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viernes, 15 de abril de 2016

Entrevista a Francisco L. Pozo en ileon.com

Francisco L. Pozo: "Los poetas somos seres que podemos soportarlo todo"

Manuel Cuenya | 12/04/2016 - 11:45h.

El poeta y fotógrafo berciano Francisco L. Pozo, autor de 'Para ver nacer el cataclismo', está a la espera de que alguna editorial se interese por su nuevo poemario. Además, tiene previsto  ponerse a trabajar en otras ideas relacionadas con la poesía visual.




    
Francisco L. Pozo. Imagen de M. Cuenya
Francisco L. Pozo es un poeta y fotógrafo nacido en el Bierzo Alto, en concreto en Igüeña, una bella población rodeada de montañas, con un valle de Bubín bucólico e inspirador, lo que le ha influido de un modo decisivo. De madre berciana y padre jienense, los cuales  se conocieron en la Barcelona de los años 60; donde fue concebido este creador, cuenta que no llegó a ver la luz del Mediterráneo, pues sus padres no acababan de adaptarse a la vida en la gran ciudad y decidieron nacerlo en el Bierzo, "al calor del carbón, que reclamaba, por aquellos años de 1968, mucha mano de obra".
Cree que ese su primer viaje, aún nonato, marcó de algún modo, "tal vez poético", el devenir de su vida posterior, sin sentirse nunca plenamente habitante del lugar donde le ha ido tocando vivir. Confiesa asimismo que su infancia en el lugar de su nacimiento ha sido el período más feliz de su vida, "tal vez el único", matiza, en ese intento por mostrarnos, como hiciera el poeta Rilke, que la infancia es la única patria verdadera, en la que se forjan los sueños y las ilusiones. "Hasta los 14 años tuve la suerte de vivir rodeado de montañas, ríos y bosques, en un pueblo minero, de ganadería y agricultura de montaña, con todas las vivencias que eso supone, y que sí, de alguna manera han influido en mis poemas. Pero también todo el éxodo posterior", apostilla este autor berciano, que fue precisamente a partir de los 14 años cuando comenzó a interesarse por la literatura, sobre todo por la poesía, "casi exclusivamente", de modo que su primera etapa como lector de poesía la dedicó a clásicos como Bécquer, Neruda o los poetas de la Generación del 27.
Y a partir de ahí recuerda con emoción leer a Carlos Edmundo de Ory, así como a algunos poetas de la Generación del 50, quedando deslumbrado al descubrir la poesía de los novísimos. Su lista de poetas sería muy extensa, en todo caso, e incluiría asimismo a grandes poetas como Juan Gelman, Olvido García Valdés, Clara Janés, Chantal Maillard, y muchos otros; "pero los poetas que más me han emocionado han sido César Vallejo, Pedro Casariego Córdoba, Miguel Suárez, Paul Celán o Ted Hughes", señala este apasionado de la naturaleza, de su tierra, de lo ancestral, "la inefable intrahistoria de nuestros ancestros del noroeste, desde la época oscura de los celtas hasta los tiempos más cercanos de hombres como el Tío Perruca, aquel rudo igüeñés que se abrazó a un oso 'para bailar o para matarse'", de ese Noroeste mágico y literario, que tanto inspirara, entre otros, al gran Antonio Pereira. "Hace mil años todo era noroeste", escribe Francisco en su poemario, 'Para ver nacer el cataclismo' (Baile del Sol, 2015), cuyo título nos predispone a adentrarnos en la tragedia y la desolación. "Hace referencia a un cataclismo interior, íntimo, sentimental, en el que sí cabe la desolación y se intuye la tragedia", reflexiona el autor, para quien este libro es un intento de poner fin a un viaje de ida interrumpido y así poder iniciar el viaje de vuelta. "Un viaje en el que hay varios paisajes tanto físicos como sentimentales: el Bierzo más rural de mi infancia, la juventud en el Madrid de los 90, y años más tarde de nuevo regreso al Bierzo de la burbuja inmobiliaria y la crisis a partir de 2008, económica, laboral y lo peor, sentimental: la muerte de mi hermano Antonio, mi separación y divorcio...etc.  La mayoría de los poemas están escritos por 'un hombre solo', en el silencio de una casa vacía, acaso roto por 'el murmullo hiriente del frigorífico'; un hombre solo que ve desde su ventana, afuera, 'más casas vacías' con más seres silenciosos y aturdidos en mitad del espejismo de una idílica 'llanura' -un descampado en realidad-, y al fondo, la ciudad de 'las puertas frías', con  su centro comercial y sus 'días del engaño'. Y más allá, ese hombre solo, ve desde su ventana, unas montañas que le esperan... 'para ver nacer el cataclismo'". La escritura, la poesía, en su caso, como un modo de ahuyentar los malos espíritus, para que no se cumplan sus miedos. Bajo esa idea están escritos, según él, los poemas que configuran este revelador libro, "escritos con el miedo de saber, y a la vez con la valentía de aceptar, que ocurrirá lo que ha de ocurrir". Una idea que ha extraído recientemente a partir de la lectura de la poeta argentina Alejandra Pizarnik: "escribo para que no suceda lo que temo".
"'Para ver nacer el cataclismo' es un viaje en el que hay varios paisajes tanto físicos como sentimentales: el Bierzo más rural de mi infancia, la juventud en el Madrid de los 90, y años más tarde de nuevo regreso al Bierzo de la burbuja inmobiliaria y la crisis a partir de 2008, económica, laboral y lo peor, sentimental: la muerte de mi hermano Antonio, mi separación y divorcio...etc."
La poesía, un modo de espantar los miedos
Deslumbrado por las primeras lecturas de Ory, Vallejo o Lepoldo María Panero, Francisco publicó su ópera prima, 'Espelunca', que recogía poemas de juventud. Se trata de "un trabajo muy digno", que apenas llegó a distribuir, si bien recuerda con mucho cariño una entrevista telefónica que le hicieran en un programa de Radio 3, pionero en el mundo de la poesía, en una época en la que decidiera irse a Madrid para cursar estudios de Periodismo, aunque finalmente no fuera muy perseverante ni en esta carrera ni en la poesía, hasta que años más tarde surgiera 'Para ver nacer el cataclismo'. En todo caso, se considera poeta desde que tiene conciencia, porque ser poeta, "más allá del valor artístico de la literatura y de los éxitos literarios", representa un modo de estar en el mundo, "lo que no tengo tan claro es si esta manera de afrontar el mundo le sirve de algo al propio mundo en el que vivimos", precisa este poeta, que entiende la escritura creativa como una actividad vital, como lo son otras artes: la pintura, la música... Y que "un poeta lo puede soportar todo", como dijera el propio escritor Roberto Bolaño, al que cita Francisco en su 'Para ver nacer cataclismo'.
"Creo que sí, que los poetas somos seres que podemos soportarlo todo  -¡menos a otros poetas! (esto lo escribo con humor)-, aunque de la misma manera también somos seres extraños, aquejados casi siempre de indefinidas fragilidades y melancolías que a veces no nos dejan vivir". Así se expresa este fotógrafo, poeta visual y aficionado al diseño gráfico, que encuentra una íntima relación entre la fotografía y la poesía, de modo que a menudo podemos ver, en su opinión, un poema como si se tratara de una foto, y, del mismo modo, captamos la poesía contenida en muchas fotografías. "No obstante he de aclarar que hoy por hoy el único proyecto artístico que me interesa es el poético, siendo la fotografía una actividad que no va más allá del pasatiempo y de una manera de relacionarme en las redes sociales -Facebook, Instagram, etc.-, y aunque continúo ávido de contemplar y captar imágenes, no tengo un proyecto artístico concreto".
"Aunque desde mi eremitismo berciano veo con envidia sana los múltiples y diversos eventos literarios que se realizan en la capital de la provincia, también me temo que en general el bosque impide ver los árboles"
Subraya Francisco que, si bien ha habido y hay grandes literatos y artistas en general en la provincia de León, conviene seguir trabajando para que León sea de verdad una referencia cultural importante y no una frase hecha. Desde su perspectiva de lector errático, cree que, tanto en el Bierzo como  en el resto de León, se está escribiendo muy buena poesía. Además de los consagrados Gamoneda, Colinas o Mestre-,  señala a poetas como Luis Miguel Rabanal, Carmen Busmayor, Sara Otero, y por cercanía berciana, a Ester Folgueral, Fermín López Costero, Antonio Cubelos o Amparo Carballo. "Si hablamos de Literatura en el sentido de la farándula y el ambiente literario -no soy asiduo a estos fastos-, y aunque desde mi eremitismo berciano veo con envidia sana los múltiples y diversos eventos literarios que se realizan en la capital de la provincia, también me temo que en general el bosque impide ver los árboles; en el otro extremo, en el Bierzo, la actividad cultural y literaria es casi nula, por no decir inexistente, aquí los escritores somos hijos del yermo", especifica Francisco Pozo, quien ya tiene nuevo poemario, porque, aunque publicara su 'Para ver nacer el cataclismo' en agosto del pasado año, ya lo había finalizado en 2012, lo que le ha permitido darle forma a su nuevo poemario. Ahora espera que alguna editorial se interese por su obra. Además, tiene previsto  ponerse a trabajar en otras ideas relacionadas con la poesía visual.
Entrevista breve a Francisco L. Pozo

"La vida es más que la literatura, aunque la literatura es la vida"

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?
Como es obvio, los libros han estado siempre muy presentes a lo largo de mi vida, más allá incluso del hecho de haberme diplomado en Biblioteconomía y Documentación, disciplina en la que, por cierto, no he tenido la suerte de desarrollarme profesionalmente.
Ya desde muy joven fui conformando mi biblioteca, sobre todo con libros de poesía.

Es a estos libros adonde acudo regularmente; por ejemplo al de la poeta italiana Antonia Pozzi, desconocida durante mucho tiempo, cuya poesía sencilla me emociona mucho, e incluida a su vez en otro libro que poseo como un tesoro: la 'Antología de poetas suicidas', de Fugaz Ediciones. Y del género narrativo citaría una de las pocas novelas que leído varias veces, 'El claro de los trece perros', de Jorge Márquez, libro muy original y al que también le tengo un cariño especial.
Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).
La vida es más que la literatura, aunque la literatura es la vida. Así que elijo a las personas antes que a los personajes. Pero a las personas sin historia; aunque probablemente estas se acaban convirtiendo en los grandes personajes de la historia de la literatura.
Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).
Posiblemente haya muchos, en general no me interesan los lugares comunes de lo lírico y el solipsismo sentimental, no me gustan nada los términos "escribir poesías"; prefiero centrarme en aquellos autores que me emocionan con un uso más arriesgado del lenguaje y que intentan que el poema sea lo que es, una obra de arte hecha con palabras que construye su propia realidad -lo dice Gamoneda-, no yo.
Un rasgo que defina tu personalidad.
Eso sería mejor que alguien lo contestara por mí, pero diría que tengo cierto "don de gentes". Pero en general, me desconozco mucho, por eso escribo poemas. Añadiría que intento sobre todo ser bueno, a la manera de Machado.
¿Qué cualidad prefieres en una persona?
La honradez y que también intente ser todo lo buena que pueda.
¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?
La política actual me aburre y me decepciona cada vez más. Admito que no debe ser fácil ser político hoy por hoy en el mundo y creo que estamos al final del modelo capitalista actual, pero sin tener idea de cómo ha de ser lo que venga. A la sociedad la veo estancada en lo humano, ciega, triste, esclava de la tecnología y del mal. Necesitamos urgentemente un cambio de paradigma: la dictadura del bien, el advenimiento de una nueva humanidad, que deba ser el germen de aquella que colonice finalmente el universo.
¿Qué es lo que más te divierte en la vida?
En general valoro mucho el buen humor, la comicidad. Pasear por el monte, bailar y sentir la música, conversar con la inteligencia... Pero lo más divertido es ser libre, aunque "sólo sea para decidir las cosas que no importan" (Carlos Barral).
¿Por qué escribes?
Porque no tengo sueños realizables. Para reírme del no amor. Para vengarme de Dios. Para que mi hijo sea inmortal.
¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?
Uso sobre todo Facebook e Instagram. Tienen su lado bueno, por supuesto, pero son una trampa, por eso se llaman redes. La literatura y la poesía del futuro sin duda la escribirán las máquinas, pero aún deberíamos pasar más tiempo con los libros de papel. Aunque solo fuera una excusa para plantar más árboles.
¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?
Tal vez por mi formación en Biblioteconomía soy muy dispersivo; aunque ya desde siempre me ha interesado todo: la naturaleza, la ciencia, las matemáticas, la criptografía, los visigodos, las hormigas, la pornografía, mis miedos. Me apasiona codificar poéticamente todo este maremágnum que nos concierne. Es por eso que acudo mucho a lecturas técnicas, ensayos, la historia. Cualquier cosa menos los lugares comunes. No soporto los lugares comunes.
¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?
Después de ese largo periodo huido de la poesía, en 2009 puse en funcionamiento el blog http://poesiamovimientoperpetuo.blogspot.com.es, como un intento de ponerme al día de la actualidad poética. Lo mantuve durante un tiempo, y aunque que creo que los blogs siguen siendo una buena herramienta literaria, finalmente, y aunque me costó adaptarme a Facebook, creo que es la manera más cómoda de interactuar con otros poetas.
Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.
(Escribe, lee), vive y deja vivir.

jueves, 14 de enero de 2016

Bailando con Francisco L. Pozo: "Uno de los posibles leitmotivs del libro podría ser ese amor por las palabras inservibles".

Baile del Sol.- Para ver nacer el cataclismo es un poemario reunido tras muchos años de silencio poético, ¿por qué te decidiste a publicarlo?

Francisco L. Pozo.- Fue a partir de la muerte de mi hermano Antonio en 2007 cuando volví a sentir la necesidad  de escribir y leer poesía - casi 20 años después de haber sido el poeta adolescente que escribiera el librito Espelunca. Fue un proceso lento, sin prisa, íntimo, en solitario, sin apenas comunicación e intercambio con otros poetas. En 2009 puse en marcha mi ya extinto blog http://poesiamovimientoperpetuo.blogspot.com, precisamente con la idea de retomar el contacto perdido con la multidiversa comarca poética; mucho más tarde llegaría Facebook.
Solo hacia 2010 la escritura y reescritura de nuevos y viejos poemas fueron tomando forma de libro, y es a finales de 2012 cuando doy por finalizado todo este regreso al futuro, este ca- cami -caminar del camaleón por  la delgadísima  rama de la poesía, planteándome su publicación con el título de Para ver nacer el cataclismo.
En resumen, creo que el motivo de querer publicar un libro debiera ser siempre el de ponerse a escribir otro; en mi caso, Para ver nacer el cataclismo, ha significado el retorno a la casilla salida de un viaje interrumpido, el amor inútil pero eterno por las palabras inservibles, y el deseo de perseverar tan, tan despacito.
 Y es aquí y siempre cuando debo agradecer enormemente a Baile del Sol, la apuesta por publicar a un poeta joven de casi 50 años, oculto, desconocido y de errática - en todos los significados posibles-, trayectoria.

 BdS.- Los poemas nos acercan también de alguna manera a ese silencio y a un espacio natural muy íntimo y particular, ¿no es así?

FLP.- He de aclarar que si bien fue la muerte tan joven de mi querido hermano la que provocó -tal vez -, mi regreso a la escritura, Para ver nacer el cataclismo no se tata de un libro elegiaco; aunque dedico una parte del libro a su memoria, solo un par de poemas le mencionan y únicamente  en mis poemas más recientes he podido abordar poéticamente su recuerdo.
Lo que intento en el poemario es cerrar un círculo, un viaje de ida y vuelta a través de varios paisajes tanto físicos como sentimentales: el Bierzo más rural de mi infancia, la juventud en el Madrid de los 90, y años más tarde de nuevo regreso al Bierzo de la burbuja inmobiliaria y la crisis a partir de 2008, económica, laboral y lo peor, sentimental: la muerte de Antonio, mi separación y divorcio, etc.
Y sí, la mayoría de los poemas están escritos por un hombre solo, en el silencio de una casa vacía, acaso roto por el murmullo hiriente del frigorífico; un hombre solo que ve desde su ventana, afuera, más casas vacías con más seres silenciosos y aturdidos en mitad del espejismo de una idílica llanura - un descampado en realidad-, y al fondo, la ciudad de las puertas frías, con  su centro comercial y sus días del engaño. Y más allá, ese hombre solo, ve desde su ventana, unas montañas que le esperan...para ver nacer el cataclismo.
  
BdS.- Se observa una intención de precisión lingüística y hasta podríamos decir de recuperación del lenguaje, ¿qué intención tienes en este sentido?

FLP.- Efectivamente, uno de los posibles leitmotivs del libro podría ser ese amor por las palabras inservibles. Creo que lo único que posee el poeta es el lenguaje, las palabras, Y puede poseerlas todas. No sólo las ultralíricas. En los poemas del Cataclismo las hay ancestrales, científicas, inventadas, imposibles...Típula o invernía pueden ser tan poéticas como gargajo, felpudo o chundachunda...Bueno, en realidad debí escribir esto último a la viceversa.
Y a esto me refiero, a retorcer el lenguaje, a jugar con las palabras, a comérselas, Ellas son nuestro único alimento...



BdS.- Llama también la atención el hecho de que los poemas terminen con comas en lugar de puntos, ¿podríamos hablar de un único poema?

FLP.- Creo que no exactamente. Como decía anteriormente, Para ver nacer el cataclismo es un intento de resumir diferentes tiempos y espacios; el poemario está divido en cuatro partes, subdivididas a su vez en diferentes agrupaciones de poemas, enmarcados por un poema de inicio y otro final muy similares; estos dos poemas de apertura y cierre, la - prácticamente- ausencia de títulos o numeración de los poemas, y el uso de la coma como única puntuación, además de ir al final de cada último verso, son recursos visuales que creo ayudan a reforzar ese aspecto circular del libro. Y a crear esa sensación de un único poema.

BdS.- Encontramos algunos poemas en prosa que cuentan pequeñas historias, casi como microrrelatos que, sin embargo, parecen conservar el ritmo interior de la poesía, ¿hay alguna diferencia entre ellos y el resto, escrito en verso?

FLP.- Creo únicamente reconocer como microrrelato el poema del pacto de Pulgarcito con la bruja, que a su vez es, posiblemente, el poema más dispar de todo el libro.
Esos otros poemas en prosa que a los que te refieres, los que conforman la serie titulada No Estás Aquí Para Siempre, fueron escritos inicialmente en verso, y finalmente adquirieron ese aspecto de texto en prosa. Esos poemas, excepto tres, son los poemas más antiguos, escritos justo antes de iniciar ese largo silencio del que ya he hablado. Han conservado su música original pero por el camino perdieron su dibujo en verso.


"Y a esto me refiero, a retorcer el lenguaje, a jugar con las palabras, a comérselas, Ellas son nuestro único alimento..."



 BdS.- Roberto Bolaño, Chantal Maillard o María Zambrano son nombres mencionados en tu poemario. Háblanos de tus referentes literarios.

FLP.- Excepto las citas que abren el libro - el verso de Philip Lamantia y las canciones de Foo Fighters y Kasabian-, el resto de citas están agrupadas en la breve serie de poemas titulada Citaródica. Es ahí donde aparecen los autores que nombras, además de Carlos Barral y Vítor Manuel de Aguilar e Silva. El hallazgo casual de estas citas, -el verso de Chantal Maillard me parece sublime, bestial-, me permitió en los poemas de Citaródica jugar con los textos y versos de estos autores, en una especie de diálogo íntertextual y metaliterario, que creo explica muy bien el espíritu de mi propio libro y el modo de escribir estos poemas del Cataclismo.
Aunque - por supuestísimo-, admiro a estos autores, si hablamos de referentes literarios tendría que nombrarte a otros poetas. Tal vez: César Vallejo, Carlos Edmundo de Ory, Pedro Casariego Córdoba, Miguel Suárez, Juan Gelmán, Clara Janés, Paul Celán, Ted Hughes,...


BdS.- También te interesa la fotografía, el diseño gráfico y la poesía visual, ¿qué encuentras en estos diferentes lenguajes artísticos?

FLP.- Hoy por hoy el único proyecto artístico que me interesa es el de seguir escribiendo poesía.
Sí que es verdad que la fotografía y el diseño gráfico me han atraído desde siempre, pero  aparte de leves intentos, nunca ha llegado a cuajar un proyecto serio ni laboral ni artístico en este sentido.
No obstante creo que, en lo referente a la poesía y el lenguaje poético, se avecina un cambio profundo -tal vez un cataclismo-, que de alguna manera involucre definitivamente a estos diferentes lenguajes artísticos en uno solo y nuevo.
Sea como fuere, yo siempre he entendido la poesía como algo visual, y en algunos de los poemas del libro se ve perfectamente ese intento gráfico. De hecho, toda mi producción posterior al libro -que permanece inédita-, y los poemas que escribo en la actualidad van en esa dirección. Ya veremos a dónde llegan, si es que llegan a algún sitio.

 BdS.- ¿Es útil la poesía para ver nacer el cataclismo?

FLP.- Precisamente útil, junto con el de sagrada, son los adjetivos que a mí, personalmente más me  cuesta utilizar en cualquier intento de definir la Poesía.
En mi caso, y supongo que como le ocurre a la mayoría de los poetas, el acto de escribir poemas se presenta como una necesidad casi primaria, que tal vez tenga su origen en algún desajuste mental.
Sea como sea, espero que, llegue cuando llegue por fin el cataclismo, al menos me pille con un libro de poemas entre las manos.

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