miércoles, 12 de marzo de 2014

Bailando con Aitor Francos: "Mis preguntas son seguramente las respuestas de otros"



    Baile de Sol.- ¿A qué nos invita el Libro de las invitaciones?

Aitor Francos.- A llegar al reencuentro con las propias desapariciones de uno y a buscar coincidencias. Lo decía Beckett, ser no es otra cosa que ser percibido. Al escribir el propósito es reflejar el mundo como lo haría un extraño, pues el eje de todo es la discontinuidad; no podemos pretender estar siempre, sólo a veces, de un modo intermitente. Recuerdo un verso de José Luis Rey: No hay otra opción que ser un invitado.

BdS.-Nos encontramos con un universo propio en el que da la sensación de que te haces muchas preguntas. ¿La poesía te ayuda a encontrar respuestas?

A.F.-Mis preguntas son seguramente las respuestas de otros. Entiendo la literatura como reciprocidad. Como la búsqueda de puntos en común.

BdS.-La mayoría de los poemas son breves y certeros, ¿piensas que la economía del lenguaje beneficia la potencia del significado?

A.F.-La poesía es ante todo un lenguaje de síntesis. Concisión y sugerencia, puesto que la capacidad de deslumbramiento se sostiene sobre lo que no se dice. Casi es una teoría de la no escritura. Cualquier exceso es defecto. Recuerdo una frase de Chesterton. Hay una cosa necesaria: todo. Yo añadiría: Y ese todo es desechable.

BdS.-¿Cuáles son tus referentes?, ¿de qué manera te influyen tus lecturas en el modo de escribir?

A.F.-Como diría Castilla del Pino: Todos aquellos que uno puede representar. Uno es dueño más que de sí mismo, de sus imitaciones y, por tanto, de lo que no escribe. No tengo referentes absolutos, son intercambiables, como copias. Borges completa a Kafka y éste a Pessoa, que es hermano de Rulfo.


BdS.-¿Cómo definirías tu lenguaje poético?
Heteronímico y plural. De mis libros sólo me interesa el modo que tienen de no escribirse, que es su manera de no dejarme intervenir, lo que subyace en ellos de lo ajeno. En el caso de Libro de las invitaciones los poemas son del lenguaje. La idea desaparece atrapada en la palabra. El peso de lo poético acaba siendo ejemplar.


                                                               

martes, 11 de marzo de 2014

Anillos de Saturno, el nuevo poemario de Sonia San Román

so168bAcabamos de publicar en la editorial Baile de Sol Anillos de Saturno, el nuevo libro de la poeta riojana Sonia San Román en el que se recoge todo un recorrido de miradas hacia dentro de sí misma “con gafas del mirar padentro”, asevera; hacia su memoria; y hacia el paisaje que le rodea. Poemas de autoconstrucción, de reconstrucción, de búsqueda de la limpieza y la claridad, de inicio de un nuevo camino después de haber soltado todo el lastre “hasta al amputación”, se atreve a recomendar.
Estos poemas en los que aparece el amor como medida de las cosas, la familia como legado y el desconcierto vital como espacio en el que ir avanzando, nos muestran el quehacer certero de una poeta madura y con la voz más clara que puede surgir de los momentos turbios.

Explotan las bombas.

A mi alrededor
se cruzan los cuchillos
con los abrazos.

Ninguno es para mí
pero la piel sangra
con tacto de caricia.

Sigo.

soniasanromanwebSobre la autora: (Logroño 1976) Publicó en 2004 el libro De tripas, corazón (Ed. del 4 de agosto) del que surgió, al año siguiente, Planeta de poliuretano (Asociación cultural Crecida) a modo de edición revisada y ampliada. En 2008 publicaPunto de fuga (Editorial Eclipsados) y en 2014. ANILLOS DE SATURNO (Tenerife, 2014)
Como editora ha coordinado los libros Strigoi, 25 poemas vampíricosUn homenaje a Bram Stoker Hay caminos, antología-homenaje a José Hierro (Ed. del 4 de agosto, 2012) y Yo tenía tres modos de pensar (ciudades, ríos y rock and roll), Antología poética de Benjamín Prado.
También ha participado en numerosas antologías poéticas u obras colectivas comoHablando en plata, antología de 17 poetas españoles (Ed. Homoscriptum, México 2005), 23 Pandoras (Baile del sol, 2009), Planetario, siete poetas desde el Planeta Clandestino (Ediciones del 4 de agosto, 2009), Beatitud, visiones de la Generación Beat (Ediciones Baladí, 2011) o Mujeres en su tinta (Ed. Atemporia y Universidad Nacional Autónoma de México).

lunes, 10 de marzo de 2014

La más cruel de las certezas, de Mario Pérez Antolín

Mario Pérez Antolín
La más cruel de las certezas
Ediciones Baile del Sol, 2013

La más cruel de las certezas pretende llegar a decir lo que merece la pena ser dicho con la máxima brevedad de palabras. Eso es lo que hace Mario Pérez Azorín con este libro de aforismos, dividido en seis partes: En las simas del pensamiento, Cargas de profundidad, Lo mínimo de todo, Enunciados imposibles, Escrito para ser borrado y Volátil como el verbo.

A lo largo de ciento cincuenta y una páginas nos desplazaremos en un viaje entre la poesía y la filosofía, muy cercano unas veces a una u otra, para confluir ambas en determinados momentos, siempre según la visión del autor de aquello que le rodea. Apunta, acertadamente, la autora del prólogo, Victoria Campos, que "el aforismo es un ejercicio de subrayar lo que merece ser apreciado", y en ello se ha esmerado el autor.

Estamos, por tanto, ante un libro de cabecera, para que nos acompañe en el viaje de cada día, o al final del mismo, donde podremos meditar alrededor de, por ejemplo: "cuando ya nada me sorprenda, estaré en la antesala de la muerte".

Francisco Javier Illán Vivas


miércoles, 5 de marzo de 2014

MI VIDA CON POTLACH, de Inma Luna

MI VIDA CON POTLACH

INMA LUNA

Editorial Baile del Sol, 2013

Inma Luna, nos presenta esta novela que se desarrolla con un narrador/protagonista, y nos cuenta en forma de diario lo que va ocurriendo en su vida. Cronológicamente se desarrolla en 16 meses, aunque no hay continuidad en los días que escribe el protagonista, así en esas anotaciones se nos va mostrando.
Mi vida con Potlach, me ha conmovido desde las primeras páginas. La historia de Luis, se hace real a medida que avanzas en la lectura. Luis, soy yo. Luis, es cualquiera que se deja atrapar por sus miedos, por un pasado guardado y enmascarado hasta el límite de prácticamente olvidarlo, pero que al final se impone con una fuerza arrasadora. Luis descubre otro mundo a raíz de sufrir un ataque de estrés, un clic en su cabeza que no estaba previsto, que no pudo controlar, le abre la puerta en la noche hacia ese mundo que permanecía oculto. Inma Luna, nos muestra a un personaje lleno de fobias, de manías, de auto imposiciones cuadriculadas, de exigencias límites para él mismo que le lleva a plantear un orden y rigor que raya con lo anormal. Va anotando en ese diario lo que siente, lo que sueña, la forma de mirar y de ver, la apatía y el hastío por la vida, el desencanto, el frío que no es capaz de quitarse de encima. Se deja llevar en ocasiones por la auto destrucción a la que se somete sin ser consciente de ello, manteniendo a raya los sentimientos que terminan por aflorar y terminan dominando. A través de esos sentimientos descubrimos las relaciones amorosas, de familia, de amistad, de compañeros de trabajo, de sexo, las clases sociales, las instituciones médicas, las residencias para mayores, la sociabilidad, lo vulgar, lo pijo, la época de crisis, el desempleo. El conjunto del que todos formamos parte en una escala con mayor o menor intensidad.
Al final, Luis, nos abre la puerta hacia un montón de reflexiones en las que nos vamos reconociendo y por eso empatizamos casi inmediatamente con el personaje y por supuesto con Potlach. 

Maravillosa novela que invito a leer.

Un fragmento:


“…No me gusta hablar ahora de ello. Ahora que sé cómo tienen que ser las cosas para evitar perderme en esas marañas. Ahora que tiro fuerte de las riendas y veo dónde hay que sellar las ventanas para que no entren los vientos jaleadores. No me gusta acordarme de las debilidades de la mente, pero sé que mucha culpa de aquello la tuvieron mis expectativas respecto a la gente. La gente es solo gente y no está disponible.

Yo pensaba ingenuamente, que contaba con ellos, que todos los que bebían mi vino, compartían mi casa y me cogían del hombro, estarían ahí si les necesitaba. Bueno, no lo pensaba verdaderamente, no son cosas sobre las que uno medite, solo se dan por hecho en la hora precisa.

Pues no fue así. La enfermedad, por ponerle algún nombre a aquello en la que me sumí, espanta. Los saltos al vacío son individuales, nadie te da la mano, no vaya a ser que la hostia resulte compartida. Entonces me di cuenta, allí, en mitad de lo más tenebroso, quizá…”

martes, 4 de marzo de 2014

La épica de la derrota


31.01.2014 | 01:39
La épica de la derrota
2013 ha sido un buen año para Karmelo C. Iribarren, ya que han coincidido en las librerías dos nuevos libros de poemas, Las luces interiores y La piel de la vida, que suponen un paso más allá dentro de lo que Luis Antonio de Villena denominó realismo limpio
En 2013, los lectores de Karmelo C. Iribarren (San Sebastián, 1959) han podido disfrutar de sus versos por partida doble, ya que en mayo salió de las prensas Las luces interiores y ahora acaba de publicarse La piel de la vida, una nueva entrega de esa poética de lo cotidiano que tan bien cultiva Iribarren, fiel a una línea estética y a una determinada forma de concebir la poesía.

La piel de la vida es una colección de cuarenta y dos composiciones breves de verso corto, agrupadas en tres series que, aunque no tienen título, sí marcan unas determinadas pautas temáticas. Todo el volumen se encuentra presidido por una cita de José Luis Parra. La primera parte reúne veintisiete piezas en las que el lector encuentra muchos de los motivos recurrentes de la poética iribarriana: el tren, un mendigo, el paisaje a través de la ventana, una moneda que cae en mitad de la noche, uno mismo frente al espejo, el pasado incierto y cambiante, el encuentro con un viejo amor del pasado, la fragilidad del verano...

Destacan, por ejemplo, los versos iniciales de Apunte estival (Una sola nube basta / para que el sol desaparezca), que recuerdan, en cierto modo, a las enseñanzas del maestro Yoda, cuando afirmaba que la oscuridad podía ser muy profunda, pero que bastaba una débil llama para mantenerla a raya.

Otra pieza magnífica de esta primera parte es Correspondencias, cuyo título dialoga con Baudelaire:Qué solo / envejece / el sol, // las tardes / de los domingos / de invierno, // en las callejuelas / de los pueblos... La lluvia, una vieja canción y los ya consabidos días normales (los asesinos / del amor) crean el contexto adecuado para un poema como Crepuscular, un autorretrato en verso del propio Iribarrren: Tengo 53 años / y estoy aquí / mirando por la ventana / eso que sucede ahí fuera, / en el mundo, / como llevo haciéndolo / desde no recuerdo cuándo, desde siempre. // Pero algo ha cambiado: / ya apenas tengo ganas / de moverme.

La segunda parte, que se inicia con una cita de Ru Lambert (Si a la vida le quitas el amor, / le estás quitando el sol al verano), es, en realidad, un pequeño cancionero amoroso compuesto por trece piezas, entre las que sobresalen Así (Como el machetero / en la selva, / tu sonrisa / en mi certeza) /,Detalle ineludible (A veces / se te desordena el pelo / de una manera que hace / que todo lo que esté sucediendo / en ese instante / pueda esperar) y Nocturno (De pie, / junto a la ventana, // mirando / la noche / a la luz / de la luna, // te recortabas / como la costa / del único país / del que no me iría / nunca).

En la última parte solo aparecen dos poemas, A modo de consuelo y Gloria efímera, que se centran en la percepción que el propio poeta tiene de su obra y de su pervivencia en la historia literaria. Hay cierto tono de derrota en A modo de consuelo, cuyos versos iniciales son muy rotundos: Las ruinas de lo que pudo ser, / a eso se reduce tu obra. Ahora bien, enseguida se abandona ese tono pesimista y se abren paso el humor y la ironía en los versos de Gloria efímeraAyer me vi / en una monumental / 'Historia de la literatura española'. // Aparecía en una nota / al pie, / minúscula, / en cursiva, / como atravesando la página... // Tendré que mirar mañana / –me dije–, / lo mismo ya no estoy.

En definitiva, Karmelo C. Iribarren ha conseguido, mediante los versos de La piel de la vida, transformar esa poética de lo cotidiano, esa celebración de lo pequeño y anecdótico, en una épica de la derrota.

KARMELO C. IRIBARREN
LA PIEL DE LA VIDA
TEGUESTE, BAILE DEL SOL, 2014. 64 PÁGINAS. 10 EUROS
http://www.diarioinformacion.com/arte-letras/2014/01/30/epica-derrota/1463483.html

lunes, 3 de marzo de 2014

ENTRE EL AHUEHUELT Y EL DRAGO. Antología de relatos mexicano-canaria

m156Entre el ahuehuelt y el drago es el título elegido para la antología de relatos méxicano canaria que acaba de publicar Baile del Sol Ediciones. Se trata de una selección realizada por el canario Agustín Díaz Pacheco, en su archipiélago, y por Dante Medina en el territorio mexicano. Dos escritores que han llevado a cabo una recopilación de treinta historias que, de árbol a árbol, cruzan el Atlántico en un salto narrativo que busca el intercambio entre dos realidades narrativas.

Entre las temáticas de los relatos mexicanos encontramos sus arraigados cantos a la revolución, la omnipresencia de la muerte y la violencia, mientras que los autores y autoras canarios nos acercan al tránsito de culturas extrainsulares, el paso de lo rural a lo urbano y su consiguiente desarraigo y conciliación.

Esta antología viene pues a indagar en el complejo laberinto de la cultura a través de originales identidades narrativas que conectan en sus páginas, atravesando fronteras y conectando a través de la literatura y de los lectores que tienen a su disposición estas enriquecedoras interpretaciones de dos realidades bien distintas.

ENTRE EL AHUEHUELT Y EL DRAGO. Antología de relatos mexicano-canaria

Agustín E. Díaz-Pacheco, Alejandro Vera Barrios, Alexis Ravelo, Ángela Ramos, Eduardo Delgado Montelongo, Ignacio Gaspar, Iván Morales, Juan José Delgado, Álvaro Marcos Arvelo, Maribel Lacave, Raúl Quiles, Sergio Barreto, Víctor Álamo de la Rosa, Víctor Ramírez, Yolanda Delgado, José Brú, Carlos Bustos, Martha Cerda, Fernando de León, Elsa Levy, Pancho Madrigal, Gabriel Martín, Dante Medina, Rafael Medina, Godofredo Olivares, Alfredo T. Ortega, José Ruiz Mercado, Yolanda Zamora

978-84-15700-22-7

2014

266 páginas

15  €

domingo, 2 de marzo de 2014

Libros abiertos: La más cruel de las certezas, de Mario Pérez Antolín

Título: La más cruel de las Certezas

Autor: Mario Pérez Antolín
Género: Social
 
Año Copyright: 2013

Tras la sorpresa que causó Profanación del Poder (enero de 2011) y su éxito editorial (apareció inmediatamente antes del boom que sin duda se ha producido en nuestro país en los últimos dos años con el aforismo, avalado por un elogioso prólogo de Eugenio Trías y por una crítica unánimemente favorable), Mario Pérez Antolín nos ofrece ahora LA MÁS CRUEL DE LAS CERTEZAS, una nueva recopilación de aforismos, más acabada y rotunda, si cabe, que la primera entrega.

Poder, sexo, muerte, ética, estética, literatura, metafísica, sociología, psicología son materias que van reiterándose y alternándose hasta construir un cuerpo de pensamiento hermosamente expresado. Se dice que quien escribe bien es porque piensa bien. Y eso sucede en estos escritos de Mario Pérez Antolín. En sus más de medio millar de aforismos conviven textos de muy diferente factura, desde los abiertamente sentenciosos, pasando por microrelatos, prosas poéticas e incluso algún breve poema, hasta pequeñísimos ensayos que mantienen la unidad de estilo al abordar los temas a partir de la mínima unidad de expresión y sentido.

El libro preconiza un humanismo escéptico y complejo, manifiestamente impregnado de melancolía, que sin embargo no cae en el nihilismo por la certeza que se pone en la reivindicación, contra cualquier obstrucción, de la dignidad humana. Desde esta perspectiva, el hilo conductor de toda la composición es una apología del antipoder, frente a cualesquiera fe, moral o ideología que ponga en solfa esa dignidad. De modo que la ruptura de las falsas certezas se presenta como la única vía hacia un pensamiento emergentista y liberador, propósito último y fundamental de este libro.

En resumen, estamos ante una hermosa recopilación de aforismos, donde el pensamiento filosófico se destila en una expresión de alto valor literario y huye del lenguaje retórico y enrevesado que Walter Benjamin calificaba como la "jerga de rufianes" de los filósofos.
Como señala Victoria Camps en el Prólogo: "Entre la filosofía y la poesía, Pérez Antolín muestra con su escritura que el pensamiento es capaz de emocionar al dejar de ser ese discurso árido que sólo sabe enlazar abstracciones y nos distancia del mundo".