M-117. Narrativa. 2010.198 páginas. ISBN: 978-84-15019-19-0. 14 €.
¿Puede escribirse un relato de una sola frase? ¿Es lícito reinterpretar sucesos de la Historia? ¿Puede un par de páginas encerrar un ensayo? Un dilema que le asalta al tenaz Noé, la obsesión de un pintor francés que retocaba sus cuadros hasta el delirio, el recorrido de un asteroide que cae en la Tierra... Todo tiene cabida en este inventario de ficciones, porque en realidad la vida es un abanico de posibilidades, el mismísimo laboratorio del azar.
Ficcionarium es un viaje a través del ingenio y el humor, una aventura jocosa destinada a desmitificar y a anular trascendencias. En definitiva, un libro distendido capaz de hacer disfrutar y de estimular la relectura.
De las anteriores obras de Fernando Palazuelos se ha dicho:
Palazuelos muestra verdaderas dotes para reconstruir los ambientes y moldear la psicología de los personajes (El País).
Un buen contador de historias. Apunta alto, y demuestra su talento. Habrá que seguirle los pasos (El Cultural).
Palazuelos confirma su fama de impecable y exigente narrador, como ya demostrara en sus anteriores entregas (Diario Público).
Un joven autor que posee cualidades para afianzar una sólida carrera literaria (Abc).
Hondura literaria, alejada de lo comercial. Palazuelos tiene talento, imaginación y una gran habilidad para proponer tramas complejas y poco convencionales (Revista Reseña).
Umbral
Hay en este libro narraciones de tres clases. Trece explican sucesos verídicos. Otras veintidós tienen un carácter híbrido, pues tratan asuntos reales (y algún que otro mito), temas que han sido retocados por mi visión particular para convertirse, digámoslo así, en versiones libres. Y por último otras son ficciones plenas, en concreto treinta y dos.
He creído factible (y saludable) la fusión entre estos tres tipos de relatos. Los dos últimos no son tan distintos como puede parecer. Cierto, se diferencian en que estos últimos nacen del papel en blanco, de la pura inspiración, mientras que los mixtos parten del talento de la realidad aderezado con el aporte y la chispa (más o menos logrados, no depende de mí decirlo) de quien firma estas líneas. No obstante, respecto a la dificultad que desentrañan no es fácil saber qué es más meritorio, si concluir una historia propia o darle una vuelta de tuerca a un suceso redondo y difícilmente mejorable que ya flota en algún rincón de la memoria universal.
Todas estas narraciones breves están entremezcladas entre sí, de tal modo que ni por tipo ni por cronología encontrará el lector orden alguno en su secuencia. Me parecía simpático y travieso jugar con la incertidumbre. Así, algunos hechos reales podrán pasar por curiosas invenciones, mientras que en otros momentos sucederá exactamente lo contrario. En el índice final podrá el lector curioso comprobar el carácter de cada página.
En la parte central del libro se agrupan media docena de relatos de mayor extensión relacionados con la creación, el arte, la literatura.
Alternados con los relatos breves, en la tercera parte presento docena y media de reflexiones no exentas de cierto humor.
Este ficcionario pretende ser un viaje a través del tiempo y del espacio, un recorrido en el que el lector encontrará conjeturas, indicios, restos arqueológicos y ecos del pasado, ecos que, aunque tal vez resuenen en su cabeza, ahora serán percibidos de un modo distinto. Observará la condición humana desde una nueva perspectiva, acaso irreverente y desmitificadora. Porque este libro es un juego, un intento de aminorar la trascendencia que nos atribuimos, un modo de exponer incongruencias, errores, pasiones, obsesiones. Riámonos de nosotros mismos y admiremos, no lo que se ha entendido hasta ahora como épico, sino esas otras hazañas que son el humor y la aceptación del azar.
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