sábado, 18 de diciembre de 2010

«Portugal respeta mucho más a sus escritores que nuestro país»

18.12.10 - SUSANA GIL LLINAS Y ANTONIO SÁEZ DELGADO rayadepapel@hoy.es |

José María Cumbreño (Cáceres, 1972) es licenciado en filología hispánica y profesor de secundaria. Ha publicado los poemarios 'Las ciudades de la llanura' (2000), 'Árbol sin sombra' (2003), 'Estrategias y métodos para la composición de rompecabezas' (2008), 'Diccionario de dudas' (2009) y 'Breve biografía apócrifa de Walt Disney' (2009). Es también autor del libro de relatos 'De los espacios cerrados' (2006), del ensayo literario 'Retórica para zurdos' (2010) y del diario 'Límites y progresiones' (2010).
En 2009 la editorial portuguesa Sempre-em-pé publicó una antología bilingüe de su poesía, titulada 'Teorias da Orden', en traducción del poeta de Portalegre Ruy ventura. Desde entonces su cercanía con el país vecino se ha multiplicado, y cualquier pretexto es bueno para acercarse a conocer mejor el país y su cultura.
-¿Qué significa para usted Portugal?
-A mí, que soy bastante cascarrabias, Portugal suele cambiarme el carácter. Al menos eso dice mi mujer. Y sospecho que lleva razón. No sé, es como si me relajase cada vez que cruzo la frontera. Primero, para meterme entre pecho y espalda una sapateira. Segundo, para pasar las vacaciones de verano en Aveiro.Tercero, para visitar a algún amigo que también escribe. Y no digamos ya si los tres puntos anteriores se cumplen al mismo tiempo.
-De largo las cosas buenas superan a las malas. La única experiencia negativa la tuve hace años en Quarteira, en el Algarve. Parecía Torremolinos. Demasiado turístico. Sin embargo, el resto de recuerdos son todos estupendos. De hecho, en más de una ocasión se me ha pasado por la cabeza la posibilidad de irme a vivir al otro lado de la raya. De momento, y como entrenamiento, todos los veranos terminamos disfrutando de una temporada en Aveiro, ciudad de la que me confieso enamorado. No obstante, si tuviese que elegir algo concreto, me quedaría con la antología que en 2009 me publicó la editorial portuguesa Edições Sempre-em-pé. Gracias a la generosidad de su editor, José Carlos Marques, y del traductor, Ruy Ventura, tuve el privilegio de que mis poemas se difundiesen en un país que respeta a sus escritores mucho más que el nuestro.
-En Extremadura siempre nos hemos sentido mucho más cerca de Portugal que otras regiones. Supongo que ambos, portugueses y extremeños, como hemos padecido por igual la altanería española, nos entendemos con facilidad, lo que nos concede una posición privilegiada a la hora de tratar con nuestros vecinos. Así que no resulta extraño que tres de cada cuatro estudiantes de portugués sean extremeños.
-Sé lo que me gustaría: vivir en Lisboa con la excusa de dar clase en el Instituto Español. Pero, de momento, no me lo puedo ni plantear, ya que, inexplicablemente, trabajar en ese centro conlleva perder el lugar de destino y verse obligado, cuando ha transcurrido un tiempo, a volver a padecer la lotería del concurso de traslados. Una pena. Porque cada vez tengo más claro que a mí el ritmo de vida que me va es el portugués. En el ámbito literario, creo que la relación entre ambos países aún puede mejorarse. Somos vecinos y nos limitamos a saludarnos en el portal, sin conocer qué se está escribiendo a ambos lados de la raya. La comunicación entre escritores y editores españoles y portugueses debería crecer. Nuestra región, al menos, ha empezado a construir ese puente cultural con la apertura de la Oficina de Extremadura en Lisboa, donde no estaría mal que se celebrasen, por ejemplo, lecturas y debates entre escritores de aquí y de allá.

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