viernes, 17 de febrero de 2012

STONER, de John Williams





Si hay algo que últimamente me molesta sobremanera es la literatura pretenciosa, y están los anaqueles a rebosar de autores de tres al cuarto que se creen muy listos y que piensan haber dado con la fórmula secreta de la Coca-Cola. Siento deciros que ya estaba todo inventado antes, amigos, que algún listillo ya tuvo vuestra genial idea el siglo pasado. El caso es que me irrita el mero hecho de que un autor,cuya supuesta superioridad nadie atisba a ver, le hable al lector desde un pedestal. Es como si quisiera aleccionarte acerca de algo que solo su mente privilegiada puede aprehender, y luego te pones a leer su gran obra maestra y te das cuenta de que no es más que un bodrio, de que ese tipo no tiene nada que contarte y se divierte a tomarte el pelo con sus jueguecitos literarios. ¿Qué es lo que queréis enseñarnos? ¿De qué vais, tíos? Digo todo esto para enlazar con un libro honesto y bien escrito que es justamente todo lo contrario: Stoner, de John Williams. Como dice Tom Hanks en la contracubierta, "Se trata simplemente de una novela sobre un tipo que va a la universidad y se convierte en un maestro, pero es una de las cosas más fascinantes que he encontrado". No puedo estar más de acuerdo, pues se trata de una novela al más puro estilo americano (véase Sherwood Anderson), narrada con un ritmo ágil y directo y con pasajes absolutamente magistrales. Vila-matas escribió en El País que "Sorprende que Stoner, siendo la obra maestra que es, haya podido ser ignorada durante tanto tiempo". A mí me sorprende más bien que eso lo diga Vila-matas, aunque prefiero obviar este tema. El protagonista es un hombre cualquiera, un tipo normal y corriente que vive un matrimonio de cartón y que sucumbe ante todos los convencionalismos de la vida. Su aventura amorosa con Katherine Driscoll, profesora mucho más joven que él, es sin duda uno de los puntos fuertes de la historia, el grito de rebelión que el lector esperaba ansioso, el giro que le da potencia a la narración y donde la novela alcanza una profundidad absolutamente encomiable. No sé si se puede considerar una obra maestra en toda regla, pero Stoner es un libro de primerísimo orden, una lectura obligatoria para todos los que gusten de la buena literatura comprometida con la escritura sencilla y emotiva. Aquí va un fragmento de muestra:


"Pero ante William Stoner el futuro era brillante, cierto e inalterable. Lo veía no como un flujo de eventos, cambio y potencialidad, sino como un territorio que se extendía ante él a la espera de ser explorado. Lo comparaba con la gran biblioteca de la universidad, a la que podían adosarse nuevas galerías, añadirse libros nuevos y retirarse los viejos, sin que su genuina naturaleza se alterase nunca en lo esencial. Veía su futuro en la institución con la que se había comprometido y a la que tan imperfectamente había comprendido. No se concebía a sí mismo cambiando en ese futuro, pero veía el futuro mismo como el instrumento de ese cambio más que como su objeto" (pág.: 28).

Si queréis un consejo, olvidaos por un momento de los nocilleros e intentad haceros con este libro. Vais a estar un buen rato a merced de la literatura auténtica. 

2 comentarios:

  1. muy de acuerdo, Tito. Una gran novela, un gran acierto publicarla. Pero el lado travieso me empuja a pedirte que desarrolles justamente eso que prefieres obviar...
    ... y el lado sensato a señalar que si conocemos el libro es en gran medida gracias a Vila-matas: por desgracia, los aciertos de los editores en la elección de títulos no bastan para que luego se lean.

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    1. hola jesús,
      creo que te equivocas al hacerme a mí partícipe de esta reseña. al final de la entrada viene el enlace del blog de donde sacamos esta reseña: http://www.francescospinoglio.com/2012/02/stoner-de-john-williams.html

      y ciertamente no depende solo del que editor encuentre una gran obra, sino de que caiga en suerte y sea reseñado por alguien como vila-matas o todo los otros que antes y después lo han hecho. no sé si sabrás que para que esto ocurra, se ha hecho una campaña de envío gigante a críticos y a la prensa especializada, y en este caso específico, se ha contratado a un gabinete únicamente para esta obra. otra cosa, es que esos críticos o medios cedan sus espacios para reseñar la obra.
      lo que sí te puedo decir, que para una editora como la nuestra, lo que no podemos es pagar espacios publicitarios. solo los "grandes" tienen capacidad para ello.
      y esto es solo para el caso de que un libro se "compre", lo de que luego se "lea" ya es casi imposible controlar por el editor.

      tito expósito

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