por estos lares para un libro de poemas) e intensa. Y es que Antonio Orihuela es, a día de hoy, y ya es hora de que alguien lo diga en voz alta, el mejor poeta de cuantos pululan por estas tierras ibéricas y, probablemente, uno de los mejores de cuantos escriben en castellano. Y ahí están los versos de este libro para demostrarlo.
En Todo el mundo está en otro lugar Antonio sigue su propio camino, ahondando en esa poesía de la conciencia en la que, junto con otros poetas como David González, Isabel Pérez Montalbán, Enrique Falcón, Eladio Orta o Jorge Riechmann, ha sido englobado. Desde la misma portada del libro (un rebaño de ovejas a las que suponemos viendo la televisión con gafas para ver en tres dimensiones), el poeta de Moguer nos muestra todas sus cartas, sin guardarse nada en la manga. Y es que en estos nuevos poemas, Orihuela continúa el plan que se trazó cuando comenzó a escribir poesía, esto es, plantar cara al capitalismo, en un intento de derribarlo, que él sabe totémico, cuasi imposible, denunciando su juego sucio, sus falacias, sus trucos baratos de feria; o combatir la deshumanización en la que se encuentra sumido el ser humano contemporáneo, desde una postura vital comprometida, aunque no carente de cierto hedonismo, como demuestra en estos versos del poema “El final del cuento”, uno de los más certeros de todo el libro:
Ahora es tiempo de decir que no queremos seguir así,
que queremos trabajar poco, comer bien y follar mucho,
y para esto no necesitamos ni al capitalismo
ni a sus sindicatos
Antonio se mantiene firme en esa guerra feroz, por desigual, que se ha propuesto mantener contra el sistema capitalista y sus secuaces: los políticos, los banqueros, los explotadores de toda condición y pelaje, los maltratadores, los mass media manipuladores y corruptos, los que, en definitiva, están acabando con el planeta Tierra. Y lo hace con su mejores herramientas, el lenguaje y una poesía que toma la forma de largo poema narrativo (“The blank generation”, “Aquí viene la gente de gris”, “Telepizza, el secreto está en la pasta”) o de breve reflexión cercana al haiku (“Porvenir”; “Seguiriya”, “Políticos”). Me gustaría destacar, sobre todo, el lirismo de poemas como “Landó” o “Fervor de ti”, una vertiente esta de la que ya nos fue dejando pistas en otros libros anteriores pero que nunca, como ahora, destacaba de manera tan sobresaliente.
Estoy completamente seguro de que jamás veremos a Antonio Orihuela recogiendo el premio de la Crítica ni el Premio Nacional de Poesía, aunque por méritos literarios ocupe la primera línea de salida. Todos sabemos, o al menos intuimos, cómo funciona el circo. Tampoco creo que le importe mucho. Lo suyo es escribir poesía, de la que araña la piel y se clava por ahí dentro, porque como él mismo dice, lo único importante es que las cosas que escribimos “se extiendan, ayuden a desterrar la impostura y a hacer explotar las máscaras del poder, nos sirvan para perder el miedo y, sobre todo, acompañen a los movimientos sociales en los que estamos para cambiar este mundo injusto. Si valen para eso, misión cumplida.”
http://mimargenizquierda.blogspot.com
http://www.kaosenlared.net/noticia/antonio-orihuela-desterrando-impostura
Rafael Calero Palma | Margen Izquierda | Hoy a las 19:12 | 59 lecturas

Mi primer contacto con la obra de Antonio Orihuela (Moguer, Huelva, 1965) fue a través de aquella antología titulada Feroces, que editó DVD cuando el siglo XX agonizaba en su lecho de muerte y de cuya selección se encargó la poeta extremeña Isla Correyero. Por aquella época, yo era aún un poeta inédito que estaba buscando un camino propio. Digo esto porque recuerdo que los poemas de Orihuela incluidos en aquella antología supusieron para mí un shock de los que dejan huella indeleble en el alma. Lo primero que pensé fue que Antonio, sin duda, era un poeta al que había que prestar mucha atención. Y es que en aquel puñado de poemas encontré una mirada única, personal e intransferible. La mirada de un poeta radicalmente comprometido con el ser humano, de una honestidad apabullante, un poeta que se declaraba, sin ambages ni medias tintas, libertario.
Antonio acaba de publicar un nuevo poemario. Todo el mundo está en otro lugar, que así se titula la obra, ha sido publicada por la editorial tinerfeña Baile del Sol, y recopila la producción poética de Orihuela de los últimos tiempos. Estamos ante una obra extensa (en tamaño, casi trescientas páginas, algo insólito por estos lares para un libro de poemas) e intensa. Y es que Antonio Orihuela es, a día de hoy, y ya es hora de que alguien lo diga en voz alta, el mejor poeta de cuantos pululan por estas tierras ibéricas y, probablemente, uno de los mejores de cuantos escriben en castellano. Y ahí están los versos de este libro para demostrarlo.
En Todo el mundo está en otro lugar Antonio sigue su propio camino, ahondando en esa poesía de la conciencia en la que, junto con otros poetas como David González, Isabel Pérez Montalbán, Enrique Falcón, Eladio Orta o Jorge Riechmann, ha sido englobado. Desde la misma portada del libro (un rebaño de ovejas a las que suponemos viendo la televisión con gafas para ver en tres dimensiones), el poeta de Moguer nos muestra todas sus cartas, sin guardarse nada en la manga. Y es que en estos nuevos poemas, Orihuela continúa el plan que se trazó cuando comenzó a escribir poesía, esto es, plantar cara al capitalismo, en un intento de derribarlo, que él sabe totémico, cuasi imposible, denunciando su juego sucio, sus falacias, sus trucos baratos de feria; o combatir la deshumanización en la que se encuentra sumido el ser humano contemporáneo, desde una postura vital comprometida, aunque no carente de cierto hedonismo, como demuestra en estos versos del poema “El final del cuento”, uno de los más certeros de todo el libro:
Ahora es tiempo de decir que no queremos seguir así,
que queremos trabajar poco, comer bien y follar mucho,
y para esto no necesitamos ni al capitalismo
ni a sus sindicatos
Antonio se mantiene firme en esa guerra feroz, por desigual, que se ha propuesto mantener contra el sistema capitalista y sus secuaces: los políticos, los banqueros, los explotadores de toda condición y pelaje, los maltratadores, los mass media manipuladores y corruptos, los que, en definitiva, están acabando con el planeta Tierra. Y lo hace con su mejores herramientas, el lenguaje y una poesía que toma la forma de largo poema narrativo (“The blank generation”, “Aquí viene la gente de gris”, “Telepizza, el secreto está en la pasta”) o de breve reflexión cercana al haiku (“Porvenir”; “Seguiriya”, “Políticos”). Me gustaría destacar, sobre todo, el lirismo de poemas como “Landó” o “Fervor de ti”, una vertiente esta de la que ya nos fue dejando pistas en otros libros anteriores pero que nunca, como ahora, destacaba de manera tan sobresaliente.
Estoy completamente seguro de que jamás veremos a Antonio Orihuela recogiendo el premio de la Crítica ni el Premio Nacional de Poesía, aunque por méritos literarios ocupe la primera línea de salida. Todos sabemos, o al menos intuimos, cómo funciona el circo. Tampoco creo que le importe mucho. Lo suyo es escribir poesía, de la que araña la piel y se clava por ahí dentro, porque como él mismo dice, lo único importante es que las cosas que escribimos “se extiendan, ayuden a desterrar la impostura y a hacer explotar las máscaras del poder, nos sirvan para perder el miedo y, sobre todo, acompañen a los movimientos sociales en los que estamos para cambiar este mundo injusto. Si valen para eso, misión cumplida.”
http://mimargenizquierda.blogspot.com
http://www.kaosenlared.net/noticia/antonio-orihuela-desterrando-impostura
lunes, 11 de julio de 2011
Antonio Orihuela en "La Poesía vuelve a enfadarse"
sábado, 4 de junio de 2011
Novedades Feria del Libro - 3
LA DOLOROSA RAÍZ DEL MICONDÓConceição Lima
ESPANTO
Y en el mar fue preso, escoltado caminante
De todo el mar sólo fue ola muda
De marfil los dientes, inescrutables los dioses
Ninguna trompeta dio amparo al mutismo
de su voz sin doctrina.
Con su nombre y su lengua murieron colinas
A poniente se abrió una vanguardia de tumbas
que esparce del destierro la metamorfosis
en nuevos himnos, otros abismos llamados islas.
Y ni estrella ni astro, ninguna llama
De la propia sombra fue la sombra quien le amó
cuando impasible marchó hacia el infernal engranaje
y el mundo emergió - su destino y su casa.
Y en el mar fue preso, escoltado caminante
De todo el mar sólo fue ola muda
De marfil los dientes, inescrutables los dioses
Ninguna trompeta dio amparo al mutismo
de su voz sin doctrina.
Con su nombre y su lengua murieron colinas
A poniente se abrió una vanguardia de tumbas
que esparce del destierro la metamorfosis
en nuevos himnos, otros abismos llamados islas.
Y ni estrella ni astro, ninguna llama
De la propia sombra fue la sombra quien le amó
cuando impasible marchó hacia el infernal engranaje
y el mundo emergió - su destino y su casa.
SO-132. Poesía. 2011. 82 páginas. ISBN: 978-84-15019-40-4. 10 €.
TODO EL MUNDO ESTÁ EN OTRO LUGARAntonio Orihuela
DALES AMOR Y PUÑETAZOS, TV
Tú ya sabes que eres
el lugar donde trascurre su vivir,
su sumisión y sus pocas ganas de protesta,
así que dales un tiro allí,
bárrelos con la escoba si se caen de un andamio aquí,
y al resto déjalos sueltos por la jaula para que canten
y discutan de fútbol,
y triplica los espacios y tiempos de la publicidad
porque nadie como ella
extiende la verdadera utopía del capitalismo,
y multiplica por ocho
el tiempo de la sección de deportes,
y duplica
los concursos donde haya que cantar la ovejita lucera,
bailar con un zombi extraído de la programación de 1980
o recordar el primer apellido de soltera de la mujer del príncipe.
Mejor más películas de acción para que parezca que está pasando algo.
Mejor dales drogas, terrorismo y religión
y nadie se reirá cuando hables de la ley y el orden.
Tú ya sabes que eres
el lugar donde trascurre su vivir,
su sumisión y sus pocas ganas de protesta,
así que dales un tiro allí,
bárrelos con la escoba si se caen de un andamio aquí,
y al resto déjalos sueltos por la jaula para que canten
y discutan de fútbol,
y triplica los espacios y tiempos de la publicidad
porque nadie como ella
extiende la verdadera utopía del capitalismo,
y multiplica por ocho
el tiempo de la sección de deportes,
y duplica
los concursos donde haya que cantar la ovejita lucera,
bailar con un zombi extraído de la programación de 1980
o recordar el primer apellido de soltera de la mujer del príncipe.
Mejor más películas de acción para que parezca que está pasando algo.
Mejor dales drogas, terrorismo y religión
y nadie se reirá cuando hables de la ley y el orden.
SO-133. Poesía. 2011. 298 páginas. ISBN: 978-84-15019-45-9. 16 €.
MUCHA POLICÍAJuan Bautista Moreno
Sí, al final entras en el juego. Has luchado fuerte, denunciaste lo ignominioso, lo has intentado cambiar, pero al final tú también te dejaste llevar. No te preocupes, la inmundicia nos arrastra a todos, a todos los que nos llamamos seres humanos. En nosotros está inserta esa debilidad.
Fuiste valiente, eso sí. Y escribiste bien, dejándote llevar por el corazón, que dictaba palabras de acierto. Y no, no es ficción lo que nos has mostrado. No son aventuras vividas en la cabeza ni mundos ajenos fruto de la fantasía de los sueños. Son historias reales que nos han hecho ver lo que el gorila de peluche lleva por dentro. Está bien eso de destriparlo y mostrarnos las miserias que todo “cuerpo” posee.
Serretas, caimanes, antorchas, tablillas son sustantivos nuevos, diferentes después de esta lectura. Poemas armados de sinceridad que llegaron a tus dedos para decir basta, hilados por el tiempo desde el antes al después, que nos muestran que la voluntad, en verdad, sí es quebrantable. Aunque estoy seguro, convencido, que el parásito de la poesía que cobijas, de la sensibilidad, te hubiese impedido pasar a mayores.
Poesía llena de música. Melodías obtenidas sin forzar las palabras en busca de rimas que serían, en este caso, como el traje impoluto, sin estrenar, que llevaría el muerto en su caja o las luces de navidad que adornan las calles embarradas de los suburbios. Retazos de vida, de miseria humana en la que dejas que el lector se mire, se refleje, se reconozca. Palabras que pisan sangre, como tú.
Poemas barco, como el arca de Noé, que sabes que contiene tantos tipos como los que nos rodean cada día: Cloro, Pardo, Boti, Chofas, Gallego, Travieso, Bizco o Casius, hechos de barro y de hiel.
Poemas que cuentan historias que siempre acaban con un tiro dirigido al entrecejo del lector.
Y, donde los poemas no se muestran amigables con el drama, relatas historias que permiten la polifonía coral, la sombra de personajes imborrables. Tres relatos que lograran hacerle reflexionar a ese lector que empieza a abrir los ojos, que le harán saber que la línea que separa su normalidad de esa otra vida que mira con mueca de asco, apenas está perfilada en el suelo, que los grandes corazones son siempre de los más débiles y que, por más que luche, el juego de la vida lo va a perder, como te ocurrió a ti.
Hiciste bien, en mostrarnos todo esto, Juan Bautista Moreno, quien quiera que seas o hayas sido.
Esteban Gutiérrez Gómez
Fuiste valiente, eso sí. Y escribiste bien, dejándote llevar por el corazón, que dictaba palabras de acierto. Y no, no es ficción lo que nos has mostrado. No son aventuras vividas en la cabeza ni mundos ajenos fruto de la fantasía de los sueños. Son historias reales que nos han hecho ver lo que el gorila de peluche lleva por dentro. Está bien eso de destriparlo y mostrarnos las miserias que todo “cuerpo” posee.
Serretas, caimanes, antorchas, tablillas son sustantivos nuevos, diferentes después de esta lectura. Poemas armados de sinceridad que llegaron a tus dedos para decir basta, hilados por el tiempo desde el antes al después, que nos muestran que la voluntad, en verdad, sí es quebrantable. Aunque estoy seguro, convencido, que el parásito de la poesía que cobijas, de la sensibilidad, te hubiese impedido pasar a mayores.
Poesía llena de música. Melodías obtenidas sin forzar las palabras en busca de rimas que serían, en este caso, como el traje impoluto, sin estrenar, que llevaría el muerto en su caja o las luces de navidad que adornan las calles embarradas de los suburbios. Retazos de vida, de miseria humana en la que dejas que el lector se mire, se refleje, se reconozca. Palabras que pisan sangre, como tú.
Poemas barco, como el arca de Noé, que sabes que contiene tantos tipos como los que nos rodean cada día: Cloro, Pardo, Boti, Chofas, Gallego, Travieso, Bizco o Casius, hechos de barro y de hiel.
Poemas que cuentan historias que siempre acaban con un tiro dirigido al entrecejo del lector.
Y, donde los poemas no se muestran amigables con el drama, relatas historias que permiten la polifonía coral, la sombra de personajes imborrables. Tres relatos que lograran hacerle reflexionar a ese lector que empieza a abrir los ojos, que le harán saber que la línea que separa su normalidad de esa otra vida que mira con mueca de asco, apenas está perfilada en el suelo, que los grandes corazones son siempre de los más débiles y que, por más que luche, el juego de la vida lo va a perder, como te ocurrió a ti.
Hiciste bien, en mostrarnos todo esto, Juan Bautista Moreno, quien quiera que seas o hayas sido.
Esteban Gutiérrez Gómez
SO-135. Poesía. 2011. 122 páginas. ISBN: 978-84-15019-46-6 10 €.
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mucha policía,
todo el mundo está en otro lugar
jueves, 14 de abril de 2011
Narración de la llovizna, de Antonio Orihuela
marzo 21, 2011 · 1 Comentario
Por Alberto García-Teresa.
Narración de la llovizna
Antonio Orihuela

Narración de la llovizna Antonio Orihuela
108 páginas
2ª edición
Baile del Sol, 2009
ISBN: 978-92528-48-6

Antonio Orihuela
Antonio Orihuela es una de las voces más significativas de la «poesía de la conciencia crítica», esa corriente que manifiesta la presencia del conflicto social en nuestro entorno, enunciándolo desde dentro. Además, es el impulsor y coordinador de los encuentros de poetas Voces del Extremo, que superan ya la década, y ha publicado varios ensayos sobre política, Historia, literatura, arte y relaciones de dominación. Autor, por otro lado, de distintos libros de poesía experimental, incluida una extensa y documentada cronología de su historia en España, Narración de la llovizna recoge otra vertiente de su poesía, no tan combativa y tan reconocible como la que habitualmente practica.
El volumen agrupa piezas de corte intimista, cargadas de reflexión y nostalgia. Se trata de piezas breves, o muy breves, incluso de haikus (que reproducen su correspondiente impresión del paisaje canónica). Mantienen un tono pausado, a través del cual se lleva a cabo un recuento de la vida pasada («este paisaje de curvas / por el que ha transido la vida») y que, no obstante, destilan cierta desesperanza.
Por otro lado, en sus textos, el escritor traza un vínculo casi telúrico con la naturaleza (ese que puede rastrearse también en Madera de un solo árbol): «canto esta canción de fuego / para el bosque». Además, los textos poseen una notable fuerza lírica, conseguida a través de las múltiples metáforas y personificaciones que Orihuela despliega en los versos. También el poeta emplea abundantes paradojas, construidas a través de negaciones (como «¿en serio, puede venir / lo que nunca abandoné en ninguna parte?»).
Manifiesta la obra una confianza en la capacidad del lenguaje para alterar la realidad: «Las palabras pueden cerrar bocas y construir besos / incluso allí donde no los hubo, / y concluir en tormenta con aparato eléctrico / donde, en realidad, no más / que débil roce». Sin embargo, lejos de quedarse en una actitud complaciente al respecto, apuesta por una actitud de búsqueda verdaderamente abierta, repudiando el miedo: «lástima habernos detenido en las palabras / desde ellas aún es fácil encontrar / el camino de regreso».
De esta manera, el escritor se plantea plasmar también la sensación placentera de lo sencillo, de lo plácido, que supone un asidero en el combate del día a día. En esa línea, sobresalen los poemas de amor del tomo, o que versan sobre el amor. De él, se destaca su capacidad para dar sentido a la vida: «tu boca es una promesa, / aléjame este frío».
Por tanto, Antonio Orihuela logra con este poemario presentar una poesía muy sugerente, que potencia la evocación, mediante referentes cercanos; algo coherente con la atmósfera y el registro ejecutado y mantenido a lo largo de toda esta Narración de la llovizna. Una obra, así, que demuestra la versatilidad de este singular escritor.

Narración de la llovizna Antonio Orihuela
108 páginas
2ª edición
Baile del Sol, 2009
ISBN: 978-92528-48-6
http://vocesdelextremopoesia.blogspot.com/
http://www.culturamas.es/blog/2010/06/30/antonio-orihuela-poeta-del-extremo/
http://www.culturamas.es/blog/2010/06/30/antonio-orihuela-poeta-del-extremo/
Este libro lo puedes adquirir en:
viernes, 4 de marzo de 2011
Eva Vaz, David González, Antonio Orihuela y Déborah Vukusic en NOSOMOSTANRAROS
Antonio G. Villarán, Eva Vaz, Jose Luís Piquero, Los Hedonistas, Pablo Fidalgo, Gracia Iglesias, The Crrr, David, González, Antonio Orihuela, Miguel Bascón, Déborah Vukusic y Jazmina Caballero, son otros de los nombres que darán cuerpo, con su voz, su música y sobre todo con su poesía al Nosomostanraros 2011, el certamen que quiere acercar la poesía a los ciudadanos sacándola de su contexto habitual y llevándola a bares, plazas, autobuses y huertos de Elche. Del 3 de marzo al 1 de abril. Organiza: Ayuntamiento de Elche.
El festival da comienzo el jueves 3 de marzo con la "Pegada de Poemas".
Programación oficial del festival en pdf.
También tienes toda la la programación en alacalle
Más información en http://escorxador.wordpress.com/
lunes, 21 de febrero de 2011
Antonio Orihuela: “Escribir sobre la alegría es lo más difícil del mundo”
Por Pedro Crenes Castro | Destacados | 19.02.11
Conversamos con Antonio Orihuela, una de las voces que más tienen que decir dentro de la poesía española contemporánea. Trabaja ahora en un ensayo que verá la luz muy pronto y es un entusiasta de las letras, la cultura y claro está, la poesía con mayúscula.

Rotundidad de lo breve. Así defino yo este poemario tuyo. ¿Cómo has llegado a este tan difícil equilibro entre imagen, ritmo y palabras?Pues no sabría bien qué decirte… pero espero que todo lo que escribo surja de esa síntesis. Me alegra saber que en este libro, a tu juicio, eso está conseguido. Saber que la editorial Baile del Sol vuelve a apostar por él, sacando una segunda edición, lo que ya es difícil en un libro de poesía, me pone tras la pista de que algo bueno han debido ver en él los lectores.
Tengo mi teoría, aparte de la cita de José Mª Parreño, pero ¿puedes explicarnos el título del poemario, Narración de la llovizna?
El título hace referencia a la lluvia como hecho poético, como realidad y como metáfora del pasado, que tal vez sea su parte más fértil, en él la lluvia se vuelve trasunto de un refrescar la memoria, de un limpiar con ella los muchos errores, sanar desde ella las heridas, los cortes, los trazos de la pasión, y festejar bajo ella la vida.
¿Es este un poemario otoñal en la vida del poeta o todavía te quedan primaveras?
Biológicamente estoy, desde luego, comenzando el otoño de mi vida, y desde esa certeza trataré por todos los medios de prolongar la primavera que yo entiendo como un continuar abierto al asombro, a la ilusión y a las ganas de seguir trabajando en lo que creo.
Según el poema de la página 93 ¿es el dolor un mejor hilo para volver a la memoria o la alegría también es un hilo válido?
El dolor es un hilo delicado, desde luego, tienes que tener cuidado con él, mantenerlo tenso y saber que está ahí, siempre al acecho… El poemario con estas prácticas intenta conjurarlo, sanarlo y en la medida de lo posible, darlo por cerrado, transformarlo en un dolor que ya no duela. Escribir sobre la alegría es lo más difícil del mundo, yo creo que a lo más que me he acercado es a escribir sobre un alegre dolor.
Se venía gestando desde el año 2000 y en el 2003 decidí darlo por cerrado, lo envié a una entonces desconocida y juvenil editorial canaria que había conocido en los EDITA, los encuentros de editores y escritores de Punta Umbría (Huelva) que lleva organizando Uberto Stabile desde hace más de quince años, y poco después lo publicaron ellos. El criterio que seguí para elaborar el libro fue ir desgajando, de lo que entonces estaba escribiendo, aquellos poemas que veía que no encajaban en otro libro en el que andaba: La ciudad de las croquetas congeladas, que también publicó Baile del Sol unos años después. Digamos que la dimensión pública de La ciudad de las croquetas congeladas contrastaba con los textos que finalmente engrosaron Narración de la llovizna, donde lo íntimo adquiría una potencia autónoma difícil conciliar más que consigo misma. A pesar de esto, continúo defendiendo que también lo privado, lo íntimo y lo personal es político, pero tenía claro que el ritmo y el tono estaban agrupando mi producción de esos años en dos libros distintos.
La cita de Manolo, el conductor del autobús, me llevó directo a Los heraldos negros de Vallejo, “hay golpes en la vida…” ¿qué opinas?
En efecto, eres el primero que percibe esta relación. Como poeta estoy siempre especialmente atento a lo que la voz del pueblo se deja hablar, y en esta ocasión, fue Manolo, el señor que conducía el autobús que nos traía de vuelta a casa después de un viaje de fin de curso con los alumnos del instituto el que provocó este pequeño satori, esta iluminación que recrea para mí, y para cualquier otro lector atento, los versos de Vallejo… Manolo se refería, claro está, al alboroto que los niños iban montando en el autobús a medida que nos acercábamos a casa, ellos habían pasado uno de los ritos de tránsito más hermoso, esa excursión que suele ser la primera que uno hace de adolescente y que, a veces, significa tantas cosas: alejarse del ámbito protector de lo familiar, explorar lugares desconocidos, enamorarse tal vez por primera vez, compartir con los amigos una aventura especial, etc. También es el fin del instituto y con él de la adolescencia, y el comienzo de algo que no se sabe bien a dónde los llevará: la universidad, el trabajo, la vida adulta, en suma, de algo que empieza a asomar y con lo llegarán, como decía Manolo, “los golpes”, las revelaciones, las frustraciones, los hallazgos maravillosos… Me pareció entonces que ningún chamán podría haber dispuesto mejor a sus neófitos para asumir la entrada en la vida adulta que Manolo con ese verso suelto… El conductor del autobús de la vida nos preparaba para el porvenir, con acento andaluz cerrado, y nos dejaba el regalo de este mantra maravilloso: “Niño, tené cuidao con loh gorpe”… El resto del conjuro es un deseo, dar, darse, no esperar demasiado, alegrarse por los regalos recibidos y no preocuparse demasiado de nada porque de todos modos el viaje se terminará antes o después, tarde o temprano.
En la sección “La muerte” incluyes el poema Un país a nuestro dolor. ¿Es la vuelta del exilio una especie de muerte, un suerte de pérdida de algo?
Sí, en efecto, el exilio es una especie de muerte, y volver genera una extrañeza inmensa; es la desazón del desubicado, y aceptarlo así es la única manera de permanecer en ese lugar sin volverse loco, con algo de sentido del por qué está uno allí si ya no es tu lugar sino otra cosa que tampoco termina de ser distinta.
¿Cómo ves el panorama poético español y latinoamericano?
Del panorama español me apena el ver cómo las mejores voces y los mejores libros son sistemáticamente ninguneados y silenciados mientras que lo que se promociona desde los medios es la mediocridad en verso y el clientelismo más rastrero. Es triste que poemarios como La marcha de 150 millones de Enrique Falcón, En las tierras de Goliat de David González, Las aventuras de Imperio Sevilla de Daniel Macías Díaz, Tierrafirmista de Eladio Orta, Con los ojos abiertos de Jorge Riechmann, Campo Nublo de Antidio Cabal, Con el paso cambiado de Bernardo Santos, Tres mil días y un cuervo de Juan Sánchez Amorós, La línea de fuego de Uberto Stabile o Estrategias y métodos para la composición de rompecabezas de José María Cumbreño, todos ellos recientemente publicados, no tengan ningún eco, cuando son diez apuestas fundamentales no solo de escritura, sino del querer vivir de otra manera.
El panorama actual de la poesía latinoamericana, sinceramente, me es bastante desconocido, apenas llevo unos años interesándome vivamente por la literatura mexicana, sobre todo la que se hace en las grandes ciudades del centro y el norte del país, que creo que, sin menospreciar lo que se esté haciendo en otros lugares, es la que he visto con más posibilidades de trascender su ámbito local y conectar con una sensibilidad poética más radical y crítica, también más moderna y arriesgada, más innovadora y fresca. Ahí hay un filón de nuevas voces y nuevas maneras de decir que me interesan vivamente. El año pasado conseguí editar una antología “21 balas” que se ha editado en España y en México a la vez, es un adelanto de lo que comento, hecha tras la lectura de obra de más de mil seiscientos poetas mexicanos. También Uberto Stabile prepara otra, magnífica, sobre poesía norteña Del otro lado, que recomiendo busquen en cuanto salga.
¿En qué trabaja ahora Antonio Orihuela?
Ahora mismo estoy corrigiendo pruebas de mi último libro, que vuelve a ser, después de casi quince años, de investigación, un libro en el que he buceado por las entrañas del franquismo, sus archivos, sus aparatos represivos, judiciales y carcelarios, sus asesinatos, sus fosas o el incalculable daño psíquico que consiguió hacer en una clase obrera que no ha vuelto a levantar cabeza desde la guerra y, cómo no, por la voz dormida de la memoria personal para reconstruir con todo ello la historia de un pueblo… los que lo han examinado dicen que también se puede leer como una novela coral, no sé, tal vez, la verdad es que por sus páginas dialogan o rememoran aquel tiempo de ignominia más de quinientas personas. Espero presentarlo a finales de abril, se titulará Moguer, 1936.
Este libro lo puedes adquirir en:
jueves, 3 de febrero de 2011
ANTONIO ORIHUELA "Narración de la llovizna"
Manuel Garrido Palacios

Hay poemas que rozan lo mágico y que te concilian con un libro por razones que quizá vayan más allá de la razón. Te paras en sus versos porque notas que su latido trasciende de la individualidad del poeta al universo común, al sentir de todos. La editora me envía el poemario “Narración de la llovizna”, de Antonio Orihuela, y lo abro, y lo leo:
“Somos extraños en el único lugar donde no somos / extranjeros, / aunque a nadie conoce el río como a nosotros, / ni su fondo de fango e historias podridas. / Extraña nuestra forma de mirar las puertas, / el amor, / las mayorías. / Igual que otros, / extravagantes temporeros / llegados por la cosecha de recuerdos amarillos. / Tejemos con ellos un viejo mantel de tiempo / un lugar a donde trasladarnos un día, todos juntos / cuando sucesivamente caduquen los salvoconductos / los cuerpos y los labios. / Un lugar / no extranjero / a todas partes extraño”.
Antonio Orihuela nace en Moguer. Profesor, escritor, investigador, Doctor en Historia, ha publicado en poesía libros como “Comiendo Tierra”, “Piedra, corazón del mundo”, (Valencia, con 2" Edición), “Tú quién eres tú” (Tenerife, 2006), “La ciudad de las croquetas confiadas”. (Tenerife, 2006), “Para una política de las luciérnagas”, (Madrid, 2007), Durruti en budilandia (Tenerife, 2007), “Que el fuego recuerde nuestros nombres”, (Huelva, 2007) y “La destrucción del mundo”, (México, 2007). Autor de la novela experimental “x Antonio Orihuela”, (Béjar, 2005) y de los ensayos “La Voz Común: una poética para reocupar la vida”, (Madrid, 2004), “Archivo de Poesía Experimental”, (Málaga, 2007) y “Libro de Tesoros”, (Sevilla, 2007). Coordina los Encuentros Voces del Extremo, de la Fundación Juan Ramón Jiménez, desde 1999.
“Narración de la llovizna” (Baile del Sol. Tenerife) es un poemario que sale en 2ª edición, cosa no frecuente en los libros de versos (la 1ª es de 2003) y el autor agrupa los poemas en tres partes: “Lluvia”: “Infiernos del agua / ahora me paseo lineal y suave, / abriendo una brecha en la memoria para que salga / lo que quede de todo lo que fue... / cartoncito, / dolor de piernas, / me alegro, igual que la fina proa recta de mi barca, / así nos vemos, sin rumbo, / no vinimos aquí para ganar concursos, / sino para pasar disfrutones en el concurso / que es vivir con otros vivos / sin juicio. / Es hermoso salir de este agua de marisma / y respirar la noche sin humo / y sin más ruido que el de los astros desplazándose, / regalo extendido que nos han hecho seres muy brillantes, / dividiéndonos entre la azucena, / los maestros naranjas / y este resoplar de perro que se atraganta de sol en los atardeceres... / ¡Ay de ti!, si pruebas / un sorbo de todo esto”.
La siguiente es “La púrpura”: “Otro día / para la taba que hemos recuperado de debajo del laurel, / para el fragmento de terra sigilata / que Ángela ha encontrado en el jardín, / para la extraña piedrita que ha recogido Mar entre los aromos / y que limpia es un as de época de Galieno. / Otro día / para el bifaz que Dor trae en la boca desde el río / y del que me sorprende su perfecto acabado, su filo / cuando, a modo de raedera, entre risas, / lo uso sobre él. / Otro día para todos nosotros, / seres y pedazos / de tan frágil duración / mientras, / en la casa de los vecinos, / una pala excavadora precipita todo esto mismo / en un camión / y en su estruendo, / creo ver la ternura barrida / y el amarillo / de las últimas páginas / de un libro”.
La que cierra es “La muerte”, a la que pertenece el poema que sigue: “Un niño / suspendido en las ramas de la higuera / mira un paraguas roto aún más alto. / El no sabe que es pronto para llegar allí. / Yo ya no soy / ese niño. / Inútil, como entonces, / me afano en arrancar algunas notas a la flauta / escondida / de sus ramas. / Ellas caen sobre mí / a través de un paraguas roto. / Me dicen que es tarde para el niño, / que es pronto para mí”.
Todo el libro responde a lo dicho al principio, a esa magia que te une a sus páginas más allá de la lectura. Y siempre hay un poema que hace de llave. En mi caso, no sé por qué, o sí lo sé, es “Con su mano en la mía”, que dice: “Le dijo a su compañera de cama que yo era su hijo / pero que no me gustaban los hospitales. / Hacia frío en la calle / y los árboles estaban pelados / a ella le gustaban las flores / y los días de estío / murió esa noche / vino a decírmelo”.
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