jueves, 14 de julio de 2011

De cómo Gregorio Morel desapareció en París


Rosa Petulia Martínez, una escritora navarra afincada en Zaragoza desde los cinco años, publica ‘Sobrevivir en Comala’ (Baile del Sol), donde rinde homenaje a Rulfo, Roberto Bolaño, Vila-Matas y Arthur Conan Doyle.

ANTÓN CASTRO. ZARAGOZA
¿Cómo se fue fraguando ‘Sobrevivir en Comala’ (Baile del Sol. Tenerife, 2011), cuál fue la idea de partida?

Desde que era niña me impresionó de forma muy viva una historia de mi familia de la que tengo varias versiones. Es la historia “semi-real” de mi bisabuelo que fue acusado de asesinar a un compañero suyo cuando trabajaban en una mina de Asturias. Parece ser que el asesino pudo haber sido su propio hermano aunque lo más probable es que fuera un accidente de los muchos que sucedían en las minas franquistas por falta de seguridad, y exceso de horas de trabajo. Entre los años 40 y 50 se estima que murieron más de 1500 mineros.

Esa historia también aparece en el libro en varios retrocesos al pasado.


Sí. Mi bisabuelo se volvió loco debido a que había sido siempre un escrupuloso cumplidor de la ley –humana y divina- y no pudo soportar que lo acusaran de un crimen que, realmente, él no cometió.

¿Qué ocurrió luego?

Cuando lo exculparon poco después y salió de la cárcel regresó a casa un tiempo –a una aldea cercana a Ribadavia de donde procedía- pero ya completamente extraviado. Su locura le hacía irse de un pueblo a otro y regresar cada tanto tiempo con una nueva identidad; cada año volvía a casa con una identidad diferente y así hasta que un día ya no regresó más. Luego encontraron su cuerpo y hoy sus cenizas están en el cementerio de Ribadavia que aparece también en la novela por la terrible inscripción que aparece en su puerta de entrada: “Sed justos o temblad”.

El relato en sí mismo es ya toda una novela o encarna una idea de lo literario.

Esta historia es especialmente representativa para mí de lo que es la literatura ya que es una historia que yo no he vivido, que me han contado, y de la que tengo varias versiones como si realmente fuera desde el inicio una historia de ficción. ‘Sobrevivir a Comala’ comienza precisamente con un “A mí me contaron” para dejar claro lo que es para mí la literatura: algo muy cercano a la Literatura oral, a la fuente de la Literatura.

Como para Juan Rulfo, que realiza una gran elaboración del lenguaje literario a partir del lenguaje oral…

Creo que para Rulfo, el gran homenajeado en la novela desde el título, la literatura es también eso, algo sencillo, que nace en las aldeas, en los rumores nocturnos de las gentes humildes, en sus historias que les hacen inmortales aún en su anonimia. Desde mi punto de vista la experiencia del escritor debe ser un viaje en busca a su propia Comala, ese lugar no habitado por seres reales sino por rumores, ecos, risas, experiencias vividas que conforman el imaginario del escritor. Una vez encontrado ese lugar hay que aprender que ya no se puede escapar de ahí y por eso la novela habla de Sobrevivir a Comala porque una vez en Comala –en la Comala particular de cada escritor: aquí París- el problema es que, como ocurre en la novela Pedro Páramo, una vez allí, pasamos a ser fantasmas como aquellos que pueblan nuestro mundo de ficción que es lo que hace decir a Juan Preciado, protagonista de Pedro Páramo “Vine a Comala porque me dijeron…”

Su novela habla de una desaparición: la del poeta Gregorio Morel, que escribe una novela secreta: ‘Sobrevivir a Comala’. 

El escritor siempre está expuesto al riesgo de desaparecer completamente en su afán por ser un verdadero escritor. Decía Maurice Blanchot que uno puede escribir sin preguntarse por qué escribe o qué es ser escritor pero que si se quiere llegar hasta el final en la experiencia literaria hay que hacerse esta pregunta. ‘Sobrevivir a Comala’ es mi respuesta a esta pregunta. Surge por lo tanto como experiencia, como reflexión y como obra unida a la reflexión sobre la literatura.



¿Cómo le ha marcado Maurice Blanchot? También es un escritor muy literario. Pienso en Thomas el Oscuro.


La novela surgió a partir de mi propia búsqueda literaria acentuada en los últimos años por la elaboración de mi tesis doctoral que analizaba el difícil y oscuro pensamiento de Maurice Blanchot. Una de las cosas que aprendí de esta larga aventura con el teórico literario y pensador francés es que hay otra forma de racionalidad que la cartesiana, lo que Blanchot expresa con su famoso “Pienso, luego no existo” que aparece precisamente en la novela ‘Thomas el Oscuro’. Por eso a Blanchot, y eso es lo que más me ha enseñado, le interesan los personajes marginados y marginales, malditos si se quiere y, en cualquier caso, obligados por la Ley a guardar silencio o a desaparecer: Sade, Hölderlin, Kafka, Artaud, Lowry La Ley puede ser la propia razón, como en el caso de Hölderlin o de Artaud; puede ser el alcohol o las drogas como en los casos respectivamente de Lowry o de Michaux; puede ser la ley de la comunidad ético-política como en el caso de Sade pero, en cualquier caso, el escritor siempre está fuera de la Ley y la experiencia del escritor se convierte así en una experiencia-límite, que es una experiencia de esas de las que a veces uno no puede regresar para contarla…


Me ha llamado la atención el estilo: literario, referencial, a veces barroco... ¿Cómo lo define usted?

Es literario y, sí, a veces quizás peco de exceso de referencias literarias pero es que la novela, al ser en cierto modo un homenaje a la Literatura, me llevó a ello. En el fondo de todo lo que escribo está la poesía. Creo que la poesía es la brizna inicial que hace arder una historia, su enigma, su sentido oculto y creo que ella está muy presente en mi estilo.



El libro tiene muchas reflexiones sobre el arte de escribir, la obsesión de la escritura, la suplantación de personalidad, el plagio.

En esta novela aparecen, de hecho, mis dos obsesiones: la escritura y la locura. También está el tema del doble, del desdoblamiento de personalidad. A mí me fascina el William Wilson del relato homónimo de Poe.

Los personajes parecen desdoblarse entre: los jóvenes escritores Roberto Marcos y Xavier Reixach que rastrean al desaparecido Gregorio Morel…

Sin adelantar nada de la trama final de la novela, algo de eso ocurre en un momento dado con el personaje de Roberto Marcos, en principio un personaje secundario, pero que se irá desvelando como la clave de toda la narración. Por último, el tema del plagio hace referencia también a una idea muy postmoderna: la de que ya no hay un escritor sino que la escritura es un texto anónimo y comunitario de manera que los nuevos escritores se limitan o bien a anotar o a escribir en forma de Palimpsesto lo ya escrito o a plagiar directamente lo que han escrito otros.

Bueno, eso pudo ocurrir en la realidad, y lo cuenta en la novela, con Arthur Conan Doyle y Fletcher… 
Se trata de una hipótesis de algunos biógrafos según la cual El Perro de Baskerville fue creación de un amigo de Conan Doyle: Bretram Fletcher. Para que no se descubriera el plagio la leyenda dice que Conan Doyle envenenó a su amigo con láudano y, jugando un poco más con la idea de la suplantación de la personalidad de su amigo, poco después se casaría con su mujer. Esta historia la contará Roberto Marcos a Xavier Reixach, que investiga con él la desaparición de Gregorio Morel, como una pista que debería conducirle a descifrar la verdad oculta tras dicha desaparición. 

lunes, 11 de julio de 2011

Antonio Orihuela en "La Poesía vuelve a enfadarse"



En este artículo sobre poesía crítica aparecido en Público el pasado 20 de junio, se habla sobre Antonio Orihuela y su palabra.

viernes, 8 de julio de 2011

Stoner, por John Williams


Editorial Baile del Sol. 242 páginas. 1ª edición de 1965, ésta de 2010.

La novela Stoner ha sido redescubierta hace unos pocos años en Estados Unidos, dando pie a encendidos elogios: “Un retrato magistral de un hombre virtuoso y verdadero” (The New Yorker) o “El mejor libro que he leído en 2007 fueStoner de John Williams. Es quizás el mejor libro que he leído en años” (Stephen Elliott,The Believer).

En España se ha hecho con los derechos Baile del Sol, y conseguir esto para una editorial pequeña, con poca capacidad para realizar adelantos o pujas por derechos, debe ser entendido como todo un triunfo de la perseverancia y el olfato. En la pasado feria del libro pude oír la historia –una historia que tiene que ver con la admiración hacia la obra de la escritora francesa Anna Gavalda- acerca de la adquisición de los derechos para España de Stoner de boca de sus editores. Y pude comprobar cómo muchas de las personas que se acercaba hasta la caseta 198 –la de Baile del Sol- lo hacían buscando directamente esta novela, de la que se había colocado en la caseta un cartel de la portada casi de tamaño humano.

Semanas antes me agradó poder enviar un correo a los editores (que son los de mis libros) para comentarles que en la FNAC de Callao, en Madrid, había visto, más de medio año después de que la novela fuese editada, varias pilas de “Stoners” en la sección de novedades y en las mesas expositoras. Lo que me pareció todo un logro para esta pequeña editorial que tiene su sede en Tenerife.

¿Y por qué venían los lectores a la caseta 198 en busca de este libro y en la FNAC se habían decidido a colocar en las novedades toda una montaña de ejemplares, como si se tratase de una novela de otra editorial con muchos más medios? La respuesta es simple: sin que haya ocurrido de un modo apabullante, sino más bien como un lento goteo secreto, Stoner ha estado recibiendo muy buenas críticas en prensa. Y quizás el espaldarazo definitivo se lo hayan dado los elogios de Luis Antonio de Villena: “quiero recomendarles una estupenda y a la par muy sencilla novela de un escritor norteamericano del que yo sólo he sabido hace muy poco” (ver AQUÍ), y, quizás, sobre todo las encendidas palabras de Rodrigo Fresán, siempre interesado en la literatura norteamericana, y del que no recordada tanto entusiasmo para recomendar un libro. Así empieza Fresán su reseña de una página en el ABC Cultural: “Stoner es una obra maestra. Y punto”, y un poco más abajo escribe: “Repitan y tomen nota en sus cuadernos:Stoner… es… una… obra… maestra…” (ver AQUÍ).

¿Y qué tiene esta novela de 1965 de un escritor desconocido en España para que levante tantas pasiones?

John Williams (Texas, 1922- Arkansas,1994) escribió 4 novelas y Stoner es la tercera de ellas, y al igual que el protagonista de este libro también fue profesor universitario en Columbia.

Williams Stoner nace en 1891, en una pequeña granja de Missouri, y su padre, tras escuchar a un representante del condado, le propone acudir 4 años a la universidad para estudiar en la Facultad de Agricultura y poder así desenvolverse mejor como granjero en el futuro. Stoner acude a la universidad y allí, durante su segundo año sufre una transformación: ocurrirá durante una clase que sus estudios comparten con otros: Lengua Inglesa impartida por el profesor Sloane. Stoner abandona sus estudios de Agricultura y durante los siguientes 2 años estudiará Lengua Inglesa y Literatura. “Tomó conciencia de sí mismo como nunca antes” (página 19).
“No tenía amigos, y por primera vez en su vida era consciente de su soledad. (…) Tristán e Isolda la Justa, desfilaban ante él; Paolo y Francesca giraban en la ardiente oscuridad; Helena y el brillante Paris, con la amargura en sus rostros por las consecuencias de sus actos, surgían en la penumbra. Y estaba con ellos de un modo en el que nunca podía estar con sus compañeros que iban de clase en clase, con quienes compartía techo en una gran universidad en Columbia” (pág 20-21).

Y Stoner no conseguirá salir al mundo real y se quedará dando clases en la universidad. Los hechos históricos desfilan por el libro como un eco lejano: la 1ª Guerra Mundial, la Gran Depresión, la 2ª Guerra Mundial, y su engarzamiento en la historia de Stoner y los personajes que le rodean me ha parecido muy bien trabado.

En la contraportada del libro hay una cita de The Times Literary Supplement: “Una sencilla pero vibrante obra”.
Se podría entender Stoner como una novela sencilla si pensamos que cuenta la vida de un hombre usando una tercera persona desapasionada y que el relato es lineal. Pero Stoner es una novela de una sencillez engañosa, puesto que en ella no hay artificio, no hay información oculta revelada al final, no hay una trama policiaca en el campus universitario. Stoner cuenta la vida de un hombre, que iba a ser granjero y acabó siendo profesor de literatura, gracias al deslumbramiento que sintió en una clase hacia la lengua escrita; un hombre que va a conocer la desgracia en su matrimonio, pero también el amor, la amistad y la pena por el amigo muerto, el placer de dar clases, además de la frustración de ser injustamente tratado en el trabajo.
Stoner nos cuenta la vida de un profesor sencillo, honesto, y es la historia de un hombre normal, que es sobre lo que me parece más difícil escribir. El desconocido en España John Williams era un escritor que tenía que saber mucho de la vida para conseguir emocionar de esta manera. Un escritor lacónico que puede escribir párrafos como éste: “En su año cuarenta y tres de vida, William Stoner aprendió lo que otros, mucho más jóvenes, habían aprendido antes que él: que la persona que uno ama al principio no es la persona que uno ama al final, y que el amor no es un fin sino un proceso a través del cual una persona intenta conocer a otra”. (pág. 171), y además consigue llenar su libro de bellos momentos.
La emoción de las últimas páginas es intensa y uno, después de unos días de lectura en los que ha penetrado en las claves de toda la vida de otro ser humano, se despide de Stoner con la pena del que deja a un viejo amigo.

Me uno a Rodrigo Fresán: “Repitan y tomen nota en sus cuadernos: Stoner es una obra maestra”.

http://desdelaciudadsincines.blogspot.com/2011/07/stoner-por-john-williams.html

jueves, 7 de julio de 2011

se terminarón las vacaciones

con gran pesar en nuestros corazones, este año las vacaciones partieron raudas. después de un segundo trimestre cargado de ferias y actividades, no nos quedó otro remedio que poner un punto y aparte. ya, con las pilas recargadas volvemos a nuestra actividad editorial. así que desde el próximo lunes 11, el sol volverá a bailar. los invitamos a todos a que sigan asomándose a esta ventana


lunes, 4 de julio de 2011

Voces del Extremo 2011


MIÉRCOLES 6 DE JULIO
22’00. Peña del Cante Jondo
Ramón Ruiz
Carmen Cordero Márquez
Antonio R. Almanza
José Manuel Camacho
Antonio R. Caballero
José Manuel Alfaro
Diego Ropero Regidor

JUEVES 7 DE JULIO
19’00. Fundación Zenobia y J. R. J.
Francis Vaz
Marcos Gualda
Santiago Aguaded Landero
Francisco Aliseda
Juan Pardo Vidal
Begoña Abad

20’30. Fundación Zenobia y J.R.J.
Paula y Ferrán Martínez Pardo

23’30. Peña del Cante Jondo
Antonio Martínez Ferrer
Elena Castillo
Mario Marín
Agustín Calvo Galán
Paqui J. Yepes
Pura López Cortés


01’ 00. Peña del Cante Jondo
Mª. Guadalupe Pérez Cerda
María Elena Rodríguez Hernández
Ferrán Fernández
David Bobis
Uberto Stabile

VIERNES 8 DE JULIO
19’00. Fundación Zenobia y J. R. J.
Javier Martín Pedrós
Francisco Murillo Zamorano
Paz Hernández Páramo
Ricardo Bórnez
María Carvajal
David Benedicte

20’30. Fundación Zenobia y J.R.J.
José Caraoscura (cante) y Mhijea (baile)

23’30. Peña del Cante Jondo
Ángel Rodríguez
Isabel Tejada
Mario Rodríguez García
Felipe Zapico
Juan Cruz López
Inma Luna

01’00. Peña del Cante Jondo
Ana Aneiros
Conrado Santamaría
Matías Escalera Cordero
Alberto Gil Albert
Ángel Fernández Fernández
Yolanda Ortíz

SÁBADO 9 DE JULIO

19’00. Fundación Zenobia y J.R.J
Ana María Castillo
Augusto Thassio
Suso Díaz
Sergio R. Franco
Eladio Méndez
Antonio Crespo Massieu

20’30. Fundación Zenobia y J.R.
Carmen Herrera
Montserrat Villar González
Scotta
Ana Isabel Alvea
Isabel Bono
Bernardo Santos Ramos

22’30. FIESTA CRECIDA DE LA POESÍA
Casa de las Retamas de Eladio Orta en Campo de Canela (Ayamonte)

EXHIBICIÓN DEL DOCUMENTAL “TAN LEJOS DE DIOS: poesía mexicana en la frontera norte" de Uberto Stabile
PRESENTACIÓN DEL NUEVO LIBRO DE LA EDITORIAL CRECIDA “Animal” de Jesús Aguado.
CONCESIÓN DEL PREMIO ANTZINAKO BIHOTZ Y TRANSMISIÓN DEL LEVITICO.
EL ANARKOKANTE de José Caraoscura y el baile de Mhijea.
JAM POÉTICA CON TODOS LOS PARTICIPANTES

domingo, 12 de junio de 2011

Ivana Bodrožić, la guerra en la retina

Foto: Inma Luna

Ivana Bodrožić era una niña. La he conocido ahora y tiene los ojos acuosos, como dos pantallas en las que se pudiesen contemplar algunos fotogramas de su infancia. Infancia igual a guerra. Infancia igual a siete años de exilio en un hotel croata. Infancia igual a padre, a ausencia de padre, igual a padre encontrado en una fosa común, al final.
Acaba de publicar en España el poemario Primer paso a la oscuridad, premios Goranov vijenac y Kvirin de poesía joven en Croacia. Los poemas de este libro suenan igual que una uña que araña un encerado. Ella dice que no ha dejado que la madurez arrasase con la voz de la niña, que ha dejado que la niña hable. Se nota, los niños saben dónde se han herido exactamente al caer por el terraplén.
Su primera novela, Hotel Zagorje, también es relatada por la Ivana pequeña, la que juega a vivir sin ser consciente de que todo se derrumba alrededor. La infancia debería ponernos a salvo de todos los males.


10:18h. del Sábado, 16 de abril
Inma Luna – laRepúblicaCultural.es
Ivana Bodrožić era una niña. La he conocido ahora y tiene los ojos acuosos, como dos pantallas en las que se pudiesen contemplar algunos fotogramas de su infancia. Infancia igual a guerra. Infancia igual a siete años de exilio en un hotel croata. Infancia igual a padre, a ausencia de padre, igual a padre encontrado en una fosa común, al final.
Acaba de publicar en España el poemario Primer paso a la oscuridad, premios Goranov vijenac y Kvirin de poesía joven en Croacia. Los poemas de este libro suenan igual que una uña que araña un encerado. Ella dice que no ha dejado que la madurez arrasase con la voz de la niña, que ha dejado que la niña hable. Se nota, los niños saben dónde se han herido exactamente al caer por el terraplén.
Su primera novela, Hotel Zagorje, también es relatada por la Ivana pequeña, la que juega a vivir sin ser consciente de que todo se derrumba alrededor. La infancia debería ponernos a salvo de todos los males.
Ivana sonríe con resaca, agradece al papel su receptividad y deja testimonio, en letra y verbo, del daño sutil, el desamparo que provoca una guerra en toda una generación.
Las preguntas que le hago a Ivana, las responden los poemas de Primer paso a la oscuridad.
¿Dónde vive Ivana, en la poesía, en la narrativa, en el recuerdo?
Yo vivo en un hotel/ y todos los días cuando voy a la escuela/ dejo la llave en recepción/ en la pequeña casilla 325/ un poco más pequeña que la habitación en la que/ vivimos/ mi madre, mi hermano y yo/ y el televisor que un día/ tal vez nos diga/ dónde está mi padre.
¿Alguien o algo puede salvarnos del sufrimiento?
A mi madre nadie/ nadie/ la salvará/ ella pasará años en el pequeño baño/ de la habitación 325/ escribiendo cartas a mi padre/ que está DESAPARECIDO./ Ése es el término oficial.
¿Por qué la poesía?
Yo estaba sentada a su lado y leía el poema/ de Charles Bukowsky/ sobre su primera visita a un burdel/ se mencionaba principalmente a las putas/ y a algunos amigos suyos./ En aquella época empecé a publicar poesía/ y quería escribir algo sobre la vida.
¿De qué modo el amor convive con la muerte?
Digo: esta noche me siento tan lejos de ti./ Dices: pues quédate donde estás./ La mayoría de la gente murió en la frontera./ Tardaron veinte horas en llevar a una chica/ al hospital./ Gracias a su edad se encuentra en estado/ estable./ Por desgracia, sobrevivirá, pero seguramente/ paralizada./ Digo: por eso me siento tan lejos de ti,/ consciente de que a una velocidad increíble/ y por los grandes malentendidos del destino/ me acerco/ a aquella vida, a mi vida, a la vida/ de la que jamás se podrá rodar una película/ de amor./
¿Qué te queda después de la guerra?
Nos dividimos/ en los que cuentan agujeros en sí mismos/ y en los que cuentan agujeros de los demás/ yo me escondo de unos y de otros./ Te dejo sólo una tarjeta de visita en el regazo/ como la rabia de un perro pequeño, impotente.
¿Cómo te ves ahora?
Me entra el pánico,/ a veces,/ cuando me desvisto por la noche,/ y descubro mis rodillas desnudas,/ podrían ser de cualquiera./ Me gustaría que entre ellas/ hubiera un violonchelo,/ sería una chica de cara formal,/ de nariz pequeña y aristocrática,/ y que mis preocupaciones no fuesen de este planeta,/ así son mis rodillas.
¿Sobre qué seguirás escribiendo?
Me queda sólo escribir algo/ sobre el Danubio en verano y el tiempo/ en que pensaba que todo era posible./ Porque tenía siete años,/ y un cubo azul con un pez/ que llené con el río y arrastré hasta casa,/ para ponerlo debajo del grifo,/ lavarlo y después bebérmelo./ Esas son las cosas que merece la pena recordar.
Mi dedo en su llaga
Este poema resume el espíritu del libro, el espíritu de Ivana Bodrožić.

    El Hotel Dunav

    Estos brazos tan delgados los tengo como él
    a veces también me gusta emborracharme bien
    como corresponde a la hija del jefe de sala del hotel
    pequeña payasa, lo veía en el acto
    escondida detrás de las máquinas de póquer, bien
    sobornada
    con el chocolate de duty free que a
    Vukovar
    llegó demasiado tarde
    como la Cruz Roja Internacional
    como la humanidad
    como, en general, todo lo bueno llega con retraso
    eterno
    a esta parte del mundo
    estos brazos tan delgados los tengo como él
    no me da pena por mí
    sino por, cómo podía defenderse con ellos cuando le
    pegaban.
[|Primer paso a la oscuridad,
Ivana Bodrožić (Baile del Sol, 2011)|]


 http://www.larepublica.es/foro.php3?id_article=23988




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