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lunes, 30 de mayo de 2011

Stoner - John Williams

 

En España John Williams (Texas, 1922-1994) era un lamentable desconocido antes de que la editorial Baile del Sol se decidiera a difundir esta espléndida novela suya, publicada por primera vez en 1965 y justificadamente venerada por la crítica americana. Resuenan en ella las inquietudes de algunos de los escritores norteamericanos que integraron la llamada generación perdida, término éste acuñado al azar por Gertrude Stein (You are all a Lost Generation, le espetó al grupo en cierta reunión) e inmortalizado por Hemingway. Comparte Williams con dicha generación la densa melancolía que atenazó a la literatura norteamericana a raíz de la Primera Guerra, de la crisis económica del 29 y de la Ley Seca. LEER MÁS

El protagonista, dotado de considerable carga biográfica, es William Stoner, un joven taciturno criado en una granja de Missouri que marcha a la Universidad para estudiar Agricultura y poder así introducir mejoras en la granja familiar. Pero el destino, valiéndose de un singular profesor de literatura inglesa y de la emoción de un soneto de Shakespeare, le hará colgar el azadón en favor de la tiza y la pizarra. Resulta imposible describir mejor y con más austeridad el impacto del epifánico deslumbramiento que marcará la vida de Stoner, y que le llevará a renunciar al legado familiar en la granja, arriesgándose a ingresar en un “mundo en el que siempre estarás a punto de lograr el éxito pero serás destruido por tu fracaso” (p.32). Tampoco se puede describir mejor la conmovedora dignidad de unos padres campesinos que asisten a la deserción de su hijo con el estoicismo del labriego que se aviene a las veleidades del clima. La escena de la graduación es sencillamente perfecta: el lector palpa a esos padres apocados en la ceremonia de graduación de William, tan distantes ya de su hijo como éste de la tierra que contribuyó a labrar con sus manos. En España y más recientemente tal vez hayan sido Torrente Ballester y Antonio Muñoz Molina quienes mejor hayan sabido retratar la dignidad del labriego de antaño, educado en el saber de la intemperie.
Conecta la novela en este sentido con Las uvas de la ira en la que tan magistralmente plasmó Steibeck los efectos de la crisis del campo estadounidense en los campesinos. De alguna forma misteriosa, inadvertida, y pese al creciente ascenso intelectual de Stoner, su pasado labriego ha cincelado su carácter hasta convertido en una persona íntegra, en respetado maestro cuyo adaptabilidad –que no pusilánimidad- le capacita para encarar sin aspavientos emocionales la mediocridad de una existencia opaca en cada uno de sus sencillos frentes: matrimonio insípido, hija desapegada, relativo aislamiento social, rencores en el competitivo coso universitario, carrera profesional de corto vuelo, etc.
Lo más encomiable de la novela de Williams es su sencillez extraordinaria y engañosa, el alcance de una historia mínima contada con frugalidad, la de un hombre virtuoso (ahí es nada en estos tiempos) que sedimenta en el lector por su implícita clase magistral de sabiduría humana rematada en un final bellísimo. Un milagro que muchos escritores ambicionan y que pocos catan. Habrá que aguardar a que la editorial se decida a publicar más de este autor poco prolífico (ya saben, lo bueno si breve…).

LALE GONZÁLEZ-COTTA

FICHA DEL LIBRO
Título: Stoner | Autor: John Williams | Editorial: Baile del Sol | Páginas 246 | Precio 15€ |
 

miércoles, 11 de mayo de 2011

Déborah Vukusic en el Qué Leer de mayo


Este libro lo puedes adquirir en:

Parnaso en llamas, de Vicente Muñoz Álvarez

Por Alberto García-Teresa
Parnaso en llamas
Vicente Muñoz Álvarez

La escritura de Vicente Muñoz Álvarez pone de manifiesto en Parnaso en llamas una actitud inconformista, irreverente, aunque consciente del «tiempo de farsa. // Y de ambiguas promesas» en el cual vivimos. Aún así, duda si mantener o no una postura de resignación, ya que «puede que tal vez // en lo profundo // todo se reduzca a esto // y que todo / lo que al fin / y al cabo / podamos hacer (…) // sea // aprender a esperar». Y, de esta manera, concluye: «game over a los sueños».
Por ello, realiza un retrato de la sociedad mediante escenas y personajes representativos. Una de las secciones del volumen, la que recoge los poemas más incisivos y críticos, expone continuamente la situación de control social: «quieren controlarnos / uniformarnos / quieren dirigirnos // quieren llevarnos / por el mismo / camino». A ella se le enfrenta la vocación de resistencia expresada por el poeta, y por ello denuncia el conformismo (cuyas bases Muñoz Álvarez busca en su educación, en la infancia, como ya ha llevado a cabo en otros poemarios).
El autor, así, plasma el tedio de la vida, aunque se cuelan momentos de intensa vitalidad y ansia vitalista. De esta manera, aspira a «vivir como sólo quien sabe ser libre puede hacerlo // consumir el tiempo las horas los minutos / embriagado hasta lo más profundo por la vida». Por tanto, de forma más o menos explícita, a lo largo de todo el poemario está presente el deseo de vivir con autenticidad e intensidad.

Para finalizar, formalmente, hay que señalar que Parnaso en llamas se compone de piezas en verso libre y lenguaje sencillo, en las cuales irrumpen versos en cursiva, como si de una segunda voz se tratase. En otras ocasiones, suprime los signos de puntuación. Además, posee una disposición muy bien estructurada, que agrupa desde una sección de poemas de amor (centrada sobre todo en el desamor) u otra, la final, que presenta un único, pero extenso e interesante poema sobre el alpinismo.
Parnaso en llamas
Vicente Muñoz Álvarez
116 páginas
Baile del Sol, 2006
ISBN: 978-84-96687-12-7
http://mividaenlapenumbra-vinaliatrippers.blogspot.com/

http://www.culturamas.es/blog/2011/04/28/53145/

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   Agapea       

jueves, 28 de abril de 2011

Frágil, de Eva Vaz

EL CAMINO DE LA ESPERANZA

eva_vaz
Frágil (Antología 2001-2009)
Eva Vaz
Prólogo de Fernando Beltrán
Editorial Baile del Sol
Tenerife, 2010
         Hay ocasiones en las que para comprender un libro plenamente hay que conocer algo de la vida del autor. No sé si ocurre eso con Frágil, el último libro de Eva Vaz, publicado en la editorial tinerfeña Baile del Sol (2010), pero el libro se parece mucho a la persona que lo ha escrito: frágil, desde luego, y expuesta, como pocas personas que haya conocido, a la mirada de los demás. Frágil, expuesta e impúdica, como a ella le gusta decir. En este libro se nos ofrece toda una vida con sus bellezas, sus miradas, sonrientes o no, y sus tristezas.
       
         Hay autores de antologías y otros de poesías completas. Eva Vaz ha publicado, antes que este, cuatro libros y, especialmente en los dos primeros se ha tratado de poemas que entraban en la línea de la llamada poesía de la conciencia que, en nuestra opinión, generalmente miraba el mundo sin demasiada profundidad. No era una poesía de autor, sino una poesía que trataba de acoplarse a cómo debía ser el mundo. Las relaciones humanas, el sexo como motor de ellas, será el principal de sus temas. En esto se anticipaba Eva Vaz, bastantes años, a lo que ahora escriben algunas de los poetas más jóvenes que quizá crean que innovan. El otro tema que comparten estas primeras páginas es la mirada sobre una infancia con momentos tristes, en los que ya, aun siendo una niña fuerte físicamente, se anticipa tanta fragilidad. En los dos poemarios siguientes nos encontramos el contacto con nuevos mundos poéticos, que le asoma a la poesía de la experiencia, mucho más obvia en el cuarto libro, Metástasis, su mejor libro hasta el momento. Porque Frágil recoge y ensambla los mejores momentos de toda su poesía, a la que ha añadido algunos poemas, hasta hoy inéditos, que ha estado elaborando estos últimos meses.
       
         Para los que somos del sur, Eva Vaz ha sido una presencia que recordamos de toda la vida. Sin embargo es una poeta joven (Huelva, 1972), que ha destacado en el grupo onubense, primero, y a nivel nacional, luego, desde hace ya algunos años, aunque no publicó su primer libro, Ahora que los monos se comen a las palomas, hasta 2001, con casi treinta. De este libro aparecen en Frágil trece poemas. En ellos, la poesía es el remedio para dejar de sufrir en una vida en la que no se reconoce, en un cuerpo que no siente nada suyo, pero que le sirve para “conquistar el mundo / en un abrir y cerrar / de piernas.” El texto busca el prosaísmo para acompañar una situación desgarrada, donde nada era como le habían prometido. Ni la vida, ni los escritores, ni la muerte, ni el amor. Su segundo libro es La otra mujer (2003), quince historias de mujeres ficticias en las que descubrimos datos que nos evocan a la autora. Tanto en las mujeres protagonistas, como en los hombres antagonistas. Se trata de hombres insensibles, incapaces de satisfacer, ni siquiera de comprender, a las mujeres. Feminismo, yo diría que tópico, en el que el hombre siempre es el culpable de todo, y que se resume en los tres versos siguientes: “Yo amo. / Tú dañas. / Él goza.” De estas historias ha escogido cinco, de las que yo prefiero las dos últimas, que hablan de la niña que ella fue: de sus dolores, sus ilusiones y sueños, y el precio que hubo de pagar por ellos. Un precio que ella exhibe donde más duele, donde más se ve. Y, también, una forma de comenzar a ver la poesía que se parece ya más a la de los siguientes libros: el dolor.
       
         Nueve son los poemas que aparecen de Leña (2004), su tercer libro publicado. Una cita de Carver nos adelanta alguno de sus temas. El desarraigo en cualquier lugar, incluso en aquel en el que se supone que has sido más feliz, porque la felicidad es un cuento chino que nos contaron de niños para engañarnos. Y desde luego el motivo de la felicidad no va a ser el matrimonio. Las escenas de matrimonio que nos ofrece son desoladoras. La idea de la escayola: “Todo el mundo tiene / escayola.” Uno no puede ser diferente. Si trata de serlo, ya va a ser imposible reintegrarse al rebaño. Y hay que ser muy valiente para vivir solo. O muy cobarde. Las cosas nunca son como parecen. Las relaciones humanas se enmarcan en complicadas luchas de poder. ¿Quién somete a quién? ¿Somos todos iguales? La cita de Carver no muestra sólo el tema principal: también la forma. La frase desnuda. Las acciones. Lo que realmente nos importa de la historia. Porque sus poemas son historias. Eso no ha cambiado. La que más me interesa es “Estigmas”, otra de sus historias de matrimonios que continúan siéndolo no sabemos por qué. Aún no han dado el salto definitivo, el de la ruptura, que vendrá con el cuarto y su mejor libro, hasta el momento: Metástasis (2006).
       
         Digo con demasiada precipitación que Frágil es más interesante que Metástasis. Lo es y no lo es. Lo es porque en Frágil tenemos los mejores de todos sus poemas, con solución de continuidad y, además, algunos poemas inéditos que son tan buenos o más que los mejores. Pero Metástasis es ya un libro diferente, singular. Ya tenemos la voz de la poeta: completa, rotunda, subjetiva. Ella es como es y así aparece en el libro: completa y rota, rotunda y dubitativa, subjetiva y elegíaca. Desde luego no encontramos resquicios de la poesía de la conciencia. Al contrario, aquí la experiencia personal es la base de todo. Ni encontramos máscaras ni generalizaciones. Incluso el título de uno de ellos: “La banca defraudó 236 millones de euros a la Seguridad Social”, supone un poema  íntimo  elegíaco. En Metástasis, ya desde el título, están muy presentes la enfermedad y la muerte. “La mujer de los huesos pequeños” es la autobiografía del dolor. No sólo dolor de existir, también dolor físico. El lado del erotismo sucio, porque el erotismo en sus poemas nunca es inocente, siempre es sucio y culpable, también se encuentra aquí. Pero ya la responsabilidad no es exclusiva del hombre. Ahora la mujer también reconoce que hay una historia que la ha llevado a ese final poco amable. Y si en algún poema encontramos atisbos de ese mundo hermoso, todo termina en sarcasmo. “Uni-2” es un buen ejemplo. Sarcasmo mezclado con esperanza. Siempre volvemos y se supone que siempre volveremos a caer. Pero, ¿y mientras? ¿Qué hacemos con los buenos momentos vividos? Compartirlos. ¿Y con los malos? También compartirlos. La voz del poeta no nos va a engañar. Ni va a tratar de hacernos el camino más fácil. Pero nos cuenta que vuelve a aparecer el amor, y que ahí está su hija marcando definitivamente el camino de la esperanza.

http://minombre.es/rafasuarez/archives/1269

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Paquebote     Agapea       Librería Picasso

miércoles, 27 de abril de 2011

Frágil (Antología 2001-2009), por Eva Vaz

Editorial Baile del Sol. 126 páginas. Antología 2001-2009. 1ª edición de 2010.

Yo estaba en realidad leyendo los Cuentos completos de Fogwill en la edición de Alfaguara, pero no conseguí acabarlos antes del miércoles 20 de abril, día que volaba a Roma hasta el domingo. El formato del libro de Fogwill (cuentos de unas 30 páginas) no me pareció el más adecuado para un viaje en que sabía que iba a patear una ciudad y acabaría por las noches cansado en el hotel. Así que me decidí por este Frágil de Eva Vaz (Huelva, 1972), que la editorial Baile del Sol me envió la semana pasada como parte del pago de los magros derechos de autor generados por las ventas, durante 2010, de mi novela Acantilados de Howth.

Frágil es una antología que toma poemas de 4 libros publicados por Eva Vaz: Ahora que los monos se comen a las palomas(2001), La otra mujer (2003), Leña (2004) y Metástasis(2006), más un grupo final de nuevos poemas inéditos. Ya conocía alguna muestra de la obra de Eva Vaz gracias a la antología 23 pandoras (2009), publicada también por Baile del Sol, y a poemas colgados en el blog Hankover.

La poesía de Eva Vaz se caracteriza por la creación de una potente voz femenina, que explota casi todos los conflictos de su intimidad, desde una perspectiva desencantada y en la mayoría de los casos angustiante; y, que sin embargo, posee un gran vitalismo.
Ya desde el primer poema, Mi credo, a modo de introducción, asistimos a la sustitución de una religiosidad convencional por un catecismo propio, basado en el consumo de pastillas tranquilizantes: “Esta oración es para vosotras / pequeñas píldoras de paz” (pág. 11).

La realidad impone un duro peso sobre la voz poética en esta antología: la soledad de la pareja, del sexo, “Porque el amor no me arreglo la vida. / Y tampoco era para tanto” (pág. 13).
Eva Vaz sucumbió durante años, siendo niña, a la tortura personal de la gimnasia rítmica, lo que le condujo a una autoexigencia alienante: trastornos alimenticios, como la anorexia, ingresos en hospitales… Este trauma iniciático planea sobre el poemario más de una vez: “Mi cuerpo es el mejor sitio / para mi dolor” (pág. 41), y deja en los versos un rastro de palabras recurrentes como una letanía: huesos, muerte, esternón…

En esta poesía confesional son varias las personas con las que dialoga la voz poética: su madre o su abuela, su hija, su pareja (luego ex pareja), y una nueva pareja (ya hacia el final del libro).

Los poemas, sin métrica ni rima, suelen estar formados por versos cortos, y la construcción poética es de corte narrativo; si bien  se hace uso de anécdotas pequeñas de las que se desprende una idea mayor –como en el interesante poema El gorrión (pág. 53)-, en general predomina la narración de una historia amplia (una relación sentimental, por ejemplo) y en unos cuantos versos se poetiza hablando de toda la historia entre los amantes, y en este caso los versos operan y cobran su fuerza por el método de la sustracción. También, y sobre todo en los poemas correspondientes al poemario La otra mujer, Eva Vaz crea personajes, y en ellos especula sobre estados de ánimo. Dentro de este grupo destacaría algún poema, como el titulado Historia de la mujer del internauta.

Tanto en las composiciones más íntimas, como cuando crea personajes, la poesía de Eva Vaz intenta romper los tabúes de lo convencional, un espacio humano que parece no poder contener su nervio vital. Para corroborar esta idea, observemos estos versos: "A L. le preguntaron / si quería poner escayola / en el piso. / L. no sabía para qué servía / la escayola. / M. tampoco. // Pusieron la escayola. // Todo el mundo tiene / escayola". (pág 45).

Durante los últimos poemarios, los diálogos con la madre muerte se van haciendo más intensos, y también las reflexiones a las que le invita su hija.
El poemario Metástasis y los poemas inéditos pueden leerse casi como una composición narrativa, en la que asistimos a la ruptura de una pareja, la soledad, la deriva del sexo y la formación de otra pareja.
Dentro de la reivindicación de una feminidad antimachista de Eva Vaz no faltan versos sobre el pobre papel que a veces la sociedad confiere a la mujer: “He  necesitado licenciarme / en Filosofía / y perseguir un doctorado / y despellejar mi paciencia / en unas oposiciones / para descubrir que lo más apreciable, / mi mejor joya: / mi coño” (pág. 14)


Reproduzco aquí uno de mis poemas favoritos del libro, donde se reúnen bastantes de las características comentadas:

Para gritar

Mi madre siempre deseó             
                                      
una parcela en el campo:                  
                                          
«Descansar                                
                                          
es invertir en calidad de                  
                                          
vida».                                    
                                          
                                          
                                          
Para su último hogar                      
                                          
improvisó un alquiler                      
                                          
de cinco años y flores de                  
                                          
plástico.                                  
                                          
                                          
                                          
La muerte también tiene                    
                                          
fecha de caducidad.                        
                                          
                                          
                                          
Ha vencido el alquiler                    
                                          
y mi padre le ha comprado                  
                                          
su propia parcela en el campo,            
                                          
en el pueblo.                              
                                          
                                          
                                          
La muerte también entiende                
                                          
de clases.                                
                                          
                                          
                                          
Vuelven a encontrarse,                    
                                          
por arte del negocio inmobiliario.        
                                          
Su última cita,                            
                                          
en el paraíso del cementerio municipal:    
                                          
mi padre asiste al siniestro desnudo      
                                          
de huesos desordenados.                    
                                          
Y el anillo de matrimonio.                
                                          
                                          
                                          
Su esposa, mi madre,                      
                                          
en una paz brutal como nunca tuvo.        
                                          
Todo en una bolsa de plástico.            
                                          
Sin más mística:                          
                                          
el espanto en una bolsa de basura.        
                                          
                                          
                                          
Mi padre volvió a sentar                  
                                          
a su amante                                
                                          
en el asiento del copiloto.                
                                          
Con cariño. Con la tragedia                
                                          
instalada en el volante.                  
                                          
Con arcadas. Con amor.                    
                                          
                                          
                                          
Depositó la bolsa,                        
                                          
como el que regresa del supermercado,      
                                          
en la propiedad,         
                                          
en una bolsa de basura                    
                                          
de plástico.                            
                                                                    
Tantas bocas viven                        
                                          
de la muerte.                              
                                          
Hasta mi poema vive de la muerte.          
                                          
Mi ego liba de tu muerte.                  
                                          
                                          
                                          
Perdóname.                                
                                          
mamá,                                      
                                          
has tenido una nieta. 


En resumen: una recomendable antología que ha acompañado mis paseos por Roma; de una poeta, desgarrada, demoledora, y aún así vitalista y repleta de fuerza poética.
 
 
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“Stoner”: una gran novela, según Luis Antonio de Villena

Temo que pase casi inadvertida y la muy emerita labor de las pequeñas editoriales más o menos nuevas tiene aún la cortapisa de una distribución defectuosa. Y claro, si el producto no se ve, mal se vende. Con los libros (y en España) no cabe el viejo refrán de que “El buen paño en el arca se vende”. No. Por eso quiero recomendarles una estupenda y a la par muy sencilla novela de un escritor norteamericano del que yo sólo he sabido hace muy poco. Ese autor se llamó John Williams (1922-1994) y había nacido en Texas.  Inició algo tarde su carrera de novelista y poeta -en 1948- y temo que no trascendiera mucho del ámbito anglosajón. “Stoner” (el título viene del apellido del protagonista) se publicó originalmente en 1970 y tuvo muy buena crítica en su país. Es la historia -narrada con eficacísima maestría- de un muchacho de campo, William Stoner, que cuando va a la Universidad de Missouri a estudiar Agricultura, se enamora de la literatura inglesa y  de su orbe clásico y termina convirtiéndose en un gran profesor de literatura del Renacimiento en conexión  con sus fuentes latinas. Pero ese no es el tema del libro. Stoner es un hombre sencillo, acostumbrado a trabajar y a aguantar; si las cosas -la vida- le hubieran ido medianamente bien se habría convertido en un hombre no genial, pero sí muy brillante. Pero casi todo se le pone en contra, se casa con una puritana que no le entiende, en la Universidad su honestidad le crea problemas con profesores ególatras y mediocres y él apenas se sabe defender: lo ladean. Cuando conoce al amor de su vida, una joven profesora inteligente y vivaz, vive un apasionado romance, pero no es capaz de iniciar una nueva vida (de nuevo el puritanismo yanqui aúlla a su alrededor). Su disparatada mujer lo aleja de su única hija, envejece prematuramente, pero cuando cerca de la jubilación, algunos empiezan a considerar que ha sido un profesor excelente y maltratado y una buena persona ( no hay tantas) un cáncer acaba rápidamente con su vida. Su pregunta final a sí mismo es : “¿Qué esperabas?” Como diciendo la vida es lo que es y si uno no es un truhán, un desalmado o tiene la suerte de cara, nunca saldrá de mediocre. Pudo haber sido mucho (incluso feliz) y casi no ha sido nada. Esta es, a grandes rasgos la historia de Stoner. ¿Cuántos y cuántas no se sentirán retratados en este personaje tan rico y tan pobre? Las consecuencias son miles: la injusticia social, la maldad humana, la mediocridad que se impone al talento… El lector sacará las suyas. Pero no debe perderse esta muy buena novela escrita con sabia economía de medios que se titula sencillamente “Stoner” de John Williams y que ha editado en España  Ediciones Baile del Sol de Tenerife. De veras, muy recomendable.
 
 
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martes, 19 de abril de 2011

'Verano en la otra orilla', de Mª Ángeles Teixeira


La editorial Baile del Sol ha sido tan amable de enviarme unos libros, que iré reseñando a media que los vaya leyendo. ¡¡Muchas gracias!! 

Y he comenzado por este libro de Mª Ángeles Teixeira Cerviá, autora de la que no había leído nada  y que ha sido una muy grata sorpresa. "Verano en la otra orilla", es un conjunto de 14 relatos, fruto de la estancia de la autora en Inglaterra hace ya unos años. La realidad, la irrealidad, lo sobrenatural se entremezclan, arrastrándonos a través de los relatos y haciendo de la lectura de cada uno de ellos un momento único y especial.

Con un lenguaje sencillo, pero con destellos oníricos, mágicos, la autora nos transporta a "la otra orilla", a Inglaterra, y vamos de su mano conociendo distintos personajes. Todos ellos (bueno ellas, pues todas son mujeres, y la mayoría de cierta edad) tienen, a mi ánimo, un toque de ternura envuelta, en unos casos, de tristeza y soledad, en otros, de sentido del humor, en otros, de desesperanza y locura... (con la excepción de un relato que, a mi entender, desentona un poco en el conjunto).
Conoceremos en estas 85 páginas a Violet Hogson, con sus ojos azules y su pelo blanco, y a su enigmático hijo Walter; nos pasaremos a tomar el té por la casa de la señora Cock, un castillo estilo Tudor; sufriremos con Mary Steward su triste vida; descubriremos el secreto de la viejita Lucy Cooper y su cita de los jueves; conoceremos la historia de Jenny Robertson y su gusto por la muñecas, en especial por la que perteneció a la Reina Mary; sabremos de Tracy Davies y su amor por los gatos...
"Sus carnes sonrosadas semejan cualquiera de las muñecas victorianas que conserva el museo del pequeño pueblo."
"Mary Steward no sabía por qué todas las cosas malas tenían que ocurrir en días señalados. No sabía por qué el mundo era redondo en vez de cuadrado."
Si os decidís a leer el libro (yo os animo a ello) cada uno de vosotros se sentirá atraído por uno u otro personaje; ahí nuestros miedos, nuestras sensibilidades, nuestras obsesiones y preferencias jugarán su parte.

Me ha encantado leerlo; si acaso, un "pero", si me lo permitís: hubiese deseado que fuese más largo y poder disfrutar de su lectura por más tiempo. De todos modos, es uno de esos libros que volveré a leer en cualquier momento. Me ha dejado un  muy buen sabor de boca y un poso de serenidad y ternura muy digno de agradecer.


Marcapáginas 6

http://carmenyamigos.blogspot.com/2011/03/verano-en-la-otra-orilla-de-m-angeles.html

 Este libro lo puedes adquirir en:

lunes, 18 de abril de 2011

Los chicos están bien (5) -Acantilados de Howth-

Acantilados de Howth (David Pérez Vega)

David Pérez Vega. David escribe el blog llamado Desde la ciudad sin cines, donde sólo salen argentinos y un poco Bolaño, y otra vez un argentino. Acantilados de Howth es su primera novela publicada. Trata de un tipo que estuvo en Irlanda porque su autor estuvo en Irlanda y uno siempre cree que de eso se puede hacer una novela. No, si se puede. La obra cojea sin embargo de que estar en Irlanda se torna categoría literaria, y no anécdota, y el autor nos narra Irlanda como si las peculiaridades de los putos irlandeses nos importaran más que el corazón de David. No, el corazón del autor, su intimidad, siempre nos resultarán más interesantes que toda Irlanda junta, porque las calles de Dublín y sus bares y sus modos de servir las copas vienen ya en las guías de viaje y la literatura no cuaja bien con el dato turístico, así lo escriba uno con esforzado afán. Asina, lo mejor de esta novela son las reflexiones del personaje, sus cosas más privadas y sus casos más nuestros, desarrollados en Madrid y sin necesidad de informar de cómo se tiran las cañas en Madrid, ni de dónde queda el bar. La novela tiene un escritura centrada y correcta y sobria, y un vuelo puntual en algunas páginas, de querencia bolañesca, pero le falta desmelene y una estructura de mecánica más natural. Todo llegará. El autor nació en 1974.

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Stoner, de John Williams

Título: Stoner
Autor: John Williams
Editorial: Baile del sol
Año de publicación: 2010
Páginas: 242
ISBN: 9788415019343

Lo primero que quiero hacer es confesar que no conocía ni este libro ni a su autor, John Williams, hasta que, muy amablemente, Baile del sol me lo envió a casa hace unos meses. Y lo segundo que quiero hacer es precisamente darle las gracias a esta editorial por haberme dado la oportunidad de descubrir un autor y una obra con la que he disfrutado muchísimo.

Stoner es el título del libro y el apellido de su protagonista. William Stoner es un joven gris, simple, triste, un hombre del montón, que pasa desapercibido, que nunca se mete en líos y no hace daño a nadie. Vive con sus padres en Missouri, donde les ayuda a trabajar en la granja y los campos que dan de comer a toda la familia. Obedeciendo los consejos de su padre, en 1910, con 19 años, se convierte en estudiante de la Facultad de Agricultura de la Universidad de Missouri. Su idea es estudiar los cuatro años de la carrera y regresar a la granja para seguir ayudando a su familia.


Pero un profesor muy especial y particular, Archer Sloane, se cruza en su camino y cambia completamente sus planes, su vida, su presente y, sobre todo, su futuro. Obedeciendo a Sloane, porque da la sensación de que Stoner no sabe decir que no, cambia la Agricultura por la Literatura, se doctora y se convierte en profesor.

No sabe si le gusta o no, no sabe lo que quiere, lo que desea, Stoner se deja llevar, arrastrar por los acontecimientos. Unos acontecimientos marcados primero por la Primera Guerra Mundial y después por la Segunda e incluso por la Guerra Civil española. Unos acontecimientos que marcarán no sólo a Stoner, sino también a sus dos únicos amigos: David Masters y Gordon Finch.

Lo único que sabe, lo único que tiene claro es que le gusta dar clases, tratar con los alumnos, enseñar y estudiar, investigar, escribir. Pero, sobre todo, Stoner tiene claro que le gusta la universidad, un espacio y un ambiente que le resultan familiares, agradables, que le ayudan a sentirse seguro y protegido de todo lo que hay ahí fuera, de todo lo que rodea el exterior de la Universidad de Missouri. Para Stoner la universidad es un refugio, como también lo es el despacho de su casa en el que, rodeado de libros, se siente a salvo de su mujer y de su hija.

Stoner se enamora locamente de Edith nada más verla y sin importarle su alta posición social y económica ni conocerla decide casarse con ella. Sin embargo, su matrimonio fracasa desde el primer día, o quizá sería mejor decir desde la primera noche, y a lo largo de los años Stoner será víctima de la guerra que Edith emprende contra él, una guerra de desgaste, llena de desprecios, insultos y ataques que, por mucho que Stoner intente evitarlos, le van afectando cada vez más.

Como siempre, Stoner busca refugio en la universidad para huir de sus problemas personales y familiares sin sospechar que precisamente allí encontrará el amor, la salvación, pero también el dolor, el fracaso, la pérdida y el desamor.

Porque la vida de Stoner es una continua agonía, una sucesión de problemas, enfrentamientos, luchas, peleas, dolor, sufrimiento y pérdidas. Y lo que más duele de todo esto es ver cómo el protagonista de esta novela no hace nada para defenderse, no reacciona, no intenta cambiar su vida, enfrentarse a su mujer, a su hija Grace, a sus alumnos o a su principal enemigo en la universidad, Lomax, quien, cada vez con más poder y más fuerza, tratará de hacerle la vida imposible a Stoner.

Stoner es una novela sencilla, pero no por ello simple, todo lo contrario. Es franca, fascinante, honesta, intensa, vibrante y, sobre todo, conmovedora. Conforme pasamos las páginas, nos sentimos cada vez más cercanos a su protagonista y al final lo vemos como un amigo o un familiar, alguien a quien conocemos desde hace muchos años y con el que compartimos la vida, lo bueno y lo malo, alguien que nos provoca un gran cariño y una gran compasión e, incluso, en muchas ocasiones, lástima. Sufrimos con Stoner cuando lo vemos sufrir, porque lo admiramos, porque lo queremos y, sobre todo, porque su historia es entrañable, cálida y hermosa.
 
 
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jueves, 31 de marzo de 2011

"Cumple años feliz", de Roxana Popelka en La Biblioteca Imaginaria

Título: Cumple años feliz (poesía, 1989-2009)

Autora: Roxana Popelka

Editorial: Baile del Sol

Págs: 152

Precio: 12 €



Aunque veinte años no sean nada, uno debe congratularse de que una poeta como Roxana Popelka haya sido capaz de concentrar en un solo libro una muestra de toda la poesía que ha ido publicando durante dos décadas: CUMPLE AÑOS FELIZ (poesía, 1989-2009). Pese a los múltiples registros que han caracterizado su escritura resulta llamativo un común denominador que al tiempo que va desvelando un progreso creativo también una fidelidad, consciente o inconsciente, a sus intereses temáticos y estéticos. Para los más inocentes he de advertir que, pese al título, hay poco de tarta con arándanos en las páginas de este libro. La poesía de Popelka no es para golosos. Su mirada cruda, áspera y corrosiva prescinde de barroquismos para señalar los vacíos del presente cuando rememora el pasado o pronostica el futuro: “Todo lo que sé / lo aprendí de / Jim Morrison, / de quién si no”.

Curiosamente no es la suya una escritura apegada a la realidad, sino dimanada de ella, del esperpento en que se ha convertido lo real. No es mujer de nanas ni de cebollas sino de tambores de guerra. Pone en pie al más adormecido dándole cachetadas hasta hacerle abrir los ojos. La calle no es lugar para paseos, más bien la salida de emergencia en caso de incendio. Son las afueras los centros neurálgicos de su poesía, una escritura que introduce en sus líneas el desencanto. Lo común es lo particular y las pesadillas el fruto más deslumbrante de los sueños. Casi siempre al fondo hay una mujer con un revólver dispuesta a disparar en cualquier momento contra todo lo que no se mueva. Hay venganza donde impera la mansedumbre, como huérfanos en los parques infantiles mientras los papás vigilan a sus vástagos. Hay carencia de evidencias, en cualquier instante puede ocurrir lo más imprevisto. Hay gente que necesita comunicarse urgentemente con alguien al otro lado del teléfono, pero no se sabe bien por qué es la primera en interrumpir la llamada. La regla llega por primera vez el día menos esperado, cuando hace sol y todo luce radiantemente blanco. No hay viviendas para todos. La gente sabia se refugia en sus tumbas. Las huelgas son interminables, los derechos humanos inaccesibles. Siempre hay alguien que grita en alguna parte del libro, otros sin embargo se conforman con tararear sus disgustos en baja voz. Las convenciones poéticas no son más que viandas en adobo. Los vecinos se cuelan en tu habitación empeñados en saber que andas tramando. La televisión es un trasto inservible y la mayoría de hombres no merecen amor. Deambulan mujeres de todo tipo por las cañerías de los edificios. Con un portazo se dice adiós. Las moscas se han apoderado del mundo como de un cadáver. Las decisiones políticas deben ser retransmitidas en directo mientras los fantasmas atraviesan las paredes... Hay, en definitiva, una mujer que le gusta lo que le gusta y le disgusta lo que no le gusta, que si tiene que decir algo y le llega a la boca lo dice y ya está. Por sus versos se le puede reconocer: “Yo soy / mi propia secretaria / mi propia / cocinera / mi propia  modista”.

CUMPLE AÑOS FELIZ no es más que un libro que empezó escribiéndose con letras y acabó escribiéndose con imágenes, pero que ya Roxana Popelka sospechaba desde su primera noche que el mundo así empieza y acaba: “cuando yo era otra cosa diferente a la que soy / jugaba con mi hermana invisible a soñar / algo quimérico. Teníamos pesadillas incoloras en la / cama de / un hotel”. A partir de ahí, entrelazadas, mil palabras con mil imágenes, un desafío color naranja contra el mundo.

Antonio Jiménez Paz



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jueves, 24 de marzo de 2011

Amor envenenado



“Amor envenenado” de Joaquín Lloréns (1962) es la segunda novela de la serie “Beatriz Segura, investigadora licenciosa”, editada por Baile del Sol. La primera se titulaba “Citas criminales”. La novela, de 303 páginas, tiene casi todas las características clásicas que un amante de la novela negra espera encontrar: robo de dinero negro, asesinatos, intriga, promotores inmobiliarios sin escrúpulos y enriquecidos al amparo de la burbuja inmobiliaria, mujeres perdidas… Y todo ello con un ritmo que apenas decae a lo largo de la obra. Pero el autor parece querer romper los, habitualmente rígidos, esquemas del género, en “Amor envenenado”. Acompañando la trama nos encontramos diversos elementos que la hacen atípica y original.
 De un lado, la personalidad de Beatriz Segura. Las mujeres protagonistas de novela negra escasean y, cuando aparecen, suelen ser un remedo femenino del habitual detective o policía pesimista y desencantado que atiborran las novelas del género. Sin embargo, Beatriz Segura no tiene nada que ver con el cliché; es joven, le gustan la ropa de marca y las joyas, y es sumamente atractiva. Lo sabe y, como ocurre en el mundo real, usa –y abusa- de su sexualidad como una protagonista de Apollinaire; tanto para lograr sus objetivos como por mero placer, dando lugar a escenas que pueden llegar a turbar al lector.
Pero la novela cuenta con una segunda voz: Ramón García, guardia civil de Cantabria que aporta, desde su óptica de miembro de las Fuerzas de Seguridad, un contrapunto equilibrado a la alocada Beatriz. A todo ello, sumémosle una guía de viaje por Cantabria y Ámsterdam, unos juegos gastronómicos y de citas, y un tiempo verbal aparentemente incongruente cuando se cruza en su camino el padre adoptivo de la protagonista, Alberto, cuya explicación no descubrirá el lector hasta el último capítulo.
Por último, en “Amor envenenado” volvemos a encontrarnos con diversos personajes secundarios –el inefable mayordomo Roberto, la simpática cocinera Marta y el Jefe de Laboratorio de la Policía Judicial de Mallorca, Julio- que ya aparecían en “Citas criminales” y que, cada uno con su personalidad, se nos van haciendo familiares.
En resume, “Amor envenenado” es una novela negra que atrapa al lector y que, entre sus virtudes, tiene la de romper con los rígidos esquemas bajo los que ha movido el género durante décadas, dándole un aire más próximo a la realidad. Una buena novela que os hará disfrutar de su lectura y os animará a leer la primera de la serie.
 

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STONER DE JOHN WILLIAMS

Editorial Baile del Sol
Colección Narrativa, 121

Traducción de Antonio Diez Fernández
1ª Edición, 2010

Género y tags: Literatura norteamericana. Primera y Segunda Guerra Mundial. Vida universitaria. Amor a la literatura.
ISBN: 9788415019343
244 Páginas

La existencia de un hombre como tantos otros, William Stoner, transcurre entre la granja que le vio nacer y la ciudad a la que marcha a completar unos rudimentarios estudios universitarios de perito agrónomo que habrán de serle útiles en la modesta explotación de sus padres. Sin embargo, algo cambia para siempre a ese joven sencillo e introvertido durante su periodo de estudiante, y es que la literatura llega hasta él como una ráfaga de luz, durante una de las clases del excéntrico profesor Sloane.
Gracias a ese deslumbramiento, Stoner decide consagrar su vida a la enseñanza, se convertirá en profesor universitario, fundará una familia con la mujer equivocada, tendrá problemas con un colega que se convertirá en su más feroz enemigo y hasta una aventura extraconyugal con una alumna. No parece gran cosa, pero desde aquí animo al escéptico lector que le dé una oportunidad a esta novela donde la simple narración de la vida anodina de un buen hombre se convierte en una experiencia emocionante y tremendamente conmovedora.

Patricia Esteban Erlés (Registrado)

Querría que hubiera muchos William Stoner sueltos por el mundo, a pesar de su timidez, su aire desgarbado, su incapacidad manifiesta para cambiar las cosas que no le gustan de su vida. Ojalá vuelva a desear muchas veces que termine el día y llegue el momento de quedarme a solas con una novela, como me ha pasado con esta.
Confieso que al principio me costó acercarme a ella, que me dio un poco de pereza, quizás la cubierta estridente, el título inexpresivo y la sinopsis de la contraportada. Pero así sucede a veces, hay libros invisibles que te salen al encuentro, y menos mal, porque sin duda consiguen mostrarte algo que no puedes expresar con palabras sin que se pierda parte de su fuerza, de su luz, por el camino. Sé que Stoner es una obra que se queda conmigo, para siempre, por la humildad y la grandeza de su protagonista, un hombre como tantos que sabe ser él mismo hasta el final, equivocándose la mayor parte de las veces que decide dar un paso en una dirección determinada o quedarse quieto, pero aceptando las consecuencias de sus actos con una serenidad que lo convierten en alguien distinto, en alguien admirable. Stoner aprende la vida sobre la marcha, se encuentra con amores eternos, como el que siente hacia los libros, con amores fallidos que prometían un milagro que no llega a producirse, con el amor verdadero y prohibido... También conoce el odio arbitrario allá donde menos pensaba, en la catedral del saber y en su propia casa, pero nada hará que Stoner desfallezca o se rinda, nada conseguirá que deje de ser un buen hombre, el profesor que a todos nos hubiera encantado tener, el padre que ama en silencio, incondicionalmente a su hija, el sabio humilde y entregado a sus estudios, por inútiles o insignificantes que estos le parezcan al mundo.
Y la historia que podría haber resultado prosaica hasta el aburrimiento trasciende el informe desolador y adquiere un resplandor suave que envuelve al lector, y lo va llevando línea a línea hasta el final, haciéndole experimentar todo lo que siente su protagonista. Inevitable es, por ello, enamorarse de Edith, cuando aparece como un hada perdida, en medio de una fiesta. Inevitable no sentir la muerte del amigo, casi adolescente, en una lejana trinchera, o no detestar y compadecer al mismo tiempo a Lomax, el profesor rival, el enemigo del rostro bello y la terrible deformidad que atormenta a Stoner durante años.
Una novela, en fin, de esas que deberíamos regalarnos y regalar a nuestros seres queridos, porque leer no solo nos permite evadirnos en busca de otros mundos posibles, sino también conocer y comprender un poco mejor a los seres y las cosas que merecen la pena en este que habitamos.

Patricia Esteban Erlés / ANIKA ENTRE LIBROS

http://www.libros2.ciberanika.com/desktopdefault.aspx?pagina=~/letras/w/P06520.ascx

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