sábado, 26 de mayo de 2018

Reseña de ÍNDICE DE INGRÁVIDOS, de Sergio Artero en El blog de mis poetas


Sergio Artero




ÍNDICE DE INGRÁVIDOS


Nadie se engañe ante la inicial apariencia surreal de este poemario, pues tras ese derroche de versatilidad lingüística, que por otra parte da cuerpo a la contundencia del mensaje que desea transmitir, “Índice de ingrávidos” encierra, bajo un discurso apocalíptico y desesperado, el deseo de concretar determinadas seguridades, que templen el espíritu humano, zarandeado por avatares y dioses, siempre ajenos en sus deseos, a los terrestres y grávidos, que conforman la sensibilidad humana.
La temática del poemario, no obstante, discurre por la fatalidad a veces inconsolable, en la que la belleza reside en los propios poemas que materializándose a modo de mensaje bíblico, relatan la decrepitud de la civilización, incapaz de afrontar sus retos sociales.
Con todo ello, el autor, en acto noble autocrítico, advierte que los propios poemas son “una pecera para tiburones que corre el riesgo de carecer de sentido.”
Ante tal afirmación, ante el propio Enoch bíblico, (minimizado en sus apariciones con la e inicial en minúscula), ante los demás protagonistas o pilares básicos del épico relato, como el cometa 55P/Tempel-Tuttle, David Bowie, los Vigilantes, (estos sí, siempre con mayúscula, como estando al mando de fatales decisiones universales), cabe al lector llegar a encontrar el verdadero sentido de la obra, que subyace quizá en la fatal desesperación del desarrapado, emigrante exiliado de cualquier tierra y patria, zarandeado por un sistema global deshumanizado.
Él es la víctima que no puede defenderse a sí mismo, al que sólo le salva su elevación, su inmaterialización ingrávida, que le lleva a paraísos, negados a su desterrada corporalidad.
Paraísos, que por otra parte aparecen, a su vez, carentes de sensibilidad, delatando la contradicción entre lo terreno y grávido, de lo que se quiere escapar y la levedad insoportable de la soledad cósmica ingrávida, carente de humanidad.
“Índice de ingravidos” es pues, un poemario que define y consolida la línea seguida por Sergio Artero, que aquí alcanza niveles superiores de transmisión literaria, en los que el lector percibirá una catarata fresca y tumultuosa de contenidos a reordenar, de forma que cada relectura sea una nueva interpretación del mensaje que subyace en sus textos, igual que cada nueva audición de una obra maestra musical, nos desvela registros atrayentes en los que antes no habíamos reparado.
Por si fuera poco, Sergio Artero, en contra de lo supuesto tras esa línea desaforada y apocalíptica apuntada, en la que la obra se desarrolla; hace un resumen final de citas, donde declara variados nombres propios de otros autores que inspiraron los diversos pasajes explicitados en cada poema.
Para mayor abundancia, como si el autor no quisiera dejar ni un cable suelto, remata todo el encadenamiento de sentencias apasionadas, con una loable interpretación aclaratoria del cómo y el porqué de la obra.
Si además de leerlo, podemos disfrutar en alguna ocasión de la puesta en escena apasionada que el autor realiza, con medios sencillos y tiernamente suficientes, llegaremos a la conclusión de que Sergio Artero está ya en el estado de madurez donde los poetas no solamente son capaces de contar de algún modo lo que sienten con intensidad, sino de conseguir que los que están al otro lado escuchando o leyendo, puedan conectar con su mensaje, reinterpretarlo, degustarlo y compartirlo con el poeta.
Por eso, desde aquí, le agradezco este regalo que transmite y cala en el ser sensible y le doy mi más sincera enhorabuena.

Norberto García Hernanz


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