martes, 4 de marzo de 2014

La épica de la derrota


31.01.2014 | 01:39
La épica de la derrota
2013 ha sido un buen año para Karmelo C. Iribarren, ya que han coincidido en las librerías dos nuevos libros de poemas, Las luces interiores y La piel de la vida, que suponen un paso más allá dentro de lo que Luis Antonio de Villena denominó realismo limpio
En 2013, los lectores de Karmelo C. Iribarren (San Sebastián, 1959) han podido disfrutar de sus versos por partida doble, ya que en mayo salió de las prensas Las luces interiores y ahora acaba de publicarse La piel de la vida, una nueva entrega de esa poética de lo cotidiano que tan bien cultiva Iribarren, fiel a una línea estética y a una determinada forma de concebir la poesía.

La piel de la vida es una colección de cuarenta y dos composiciones breves de verso corto, agrupadas en tres series que, aunque no tienen título, sí marcan unas determinadas pautas temáticas. Todo el volumen se encuentra presidido por una cita de José Luis Parra. La primera parte reúne veintisiete piezas en las que el lector encuentra muchos de los motivos recurrentes de la poética iribarriana: el tren, un mendigo, el paisaje a través de la ventana, una moneda que cae en mitad de la noche, uno mismo frente al espejo, el pasado incierto y cambiante, el encuentro con un viejo amor del pasado, la fragilidad del verano...

Destacan, por ejemplo, los versos iniciales de Apunte estival (Una sola nube basta / para que el sol desaparezca), que recuerdan, en cierto modo, a las enseñanzas del maestro Yoda, cuando afirmaba que la oscuridad podía ser muy profunda, pero que bastaba una débil llama para mantenerla a raya.

Otra pieza magnífica de esta primera parte es Correspondencias, cuyo título dialoga con Baudelaire:Qué solo / envejece / el sol, // las tardes / de los domingos / de invierno, // en las callejuelas / de los pueblos... La lluvia, una vieja canción y los ya consabidos días normales (los asesinos / del amor) crean el contexto adecuado para un poema como Crepuscular, un autorretrato en verso del propio Iribarrren: Tengo 53 años / y estoy aquí / mirando por la ventana / eso que sucede ahí fuera, / en el mundo, / como llevo haciéndolo / desde no recuerdo cuándo, desde siempre. // Pero algo ha cambiado: / ya apenas tengo ganas / de moverme.

La segunda parte, que se inicia con una cita de Ru Lambert (Si a la vida le quitas el amor, / le estás quitando el sol al verano), es, en realidad, un pequeño cancionero amoroso compuesto por trece piezas, entre las que sobresalen Así (Como el machetero / en la selva, / tu sonrisa / en mi certeza) /,Detalle ineludible (A veces / se te desordena el pelo / de una manera que hace / que todo lo que esté sucediendo / en ese instante / pueda esperar) y Nocturno (De pie, / junto a la ventana, // mirando / la noche / a la luz / de la luna, // te recortabas / como la costa / del único país / del que no me iría / nunca).

En la última parte solo aparecen dos poemas, A modo de consuelo y Gloria efímera, que se centran en la percepción que el propio poeta tiene de su obra y de su pervivencia en la historia literaria. Hay cierto tono de derrota en A modo de consuelo, cuyos versos iniciales son muy rotundos: Las ruinas de lo que pudo ser, / a eso se reduce tu obra. Ahora bien, enseguida se abandona ese tono pesimista y se abren paso el humor y la ironía en los versos de Gloria efímeraAyer me vi / en una monumental / 'Historia de la literatura española'. // Aparecía en una nota / al pie, / minúscula, / en cursiva, / como atravesando la página... // Tendré que mirar mañana / –me dije–, / lo mismo ya no estoy.

En definitiva, Karmelo C. Iribarren ha conseguido, mediante los versos de La piel de la vida, transformar esa poética de lo cotidiano, esa celebración de lo pequeño y anecdótico, en una épica de la derrota.

KARMELO C. IRIBARREN
LA PIEL DE LA VIDA
TEGUESTE, BAILE DEL SOL, 2014. 64 PÁGINAS. 10 EUROS
http://www.diarioinformacion.com/arte-letras/2014/01/30/epica-derrota/1463483.html

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