domingo, 29 de julio de 2018

Reseñas de "Antes de arrojarse al mar, la señora Brown fue a misa" en El Día




Unas historias del día a día


Yolanda Delgado reúne un conjunto de relatos en los que refleja, desde la simple observación, los comportamientos humanos en su dimensión humana.

El Día  
25/jul/18 6:09 AM

  

La historia surgió desde el momento en el que leyó la noticia en un periódico con el titular "Antes de arrojarse al mar, la señora Brown fue a misa".

Eso le dio pie para construir un relato, al que se fueron añadiendo otros a un conjunto que se ha publicado bajo el sello de Baile del Sol.


Yolanda Delgado (Las Palmas, 1967), que ha trabajado como editorialista y documentalista, se considera una "persona indiscreta", y en referencia a esta serie de relatos titulados "Antes de arrojarse al mar, la señora Brown fe a misa", estima que se pueden establecer diferentes estados. De un lado, "lo que he visto y también lo que oído", señala, además del bagaje que representan escritores como Joyce, Orwell o los soviéticos, "pero como soy muy pudorosa, de mí aparece poco".

El hecho de que se haya inclinado por el relato corto tiene que ver con su preferencia por la literatura rusa, "porque trabajé con esos textos en mi etapa de El País, donde establecí una relación muy directa con los cuentistas rusos, de los que aprendí que resultaba imprescindible utilizar las palabras necesarias".

Esta escritora se vale de la observación directa, del modo en el que hablan y se desenvuelven las personas, también del lenguaje, para armar sus historias, sobre las que dice que "han surgido de la propia realidad, porque no tengo tanta imaginación como para construirlas" y, en este sentido, manifiesta que los registros que le ofrece el día a día son tan ricos que de nada vale ir hasta la Luna en busca de escenarios diferentes.

El volumen de relatos que se condensan en este libro están jalonado con a presencia de mujeres y hombres en crisis, como de hecho se refleja en "Solos", también de jóvenes desorientados, como en el caso de "El tablero imperfecto del mundo", además de personas excluidas, que se percibe en la lectura de "Cuando una tortuga y Primo Levy me salvaron", así como de los inmigrantes que luchan para conservar y mantener su dignidad en tierras extrañas, en las líneas de "Baila la diosa en el ombligo de la Luna".

Pero también, en este compendio de relatos, la autora incorpora un conjunto de experiencias vividas que se encuentran íntimamente relacionadas con algunos autores a los que profesa una profunda admiración y que resultan perceptibles en títulos como "De hombres sin pantalones", así como los hábitos sociales corrompidos y llevados hasta el extremo del absurdo, como es el caso de "Comunicado urgente a la nación", además de algunas escenas que bien pudieran formar parte de un álbum familiar como "¡Ay!, Mama Iné", que en conjunto conforman un paisaje humano dominado por la ficción.

La voz de Yolanda Delgado, cargada de una ironía ciertamente melancólica y en ocasiones hasta mordaz, pero siempre directa y dirigida al epicentro del dolor, persiste en el engaño de intentar comprender nuestra sociedad, siempre esquinada, tan conmovedora, como también compleja en la que vivimos, pero de la que somos partícipes y responsables.


viernes, 27 de julio de 2018

Reseña de ARQUITECTURA SECRETA DE LAS RUINAS de Miguel A. Zapata en De libros y Lecturas


viernes, 13 de julio de 2018

ARQUITECTURA SECRETA DE LAS RUINAS - Miguel A. Zapata



Estamos llenos de grietas, aunque lo disimulemos. Somos como el edificio que Miguel A. Zapata retrata en la novela “Arquitectura secreta de las ruinas”


Mediante un argumento muy sencillo, una grieta que aparece en un edificio, Miguel A.Zapata construye una novela muy sólida. La segunda, después de Las manos y de su magnífico libro de micorrelatos, Voces para un tímpano muerto.


En la novela irán apareciendo más grietas, esta vez humanas, físicas, psíquicas y mortales. La grieta de la soledad, de la impostura, de la mentira, del qué dirán.
Es un relato coral en el que intervienen todos los habitantes de ese edificio. Comenzando por el capítulo Cero de la vida del número tres de la calle Garibaldi, alcanzamos de nuevo el Cero al final de la novela.


La novela es un retrato de la sociedad actual, de la quiebra de las instituciones, de la vecindad, de observar que nuestro mundo se va a pique y quedarnos sentados esperando que alguien lo solucione. El edificio es el retrato de nuestro mundo.


Y la grieta amenaza a los personajes que habitan en él. Encontramos a Maldini, el argentino que quizás no es tal, a Bastida, el suicida frustrado, a la vieja Téllez, animal de mirilla, a la pareja sin hijos que escuchan llantos por las noches, a Bertita la adolescente o a Mauro el fatuo presidente de la comunidad.
Los personajes y sus propias ruinas, las mentiras que dan, supuestamente, solidez a sus vidas se nos van desvelando a través de la voz del narrador que participa de manera distante de los personajes con sus propias reflexiones. Él observa, analiza y explica.


“Uno es, por lo menos, dueño de lo que inventa, ¿no? Patentamos las trolas con que construimos nuestras vidas y poco más que eso.” Dice Maldini


Donde sí hay solidez es en la escritura de Miguel A. Zapata. Hay momentos en su escritura en la que es imposible no sonreír por lo esperpéntico de la situación. Y otros sumamente reflexivos, psicológicos o crueles. Esa solidez se manifiesta a lo largo de toda la novela, no hay ninguna grieta que te ahuyente de la lectura. Es, como ya he dicho, sólida, ágil, brillante.


Arquitectura secreta de las ruinas - Baile del Sol


https://librosylecturasdeelena.blogspot.com/2018/07/arquitectura-secreta-de-las-ruinas.html?m=1

miércoles, 25 de julio de 2018

Entrevista a José Manuel Marrero en La Provincia

"El burro apunta literariamente a una visión de futuro alternativa"

"En Canarias, el turismo es la expresión material de una manera suicida de entender el progreso" afirmó el poeta.




miércoles, 18 de julio de 2018

Reseña de El verano del Endocrino de Juan Ramón Santos en Librario íntimo

El verano del Endocrino




No se trata, desde luego, de un personaje convencional. Un buen día, sin que nadie tenga noticia previa de él, aparece en la pequeña localidad de Labriegos un hombre poco hablador, amable y amante de los libros al que, de forma casi azarosa, comienza a conocerse como El Endocrino. Al principio, todos lo miran con curiosidad pero con cierta distancia, hasta que el intruso se va ganando el favor de los lugareños: primero, interesándose por todas las labores agrícolas de la población; después, ayudándolos con su inteligencia detectivesca a resolver pequeños misterios locales (qué animal está devorando las gallinas de un vecino, dónde está el coche que desapareció hace días de forma inopinada, quién ha robado una talla de la Virgen de la ermita).

Poco a poco, el Endocrino se convierte en un tipo curioso… y con curiosidad, que canaliza (al estilo de los Bouvard y Pécuchet flaubertianos) hacia mundos tan distintos como la botánica, la sociología o la historia. En todos esos ámbitos se verá sometido a experiencias de lo más llamativas, que sorprenden al lector y lo llevan de la mano a través de una narración amena y divertida, con instantes de humor, de reflexión y de aprendizaje. Para contarnos esas peripecias, el novelista recurre a la voz de un maestro de Primaria, que conoce durante ese largo verano al Endocrino y que tiene acceso posteriormente a sus cuadernos de apuntes. Él nos va a ir desgranando la evolución de sus intereses y peripecias con gracia y minucia casi entomológicas.

El extremeño Juan Ramón Santos (Plasencia, 1975), quien ya nos tiene acostumbrados a obras excelentes dentro del territorio del relato corto (Cuaderno escolar, Perder el tiempo), la poesía (Aire de familia) y la novela (El tesoro de la isla), nos entrega una vez más un volumen exquisito. En este último trabajo yo destacaría de forma especial la impronta cervantina que el escritor ha tatuado en su prosa, elegantemente juguetona y de voluntad clásica, con oraciones largas y musicales. El resultado es una novela fluida, delicada, densa y de una sonoridad muy brillante. Si andan buscando para este verano un texto de tanta perfección formal como atractivo argumento yo les recomiendo esta novela publicada por Baile del Sol. Creo que puede gustarles.




jueves, 12 de julio de 2018

Entrevista a Yolanda Delgado en Dragaria


Yolanda Delgado: «Quiero incomodar, quiero hacer reír, quiero hacer sentir»
Por DRAGARIA -10 julio, 2018

La grancanaria Yolanda Delgado considera que no es una escritora «rápida» y que «cada frase es un mundo de posibilidades». Le gusta guiar a otros autores que empiezan en su carrera literaria: «Es una de las experiencias más plenas que he tenido», señala. Otra de sus actividades es traducir, y añade que esto exige «ponerte en la piel del autor, con la responsabilidad añadida de expresar en tu idioma la misma intensidad, el tono, los matices, la intencionalidad con la que originalmente esos libros fueron escritos». En sus textos le gusta hacer uso del humor, «un ejercicio higiénico fundamental para conservar la salud». Acaba de publicar Antes de arrojarse al mar, la señora Brown fue a misa (Baile del Sol, 2018), una colección de historias que reflejan su experiencia vital: la de una mujer que viaja desde los diez años por el mundo y que actualmente reside en Francia.

TRES CLAVES DE TU ÚLTIMO TRABAJO

El título del nuevo libro encabezaba una noticia de un periódico portugués. En esos 27 relatos heterogéneos hablo de situaciones cotidianas, pasiones literarias y recuerdos aparentemente autobiográficos. Rompo con la idea preconcebida de lo que entendemos por relato. Quiero incomodar, quiero hacer reír, quiero hacer sentir, comprender nuestra sociedad esquinada, compleja y conmovedora. Las mujeres y hombres de carne hueso son los protagonistas; la realidad y la memoria, mis mejores aliados.

¿QUÉ AUTOR O AUTORA TE INSPIRA?

Hannah ArendtAgota KristofUnamuno, Mijaíl Bulgákov… La lista de autores a los que admiro es larga. Estos autores que nombro fueron víctimas de la sinrazón política, los cuatro supieron vencer las circunstancias, entre otras virtudes, gracias a la sinceridad, a la valentía y al humor. La risa salva a los rebeldes, a los que dicen no en el sentido camusiano.

UN POEMA, UNA NOVELA, UN CUENTO

— Un poema: Tus hijos se cortan las manos Margaret Atwood es una gran poeta.
— Una novela: me lo ponen muy difícil, pero como el pasado año fue el centenario del nacimiento de Juan Rulfo, quiero recordar Pedro Páramo. Rulfo escribió lo que tenía que escribir. Admiro a Rulfo. Voz propia, honestidad en su obra y silencio.
— Un cuento: hay un cuento de ChéjovLa tristeza, que cuando lo releo sigue conmoviéndome como la primera vez. Un viejo cochero acaba de perder a su único hijo. Intenta contárselo a alguien, soltar la pena, pero no encuentra quien escuche su historia. ¿No sucede ahora lo mismo? Otro relato que no querría dejar de mencionar es La lotería, de la norteamericana Shirley Jackson. Narra un episodio que transcurre en una pequeña comunidad. La crueldad está insinuada, va creciendo de forma sutil, solo cuando llegas al final, el horror te estalla en la cara. Simplemente, brutal.

UNA OBRA DE TEATRO, UN GUION CINEMATOGRÁFICO

— Una obra de teatro: el teatro es Shakespeare.
— Un guion: Días de radio. La infancia, los amigos, la familia, las películas, los tebeos, los olores y los colores de una época anodina que Woody Allen consiguió hacerla extraordinaria. Admiro a los creadores que con los mimbres de una vida común, protagonizada por mujeres y hombres anónimos, son capaces de crear imágenes inolvidables. Eso debemos pensar de nosotros. Somos obras irrepetibles, y a pesar de todo, ¡qué bello es vivir! Ya he soltado el título de otra gran película.

PROYECTOS

Estoy en medio de una novela que espero llevar a buen término. Hay escritores que tienen la suerte de escribir rápido, no es mi caso. Soy lenta, le doy muchas vueltas a las palabras, a las posibilidades de sentido, a la forma. «Porque uno solo ha aprendido a dominar las palabras para decir lo que ya no tiene que decir», escribió T. S. Eliot.

¿QUÉ PERSONAJE DE DRAGARIA SERÍAS?

Ya que me invitan a quedarme en esta isla llena de sonidos hermosos, nacida del pecho de volcanes, donde nacen los dragos y los vientos alisios nos protegen del calor africano, me gustaría encargarme del faro. ¡Sería la farera de DRAGARIA!

Portada de ‘Antes de arrojarse al mar…’, de Yolanda Delgado.
Yolanda Delgado Batista (Las Palmas de Gran Canaria 1967) estudió Publicidad y Relaciones Públicas, y un máster en Biblioteconomía y Documentación en la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado en televisión como documentalista, redactora, guionista y directora de contenidos. Colabora en distintas editoriales e instituciones culturales como traductora, editora literaria y lectora de manuscritos. Sus artículos periodísticos sobre temas culturales han aparecido en El perseguidor (suplemento de Diario de Avisos), Turia, Read Russia, Russia BeyondWashington Post, Aventuras na Historia y Letras Libres. Actualmente vive en Francia. Ha publicado Antes de arrojarse al mar, la señora Brown fue a misa (Baile del Sol, 2018),Puro cuento (Baile del Sol, 2016), Cambio de coche (relato en antología canario-mexicana, Baile del Sol, 2014) y Antología cortos de cine (Alfaguara infantil, 2003). (Blog).

martes, 10 de julio de 2018

Reseña de MURO DE LAS LAMENTACIONES de Rubén Castillo en Plan Ve


Nel mezzo del cammin


Durante algunos años, en la época de esplendor de los blogs, que parecían haber llegado para quedarse, para instalarse entre nosotros incluso como auténtico y definitivo género literario, funcionó uno titulado “Las afinidades electivas” en el que un escritor compartía su biografía junto con una breve muestra de su trabajo y, de paso, mencionaba a otros escritores con los que le unía alguna suerte de afinidad, permitiéndoles además participar, compartir su trayectoria y su trabajo y dar otros nombres, lo que hacía del blog un curioso modo de ir dando a conocer escritores en cadena. Yo no sé -ni tampoco me he tomado la molestia de comprobarlo, la verdad- si Rubén Castillo apareció en ese blog alguna vez y ni siquiera si llegué a hacerlo yo mismo, pero el caso es que acabamos por encontrarnos, cuando cayó en sus manos uno de mis libros de microrrelatos, que reseñó en su página web, lo que me llevó a conocerlo y a leerlo, y así fue surgiendo una relación de lectura y admiración mutuas, de afinidad electiva, que todavía hoy perdura.

La lectura de Muro de las lamentaciones, libro de cuentos publicado a finales del año pasado por la editorial Baile del Sol (que también tenemos en común), ha venido a confirmarme el porqué de nuestra personal afinidad, el empleo, como piedra angular de su escritura, de una prosa rica, ágil, elaborada, en la que no faltan -pero tampoco sobran ni rechinan- imágenes intensas, sugerentes, de las que te obligan a detenerte y a leer dos o tres veces una misma frase antes de seguir adelante, el tipo de prosa, en definitiva, que me gusta leer y que trato, en la medida de lo posible, de practicar. Además, hay en Muro de las lamentaciones esa unidad temática que, aunque no sea imprescindible, a uno le gusta encontrar en las colecciones de relatos y que hace que el libro sea, al final, algo más que la suma de sus partes y que te cuente más de lo que, por separado, te cuentan cada uno de sus cuentos -disculpen, por favor, la redundancia-.

Haciendo explícita esa unidad temática, los de Muro de las lamentaciones son, como señala el texto de la contraportada evocando a Dante, relatos protagonizados por personajes en medio del camino de la vida, “seres que han descubierto con tristeza que los tonos grises han empapado sus calendarios” y que -citando de nuevo el texto de forma literal- “vivir, en ocasiones, es un ejercicio melancólico”. Los de Muro de las lamentaciones son personajes que quizá ya no saben mirar la realidad, como le sucede al protagonista de “Alucinaciones”, o que ven pasar la vida a la velocidad de los “Dos cuentos para que usted los escriba” que nos propone el autor en otra de sus piezas, o que se sienten identificados con un viejo pájaro disecado, polvoriento, deslucido y con no muchas plumas, extinguido a finales del siglo XVII y arrinconado en un modesto museo de Historia Natural, el que aparece en “La soledad del pájaro dodo”, uno de los mejores cuentos -a mi modo de ver- del conjunto.

Si, por una parte, los relatos tienen en común esa unidad temática, el libro es, por otra, rico y variado en sus planteamientos, con historias que suceden en medio de una cotidianidad cercana, casi de realismo sucio, como la de “En la cinta transportadora” o la de “El hombre de los zapatos color corinto”, junto a otros más -digamos- exóticos, como “Cartas de Wendy”, que transcurre en la Alemania del fin de la II Guerra Mundial, o el crudo relato “Estirpes”, que tiene de trasfondo un campo y una tierra agrestes, violentas, ancestrales. Si a todo ello añadimos una discreta colección de homenajes literarios, los que el autor dedica a Miguel de Cervantes y el Quijote en “El último caballero andante”, a Friedrich Hölderlin en “Las lágrimas de Gontard”), a Fernando Pessoa y a su heterónimo Bernardo Soares en “Si me mirara” o a Pablo Neruda en “Guillermina”, el resultado es un libro redondo, muy recomendable, como lo es esta estupenda última entrega de relatos de Rubén Castillo.

Muro de las lamentaciones
Rubén Castillo
Editorial Baile del Sol
10 euros

https://planvex.es/web/2018/06/nel-mezzo-del-cammin/