¿Se puede expresar todo un mundo con un mínimo puñado de palabras? Raúl Sánchez Quiles es periodista y microrrelatista. El género que utiliza, el del cuento breve, parece creado a la medida de esta "época del sms" en la que vivimos. Algo así como unas pocas líneas con efecto "montaña rusa" y remate inesperado. Sobre las intenciones de este joven autor, sus expectativas y proyectos, discurrimos En Primera Persona.
Hiperbreves S.A. (Sólo 175 microrrelatos) es el primer trabajo literario impreso de Raúl Sánchez Quiles. Hay quien considera el relato breve como un género de iniciación, mientras otros lo ven como un microcosmos perfecto. Como sea, este padre de dos niños pequeños, diplomado en Trabajo Social por la Universidad de La Laguna y licenciado en Ciencias de la Información, ha encontrado en las historias mínimas una forma de afilar la imaginación y desafiar su propia potencia creativa.
Periodismo y trabajo social... ¿Cómo se compatibilizan los dos?No se compatibilizan. En realidad yo quise ser periodista de siempre, pero aquí no había primer ciclo... no me podía ir a estudiar fuera... Así que me decidí por Trabajo Social, empecé a trabajar y poco después surgió una oferta relacionada con el periodismo; luego me saqué la carrera y aquí estoy: ya llevo once años.
Y trabajas como periodista en la delegación norte del diario El Día.Sí, desarrollando información de política local, sobre todo.
¿A ti también te parece que el norte de la isla de Tenerife está bastante postergado?Cuando yo llegué a El Día había tres personas y seis páginas dedicadas para el norte. Ahora mismo somos dos personas y suele haber no más de dos páginas a disposición... Cuesta un poquito que se entienda la importancia que tiene el norte en Tenerife. No deja de ser la mitad de los municipios de Tenerife y un tercio de la población total. Es probable que en el área metropolitana se vendan más periódicos, pero creo que el lector más fiel, el que compra siempre el periódico con más cariño, es el de los pueblos.
Del periodismo a la literatura... Yo llegué al periodismo porque me gustaba escribir. Desde la adolescencia, en el instituto, me interesaba mucho Lengua, las redacciones; tenía buenas notas y poco a poco me fui animando a escribir con constancia. A partir de ahí me presenté a concursos locales y fui ganado algunos premios... eso me motivó a seguir.
¿Por qué el microrrelato?Yo creo que por deformación profesional. En mi trabajo siempre estoy resumiendo, concretando, sacando las palabras justas, buscando lo esencial. En literatura lo que más se parece al periodismo es el microrrelato. Poco a poco fui menguando la cantidad de páginas de mis cuentos para contar las historias que tenía en mente, tratando de lograr la síntesis. Es como un trabajo de orfebrería, una obra delicada; cada palabra tiene que significar algo. Y además debes podar, si sobra algo se puede quitar. Con el microrrelato encontré una forma de canalizar mi vena literaria y las muchas ganas de escribir con el poco tiempo que tengo.
Una de las principales características del cuento corto es precisamente la síntesis, razón por la que muchos lo consideran como un género futurista. Lo que no todos saben es que esta forma de escribir data de la década de los ‘50 del siglo pasado, y que sus iniciadores fueron Jorge Luis Borges y Bioy Casares, quienes le imprimieron la crítica aguda y el doble sentido. Cierto. El microrrelato es considerado un género del siglo XX y los autores más reconocidos son de Sudamérica, Argentina, Chile, México; en Estados Unidos también es un éxito, aunque yo no lo sigo especialmente. Otros estudiosos dicen que es probable que las raíces del relato corto sean muy anteriores: Las fábulas, los cuentos de los juglares o de la tradición oral debían ser cortos para poder memorizarlos fácilmente. Pero bueno, eso era diferente. El microrrelato vive un auge mundial en la actualidad porque se adapta perfectamente a internet por medio de los blogs, a las tabletas, a los móviles. Es una literatura viva y aunque ha habido mucho intento por encorsetar el género, por suerte no se ha conseguido.
¿Quién es el destinatario de tus cuentos hiperbreves? ¿Hay un público especial al que quieras llegar?No, yo no pienso en un lector “tipo”. El microrrelato está abierto para todos los públicos, si bien es verdad que el lector debe ser un poco cómplice. El cuento breve parece muy asequible, pero no lo es tanto: exige un esfuerzo de imaginación y una re-lectura; juega con la ambigüedad y el bagaje informativo y cultural que tiene el lector, llenando los vacíos que deja el autor. Al ser tan breve no cuentas todo, no contextualizas todo. Lectores cómplices es lo que hace falta, gente que realmente te ayude a terminar de construir la historia como le apetezca.
Además de tu blog y un libro editado, hace muy poco se presentó un documental y un espectáculo audiovisual basados en tus relatos. Explícanos cómo fue tomando forma este proceso.La idea fue en principio una columna en un suplemento de ocio del periódico “El Día”, los viernes. Aquello fue por marzo del 2007. Me di cuenta de que faltaba algo de literatura además de entretenimiento y de allí surgió el microrrelato semanal. La columna no falla nunca, ni aunque yo esté de vacaciones. Yo guardaba los recortes de periódico, pero sabía que los terminaría perdiendo. Así que se me ocurrió crear el blog que de paso me serviría para poder llegar a más lectores en todo el mundo. Siempre digo que internet es una bendición para todos los escritores. Escribir algo y que en cuestión de segundos alguien te lea en cualquier rincón del mundo es mágico.
¿Te leen más fuera o dentro del país?Mucho más fuera. La mayoría de mis lectores son de Sudamérica. Creo que es por su tradición literaria en general.
¿Y en España?En España el microrrelato se está imponiendo cada vez con más fuerza. También en radio se escucha cada vez más y en internet hay páginas donde se aborda con mucha seriedad. Hay escritores muy buenos, entre ellos Fernando Valls que también lleva su blog “La nave de los locos” donde da espacio a muchísimos escritores para que expongan sus trabajos. Tengo contacto con él, y buenos comentarios de su parte.
Termina de contarnos cómo surgió el libro.Y cuando vi que había mucho material, empecé a buscar una editorial para publicar el libro. Al principio no había mucho interés, pero de repente me encontré con dos propuestas. El formato debía ser “de llevar” como aquellos libritos de “Alianza 100” -esos de 100 pesetas, para leer en cualquier lado y en todo momento-. Lo bueno del microrrelato es que lo puedes llevar contigo en el bolsillo y leerlo en cualquier sitio, hasta esperando en la sala de espera de la Seguridad Social... Bueno, ahí te puedes terminar también una novela de Ken Follett (risas). La mayor alegría que tuve fue que las chicas que hicieron el espectáculo de Cuentacuentos basado en mi libro: lo tenían todo destrozado de tanto usarlo y releerlo.
¿Las historias que cuentas se basan en la actualidad?Es inevitable que mis cuentos no reflejen algo de la actualidad, por mi profesión. Pero casi siempre parto de un hecho en concreto y luego me invento la historia. Intento universalizarla. Pero es un proceso un poco caótico... lo que se me viene a la mente. A veces pienso que llegará el día en el que me siente a escribir y “no me venga nada”...
Pero todavía no te ha pasado.No, pero porque para mí la literatura requiere un poquito de obligación; debes hacerte una disciplina, si no te pones vago. Yo sé que tengo que tener mi microrrelato semanal para el diario y lo cumplo.
¿Te has levantado alguna vez obsesionado con un tema, con urgencia por escribir?No, todavía no he llegado a ese extremo, aunque sí me ha pasado de tener que apurar una ducha para poder anotar la idea que tenía en mente. Yo soy muy del flash.
¿Y luego esa idea te suelta o te mantiene atrapado durante todo el día?
Sí, suele atraparme y estoy dándole vueltas todo el día.
Sí, suele atraparme y estoy dándole vueltas todo el día.
Te ayudarás con recursos técnicos determinados...Recursos técnicos hay muchos. Yo no los utilizo. Por lo menos no conscientemente. Se puede contar una historia y a última hora cambiar el sentido del relato. O una historia conocida, que tenga un final extraño... Bueno, creo que sí, si alguien analizara mi modo de escribir seguro encontraría un montón de recursos que tengo. Pero yo sólo escribo. Hay días que puedo tardar diez minutos y otras veces, cien horas. Sí, cuido mucho el final del microrrelato; los finales para mí son clave, es lo que da sentido a todo lo anterior.
¿El microrrelato puede dar pie a una novela? Hombre, yo no he escrito nunca una novela porque se me acaban muy rápido las historias, no siento la necesidad de regodearme en detalles. Puede ser que por falta de tiempo busque más lo inmediato. Mi experiencia, la que vivo con el blog, esa retroalimentación con los que te leen y te escriben sus comentarios, no sería posible de tener si escribiera novela.
¿Entre los comentarios también hay críticas? ¿Las toleras bien?Me gustaría que me criticaran más seguido para mejorar, eso lo agradezco. En mi blog me tratan demasiado bien, son todos muy respetuosos. A veces me gustaría que me dieran más caña, pero igual yo me doy cuenta si un relato no es muy bueno: te dejan pocos comentarios.
¿Quién es la primera persona a la que le muestras lo que escribes?Depende del lugar donde los escriba. Si es en el trabajo, lo mira mi compañero Cayetano; si estoy en casa, entonces es mi mujer quien primero lo lee. Pero yo corrijo mucho, lo releo en voz alta, lo dejo diez minutos, lo vuelvo a leer...
¿Y para qué te sirve escribir?Para desahogarme. De verdad.
¿De?De todo. Cuando escribes en un periódico te limitas a informar, a trasladar los hechos sin meterte en ellos. Pero cuando hago literatura me desahogo, estoy en otras pieles, visito otros mundos. Es como la necesidad de vivir otras vidas. Me gusta que la gente que lee se plantee cosas, que reflexione, que se ponga en el lugar del otro. Esa es mi esperanza.
La literatura, si tiene nivel, modifica. Tú lees “Cien años de soledad” y ya nunca más serás la misma persona.Sí. Creo que esa es la esperanza de todo escritor. Dejar algo de huella, un caminito de hormigas que despierte una idea en el lector.
Y eso ¿puede lograrlo un microrrelato?Yo creo que sí, estoy convencido de que una pequeña historia puede ayudar a alguien a cambiar. Confío en que el del microrrelato sea un género que pueda calar en las jóvenes generaciones, que quizás no leen mucho. Tal vez se les despierte el gusanillo precisamente porque si no te gusta un cuento puedes pasar al siguiente, no es como leer una novela. Esto es más inmediato.
¿Qué podemos conocer de Raúl a través de sus cuentos?Uhmm, es complicado... Al final sí conoces algo de mí por los temas recurrentes, pero no soy nada autobiográfico. Habrá un puñado, quizás unos diez o doce de trescientos relatos que sean más íntimos, que cuenten algo de mi vida. Eso, las filias y las fobias, mis preocupaciones...
¿Qué otros temas te interesan?Otros temas recurrentes son la justicia social, la violencia, la solidaridad, la ecología, la guerra, el amor, la muerte. Igual ahí se me ve la vena de trabajador social. También tengo muchos relatos de muerte o de suicidio, pero porque me encanta la vida. Quiero que la gente piense en la oportunidad que tenemos de estar vivos.
¿Alguna vez te ha tocado que la gente más cercana se haya sentido aludida en tus cuentos?No, nadie me lo ha dicho. La imagen de familia opresiva, violenta que yo retrato es justo todo lo contrario de lo que una familia debería ser. No es ni mi familia ni la de nadie que yo conozca.
Te interesa participar en concursos y has ganado varios premios. ¿Cuáles?La mayoría son premios locales, aunque recuerdo uno de un diario de Sevilla con gran repercusión en internet y otro del Cabildo de Gran Canaria por sms. El premio que a mí más me significa es uno que recibió mi blog: el premio “20blogs al mejor blog de ficción 2008” (del Diario 20minutos), porque eso me puso en el mapa y consolidó el espacio virtual. Últimamente no participo en ningún concurso y es una lástima, porque sería la oportunidad de exponer mi trabajo y obligarme a escribir más. Sí debo decir que, cuando me presento, no me va mal.
¿Cuál es el lugar más raro donde hayas creado un cuento?En casa de mis padres, con ellos, los dos chiquillos correteando, la tele encendida, y yo atendiendo a todo mientras escribía un microrrelato en el móvil...
¿Cómo te sientes más cómodo trabajando? ¿En silencio, en medio del bullicio...?Me da un poco igual. He escrito en un aeropuerto en un ordenador para mandar a publicar el relato al cierre de edición del diario. Ahora, en el móvil, y por cualquier sitio. No necesito un ritual a la hora de escribir, pero sí me siento mejor en un ambiente tranquilo.
¿Adónde quieres llegar?¿Cuál es tu ambición como escritor? Quizás esa única: que me consideren escritor.
¿Y de qué depende?De seguir publicando. A través de este primer libro estoy llegando a gente que empieza a valorarme, a respetarme. Por ahí es por donde puedo tirar. Ahora mismo me considero un periodista y microrrelatista. O escritorcillo.
¿Tienes contacto con otros escritores?Sí, sobre todo a través del blog se ha generado una red de gente que escribe en sus propios proyectos y me deja recomendaciones, críticas para mejorar y comentarios sobre mis microrrelatos. Escribir y contestar en el blog me lleva bastante tiempo y no tengo todo el que quisiera y debiera.
¿Hay escritores que te hayan guiado en tu proceso, que sean para ti un modelo?Mario Benedetti me acercó a los cuentos, de él he leído toda su obra. Luego vinieron otros muchos escritores de microrrelatos como Juan José Arreola, Marco Denevi, Ana María Matute... En el género sigo mucho a David Lagmanovich, escritor argentino que falleció hace muy poco, pero no soy fan de ningún autor en especial.
¿Se debería fomentar la literatura en Tenerife?Por supuesto que sí. Creo que haría falta un punto de encuentro y debate, poder hacer mesas redondas y que se puedan reunir los escritores de la isla en un espacio virtual, donde puedan consultarse, comunicarse. Eso estaría bien.
¿Has participado en seminarios, cursos, talleres?Sí, sobre todo cuando era más joven y tenía un poco más de tiempo, cuando todavía estudiaba en la universidad. Creo que esos talleres son muy positivos para intercambiar ideas, despertar la vocación... Yo creo que cualquiera puede escribir y si no lo hace es porque no se pone, o porque no le interesa.
Hace muy poco fue tema de polémica, ¿me dices tu opinión sobre la Ley Sinde?Hombre, es complicado. Acceder a los contenidos en internet es cómodo, pero creo que no todo puede ser gratis. Y no pienso en las empresas, sino en los artistas y creadores. Lo que pasa es que me parece que tanto la ley Sinde como la del Canon se explicaron mal desde el principio y así se soliviantó a la gente. Intercambiarse archivos, películas y música es para todos ya una “cultura”, llevamos diez o doce años bajando cosas... Pero no creo que debas ir persiguiendo a la gente por descargarse una película. Yo pienso que igual algo habrá que hacer, pero controlar la red es muy difícil... Yo no lo sé.
¿Cuáles son tus futuros proyectos? ¿Tendremos un próximo libro pronto?Bueno, no lo tengo muy claro pero en poco tiempo se vuelven a juntar todos los cuentos que sigo escribiendo, así que material no faltará. Tengo ideas pero poco tiempo. El periodismo consume muchas horas y me dedico todo lo que puedo a mi familia, a mis dos niños pequeños... Hay proyectos que tengo un poco abandonados y que necesitan más tiempo para desarrollarse.
¿Cuáles son tus futuros proyectos? ¿Tendremos un próximo libro pronto?Bueno, no lo tengo muy claro pero en poco tiempo se vuelven a juntar todos los cuentos que sigo escribiendo, así que material no faltará. Tengo ideas pero poco tiempo. El periodismo consume muchas horas y me dedico todo lo que puedo a mi familia, a mis dos niños pequeños... Hay proyectos que tengo un poco abandonados y que necesitan más tiempo para desarrollarse.
Y por último, ¿dónde se puede encontrar “Hiperbreves S.A. (Sólo 175 microrrelatos)”?En varias librerías, pero seguro lo encuentran en La Orotava, en la librería “El Viajante” en la calle Calvario, 70 (Tel.: 922 33 26 12). Todo lo que se recaude va destinado para la ong Apanate (Asociación de Padres de Personas con Autismo de Tenerife).
Este libro lo puedes adquirir en:
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