miércoles, 2 de marzo de 2011

Habitación desnuda. Poesía 1977-2007, de Uberto Stabile

Por Alberto García-Teresa/Culturamas
Habitación desnuda. Poesía 1977-2007
Uberto Stabile

Para Fernando Beltrán, Uberto Stabile es «el más beat de nuestros poetas». Le califica además de «poeta del riesgo, por tanto, pues arrumbada la experiencia como inevitable punto de llegada en el poder, no es fácil acertar».
Este volumen agrupa la poesía reunida de este escritor, impulsor de la edición independiente (lleva década y media dirigiendo los encuentros de EDITA en Huelva), de la poesía subterránea (a través de su trabajo en la desaparecida pero antológica Aullido o en sus pequeñas editoriales). Habitación desnuda, además de los diez poemarios publicados, dispuestos por orden cronológico de escritura, incluye 13 poemas inéditos, escritos a partir de 2000.
En la poética que cierra el libro, fechada en 2004, el autor determina que sus temas «son los de a pie, los temas universales, los temas del día a día, los del hombre y la mujer que me rodean». Igualmente, revela que «en el escenario de mi poesía actúan de la mano el tiempo fugitivo y el amor cumplido, la delincuencia del deseo y todas las contradicciones que hacen de mí un ser político y caótico». Finalmente, afirma que «me preocupa el mundo en el que vivo, el lugar donde lo habito y el amor con que lo hago».
Lo cierto es que la poesía de Stabile sortea las diferentes corrientes que han protagonizado la poesía española contemporánea, aunque toma elementos de varias de ellas: los escenarios urbanos y la nocturnidad de la «poesía de la experiencia» (pero sólo toma ese trasfondo, esa ambientación; en absoluto el talante nostálgico y conformista, el anclaje en la intimidad o el uso del monólogo dramático de aquella) o la denuncia social de la «poesía de la conciencia crítica», en una configuración claramente antagonista y callejera, a las que suma esa herencia de la literatura beat mencionada, muy poderosa en determinados tramos de su obra (no en vano, abundan las referencias a escritores estadounidenses, especialmente los beat, y también a otras manifestaciones culturales populares contemporáneas en sus textos).

A través de un lenguaje sencillo, recoge un discurso irreverente, insumiso: «desobedecer continuamente / toda orden, toda norma», postula. El escritor denuncia la hipocresía y la falsedad de la democracia y habla de una sociedad en decadencia («la nación está carcomida en la sociedad de los despachos»). Ataca el utilitarismo que practican los biempensantes, que «nos degradan la imaginación», y plasma entonces su intención de vivir con intensidad y autenticidad: «yo pediría un ferrocarril de cristal negro / sin frenos / sin límite de velocidad / para enterrarme en él / sin arrepentirme más de lo que ellos esperan que haga». De hecho, frente a actitudes acomodaticias, afirma que «concebimos la vida como un riesgo / al cual apostar lo más alto posible / y la felicidad fue todo o nada». Por ese motivo, se encuentra constantemente en su obra un enfrentamiento entre su manera de entender la vida y la de quienes detentan el poder, y ataca a quienes quieren controlarla (física, psicológica y políticamente). Con ello, arremete contra ese sucedáneo de vida que se vende y del cual se alardea desde el buen gusto burgués y enarbola la vitalidad como fuente de resistencia («nosotros tenemos la vida / contra tus condenas»); una vitalidad que se asocia a la exploración libérrima de sus posibilidades.
Además, destaca su actitud presentista, de cierta raíz hedonista: «desconfiábamos siempre de las grandes conciencias / y los compromisos a largo plazo, / preferíamos destrozarnos los oídos / con la electricidad de las guitarras / antes que corear las consignas de los profetas», escribe en 1983. Sin embargo, más adelante matizará esa perspectiva: «ahora que no tengo veinte años / ni prisa por vivir deprisa», revela en 2000.
Por otra parte, llama la atención la ironía que despliega en ocasiones, cuando transcribe los discursos de las gentes adineradas, mediante la cual queda al descubierto su doble moral, su egoísmo y su afán de evasión.
El poeta recorre y recoge la geografía de las ciudades, trasladando los paisajes urbanos («nuestro tesoro está en la calle», sentencia) con especial atención a lo que sucede en la noche y en los bares que la pueblan. No en vano, su segundo poemario se titula Hermosas escenas de la noche y otro De kategorías. Neón para una poética de las ciudades. Y sobre la importancia de los bares, es representativo el título de otro de ellos, Las edades del alcohol, el cual se centra en ese aspecto.
Las relaciones amorosas van cobrando un papel más predominante en su poesía conforme pasa el tiempo. En ellas, se resalta el apartado sensual, el del deseo («no permitas que el amor sea eterno», pide), y se suele abordar desde el recuerdo, desde la soledad y el anhelo.
Aparte del verso libre, en la obra de Stabile se presentan varios poemas en prosa, así como un extenso poema dividido en 233 fragmentos muy breves, algunos de ellos aforismos, de carácter más filosófico (como «mejor vivir con sed que morir ahogado»).

Por otro lado, se debe resaltar Empire Eleison, un libro escrito en 1984 que supone un aparte en su trayectoria, y que resulta su poemario más original y potente. Sostenido por un aliento alucinatorio, rompe con su estética callejera, aunque sigue siendo la urbe moderna (o ya posmoderna) su eje. Está formado por largos poemas, de gran intensidad, en los que se cruzan referencias budistas con referencias al orden mundial, vertebrados por repeticiones. En él, además, se hace más patente la influencia de Ginsberg. Stabile entonces abandona el marcado localismo anterior para atender a lo que ocurre en el mundo, despliega su mirada hacia la globalización, poniendo en relación toda la muerte que se produce en él. Así, pretende dejar en evidencia el cacareado progreso de la humanidad al ilustrar la miseria y el sufrimiento que existe por todo el planeta, en el cual la tecnología es más dominadora que liberadora («frente a las pantallas / he visto los cadáveres mantener / fija la mirada»).
Dedicada a la vida y a su radical inmersión en ella, la obra de Uberto Stabile recoge los planteamientos de una generación desubicada, que quiere alejar la poesía de los ecos culturalistas y acercarla a donde bulle el calor, la risa y la falta de convencionalismos sociales. No en vano, su planteamiento se condensa en «no culturalizar la vida / vitalizar la cultura».
Habitación desnuda. Poesía 1977-2007
Uberto Stabile
316 páginas
Baile del Sol, 2008
ISBN: 978-84-96687-80-6


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