domingo, 31 de marzo de 2013

2013 de Poesía. Día 90. Giovanni Nadiani


2013 de Poesía. Día 90. Giovanni Nadiani. Ningún sitio (2010)



lo único que queremos
es quedarnos aquí un poco más
este domingo por la tarde
rozados por un viento
que va y viene
sentados con los pies descalzos
estirados en el césped
miramos para arriba
las perezosas nubes blancas
que atraviesan una a una
el azul pesado de nuestras ideas...
sentimos encima de nosotros
este tibio aliento
que nos acaricia los ojos cerrados
y el cansancio de nuestros días
desemboca de nuestros huesos
y por una vez nos ilusionamos
que va a ser así
ese día también
el viento
soplará en el polvo
y nos esparcirá ligeros
hacia otro mundo...


sábado, 30 de marzo de 2013

2013 de Poesía. Día 89. Fernando Palazuelos

2013 de Poesía. Día 89. Fernando Palazuelos. La memoria de los esclavos (2010)



Defensor de la palabra

Cuando la palabra no basta
y la ira nos llena de blasfemias
y ensucia las entrañas.
Cuando la voz viva cae en el silencio
del desprecio y
en el vacío más negro.
Cuando la palabra no alimenta,
ni dibuja,
ni sigue el cauce del alma.
Cuando la nostalgia es un brillo
pintado en el ojo humano.
Cuando parece perdida
la guerra que vence invariablemente el poder
y su progreso infectado de euforia.
Cuando la palabra no es suficiente
y nuestra lengua se aflige por
no dibujar mariposas.
Cuando el defensor anónimo
percibe inservible su lanza y derrama
su tinta-antídoto en la tarima.
Parece, ya,
demasiado tarde.

viernes, 29 de marzo de 2013

2013 de Poesía. Día 88. Eva Vaz

Día 88. Eva Vaz. Frágil (2010)



SAGA FUGA
Sé que no me has borrado
como se borra un sueño.
Vivo.
Hay una playa que recuerda
en cada una de sus piedras.
Vivo,
y no, no me soñaste
ni yo te mentí cuando te decía aquello,
tú sabes, eso.
Ayer escuche a los Violent Fames
y no puse cara de muchacha triste.
Eso sería peor que tener cara de  muchacha triste
cuando el pasado me destroza el cuello
y lo aprieta
y tengo un silencio con piedras
y puñados de arena en los ojos.

Yo no te soñé.
Te lo pueden decir mis venas anestesiadas de entonces.
Te lo puede decir la decepción
que se hizo una casa bajo mis vértebras.
El luto de mi inocencia.
Su muerte.
Te amé y te olvidé al mismo tiempo.
Con disciplina.

Mi trato crónico con el dolor me fue útil.
A ti, el dolor sólo te enseñó
a contarlo y a compadecerte.
A mí me hizo piedra.
A ti ceniza.

Y hoy no necesito que existas.
Llora esta noche.

jueves, 28 de marzo de 2013

LUGARES QUE NOS HABITAN, Marta María López


Hace mucho tiempo que, por trabajo, leo otro tipo de libros muy distintos a este del que ahora quiero hablar, por eso ha sido un lujazo leer este por puro placer.  Antes de nada quisiera decir que ojalá la distribución fuese mejor porque ha sido una odisea poder conseguirlo.
Me resulta muy difícil hablar de un libro de relatos sin destripar las historias de cada relato, pero allá vamos…
El título del libro (precioso, por cierto) hace alusión a la influencia que tienen sobre los personajes los lugares en los que viven. Son lugares metafóricos, lugares que explican los estados de ánimo de las personas. En cuanto a los personajes, todos ellos deben hacer frente a algo insólito que ocurre en sus vidas y que los cambia para siempre.
La mayoría de los relatos están protagonizados por parejas. El primero, titulado “Voces”, es uno de los textos más inquietantes que he leído: una pareja comienza a escuchar voces en su apartamento, pero eran voces distintas. Creen que es el vecino, pero descubren que no es él y el relato se precipita hacia un final que deja impactado. Esa es una de las cualidades de esta autora, que cuando acabas de leer sus relatos, te preguntas: ¿pero qué coño ha pasado? Y es el lector quien debe reflexionar sobre lo que ha ocurrido, porque no se da nada masticado.
Le sigue un relatito muy breve titulado “La gotera” que es maravilloso y en el que una pareja se desequilibra por culpa del ruido de una gotera que tienen en casa, pero cuando arreglan el problema de la gotera les sobreviene el verdadero problema, el más grave.
La señora Devereaux” es mi relato favorito. Es muy raro, casi diría que es de miedo. En él, una mujer es confundida con otra. El propio marido y los hijos de esa otra mujer la confunden, a pesar de que ambas no se parecen en nada. Al leerlo, sentí una sensación de angustia y de ahogo. El relato parece querer decirnos que nunca conocemos a nadie a fondo y que a veces aquellos a quien mejor debemos conocer son para nosotros, en el fondo, perfectos desconocidos.
Desapariciones” me resultó un relato curioso. El protagonista tiene el poder de hacer desaparecer las cosas que no le gustan, de manera que puede crear una relación perfecta porque hace desaparecer todo aquello que molesta a su amada, pero ni con eso logra que la relación dure, como si la autora nos dijese que no son las relaciones perfectas las que perduran, sino aquellas que logran adaptarse a los cambios y superarlos sin borrar los problemas.
Noviembre” es el relato más misterioso. No supe muy bien qué nos estaba contando la autora. Se desarrolla en un hotel nórdico donde una pareja va cada año a pasar el mes de noviembre. Durante esta estancia, ella tiene siempre un comportamiento extraño que no se repite durante los siguientes once meses. Sólo en noviembre. No sé si ese hotel es la antesala del infierno o es el propio infierno o es el purgatorio. Tal vez solo sea la metáfora de los malos momentos de la vida, que nos dejan esa sensación de frío en el cuerpo y malestar. El final, además, con ese desdoblamiento de uno de los personajes parece que es una forma de decirnos que hay siempre dos opciones ante los malos momentos: dejarse caer o salir hacia adelante.
Monstruo” es otro gran relato. Aquí no hay parejas, sino una vecindad que se une para luchar contra el vecino raro. Las historias que se cuentan sobre él son cada vez más estrambóticas y la solución que se toma al final es de una violencia extrema. Ser extraño y diferente a la mayoría es muy difícil, la autora parece que nos dice que ser distinto puede ser perjudicial para la salud.
Tampones y pomelos” es un cuento maravilloso sobre la soledad, el amor y el respeto al espacio del otro para no agobiarlo. Me recuerda a una historia que escuché hace tiempo en el telediario: en Japón un hombre descubrió que una mujer llevaba meses viviendo dentro de su armario sin que él se diera cuenta. Esta es básicamente la historia que se cuenta en este relato, pero a esto hay que añadir que al hombre le gusta saber que alguien habita su armario y ella es tan escurridiza que no se deja ver, sólo se sabe de su presencia porque logra grabarla con su webcam.
Un poco de intimidad” es el relato más largo del libro. Nuevamente una pareja comienza a vivir situaciones extrañas que los desestabilizan. Mientras lo estaba leyendo me preguntaba si lo que los demás opinan de nosotros puede condicionar lo que opinamos de nosotros mismos. Este relato parece decirnos que sí. Me gustó mucho, de los que más.
Moscas” es el último relato del libro. ¡Qué asco! Imaginaros que os compráis una casa en las afueras y que vais a limpiarla un poco y a esperar el camión de mudanzas. Estáis solas y no ha cobertura para el móvil. Imaginaos que de cada enchufe y desagüe comienzan a salir moscas y más moscas, moscas inteligentes que se organizan como ejércitos y os atacan… Pues eso. Este relato me dejo el cuerpo con escalofríos.
Resumiendo: recomiendo este libro. Está muy bien escrito y sus historias son extrañas y diferentes. Igual en vuestra ciudad no encontráis una librería que lo tenga, pero siempre se puede comprar por internet. Muy recomendable, de verdad. Agur.

2013 de Poesía. Día 87. Antonio Méndez Rubio


Día 87. Antonio Méndez Rubio. Cuerpo a cuerpo (2010)



Amanecer. O saber
del amor, en realidad secreto, que,
aunque sólo sea por un día,
por la inminencia de un instante
antes de que se venza
el cuerpo en las palabras,
antes
de eso... tengo que oír, mirar
la lluvia que se entrega así
como una sucesión de
tres puntos y vacío...
Que
ni el silencio se puede abandonar a
lo que aún hay que olvidar
con tu parte del cielo.


miércoles, 27 de marzo de 2013

Citas criminales Joaquín Lloréns De la serie Beatriz, investigadora licenciosa



Sergio Torrijos – laRepúblicaCultural.es


Mezclar bolsos Louis Vuitton, aroma de Cartier, delicadas y elegantes prendas de vestir con crímenes y una buena ración de sexo no es muy habitual en la novela negra. Siempre ha existido una parte elevada de glamour, o mejor dicho algunos autores han hecho causa común con la elegancia, pero la mezcla siempre es complicada, más aún cuando los principales protagonistas no tienen ese toque elegante que eleve sus miserias por encima del resto de mortales.

El elemento más novedoso de la novela, aparte de esos toques de distinción, es sin duda la promiscuidad de su protagonista, una mujer del siglo XXI, en todos los aspectos, dejando ñoñerías a un lado y absurdos complejos. Beatriz, la protagonista, aparte de ser rijosa, es mujer solvente, activa, inteligente y un tanto curiosa, siendo esa curiosidad el hilo conductor de toda la trama.

Una trama que se localiza en la isla de Mallorca y tiene como hebra argumental la venta de una empresa informática y la espiral de violencia a la que se ven sometidos los cuatro socios de dicha empresa.

La novela podría competir en algún certamen de novela erótica. Las escenas de cama son de elevado nivel, teniendo la facultad de no repetirse y que los continuos encontronazos eróticos no parezcan una sucesión que tiende a la repetición, sino todo lo contrario, el autor es capaz de elevar la temperatura con mucho gracejo y sin parecer reiterativo. Sin duda sorprende que el autor hable con semejante claridad de la sexualidad femenina.

Aparte de las escenas subidas de tono existe una trama negra, costando diferenciar si es la más importante o si por el contrario la actividad de la protagonista tiene mayor fundamento y poso. La acción criminal está bien resuelta, aunque por el escaso número de involucrados y su cercanía resulta muy sencillo aventurar el culpable, siendo ese uno de sus puntos más débiles de la obra.

Joaquín Lloréns tiene una prosa clara, limpia, muy efectiva y por momentos muy culta. Demostrando con citas muy sugerentes que no todo va a ser crimen, armas de fuego y pasiones desatadas, también, dentro del género negro se puede dar cabida a elevados sentimientos. Sin duda ha sido todo un placer leer citas de Séneca o de Tácito.

¿Acaso sabe alguien ahora quién fue Tácito?

¡Lástima de siglo!

Lectura muy interesante y sumamente instructiva, algo tórrida lo que le da ese toque de novedad y que sin duda gustará a los amantes del género, creo que le vendría bien algo más de negrura, pero claro es una opinión y por lo tanto muy personal. Citas criminales es una entrega de una serie mucho más abultada que seguiremos reseñando en un futuro próximo, por lo pronto les animo a seguir mis pasos y empezar por esta, la primera de la serie publicada por Baile del Sol.

http://www.larepublicacultural.es/article6840.html

2013 de Poesía. Día 86. Alberto García-Teresa

Día 86. Alberto García-Teresa. Oxígeno en lata (2010)



Anda perdido el mundo con hombres sin cabeza,
con corazones que son manos enguantadas de miedo.
Deambula cojo el horizonte desbrujulado
mientras se evaporan las huellas y el carmín de los huesos.
Hemos olvidado el tacto del agua,
el brillo del bosque, la densidad de los helechos.
Levantamos alambradas en los cielos,
tapiamos el Sol, vedamos la Luna.
¿Qué queda de vida en este silencio?


martes, 26 de marzo de 2013

En los antípodas del día. Gonzalo Aróstegui Lasarte


En los antípodas del día entro en mi vida gracias a su llamativa portada (es verdad los que comentan que los libros muchas veces por su portada entran). Con un título enigmático, una sinopsis  que me resulto muy interesante y que muestra a las claras lo que vamos a encontrar me deje llevar por este libro hasta disfrutarlo lacónicamente.




Título: En los antípodas del día
 
Autor: Gonzalo Aróstegui Lasarte
 
Genero: Narrativa-Novela
  

Año: 2012
Editorial: Baile del sol
Páginas: 234
ISBN: 978-84-15019-93-0



Madrid. Finales del siglo XX. Rafael Hernández es un joven recién licenciado en Filosofía que —obviamente— no encuentra trabajo relacionado con sus estudios. Cansado de pedir dinero a sus padres, decide ponerse a trabajar como teleoperador para ir tirando, y lo que, en principio, parece ser una escapatoria temporal, se convierte en más de cuatro años trabajando en el turno de noche contratado consecutivamente por tres empresas diferentes para atender a los clientes de una misma televisión digital de pago. Conocerá así Rafael los contratos temporales, los fatídicos cargos intermedios, la lucha sindical y todo tipo de miserias (y glorias) laborales que se puedan imaginar relacionadas con el telemarketing, en concreto, y con la precariedad en la empresas, en general. El trabajo nocturno le absorberá hasta tal punto que afectará a sus relaciones íntimas y dejará apartada la tesis sobre el nacionalismo que pretende desarrollar. Rafael se hará mayor, pero no perderá la pasión por la música rock que le une a sus amigos, aunque al crecer e incorporarse al mercado laboral se dará cuenta de la complejidad de la realidad, de lo fácil que es hablar y lo difícil que es actuar y tomar decisiones. Narrada en primera persona con dureza, ironía y mucho sentido del humor, la historia de Rafael es, tan patética como divertida, la de tantos jóvenes (y no tan jóvenes) explotados por un salario miserable que creen en un futuro mejor que no acaba de llegar. Una historia normalmente silenciada que aquí se revela en toda su cruel extensión, sin olvidar los matices y contradicciones que marcan cualquier actividad humana.
Sinopsis facilitada por la editorial.
El autor:
Gonzalo Aróstegui Lasarte Pamplona 1971) cuyos apellidos revelan que como mínimo nació en Navarra, aunque lleva media vida siendo o residiendo en Madrid se estreno en el mundo literario con su opera prima Madrid3 (2004). En lo que se le conoce de su desempeño por el mundo, ha sido cronista cinematográfico eventual de la Revista Ruta 66. En la actualidad desarrolla un blog (Ragged Glory)de bastante categoría desde mi punto de vista en el que analiza discos de jazz y de rock 
Si te interesa la música puedes aprender mucho con sus comentarios aquí

Impresiones:
Su portada me llamó de inmediato la atención, un llamativo fondo rojo y sobre él un martillo cruzándose con unos cascos de teleoperador con su pinganillo. Le dí la vuelta al libro y tras leer su sinopsis el flechazo fue inmediato, quería leer ese libro y sabía que sería un libro de los que disfrutas y reflexionas con su lectura, no sabía que me iba a encontrar entre sus páginas pero si que no me dejaría indiferente. Hoy al cerrar el libro siento la agradable sensación de saber que no me equivocaba. Un libro que me ha recordado un pasado, un presente y un futuro, antiguos compañeros, y un futuro maquillado con falsas promesas o mejoras reales, pero que no deja de ser la misma miseria humana de siempre.
No estamos hablando de la Biblia, ni del mejor libro del mundo, pero sin lugar a dudas estamos ante una magnifica crítica a todo, bien escrita, aportando reflexiones simples, profundas o a mitad de camino entre la desesperación hecha monotonía y la protesta encubierta presentada a modo de historia. Creo que es un libro que merece la pena leer sobre todo en estos tiempos de crisis que corren, porque hacer reflexionar y aunque la historia puede o no puede gustar, lo que quiere expresar es "evangelio" del día a día del sistema laboral español y de como puede llegar a influir en la vida de las personas.
Ya desde el comienzo nos empezamos a dar cuenta, de que iremos de la mano de un protagonista Rafael, licenciado en filosofía y teleoperador del turno de noche de una gran empresa de televisión por cable, contará su historia en primera persona con un lenguaje irónico  sincero, soez de tarde en tarde pero nada mas lejos de como lo haría una persona normal y corriente de la calle, donde de vez en cuando gusta de incluir disertaciones sobre su tesis, sus propios pensamientos sobre el nacionalismo, la filosofía aplicada a la realidad de la vida. No debemos dejar que nos aparten de la historia estas libertades que el autor se toma, aunque por favor es de obligado cumplimiento no dejarlas escapar, pensar en ellas que nunca viene mal ejercitar el pensamiento más allá de lo que lo hacemos con nuestras cosas diarias porque hablando de su tesis, muy interesante y recomendable el tema de los nacionalismos y su forma de razonarlos, aunque desde mi punto de vista tenga una visión distinta a la de él. Estas continuas alusiones a frases y sentencias de filósofos irán intercaladas entre su vida laboral y su intento por componer una tesis  de la cual seremos testigos mudos de su estancamiento en playas lejanas del compromiso por realizarla. 
Llegados a este punto, creo que ya empieza a notarse el cierto cariño que profeso a este libro y quizás convenga antes de continuar, desnudar mis verdaderas razones. He visto  mi vida reflejada en el libro y ha sido como si alguien gritara al mundo lo que en su día o incluso hoy yo no he podido. Una parte de mi vida anterior mientras terminaba la carrera y buscaba dinero fácil trabajando en los bares, se desarrollo en el mundo del telemarketing más oscuro y profundo. Promesas de un empleo fijo,en un verano trabajando duro, privándome del disfrute estival porque cada mañana me encerraba en un cubículo de una pequeña habitación junto con  un numeroso grupo de personas. Grandes carteles que te animaban en un principio y te exigían cuando los plazos llegaban a su fin, la cantidad que tenías que vender. Con un salario super básico, rozando el salario mínimo requerido, sin pausas para el descanso visual (pvd), firmando la renuncia a la mediación de un sindicato ante cualquier conflicto y no rigiendote por ningún convenio. Ese fue mi bautismo como teleoperador. Podéis prever el final, se termino el verano, con ello los meses de más venta y aunque cumplí con los objetivos  me dieron la patada.
Por tanto este libro relata lo que puede ser la historia de miles y miles de estudiantes universitarios (hablo de este grupo, porque es el caso que nos muestra la historia, que nadie se sienta excluido)que han sufrido en sus carnes al agarrarse a un trabajo con cierta oferta en el mercado laboral, presas del nerviosismo de una edad, una carrera terminada y poco futuro, en un horizonte laboral de un país, con muchas medidas y recortes a tomar pero pocas soluciones que aportar.
Bravo Gonzalo, con un lenguaje directo, sin pelos en la lengua has descrito de una forma amena y sincera el a,b,c de este mundo. Empresas subcontratadas por empresas multinacionales donde el trabajador se queda en tierra de nadie y sus protestas no tienen eco puesto que su situación o sus condiciones, raras veces se ven reflejadas con claridad. Transcurriendo en las ultimas décadas del siglo XX, recordaremos algunos de los acontecimientos que más nos impactaron en aquellos años.
La guerra interna entre pertenecer al margen de todo, ser el abanderado de tus derechos o venderte a la empresa por un mendrugo de pan que sacie o alivie tus condiciones. Ser martillo antes que yunque, no saber si tendrás un mañana en la empresa, pero cuando te das cuenta llevas cuatro años y has firmado 17 renovaciones o ampliaciones. Como te afecta a tu vida social, a tu estado de animo, a tus relaciones lo que en un principio parecía que iba a ser momentáneo y que con el paso del tiempo, acostumbrarte a un sueldo y la falta de tiempo para organizarte y buscar algo mejor, llega a convertirte en un naufrago en una isla desierta.
Se trata de un libro que habla de la vida misma, la razón, el método choca y se diluye con el fanatismo gamberro y desenfadado de un protagonista que nos enseñara mucho de la condición humana, del trabajo temporal, de la verdadera realidad de los sindicatos, todo ello eso sí, entre concierto y concierto de rock and roll. Porque si algo tengo claro en estos últimos meses es que, mientras más me alejo por involuntariedad propia de la música, más se encargan los propios libros de acercarme a ella. Nuevamente y van tres, cuatro tal vez, un nuevo libro que despliega ante mí todo un catalogo musical del que me es imposible evadirme y no anotar y buscar como suena, que tal son. así que sois musiqueros otra razón más para perderos entre sus páginas.
Adelantándonos a su final, decir de él  que no sorprende de tan real que llega a ser, y sin giros extraños nos lleva a un desenlace que estaba casi cantado desde que nos metimos en faena. Si bien esto no le resta calidad, tampoco lo hace ser sobresaliente, desgraciadamente lo importante es lo que te hace sentir y el reflejo de comos son las cosas porque la historia es más de lo mismo en este país,donde estos abusos se han convertido en algo normal y ya no son ninguna novedad que de tan normal que se han convertido estos abusos.
Se han hecho libros de anécdotas sobre las vivencias de maestros, guardias civiles, médicos  enfermeras, etc, ya era hora de que el mundo del telemarketing con el que hoy en día tenemos un contacto o una experiencia casi a diario saltara a la palestra con un relato de sus entresijos. y creo que Gonzalo nos trae una muy buena muestra.
Permitirme una aclaración.  Hablando con algunos compañeros sobre el libro que estaba leyendo me comentaron que en su título había un error al usar el articulo los en lugar de las para referirse a antípodas.En un principio yo también creí que se trataba de una errata o fallo de expresión por lo que decidí investigar dando como resultado esto.
En Geografia, el antípoda o los antípodas (del griego anti: "opuesto" y pous, podós: "pie, del pie") es el lugar de la superficie terrestre diametralmente  opuesto a otro lado; es decir, el lugar de la superficie terrestre más alejado. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), el DRAE, un antípoda o perieco es un habitante del globo terrestre que, con respecto a otro, mora en un lugar diametralmente opuesto. 
Por lo tanto antípodas es masculino, solventada la duda por mi parte.

2013 de Poesía. Día 85. Jorge Espina


Día 85. Jorge Espina. Reverdecer (2010)


EDIFICIOS VACÍOS

Van colocando verso tras verso
oración tras oración,
ladrillo tras ladrillo.
Construyendo hermosas catedrales,
castillos rodeados de murallas,
monumentales coliseos y toda suerte de edificios.
Consiguen honrar con la belleza a la palabra
pero en su interior,
decorado también con un hermoso mobiliario
nadie habita.


lunes, 25 de marzo de 2013

2013 de Poesía. Día 84. Ana Pérez Cañamares

Día 84. Ana Pérez Cañamares. Alfabeto de cicatrices (2010)




QUE YA ME CANSA

Y toda esta tristeza
todo este desasosiego
incluso hoy, día festivo
1 de noviembre
—aunque no estoy pensando
en mis muertos—.
Quizá porque mi hija
está fuera de cobertura
porque ayer tuve que tomar
otra pastilla para dormir
porque tengo una úlcera
probable en el estómago
—y una segura en otra parte
que no identifico.
O puede sencillamente
que lo que eche de menos
sea un jardín que cuidar
que me saque de estas paredes
de carne y sangre
que me salve de este yo
que ya me cansa.

domingo, 24 de marzo de 2013

Planes para un verano

Moreno Jurado se sienta en su silla playera "de aluminio y de rafia" y espiga pensamientos, reflexiones, recuerdos, en 'Cuadernos de un poeta en Mazagón'
ALFONSO CRESPO | ACTUALIZADO 24.03.2013 - 05:00
zoom

José Antonio Moreno Jurado, retratado en Sevilla en una visita reciente.

Moreno Jurado siente el paralelismo y se revuelve contra él; no, nada que ver con el Gustav von Aschenbach de Mann/Visconti, con la decrepitud rasgada por la belleza y la inocencia, con una caída del caballo de la sublimidad. No; Moreno Jurado se sienta en su silla playera "de aluminio y de rafia" frente al mar de Mazagón para divagar y espigar pensamientos, reflexiones, recuerdos, en una tenue resaca de la vida, con los deberes morales hechos y habiendo asimilado el autoimpuesto y polimorfo exilio: lejos un poco de todo, por supuesto de los ambientes literarios y las obligaciones profesionales -también del sobresalto pasional y el hormigueo del sexo-, y por eso más cerca de lo esencial, una preocupación humanista alérgica a las abstracciones y a los juicios de ultratumba.

Aunque el poeta y traductor recele de los grandes sistemas filosóficos, del idealismo trascendental, el esquema dialéctico o el autismo ontológico, su abrazo de lo fragmentario, del "pensamiento a trozos", no lo condena a la dispersión. Al contrario, estos dos cuadernos estivales escritos cuando los copos de nieve de la edad ya se acumulan sobre hombros y cabeza son todo menos erráticos o inasibles. Así, encarna Moreno Jurado una soledad del pensamiento cuyo motor es la reincidencia, e incluso la regurgitación: con los ojos abiertos o cerrados, aislado o rodeado por el bullicio de toallas, cremas y sandías, el filósofo (por mucho que él lo niegue o que superponga a esa condición la de fino y escrupuloso filólogo clásico) le da vueltas a los mismos temas, siendo cada epígrafe numerado, si acaso, la invitación a mirar a través de un nuevo prisma, una variación de enfoque, un estrambote para teñir el asunto, atacarlo desde otra perspectiva, soñar zanjarlo. Es de esta manera que el autor, superviviente de la casi extinta tribu de los preocupados por la armonía entre expresión y contenido, encuentra la música, elegiaca pero vibrante y nada sentimental, para su flujo de conciencia, para el stripteaseintelectual y vital. Y de entre todas las cuestiones que aquí aparecen y reaparecen estratificando el interior de este hombre convencido de la necesidad de cultivar el gusto, de aprender con la razón y sus conceptos pero también con los sentidos, que alimentan la memoria del cuerpo, de denunciar la alianza de democracia y capitalismo o de escapar de la minoría edad a la que aún nos condena la religión, destaca su inquebrantable pasión por la ética. Es a esa "ética sin Dios", el auténtico motor existencial, a la que el poeta, el traductor de sus amados Seferis y Elytis, el intelectual en definitiva, dedica las páginas más emocionantes del libro, profundas, sinceras, testamentarias, con el punto de mira en el hombre en su exultante desnudez y conmovedora fragilidad, "ser natural sometido a la transformación y al cambio".


José Antonio Moreno Jurado. Baile del Sol (Colección Textos del Desorden). Tenerife, 2013. 276 páginas. 17 euros

http://www.europasur.es/article/ocio/1487714/planes/para/verano.html

2013 de Poesía. Día 83. Mada Alderete Vincent

Día 83. Mada Alderete Vincent. La hembra te da permiso (2010)



no me importa que te acuestes conmigo cada noche
pero por favor no me mires así
porque no pienso dejar que me conozcas
no me importa que traigas tus camisetas y tus inciensos
pero por favor no digas que me vas a comprar ropa
ni que tengo demasiados papeles
no me importa que cada vez te sorprendas conmigo
ni que te inventes chistes imposibles
no me importa concederte la custodia de mis pies
pero por favor no me pidas otra vez un hijo
ni me pongas nunca más
un disco de alejandro sanz



sábado, 23 de marzo de 2013

2013 de Poesía. Día 82. Laura Giordani

Día 82. Laura Giordani. Materia oscura (2010)



Socavarse en esas orillas donde el mundo tiembla y se
desploma, dejar que la palabra también se derrumbe
y emerja el balbuceo.
Llegar al poema como a una tierra minada de peligros,
sabiendo que el imán de los talones por la detonación
hará estallar el significado.
Y se verán los niños.


viernes, 22 de marzo de 2013

Acantilados de Howth

Acantilados de Howth
David Pérez Vega


DATOS DEL LIBRO

  • Nº de páginas: 188
  • Editoral: BAILE DEL SOL
  • Lengua: ESPAÑOL
  • ISBN: 9788415019176
  • Año Edición: 2012

                                                                   MI OPINION

"Acantilados de Howth" es el balance que hace de su vida un joven de hoy en día. Hacer este balance suele ser una mala idea, por lo general la conclusión es que deberían haberse hecho las cosas de otra manera, lo que no garantiza que salieran mejor aunque se tiende a pensar que sí. A raíz de su primer divorcio, Ricardo hace ese balance, y nos cuenta su vida hasta ese momento. Los Acantilados de Howth representan el momento más feliz, el mejor recuerdo que visitar.

Es el propio Ricardo el que cuenta toda la historia. Narrado en primera persona, va dando saltos temporales y mezclando la situación presente en la que se acaba de producir una inflexión y el pasado. Los flashback a través de los que se da a conocer su vida están muy ordenados y no hay pérdida posible. 
A través de la historia habla de sus relaciones personales, amistades, familia, parejas, y tanto de la añorada vida universitaria como de la insatisfactoria vida laboral.

Ricardo representa a un determinado perfil de jóvenes que resulta muy cercano, con el que es fácil identificarse, porque o bien se ha pasado por algo muy parecido o se tiene a alguien muy próximo que lo ha pasado. Tras la típica desorientación que muchos padecen tras acabar los estudios universitarios, Ricardo se va a Dublín, algo muy típico también, a aprender inglés. Allí, formará un grupo de amigos unidos por vivir circunstancias similares. Hará cosas que uno no haría en su lugar de origen, disfrutará de la libertad que proporciona dejar atrás las preocupaciones y los dilemas cotidianos. Estará allí hasta que esa especie de vacaciones de la vida deje de tener sentido, luego volverá y se lo encontrará todo sin resolver, en el mismo punto en el que lo dejó.

Emplea un lenguaje muy sencillo, sin apenas adornos. En algunos fragmentos las frases son demasiado cortas, esto hace que la lectura tropiece, como cuando se cae el primero de la fila y todos los demás caen encima, algo así, sucede. Las palabras se caen unas encima de otras, demasiado apresurado y simple. En otras ocasiones, las frases se alargan más, la prosa se espesa un poco y la lectura fluye de forma natural. Esas son las mejores partes del libro.

Las descripciones son escuetas pero muy precisas, sin dar más datos de los necesarios para que el lector se dé cuenta de qué está hablando el escritor. Sin duda alguna los pasajes más bonitos en ese sentido, son los referidos a los viajes que hace Ricardo por Irlanda, en especial los Acantilados de Howh que dan título a la obra.

El punto fuerte de la novela es el personaje, real, de carne y hueso. Un ser humano. Lo confieso, siento debilidad por este tipo de personajes. Es una persona que siente, sufre, se enamora, comete errores, de vez en cuando acierta y en definitiva, vive. Le van a rodear todo un grupo de secundarios muy bien perfilados, algunos de ellos representan estereotipos, como la niña pija, el bruto, el raro...pero en conjunto funcionan muy bien. De los personajes femeninos, el más entrañable sin duda es la polaca Ula, también Conchi, una compañera de trabajo y su hermana. El más odioso es su mujer Isabel, apetece pegarle con un calcetín, es la típica caprichosa que se comporta como si tuviera cinco años, personalmente no soporto a esta gente ni en la vida real ni en los libros, me superan.

He echado de menos algún diálogo más, sobre todo en una parte del libro en el que todo se cuenta de forma indirecta, en plan me dijo, le dije. Se me hizo un poquito pesado, pero muy poco porque luego se recuperó. También creo que a Ricardo le falta un pelín de sensibilidad más, ya que se dedica a la poesía creo que en algunos aspectos debería "ver" un poco más allá.

Decir también que este libro invita a la reflexión, sin querer te encuentras pensando en si compartes o no las opiniones de Ricardo, qué piensas de lo que habla, qué hubieras hecho en su lugar. Quizás esto eche para atrás a algún futuro lector, porque para eso ya tiene uno bastante con su propia vida. Personalmnte, no comparto algunas de las ideas de Ricardo.

En conclusión, "Acantilados de Howth" es un libro que te tira la realidad a la cara, sin maquillaje, tal
cual es, se lo recomiendo a los que quieran enfrentarse a ella. Y olvidadlo los que busquéis fantasía.

PUNTUACIÓN: 3,5/5

http://enelrincondeunacantina.blogspot.com.es/2013/01/acantilados-de-howth.html

2013 de Poesía. Día 81. Helena Junyent

Día 81. Helena Junyent. Granate (2010)



—propuesta—
cuando temiendo el final
acuden como buitres las sombras
preguntándose qué te queda
propongo tengamos fe en el origen aquél
del cuando
ávidas del letargo en lo cumplido
volvieron a resbalar culebras por la boca
rastro mojado del que va a morir
y aun con todo pendiente nada propuesto
en el aliento que le queda
vivifícase soplo
cumplido animal de fuego



jueves, 21 de marzo de 2013

STONER en Jauría Lectora







Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir una reseña de Stoner (1970; Ediciones Baile del Sol, 2010), de John Williams. Me compré el libro en otoño de 2011, después de leer una reseña publicada en el Culturas de La Vanguardia, o en Babelia, no podría asegurarlo. Desde entonces, he recomendado este libro a multitud de amigos lectores, de los cuales ninguno me ha dicho aún que no le hubiera fascinado su lectura. Claro que cuando un libro se pone de moda, sobre todo si se trata del rescate de un autor hasta ahora desconocido en España, todo el mundo quiere apropiarse del “descubrimiento”. Aún hoy escucho de vez en cuando algún cliente de librería jactándose de haber “descubierto” a John Williams. “Sí, hombre. Este es el libro aquel del que te hablé, el que había publicado una pequeña editorial de Tenerife (Baile del Sol). ¿No te acuerdas? Ya ves que tengo buen ojo para los libros. Ahora lo ha publicado Edicions 62 en catalán –es decir, el mayor grupo editorial en catalán–”. Yo me limito a sentirme afortunado por haberlo leído y a dar las gracias a aquellos que realmente los descubrieron por dar fe públicamente de su calidad: Rodrigo FresánEnrique Vila-MatasRobert Saladrigas, etc.. Sin embargo, los motivos por los cuales me entusiasmó no tiene mucho que ver con lo que he estado escuchando por ahí.                                       

En realidad, el argumento de Stoner no es demasiado atractivo. Un antiguo profesor de literatura inglesa de la Universidad de Missouri nos cuenta su vida. Es decir, todo lo que sucedió para que William Stoner, el hijo de unos granjeros de Booneville, acabara licenciándose en artes en esa misma universidad, para que después de licenciado batallara durante décadas en las aulas de la Universidad, con sus altos y sus bajos, mientras esperaba una dirección de departamento que nunca llegaba. Y, sobre todo, para que un tipo en apariencia predestinado a ordeñar vacas y remojar cerdos acabara casándose con una señorita de buena sociedad y pudiera permitirse incluso, al cabo de los años, una aventura verdaderamente novelesca. Entiendo que su vida académica pueda resultar un tanto pesada para todo aquel que no esté un poco familiarizado con ese ámbito tan endogámico, pero John  Williams consigue transformar su mundo en el de cualquiera de nosotros, con los triunfos y las derrotas, las ambiciones y las desesperanzas, las crisis de fe y los pequeños instantes de reafirmación que transcurren en toda “vida” profesional, sobre todo cuando esa parte de una vida se mezcla con la personal para formar una sustancia pegajosa e indisoluble. Desde el momento en el que Archer Sloan, su profesor de literatura, le hace comprender su futuro, nos vemos arrastrados a compartirlo con él como si fuera el nuestro. “¿Pero no lo sabe, señor Stoner? ¿Aún no se comprende a sí mismo? Usted va a ser profesor”. Kiko Amat dijo una vez, en una reseña sobre un libro de Dan Fante, que lo primero que tiene que hacer un escritor para escribir es vivir. Creo que lo dijo para marcar distancias entre los escritores “académicos” y los inspirados por una vida azarosa y terrible, como pudieran ser los Fante, o los Carver, o los Bukowski. Aunque estoy completamente de acuerdo con él,  no puedo dejar de utilizar sus palabras para afirmar también todo lo contrario, o en todo caso para ampliar su significado. La vida de William Stoner, aunque pueda parecer limitada en un principio, aunque no transcurra entre botellas de whisky, conflictos paterno-filiales o dramas de cama, o entre las fronteras de algún lugar exótico, está tan repleta de experiencias vitales como pueda estarlo la de cualquier escritor “maldito”. Por de pronto, le permite aprender algo maravilloso sobre el amor, aunque al final su experiencia se limite a un matrimonio erróneo y una aventura pasional –en el sentido físico y en el espiritual– con una alumna madura.    
                                    
“El amor, intenso y fijo, siempre había estado ahí. En su juventud lo había dado sin pensar, lo había dado al conocimiento que le había revelado –¿hace cuantos años?– Archer Sloane; se lo había dado a Edith, en aquellos primeros días tontos y ciegos de cortejo y matrimonio, y se lo había dado a Katherine, como si nunca antes lo hubiera hecho. Lo había ido dando, de manera extraña, en cada momento de su vida y quizás lo había dado más cuando no era consciente de estar dándolo. No se trataba de una pasión ni de la mente ni de la carne; era más bien una fuerza que comprendía a ambas, como si fuese, más que un asunto de amor, su sustancia específica. A una mujer o a un poema, simplemente decía: ¡Mira! Estoy vivo”.  
Hay quién dice que está novela es la autobiografía camuflada de John Williams, y posiblemente esté en lo cierto. Pero eso no deja de aumentar su valor. Si el autor tejano está hablando de sí mismo, es decir, si se está desnudando antes todos nosotros sin importarle la flacidez de su carne ajada, entonces muestra una sinceridad, una ternura y una valentía tan enormes que solo se me ocurre felicitarle por ello. Si yo, algún día, consigo escribir sobre mí mismo igual que lo hace John Williams en Stoner, entonces podré estar seguro de que comprendí mi vida y, sobre todo, de que me gustó vivirla.

Leed este libro. No os arrepentiréis.

Stoner 
John Williams
Traducción al español de Antonio Díez Fernández
Ediciones Baile del Sol

2013 de Poesía. Día 80. Víctor Gómez

Día 80. Víctor Gómez. Huérfanos aún (2010)


Al psicoanalista le dije que todo lo que no sé de mí

está en las bolsas de basura
que bajamos por la noche al contenedor.

La comida caducada, las zapatillas no estrenadas,
las flores de plástico.


miércoles, 20 de marzo de 2013

ANIMALES PERDIDOS EN SENTIDO FIGURADO



Autor: Vicente Muñoz Álvarez.
Título: Animales perdidos.
Editorial: Baile del Sol
Año: 2012

Debo reconocer que mi afición por la lectura de poesía contemporánea ha seguido el curso de un caótico río donde hubo un tiempo en que yo también fui un animal perdido. Tal y como suele suceder con las relaciones humanas, mi Ser-Lector, de repente empezó a sentirse contaminado, cansado, viejo, víctima de sí mismo..., en definitiva: dejó de sentir el fuego de la poesía...

Y de esta experiencia personal podríamos sacar el infeliz final de un cuento, de no haber sido porque cada vez que leo a Vicente Muñoz me doy cuenta de que la proyección metafórica de la vida como camino no es sino una línea recta, la avenida principal de una gran ciudad, con sus vistosas formas, sus luces, su color, su aroma a café, sus alcantarillas llenas de ratas y todo eso que nos hace luchar por lo que consideramos mejor para nosotros y para las personas que nos rodean. He aquí el espíritu con el que este autor aborda el drama humano partiendo de la experiencia propia.

Una de las cosas que más valoro de este autor, y de este poemario en concreto, es su inestimable sagacidad a la hora de escapar de lo que, a primera vista, tiene todos los ingredientes necesarios para convertirse una lectura enfermiza y colmada de ansiolíticos y antidepresivos, cosa que, en estos tiempos que corren, no puede deparar nada bueno.

Llegados a este punto debemos estar preparados para este nuevo lance como insaciables lectores de poesía. Y como ocurre en cualquier viaje que se precie de serlo, ahora deberíamos tener en cuenta el trayecto, la distancia entre un punto de partida y el lugar donde queremos estar. Pues bien, en nuestro viaje nos enfrentamos a tres niveles, tres esclusas, las cuales coinciden con los tres estados anímicos que recorrerán al autor en la constante búsqueda de la felicidad: Infierno, Purgatorio y Cielo.

En el nivel del Infierno, situados ante el título del primer poema, ya tenemos las claves para afrontar esta lectura: Animales perdidos. El autor leonés es consciente de la capacidad humana para arropar sus instintos en los momentos de más dicha, así como la necesidad de que esos instintos animales afloren en los momentos más difíciles, justo cuando la supervivencia aparece como un trazo exiguo en el mapa de los sueños. De este modo, el poeta apelará a lo esencial, a lo desnudo, a lo desposeído y primigenio como material de cimentación para una nueva vida. Desde el balcón de una ruptura sentimental, con cuarenta años, el sujeto poético se enfrentará, nuevamente, a la acritud de un mundo vacío: No eran buenos tiempos:/nada me satisfacía llenaba/ todo me estremecía/todo me hacía llorar. Y, sin embargo, siguiendo en este mismo poema, queda claro que no está dispuesto a darse por vencido: Y me gustara o no,/ tarde o temprano,/ también solo debería reanudar el camino. La vida es considerada un juguete roto, pero eso no es nada nuevo porque ¿Qué no habremos visto/ o reído o escuchado que estremezca nuestra experiencia.

Aún así, el autor siente como su animal se descontextualiza ante la pérdida (Tú has nacido en otro siglo) de una referencia contemporánea; es como si el mundo se hubiese hecho tan grande, tan espeso, que apenas queda en él algún resquicio de luz para poder orientarse. Cabría apuntar, ahora, que ese espíritu ciertamente romántico no encajaría el ideal de tiempos pretéritos (aunque sí es cierto que Vicente coincidirá con el Romanticismo en otros muchas particularidades), que es precisamente de lo que trata de escapar nuestro autor dando muestras de una clara voluntad de ruptura con su anterior etapa, situando la consciencia en la construcción de un futuro en el que se utilizarán nuevos materiales.

Esto sienta las bases sobre las que se alimentará otro nuevo nivel: el Purgatorio. En él encontramos una serie de poemas encadenados que llevan a una búsqueda interior: sé que existo/ y estoy vivo/ pero ignoro la razón. Es el precio que se ha de pagar. Una de las características principales de esta parte del poemario es el extrañamiento del poeta ante el universo confuso que el rodea. Junto a este deseo de exploración existe la firme convicción de que para llegar a la esperanza hay que abrir/ cientos de puertas/ para cerrar/ definitivamente alguna. Una vez hecho esto, tan solo quedará sacar la cabeza del líquido amniótico y comenzar a respirar, ladrillo a ladrillo. La obsesión por edificar un hogar parece ahora tomar consistencia.

De este modo llegamos al tercer nivel: el Cielo. La primavera llega al corazón y comienza un periodo de deshielo: Y entonces/ la vi (...)/ e inmediatamente/ se esfumó mi tristeza. El poeta se siente capacitado para introducir todo lo necesario para transformar las paredes de ladrillo en un auténtico y confortable hogar: dos cepillos/de dientes/en el cuarto/de baño/el amor/ florece. Pero es anecdótico cómo establece comparativas con el pasado y, sin perder la referencia, bosqueja un nuevo jardín, menos exuberante, pero que riega, junto a su amada, todos los días..., Y está/ dando frutos. Y para finalizar el trayecto, con la casa construida y el amor que hay dentro logran aportar el equilibrio necesario para poder crear: regreso a la tierra/ un lugar tranquilo/ para respirar/donde escribir/soñar amar.

Para finalizar, habría que preguntarse el porqué de este poemario. Y la verdad es que ahora es cuando sería oportuno preguntarse cuántos autores han descendido a los infiernos y han recreado su experiencia para nosotros en millones de páginas repletas de literatura. ¿Cuántos autores, cuantos libros, cuántas llamas han jugado al póker con la misma baraja de cartas y luego se han quemado en la misma hoguera? Pero, a fin de cuentas, nada de esto importa, porque lo que de verdad importa es ese momento fugaz en el que te asomas a las páginas de un libro y sientes la presencia de ese destello de luz del que creo haber hablado sobre todas estas líneas. Creo que puede merecer la pena que dure siempre/ la magia/ que nada rompa/ este hechizo.


Ángel González González, En sentido figurado.