lunes, 30 de abril de 2018

Reseña de El sermón de la montaña, de Fernando Cabrita en Todo Literatuta

"El sermón de la montaña" seguido de "Oda en viaje", el poemario bilingüe de Fernando Cabrita

Asistimos durante este sermón ―en realidad, una (anti)oda dividida en VIII capítulos― a un deliberado y sentido homenaje al confeso padre espiritual de nuestro autor, que no es otro que el estadounidense de la Generación Beat, Allen Ginsberg, aunque por el camino se rinda también tributo a la influencia que Ezra Pound y otros intelectuales han ejercido en su escritura y en su forma de ver el mundo a través de la poesía, con nuestro Vicente Aleixandre entre ellos, digamos de pasada.


Sus versos, a veces tan largos como un gato desperezándose, están repletos de preguntas por contestar, así como atravesados de punta a punta por los incontables viajes que ha llevado a cabo este olhãnense errante, que le sirven para hacer referencia tanto a vivos como a muertos, así como para confesarnos y reconocer algo que a bote pronto puede sonar terrible:

so221
     Mira cómo corren los caballos, estas
ágiles palmeras mesadas por el viento, sus crines,
sus largos meses, el horizonte donde cada barco
expone los árboles viejos, el índigo crudo de los días, la
                                                     [ceniza acre de las calles
―y cómo yo, que las he atravesado por evitar Portugal,
¡me pienso cada vez más portugués!

También hay lugar para otra de las constantes en la escritura de Fernando, como es el uso y disfrute de otras lenguas ajenas a la suya ―en este caso con claro predominio del inglés―, y para rendirse a una de sus más claras debilidades:

… Sevilla, mi dulce Sevilla, cuyos vericuetos caminé
bajo esta felicidad grácil que revive en el aire andaluz, Sevilla
cuyas noches he tenido por plazas y orillas, de la Sevilla magnífica                                                       
que tiene el rostro de María Paz, su sonrisa dulce y encantadora...

Aclaremos por último que este particular texto fue escrito entre su ciudad natal y la infinita Nueva York hace justo veintiún años, y que tan solo ahora, felizmente, ve la luz, con el inconfesable deseo de no espantar a ninguno de sus (im)posibles lectores.

****

Ya en su segunda parte se nos ofrece una Oda en viaje que cinco años después podemos disfrutar en castellano, gracias al buen hacer del reputado traductor onubense Manuel Moya, que volcó todo el libro a nuestro idioma. Y siguen como divisa poética las preguntas:

¿Habrá todavía una palabra que diga lo que siento
cuando ya no sepa sentir?
¿Habrá aún algún dios imperturbable
que se desasosiegue entre los ruidos de la bruma?

Abundan las ocasiones en que damos con versos sueltos que nos zarandean de lo lindo, porque constituyen verdades como puños:

La hierba crece sobre los imperios muertos.

Para tan solo un poco más adelante pedirle una imposible aspiración al sueño:

Dame la oda, la oda, la oda,
la oda-sueño donde todo se confunde con todo
y donde los caminos
siempre conducen a donde no sabemos.

Como no podía ser de otro modo, hay tiempo y lugar también para que surja la confidencia desde lo más profundo de su alma lusa, lo cual le sirve para mostrarnos ―por extensión― el sentir de nuestros vecinos:

A veces golpea en mí una nostalgia intraducible,
y una oda busca un suelo donde brotar.

Estamos hablando aquí de una poesía que viene a mostrarnos a las claras que lo más importante para quien la tiene como cotidiana herramienta, no es ni mucho menos su hallazgo definitivo, sino más bien su constante búsqueda y el hacer de ella gozoso camino:

Sigo soñando la oda que todo lo diga y todo lo resuma
en esa sola palabra,
la que no existe,
la que yo busco,
la que se deshace en niebla y lago
cuando me acerco a ella.

Oda única, en suma, que Fernando pretende sea así:

… extraña y bella como un dios agnóstico,
dios sin rostro que no cree en sí mismo, incluso si lo tuviera.

https://www.todoliteratura.es/articulo/poesia/sermon-montana-seguido-oda-viaje-cabrita/20180428161155047470.html

domingo, 22 de abril de 2018

Reseña de El misterio de los filiichristi de Agulo, de Daniel María en Tendencias 21

Reseñas

El misterio de los filiichristi de Agulo Juan Antonio Martínez de la Fe , 15/04/2018

El misterio de los filiichristi de Agulo
Ficha Técnica

Título: El misterio de los filiichristi de Agulo
Autor: Daniel María
Edita: Baile del Sol, Tegueste, Tenerife, 2016
Colección: Textos del Desorden
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 168
ISBN: 978-84-16794-38-6
Precio: 15 euros

No es un libro nuevo, pero sí de permanente actualidad. Aunque centrado en un grupo de personas, para nada numeroso, de la localidad de Agulo, en La Gomera, se trata de la concreción de la teosofía. La teosofía puede haber pasado de moda, haber perdido actualidad, pero su pista puede rastrearse siglos atrás y percibirse sus señales en la actual contienda entre dualidad y no-dualidad, concebida como vías, occidental y oriental respectivamente, para llegar al conocimiento de la realidad.

El libro que abordamos es el fruto de la investigación llevada a cabo por su autor, Daniel María, tratando de desentrañar, hasta donde sea posible, quiénes fueron los componentes de esta congregación y cuál era su ideario. Una investigación que ha desarrollado, de una parte, accediendo a los textos escritos que dejaron; de otra, tratando de reconstruir sus vidas, tanto durante la época en que se fundó esta fraternidad como, finalmente, escarbando en la memoria de los habitantes de la localidad que los recordaban y eran capaces de describirlos y comentar sus ceremonias.

Lamentablemente, no hay constancia escrita de un documento fundacional, de unas constituciones, de una regla de vida, pese a que intentaron, según comenta uno de sus fundadores, recibir una autorización papal. Este hecho complica mucho detallar su manera de actuar; pero sus escritos sí permiten atisbar algo de su pensamiento que, por otro lado, ha quedado expuesto, de manera dispersa, en entrevistas periodísticas, discursos, o publicaciones.

El libro se desarrolla en dos partes principales: en la primera, tras el prólogo, se describe la biografía y el pensamiento de los principales componentes del colectivo, mientras que la segunda recoge una selección de textos de los biografiados; a ambas partes se suma un pequeño suplemento gráfico con imágenes de los protagonistas.

Agustín Bethencourt Padilla

Tras una descripción de la situación económica y social de La Gomera en general y de Agulo en particular, en los principios del siglo XX, se ocupa del líder de los Filiichristi, Agustín Bethencourt Padilla y sitúa el germen de su proyecto de congregación en Cuba, adonde se habían trasladado sus progenitores y hermanos; en la isla caribeña entraron en contacto con métodos esotéricos, espiritistas y religiosos que traen como bagaje vital. Agustín viaja por Europa y entra en contacto con la teosofía. Así, no extraña que declare que su congregación parte de esta doctrina y practica el cristianismo y sus integrantes han de cumplir determinadas normas: dejarse el pelo largo, vestir hábito, no comer ni carne ni pescado, no probar el alcohol ni excitantes y renunciar a las pasiones. A esto se añade que tenían que abrazar el bautismo, la confesión, la castidad, la pobreza y la obediencia.

Agustín había contraído matrimonio con Luz López, con la que tuvo un hijo. Pero, una vez convertido en miembro de los Filiichristi, su matrimonio queda abolido. Todos duermen en el suelo a fin de percibir la energía de la tierra y beneficiarse de su poder telúrico, se dedican a la caridad y su objetivo era crear la comunidad estable en el centro de Garajonay. Para Agustín, sus modelos eran Santa Teresa de Jesús y Tomás de Kempis y, en cierto modo, se inspira en los ermitaños cordobeses.

Como texto de Agustín, se reproduce una entrevista que le realizara Eduardo Westerdahl, en la que afirma que su “orden trata de la abolución del individuo y de estudiar, de llegar a la comprensión de él en sí mismo. Yo leo con preferencia la Biblia, en general. Prefiero los Evangelios al Nuevo (sic) Testamento. La escuela de Santa Teresa del Carmelo figura entre mis predilecciones. También el Kempis. Tengo un libro en preparación, La misa y sus misterios. En esta orden, que aún no tiene la aprobación papal, figuran veinte o treinta individuos que tratan de difundir los estudios del cristianismo antiguo”. Afirmaciones, quizás, un tanto alejadas de la realidad.

Pedro Bethencourt Padilla

Pedro Bethencourt Padilla es el siguiente en aparecer estudiado en las páginas de esta obra. Junto a su biografía, destaca el autor la presencia de Jesús de Nazaret, San Miguel Arcángel o María Magdalena en su producción literaria, eminentemente poética, en la que también se entremezclan esoterismo, cristianismo, judaísmo y astrología. Muestra, así mismo, entusiasmo por la Naturaleza a la que considera el centro, el seno, el corazón de nuestra condición; es a esa Naturaleza a quien hemos de orientarnos para sanar el cuerpo y para alcanzar la conexión de nuestro espíritu con la verdad. Según cuenta Daniel María, “Canta a la Tierra, al Agua, a la Noche, al Árbol, a la Montaña… todos ellos extremidades que forman nuestra total entidad espiritual y que dotan a nuestra materia de forma, fondo y movimiento”. Una muestra de cuanto decimos, la encontramos en estos versos de su poema Árbol en la noche: “Pero yo te amo;/ pero te siento/ cerca de mi alma,/ como si tuviera prendida aquí dentro/ de mi ser alguna raíz de ti mismo;/ de modo que, a veces, en éxtasis, pienso/ si ambos no nacimos,/ si ambos no seremos/ ramas de un mismo árbol;/ del árbol inmenso/ que expande, florido de estrellas,/ la copa sin fin de los cielos”.

Concepto importante en Pedro Bethencourt es el de la magia, a la que entiende como sinónimo de manipulación, engaño, de trampa consciente; para él, la sociedad está amenazada por el imperio de la magia, es decir, por la manipulación de las grandes empresas de comunicación, farmacéuticas, de consumo, instituciones que forman los gobiernos, la Iglesia, las sectas, el ejército,… En la antología de textos, podemos leer: “Para mí, magia es el poder abusivo del pensamiento sobre la voluntad de los demás, ya sea para bien o para mal; de modo que, según mi entender, toda magia es negativa para el progreso real del hombre que busca la Verdad”. Y se detiene a explicar diferentes magias: la religiosa (“quiero decir que inútil, por falsa, toda especulación acerca de lo Absoluto”), la política, la comercial, la profesional (en la que es blanco de su discurso la profesión médica), la artística o la de relación.

En Pedro Bethencourt, siempre está presente su honda espiritualidad, a veces romántica y a veces panteísta, pues para él “somos uno con todo y que todo, en cada uno de nosotros, reside porque es Verdad, Amor y Divinidad”. Junto a sus hermanos, militó en la masonería, lo que, durante el franquismo, les creó serias dificultades.

José Bethencourt Padilla

El último hermano de la saga Bethencourt Padilla es José. Es él el autor de la novela La efigie de cera (1926), en la que desarrolla un “marcado énfasis teosófico a la hora de tratar todas las religiones como vehículos y continentes de la Verdad Divina”, un énfasis que no es exclusivamente sujeto a la teosofía, ya que también está impregnada de otros principios doctrinales. Su poesía, también abundante, refleja un hondo sentir religioso que deja entrever su formación cristiana y bíblica, con amplio conocimiento de ambos Testamentos.

En la antología de textos, entre otros muchos, se recoge el que pronunció ante sus hermanos masones en Tenerife, en el que podemos leer: “porque creo, venerable maestro y queridos hermanos, que siendo masón soy miembro de una gran fraternidad espiritual y pertenezco, por tanto, a toda la Humanidad”. Y más adelante: “pensé seguidamente que soy tan solo un átomo del Gran Arquitecto del Universo, perfectible hasta lo infinito, hasta ser en Él”. Palabras que dejan entrever el fondo de su pensamiento. También es destacable el capítulo de su novela El salmo de la bruja, que aborda un exorcismo citando en su texto latino original el Rituale Romanum.

Otros Filiichristi

Domingo Montesinos y Montesinos es el siguiente biografiado, del que nos dice Daniel María que era conocido popularmente como Domingo Ferroni, famoso en La Gomera como pianista autodidacta y pensador y lo califica como el más sensitivo del grupo de los Filiichristi. De él se servían los hermanos Bethencourt Padilla como médium y se conserva memoria, en el acervo popular, de varias anécdotas, como la de ser capaz de localizar objetos perdidos. En la antología se recogen varios de sus artículos aparecidos en la prensa, tales como El resurgimiento espiritual en la vida de Agulo o Nuevas orientaciones políticas en La Gomera.

El murciano Juan Saravia Martínez llegó a Agulo como maestro nacional en fecha tan tardía como 1965; fue hombre sensible con los temas espirituales y guardó estrecha relación con Domingo Montesinos. Poseía un amplio bagaje espiritual, que se reflejaba en las lecturas y reflexiones que le ocuparon toda su vida y que trató de plasmar en numerosas obras que nunca publicó. Las reuniones que mantenía con los otros personajes de Agulo ya no tenían el carácter de congregación que tenían antes de 1936, sino que en ellas se debatía y reflexionaba sobre temas espirituales, ciencias ocultas y esoterismo. El autor de este libro, lo califica de librepensador y reflexivo, interesado por todos los temas del conocimiento, crítico con la Iglesia, profundamente espiritual y sociable, lo que le permitió entrar en contacto con diversos grupos, como los Filiichristi. En la antología de textos, se recoge su BUJEMA (iniciales de Buda, Jesús y Mahoma), que lleva por subtítulo Boceto de bagatelas humanogógicas y que cierra con el llamamiento Hombres de buena voluntad… ¡¡¡Uníos!!!

La biografía de Pedro Sánchez Padilla es corta. Primo de los hermanos Bethencourt Padilla, lutier de violines, guitarras y timples e intérprete de laúd, fue el miembro más joven del grupo. Hombre de extrema timidez, vivió una vida totalmente ascética, dedicado a la meditación y lectura de textos esotéricos, religiosos y espirituales. Su introspección era tan suma que incluso abandonó las necesidades terrenales. En su familia existió una línea espiritual muy aguda: un hermano suyo fue cartujo, falleciendo muy joven, y su tío Leonardo, apodado El Loco, tenía la capacidad de visionar. La antología de textos no recoge ninguno suyo.

Y el último en aparecer en esta interesante obra es Pascasio Trujillo Sarmiento, con una biografía difícilmente reconstruible. Agustín Bethencourt lo cita como uno de sus discípulos, pero en su producción amplia de articulista en diferentes periódicos no aparece ninguna alusión a los Filiichristi. Solo en el artículo La patria de don Leoncio Bento, único suyo recogido en la antología de textos, habla de los artistas e intelectuales de Agulo, todos ellos compañeros suyos de congregación.

Masonería en el franquismo

Daniel María nos ofrece un capítulo dedicado a La sospecha franquista, en el que relata las persecuciones y procesamientos a que fueron sometidos, aunque no por su pertenencia a los Filiichristi, sino por sus relaciones con la masonería. Y culmina su ensayo con el capítulo La puerta entornada, que así deja por si hubiese nuevas aportaciones a su estudio.

Nos encontramos ante un libro de lectura fácil, amena y muy asequible que nos permite conocer los frutos de la investigación de Daniel María sobre esta misteriosa congregación. Lo cierto es que nos deja con ganas de saber mucho más sobre tan extraordinario grupo, pero es muy difícil que pueda aparecer algo nuevo tras este exhaustivo trabajo de su autor.

Índice

Prólogo de José Gregorio González

Palabras previas
El grupo de Agulo y el liderazgo de Agustín Bethencourt
Pedro Bethencourt Padilla
José Bethencourt Padilla
Domingo Montesinos y Montesinos
Juan Saravia Martínez
Pedro Sánchez Padilla
Pasacasio Trujillo
La sospecha franquista
La puerta entornada
Notas

Antología

Agustín Bethencourt Padilla
Pedro Bethencourt Padilla
José Bethencourt Padilla
Domingo Montesinos y Montesinos
Juan Saravia Martínez
Pascasio Trujillo

Galería fotográfica
Agradecimientos



El misterio de los filiichristi de Agulo
Notas sobre el autor

Daniel María nace en Agulo, La Gomera, en 1985. Escribe sobre literatura y cine en TarántulaFogal y Qué Leer y ha obtenido los premios de periodismo Paco Rabal (Joven Promesa, 2013), Leoncio Rodríguez (2014) y Juan Torres Grueso (2016). Ha publicado los poemarios Hilo de cometa (Premio Félix Francisco Casanova) [2009] y Flor que nace en los raíles (2015); el libro de cuentos (De)función cómica (2009); los estudios críticos El caso de la película imposible: El extraño viaje (2011), y las novelas El hombre que ama a Gene Tierney (Premio de Edición Benito Pérez Armas) [2014] y Un crimen lejos de París (2014). Asimismo, fue el responsable de novelar la película El extraño viaje (2011), con prólogo de Luis G. Berlanga. 
 
 

sábado, 21 de abril de 2018

Reseña de La resurrección del agua de Maria Antonieta Preto en el blog Mis lecturas y más cositas

viernes, 20 de abril de 2018

La resurrección del agua de Maria Antonieta Preto

La resurrección del agua
Maria Antonieta Preto
Traducción de Manuel Moya
Baile del Sol, 2012
Nada tiene desperdicio en la escritura de Maria Antonieta Preto en este libro, La resurrección del agua, en el que la esencia del relato radica en la perfecta relación entre los elementos literarios: los personajes de la historia, los códigos de la memoria y del mensaje constituyen el significado de las palabras a través de cada rasgo humano. Ya sea el relato mágico o cruento, contando la muerte o la vida de nuestros afectos, el lenguaje y el buen gusto estilístico ganan singularidad en el desarrollo de la narración.
Maria Antonieta Preto, periodista y ya considerada una de las mejores voces de la literatura portuguesa contemporánea, nos sorprendió con la publicación de Llueven cabellos en la fotografía (2004), cuentos sobre su raíz alentejana, que transfigura y nos transporta a todos aquellos lugares y en todos nos ofrece la posibilidad de observar y de sentir. Ahora confirma el ritmo poético de un sólido oficio literario y redobla una escritura poderosa tanto desde el punto de vista formal como desde el imaginativo (fascinantes nombres de personajes como el abuelo Antonásio y la abuela Bordália). Trabajando universos ancestrales, los signos son, sin embargo, de todos los tiempos y geografías, permaneciendo plenamente actuales.

Con este libro de relatos he descubierto a una autora con un estilo y una voz singular. Y es que más que sus historias, me ha gustado su forma de contar, de narrar. Con una prosa casi poética, llena de figuras, de metáforas... Para leer despacio, para saborear lentamente cada párrafo y no perderte nada. 
"Tengo los ojos llenos de historias, así como mis ojos están llenos de mundo."
Y me he encontrado con una autora comprometida, que trata sobre los grandes problemas del mundo:  pobreza, ecología, violencia, libertad, respeto por la lengua y la cultura de todos los pueblos...  Pero también tiene tiempo para los grandes temas de siempre: el amor, la vida, la muerte... Y nos enseña toda la magia, toda la poesía, todo la belleza que hay en el mundo.
"Por amor te doy por primera vez este cuerpo que nunca pediste. Por amor espera el cuerpo, el alma espera. Por amor esperamos toda una vida. Por amor somos capaces de vestir otra piel y otros colores; y nuestro dolor -sin que ningún odio nos atraviese la cruz de la vida. Acaso hoy mismo yo también muera de amor."
Es difícil, tengo que admitirlo. Al principio me costó meterme en sus historias, comprender todo lo que me quería decir. Pero poco a poco, vas haciéndote con su estilo, con su peculiar manera de contar las historias, con la poesía que destilan todas sus frases. Y al final, he terminado disfrutándola mucho.
"Mi lengua es nómada. Mi lengua está en todas partes. Mi lengua está donde existe el cuidado, la nobleza, la espontaneidad, la lucidez, el respeto. Mi lengua mira a los hombres, los lame, los mastica. A mi lengua le gustan los detalles. Mi lengua gusta de cuerpos, pero no de cuerpos desnudos. Mi lengua gusta de cuerpos desnudos, pero no de cuerpos que no les guste andar desnudos. Mi lengua no gusta de yugos ni hierros. A mi lengua le gustan las arrugas, pero no las esquelas. Mi lengua gusta de tatuajes, pero no de marcas. Mi lengua gusta de gestos interiores. A mi lengua le gustan los sonidos. A mi lengua le gustan las palabras. A mi lengua le gusta la poesía. Mi lengua es sonido, palabras y poesía. A mi lengua le gusta la poesía de los gitanos."

https://mislecturasymascositas.blogspot.com.es/2018/04/la-resurreccion-del-agua-de-maria.html

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miércoles, 18 de abril de 2018

Reseña de EL VERANO DEL ENDOCRINO en El Periódico de Extremadura


El verano de Juan Ramón Santos


Francisco Rodríguez Criado
18/04/2018


Me bastó leer Cortometrajes, la ópera prima de Juan Ramón Santos, para comprender que estaba ante un escritor dispuesto a sortear las propuestas literarias manidas. Ha llovido desde entonces, y en todos estos años, en todos estos libros, el placentino ha ido redoblando, sin prisas pero sin pausas, ese empeño en desarrollar una carrera literaria muy personal, atípica incluso, alejada de las modas.

Su último vástago, El verano del Endocrino, finalista de la última edición del Premio Nadal y publicada recientemente en El Baile del Sol, orbita alrededor de un personaje estelar, una suerte de don Quijote huérfano de Sancho Panza que se echa por los caminos del conocimiento con la intención de hacer de su vida un laboratorio de ensayo y error. Situémonos: un forastero llega a Labriegos cargado de libros –algo sospechoso…– y al poco tiempo acaba convirtiéndose en su habitante más popular en parte por el motivo –paradójico– de que nadie sabe nada de él. Tampoco el lector, que ha de ir conformando la estampa inasible, suministrada en pequeñas dosis, de un tipo que unas veces nos parece un sabio y otras un desnortado, unas veces un dechado de cordura y otras un loco, pero siempre a la búsqueda de respuestas redentoras.

Juan Ramón encarrila su narración con frases y párrafos largos –tan denostados hoy día– y sin apenas diálogos directos, todo ello con un lenguaje muy elaborado que no cae nunca en la exageración ni en el adjetivo fácil. Destaca también el intercambio de narradores: el omnisciente y en ocasiones el narrador-testigo –o quizá una mezcla de ambos–, muy cautos a la hora de no enseñar más cartas de las debidas.

Diez libros después de su primera incursión editorial, Juan Ramón Santos prosigue su idilio de verano con la literatura, recorriendo, como el propio Endocrino, rutas inéditas, aisladas del mundanal ruido, para regocijo de sus felices lectores.




martes, 17 de abril de 2018

La poesía de Roque Dalton en Letralia, Tierra de Letras

Poesía y revolución, 

un repaso a la obra de Roque Dalton

 • Lunes 5 de junio de 2017

Roque Dalton
Roque Dalton ha sobrevivido en el ámbito de la poesía latinoamericana enarbolando la bandera de una revolución que iba más allá de un asunto político o de poder, se trataba de una revolución íntima, personal y dramática que no pudo resolver en vida.
En mayo de este año, Roque Dalton habría cumplido 82 años, si no fuera por la muerte que se cruzó en su camino vestida de traición, luego de haberla esquivado en varias oportunidades. En 1960, por ejemplo, fue condenado a muerte por el dictador salvadoreño José María Lemus, pero éste fue derrocado cuatro días antes de que se cumpliera la orden de fusilar a Dalton. En otra ocasión pudo escapar de prisión con la complicidad de un terremoto; así, antes de cumplir los cuarenta años, ya había vivido lo suficiente como para no sorprenderse con la muerte, pues su vida estaba llena de poesía y revolución.
Dalton sobresalió pronto entre la dirigencia política juvenil por su ímpetu y estilo desenfadado para polemizar y opinar.
Luego su nombre se convirtió en mito y sus poemas recorrieron el continente alimentando la esperanza de los pueblos que luchaban por salir de las dictaduras. Pero ha pasado el tiempo, y ese lenguaje con el que se celebraba su palabra en los años setenta ha ido tomando un nuevo rumbo: el de la razón. La emoción que envolvía la literatura entre los años sesenta y setenta del siglo pasado, cuando los movimientos revolucionarios centroamericanos contagiaban el arte y el periodismo, pasó luego a ser la razón con la que la política asumió su nuevo papel, también desde la literatura o la música y la pintura: la de cuestionar el nuevo sistema.
La poesía de Roque Dalton se hace, entonces, vigente y contemporánea; no se renueva, sino que termina reflejando la nueva situación política de los países que volvían a caer en manos de la ambición política de quienes subieron al poder luego de derrocar las dictaduras. Por entonces, mientras en Centroamérica se recuperaba la democracia a sangre y fuego, en Sudamérica las dictaduras militares se agotaban y cedían a la democracia, pero nada parecía cambiar: la violencia, el ansia de poder y la corrupción seguían siendo el plato común, lo que nos unía como continente.
La biografía de Roque Antonio Dalton García no es extensa pero sí intensa. Luego de estudiar la escuela en San Salvador, viajó pronto por diversos países latinoamericanos, como Chile y México, donde estudió Derecho, Sociología y Antropología, aunque nunca alcanzó un título académico, pero sí le sirvió para descubrir, estudiar y explicar el marxismo. Con esa preparación e interés, viajó luego a Cuba y a la Unión Soviética, donde enriqueció sus estudios políticos, para luego volver a su país e integrarse a los movimientos literarios y políticos, y trabajar con las juventudes comunistas.
Dalton sobresalió pronto entre la dirigencia política juvenil por su ímpetu y estilo desenfadado para polemizar y opinar, pero al mismo tiempo su nombre fue adquiriendo una presencia mayor en el panorama de la literatura de su país, especialmente luego de ganar el Premio Casa de las Américas por su libro Taberna y otros lugares. Esta presencia se extendió al continente al relacionarse con escritores como Julio Cortázar, Haydée Santamaría o Roberto Fernández Retamar, quienes reconocen en Dalton un poeta singular, político y comprometido.
La obra de Dalton fue revalorada, en vista de que la realidad y los procesos políticos en su país no dejarían de mencionarlo como uno de los personajes más importantes de esos años violentos.
Dalton inicia su carrera literaria publicando una plaqueta de poesía en 1957 para luego publicar seis libros en tres años. En esa época destaca su poesía con fuerte influencia de Pablo Neruda y, especialmente, de César Vallejo, a quien dedicaría un libro de ensayo publicado en La Habana en 1963. El crítico Luis Melgar señala que esta primera etapa literaria de Dalton se caracteriza por desarrollar temas relacionados con el indigenismo, la política y lo social, y desde su expresión intimista temas como la melancolía, la soledad y la muerte.
Posteriormente la obra de Dalton se hará más racional, política y testimonial, sin abandonar el lenguaje corrosivo, directo y de fácil lectura. Aunque este estilo llevó a su poesía a los límites del panfleto, su compromiso político le daba coherencia a estas formas de ver la realidad: la política, el arte y la acción por la revolución.

A lo largo de su corta vida, Dalton publicaría diez libros y varios artículos y ensayos, el total de su producción alcanzaría 13 libros de poesía, una novela, un relato testimonial y algunas piezas de teatro. Luego de su muerte se publicarían textos inéditos, se tradujeron sus poemas a diferentes idiomas e incluso se filmó un documental. La obra de Dalton fue revalorada, en vista de que la realidad y los procesos políticos en su país no dejarían de mencionarlo como uno de los personajes más importantes de esos años violentos. Asimismo, se puede encontrar una extensa bibliografía respecto a los estudios, reseñas y análisis que se ha hecho de su obra por parte de críticos y escritores de toda América Latina.
La obra de Roque Dalton ha sido calificada como política y revolucionaria, o social, como la denominan otros, y durante los últimos años del siglo veinte ejerció cierta influencia en los jóvenes escritores latinoamericanos, debido en parte a la efervescencia de movimientos revolucionarios, pero también por la seguridad y valentía con que exponía sus puntos de vista a través de la poesía. Esta actitud motivó propuestas estéticas interesantes, pues se iban rompiendo ciertos parámetros respecto a las diferencias entre poesía pura y social.
Un poema breve podría resumir el espíritu político y la propuesta estética de Roque Dalton:

Las rimas de la historia nacional

Rimas salvadoreñas antes de 1972:
El que fue a Sevilla perdió su silla
Hártate un huevo con mantequilla
Porque aquí viene don Pancho Villa
Con sus dos putas a la orilla
(…)
Rimas salvadoreñas después de 1972:
El que fue a Sevilla perdió su silla
Guerrilla, guerrilla, guerrilla
Guerrilla, guerrilla, guerrilla, guerrilla…
Aunque parezca un poema sencillo, o no manifieste un lenguaje poético tradicional, se refleja en el texto el carácter humorístico de Dalton, sin afectar la crítica social, la fuerte sensación de enfrentarse a las formalidades literarias, pero al mismo tiempo usando las armas de lenguaje popular muy propio de su contexto. En esta muestra se puede ver también la contraposición de dos situaciones, la banal o trivial de una sociedad festiva y despreocupada y la extremadamente politizada y hasta violenta, que ilustran la historia nacional.
En otro poema, aún más breve, el poeta asume una suerte de burla hacia sí mismo, hacia la sociedad en la que se desenvuelve, y a los juegos políticos que generan la guerra y la violencia, de la cual no puede librarse:

Guerra

Mi verdadero conflicto
Hondureño-salvadoreño
Fue con una muchacha.
Roque Dalton era dueño de un sutil sentido del humor, no pudo separarlo de su poesía, ya sea abordando temas políticos, amorosos o los concernientes a su intimidad, y más bien lo supo usar como una poderosa arma del lenguaje para hacer más incisiva su propuesta ética. La poesía es un género de extremos, Dalton se puso en uno de ellos y desde allí enfiló su espíritu hasta la muerte, que no sabe de colores políticos ni de asuntos estéticos.
Existen más de dos versiones sobre la muerte de Dalton, pero todas coinciden en que su cuerpo nunca fue hallado.
En el caso de los medios de comunicación, en el periodismo de actualidad la unión entre humor y política da como resultado la caricatura, pero en el caso de la poesía, o de la literatura en general, el humor y la política pueden dar como resultado el panfleto, o pueden derivar en poesía social. La ruta de Dalton no llegó a ninguno de esos extremos, pero sí eligió su destino: el de la revolución. Si bien esta idea se relaciona con el uso de las armas y la violencia para asumir el poder, el poeta salvadoreño tuvo a la poesía como la mejor manera de expresar su país y su individualidad.
Los extremos de la poesía alcanzan algunas veces a los propios poetas. Existen más de dos versiones sobre la muerte de Dalton, pero todas coinciden en que su cuerpo nunca fue hallado; solo los testimonios de los asesinos, que además fueron sus compañeros de partido, dan las pistas de la desaparición de su cuerpo, pero hasta hoy nada se ha resuelto. Así, envuelto en su propio mito, Roque Dalton ha sobrevivido en el ámbito de la poesía latinoamericana enarbolando la bandera de una revolución que iba más allá de un asunto político o de poder, se trataba de una revolución íntima, personal y dramática que no pudo resolver en vida.

lunes, 16 de abril de 2018

Reseña de ATL GA, de Carlos Bruno Castañeda en Islas en la Red

La mirada del visitante

Visiten la ATL GA de Carlos Bruno, utilicen sus propios ojos, a veces en la superficie está justo aquello que nos quieren esconder.
Una de las fantasías más tópicas del nacionalismo tiene por base algo que podríamos llamar lo intransferible. “Tú no puedes entender esto porque no eres de aquí”, o “es que esto es un sentimiento y los sentimientos no se pueden explicar”. La verdad es que la vida de los seres humanos, en su infinita diversidad, se parece bastante en los diferentes puntos del planeta, porque todas y todos estamos marcados por las mismas señales: el apego a la vida y a quienes nos las dieron, el ineludible hecho de la muerte, las experiencias del amor, de placer y sufrimiento, el miedo al hambre y al dolor. Todas y todos (casi, tal vez) vivimos además en sistemas económicos basados en su estructura fundamental, en diferentes formas y niveles de explotación. Poco es lo que una persona de una cultura no puede transmitir a otra -el ser humano es fundamentalmente empático- si se cuenta con un idioma compartido (ya sea la lengua materna común, o una adquirida precisamente para eso, para comunicarnos con los otros, los que están más allá de nuestra comunidad lingüística de origen). La mayor parte de lo que se nos dice que no podemos entender de otra cultura u otra sociedad tiene una raíz política más o menos enrevesada, más o menos atravesada por acontecimientos históricos, y tiene que ver con formas de expresión del conflicto o con modelos de dominación que se nos dice que los fuereños no podemos entender, precisamente porque salta a la vista que los entendemos. Claro que entender no significa gustar, ni compartir. A veces, precisamente,para ver las cosas claras, es necesaria la mirada descargada de memoriales de agravio del visitante. Porque puede que esa mirada nos desnude.
Atlanta, Georgia, es una ciudad de alrededor de medio millón de habitantes, y su área metropolitana con cerca de cinco millones y medios de habitantes, es la novena zona de ese tipo más poblada de los Estados Unidos.Podríamos decir que es una gran cuidad pequeña, si la comparamos con las grandes megalópolis mundiales. Es una ciudad conocida por su famoso incendio durante la guerra de Secesión que es uno de los momentos culminantes de “Lo que el viento se llevó”, y por ser la sede central de grandes multinacionales, como Coca Cola, AT & T, CNN, etc. También es, curiosamente dada su condición de capital de uno de los viejos estados del Sur, una ciudad gobernada por una alcaldesa afromericana, aunque cabría recordar que Atlanta tuvo un fuerte protagonismo, para bien y para mal, en el movimiento de los derechos civiles desde sus comienzos, y ya en 1973 fue la primera gran ciudad del sur en contar con un alcalde afromericano.
Ah, se me olvidaba un detalle interesante, su aeropueto, el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson, es el más transitado del mundo. Un cruce de caminos. Una invitación.
Una invitación de una de las metrópolis estándar del capitalismo mundial a la que accede el poeta isleño Carlos Bruno, residente en la pequeña ciudad de La Laguna en las muy periféricas Islas Canarias, y desde su visita construye un libro de poemas de una enorme potencia: ATL GA, publicado recientemente por Baile del Sol.
Si alguien se pregunta como se puede ser vanguardista en poesía a estas alturas de siglo XXI, cuando casi celebramos el centenario del advenimiento de lo que, de hecho, llamamos con un cierto oxímoron “Vanguardias históricas”, sin caer en la tontada pretendidamente epatante, tiene todo un curso de acción en ATL GA.
Para empezar, se trata de un poemario intencionadamente bilingüe, o más que bilingüe, una obra en la que dos idiomas se atraviesan y se interpelan, a veces cruzando dos versos en inglés en medio de un poema escrito en su mayor parte en español, y en otras traduciendose casi simultaneamente, actuando cada versión del poema en reflejo de la otra. No se trata de un ejercicio de autotraducción, sino de un choque deliberado del que el poeta quiere destacar las chispas que esa fricción genera.
Para seguir, el libro opera desde lo actual. La ciudad que protagoniza ATL GA parace casi como ese tipo de escenarios “no lugar” que son los aeropuertos o los grandes centros comerciales, iguales unos a otros, postfronterizos, podríamos decir. Como escenario, la ATL de Carlos podria ser intercambiable por cualquier otra ciudad norteamericana, o por los suburbios y centros comerciales de las periferias urbanas en todo el mundo. Las gotas de identidad, las señales que nos pueden indicar donde estamos son versos de viejas canciones, blues, tradicional americano, soul estándar… y en particular en su parte séptima, las letras que intepretó una leyenda del blues y el jazz de los años 20 y 30, Bessie Smith. Esa parte la titula Carlos “Subterranean”, y estando ubicada casi en el centro de esta extensa obra, apunta, precisamente, a lo que no se ve a simple vista, aquello en lo que el visitante ocasional debe, por escondido, fijarse con mayor atención, y los blues de Bessie ejercen de guía:
Arcos que surcan la tierra
escalera abajo.
Under ground.
Encontrarás el aire rancio,
el cobijo de los inmortales,
los rostros de procedencias,
el refugio de aquellos que a las entrañas
se acogen.
Bessie sang to me:
Nobody knows you when you’re down and out
Más, ATL GA está compuesto por trece partes (más los poemas de inicio y término). Cada parte viene determinada, desde mi punto de vista, por algo muy interesante: la utilización de técnicas de composición diferente: desde el collage, al haiku, los poemas espejo hispano-inglés, pasando por breves, como decirlo “tomas del natural” en una afilada prosa, que muestran una extrema habilidad. Lo que unifica este conjunto de trece piezas es una sensación general que atraviesa la obra completa, a mi parecer: el dolor de la ausencia irremediable, la sensación íntima de vacío en un entorno lleno de cosas: de pasillos, de mobiliario urbano, de otras personas con las que el simple cruce de una mirada parece imposible. ATL GA, que puede ser cualquiera de nuestras modernas ciudades, es un territorio inhóspito, más aún que aquella sucia y pujante Nueva York de los años 30 que estremeció a Lorca, porque en estas nuevas “ciudades inteligentes” del comienzo del siglo XXI, tan limpias e higiénicas, tan llenas de pantallas y mensajes omnipresentes, hasta las bacterias lo tienen difícil para tener una vida que vaya más allá de la supervivencia (más o menos confortable según los casos) del día a día. La experiencia urbana del siglo XXI atravesando nuestra realidad humana por encima de las fronteras y las banderas.
Visiten la ATL GA de Carlos Bruno, utilicen sus propios ojos, a veces en la superficie está justo aquello que nos quieren esconder.
if you talk to me si me hablaras
about the coming days de los días que llegan
i would forget you te olvidaría
because i have strength just pues tengo las fueras justas
to breath with you para respirar junto a ti.

https://islasenlared.net/la-mirada-del-visitante 

domingo, 15 de abril de 2018

Reseña de ELLAS [TAMBIÉN] CUENTAN en Ajuste de Letras

Ellas [también] cuentan -VV.AA.-

¿Sabías qué…?
  • La primera novela publicada por una mujer negra en Sudáfrica fue <<The Muriel at Metropolitan>> (1979) de Miriam Tlali. La autora narra su propia experiencia y el destino de la mujer sudafricana durante el apartheid. Tanto esta, como <<Amandla>> (1980) fueron censuradas poco después de su publicación.
  • La nigeriana Flora Nwapa, fue la primera mujer negra africana en publicar una novela en Inglaterra, empezó a escribir en la década de 1950. Considerada por muchos como la madre de la literatura africana moderna, ha sido una de las mejores retratistas de la vida y de las tradiciones desde la perspectiva de una mujer igbo.
  • Mïcere Gïthae Mugo, fue la primera mujer decana universitaria en Kenia. Fue obligada a exiliarse por su activismo político durante la dictadura de Daniel Arap Moi.
  • Ivonne Vera, considerada una de las principales  novelistas que han surgido en las últimas décadas. Ha utilizado la tradición oral shona como escudo de resistencia ante la dominación blanca y tiene una colección de narrativa breve y varias novelas. Sus obras tratan de igualdad de género y experiencias traumáticas de la mujer en relación con su cuerpo: infanticidio, violación, incesto y aborto, vistos en términos que responsabilizan a la clase política zimbabuense.
  • Fátima Mernissi, ha sido destacada por su defensa de los derechos de la mujer y es un referente intelectual en el mundo islámico. Su obra <<Sueños en el umbral. Memorias de una niña del harén>> (1994), ganó el premio Príncipe de Asturias (hoy Princesa de Asturias) de las letras en 2003. Estudió además distintas versiones del Corán y plasmó su teoría en “El harén político” (1987), donde dice que Mahoma había sido feminista y progresista y fueron otros hombres que etiquetaron a las mujeres como segunda clase. A día de hoy, es el único libro prohibido en Marruecos.

Este pequeño apunte del ¿Sabías que…?, es solo una mínima parte de todo lo que nos vamos a encontrar en este libro. Además de estos datos y un breve recorrido histórico por la literatura africana del siglo XX, esta lectura recoge una selección de relatos cortos, poesía y ensayo de escritoras africanas de expresión inglesa.
Si soy sincera, he tenido dudas para plantear la reseña. Estaba claro que hablar de las veinte escritoras que aparecen aquí, era imposible. Lo mismo ocurre si hablo de los relatos, dada su corta extensión,  desvelarlos, estropearía su lectura.
Dicho esto,  lo importante hoy, no es reseñar. Lo importante es dejar constancia de la existencia de este libro con algunos detalles que mencionaré a continuación, para que, más o menos, os hagáis una idea, no sólo de lo que os vais a encontrar, sino de lo importante y necesario que es, que estos libros existan.
Ama Ata AidooSus obras se caracterizan por enfocar a la mujer y su participación dentro de la sociedad. Sus personajes femeninos están caracterizados por su fortaleza, desafían los estereotipos de mujer africana  pasiva y victimizada.
Millones de historias, diferentes culturas, miles de lenguas nativas, cincuenta y cuatro países, un continente… África, la gran desconocida.
La imagen que tenemos de ella es bastante sesgada, e incluso en algunas ocasiones errónea. Que sólo nos lleguen pinceladas, (poco acertadas), a través de los medios de comunicación no ayuda. Que no conozcamos su Historia, o su Literatura nos quede lejana, tampoco. África, esa gran  desconocida.
Bien es cierto que en Sudáfrica, por ejemplo, la literatura sirvió como arma crítica contra el poder político y social, ha sido más intensa y prolífica, por las condiciones que impuso el apartheid.  Sin embargo, en aquella época, se centró en publicar a escritoras afrikáners y angloparlantes blancas, ¿Quién no conoce a Nadine GordimerOlive Schreiner o Doris Lessing? Sus obras no se infravaloraron como las escritas por mujeres negras.
Como bien indica la introducción, hablar de Sudáfrica sin mencionar prestigiosas escritoras que han luchado, tanto dentro como fuera del país, es tener una visión bastante parcial y subjetiva de la realidad; una realidad que, por otro lado, no interesaba sacar a la luz.

Farida KarodiaZoë WicombMiriam Tlali… entre otras, utilizaron sus escritos, para hablar de la reconquista de la identidad, la opresión racial, el apartheid, la crítica al mundo moderno o la lucha contra el opresor blanco. Aclaro, que esto que vemos aquí, no pilla tan a desmano, no estamos hablando de cosas que ocurrían hace siglos, esta situación se toleró en un siglo que se suponía moderno y evolucionado. Aún hoy, en muchos lugares, se sigue manteniendo.
Ellas[también] cuentan, es un viaje alrededor del continente africanouna oportunidad excelente para cambiar el punto de vista. Si no lo cambiáis, al menos, conoceréis de primera mano, la pluma de estas escritoras africanas, sus inquietudes, sus  intereses, su voz.
He de reconocer, que no soy mucho de relatos, y sin embargo, este libro me ha calado. Estoy completamente fascinada con la fuerza que desprenden estas páginas. No os voy a engañar, no se trata de una lectura fácil y ligera, la mayoría trata temas muy duros, demasiado, tanto  como para dudar si realmente queda algo de humanidad en el mundo.  Temas recurrentes son la esclavitud, la violencia de género, el racismo, la violación, el exilio, el abuso de poder… No son relatos edulcorados o “maquillados” para no herir la sensibilidad del lector, pero tampoco es un regodeo en el drama de lagrimilla fácil. No, no es paternalista, los personajes son el instrumento para dar voz, para poner sobre la mesa todo lo que afecta a la sociedad africana. 
Cuando comienza esta parte, la de los relatos, Minna Salami te da un tortazo en la cara IMG_20170911_122152552con su obra, Lo que perdimosEn apenas tres páginas, te encuentras una historia que habla de cadenas, de mujeres separadas de sus familias, de engaños, de esclavitud, de injusticia, de impunidad.
La bofetada de vuelta, te la da  La estrella de mi campamento, de Beatrice Lamwaka, un título bastante macabro, cuando conoces la historia. Es uno de los que más indignación y rabia te deja.  Contada desde el punto de vista de una niña que vive en los campamentos de desplazados; Sin explicar mucho más, creo que podéis imaginar por dónde va el asunto. 
Beatrice Lamwaka. Nació en Alokolum, Uganda. Su obra, <<Chief of the Home>>, está incluido en la antología Queer Africa, que ofrece una visión sobre lo que supone ser gay, lesbiana o transexual en buena parte del continente. Esta obra la hizo ganadora del Lambda Literary Award y está publicada en castellano por la editorial Dos Bigotes, bajo el título << Deseos afines>>.
Con Ekow, de Ayesha Harruna Attah,  te das cuenta de lo difícil que es regresar al hogar cuando alguien ya no está. Mientras que Franka-Maria Andoh te llena de rabia y enfado con Mansa, cuyo su mensaje principal es la envidia y lo que esta puede hacer en nosotros. Esta idea también la recoge En el Nombre de la pazNaomi Nkealah, donde habla, además, de los prejuicios y el daño que éstos causan, cuando no vemos más allá de ellos.
Los relatos terminan con Regreso al hogar, de Milly Jafta. Uno de los más conmovedores, la vuelta a casa de una madre y su hija desaparecida, un verdadero canto a la esperanza.
“Entonces supe que había llegado a casa. Yo sí valía. Observé a mi agotado y maltratado cuerpo y pensé en esta tierra donde brotan hermosas flores”
No he mencionado todos, elegí aquellos relatos que me han llegado especialmente.

La poesía en Ellas[también] cuentan, personalmente, es la parte que más me ha gustado, confieso que mucho más que los relatos. Sí, es una poesía crítica, de denuncia, y desgarradora, en concreto la que habla de violencia de género, resume muy bien lo que significa e implica encontrarse en una situación así,  contundente y gráfica.
Tu puño golpeó mi cara
Quedé allí paralizada
Sin moverme, ni gritar.
La primera vez que sucedió, dijiste que lo hacías porque me amabas.
[…]
La mano que me lastima es la que me acaricia
No me puedo marchar
No puedo pronunciar lo que mi corazón esconde
Nadie debe saber mi vergüenza.
Me quedo allí asfixiada por dentro, muerta por dentro,
Odiando por dentro, muriendo por dentro
Aferrándome a ti –no por amor sino por miedo-
Mientras temo la llegada de la mañana porque recibiré más palizas
Y podrás susurrar entre besos
Te golpeé porque te amo.
Una paliza por amor –Mariska Araba Taylor-Darko.
A pesar de este extracto tan impactante que os he dejado, la mayoría de las poesías no tienen ese tono que vemos en los relatos, que te dejan con mal cuerpo.
En este caso, es un recurso para hablar de algo más que de rabia o indignación. A mí, me han transmitido, espíritu de lucha, empoderamiento y sobre todo esperanza. No sé muy bien cómo explicarlo, pero diría que se trata de esa energía especial que nace de la dificultad y que, en lugar de estancarte o dejarte paralizada, te impulsa hacia adelante. #sororidad.

Hablan de la mujer, de la maternidad, de las relaciones familiares (con el poema <<A mi madre>> de Gladys May Casely-Hayford se me escapó alguna que otra lágrima, es un homenaje precioso a nuestras madres), de igualdad, de África… En definitiva de la vida de personas que tienen algo que contar. Es una poesía directa, sincera y puedo afirmar convencida que, aunque no os guste el género o no lo leáis a menudo, tener en las manos, cualquiera de los poemas que aquí se recogen, no os dejará indiferentes.
El ensayo final que cierra el libro es un extracto del trabajo <<Male Daughters, Female Husbands>> de Ifi Amadiume (1947). Es uno de sus obras más destacadas, de carácter feminista y que fue galardonada con el premio Mejores Cien Obras de África del Siglo XX.
Ahora que se acerca el LeoAutorasOct, esta recomendación me parece una muy buena opción a tener en cuenta. Casa perfectamente tanto con este proyecto, como con los valores que se transmiten a través del Adopta una Autora.
La cuestión es visibilizar obras escritas por mujeres de cualquier género literario y cualquier lugar, más aún las desconocidas, las ocultas, aquellas que no nos llegan. Leerlas, hablar de ellas, difundir sus libros. No dejan de ser historias con las que aprender más, mejorar nuestro conocimiento de un mundo que, durante demasiado tiempo, ha tenido solo, un único punto de vista.
Siempre he pensado que viajar nos hace más humildes, conocer otras culturas distintas nos enriquecen, los libros son un buena oportunidad para ello, cuentan historias, suyas, nuestras… recogen esa cara B, relegada a un segundo plano injusto. Por eso, lecturas de este tipo nos dan la oportunidad de ir más allá, de salir de nuestra zona de confort y abrir los ojos a un mundo que es demasiado rico y diverso como para darle la espalda.
Como dice el prólogo de Ellas [también] cuentan <<Estas mujeres comparten  una esperanza, una promesa, un nuevo orden mundial que no se base en la coacción o la violencia, sino en la comprensión y el respeto mutuo. Su mejor arma es la Literatura>>El poder de la palabra puede cambiar las cosas, leedlas. 
[…]
¡Oh!, mujer africana
De muchas tonalidades
Demasiado peso hiere tu alma.
Este vuelo demorado remontará a gran altitud
Elevándose cada vez, más alto, más alto.
Vital para ti.
Esencial para África.
Son las mujeres de África –Mary Laurene Browne-

PD: En la próxima entrada, la ironía y el humor, volverán al blog de la mano de mi queridísima Margaret Atwood, ya os adelanto que ¡The Penelopiad es TREMENDA!
 OTROS RECURSOS:
Para consultar la página de esta antología y conocer más sobre el proyecto y las escritoras, podéis visitar : http://www.ellastambiencuentan.com/
*Las fotos de las escritoras están cogidas de la web anterior.