Redacción - lunes 1 de agosto de 2011 a las 12:45 horas
Historias de este mundo, un texto cercano al movimiento Indignados,
es el último trabajo del escritor y profesor
Matías Escalera.
Matías Escalera es un autor comprometido con su tiempo. Como ya hicieran en
los suyos Miguel de Cervantes o Benito Pérez Galdós, este profesor alcalaíno en
horas matutinas, y escritor entregado en las vespertinas y nocturnas, también
utiliza “el presente como materia novelable”, dice. De esa inquietud de poner
en papel todo aquello que el ojo ve y el corazón siente, nació de su puño y
letra Historias de este mundo, su último trabajo que ya está en las librerías.
Se trata de una colección de relatos sobre la realidad que nos rodea y que, de
una manera u otra, nos toca a todos. Por eso, todo el que lo lea puede verse
reflejado en sus líneas. La inmigración, la relación del autor con su obra, los
malos tratos o el descontento social encuentran cabida entre las más de 200
páginas de este libro que se muestra cercano al germen que hizo que naciera el
Movimiento 15M. “Es una literatura que anticipa los motivos por lo que podemos
estar indignados, desazonados e inquietos”, asegura Matías.
–¿Qué
historias esconde este mundo de papel?
–El título refleja
exactamente la intención de los relatos. Y esa no es otra que responder a la
realidad actual, a nuestro mundo, literariamente y desentrañando todo aquello
que nos descorazona, desazona, nos indigna, nos entristece, nos desasosiega...
Pero al mismo tiempo nos impele a responder, a querer algo diferente desde muy
distintos puntos. Forma parte de un proyecto literario complejo y completo de
ensayar un modo de literatura, un lenguaje literario adaptado a nuestro tiempo,
más allá de la narrativa clásica, más allá del realismo clásico y más allá de la
historia convencional. Se trata de cómo abordar en el siglo XXI una realidad tan
compleja como la nuestra que produce tanta confusión y situaciones tan
paradójicas.
–¿Qué temas aborda?
–Se abordan desde las
relaciones del artista con su propia obra a la violencia política, la soledad a
la que nos aboca el mundo contemporáneo, la sumisión a la que nos somete el
sistema de valores y económico en el que vivimos. Por ejemplo, uno de los
relatos que más me gusta y que se titula La mujer (negra) que fue (hombre)
blanca muestra el papel de las mujeres, el precio que han tenido que pagar, que
es el de la masculinización, a cambio de su aparente liberación. También
hablamos de la violencia de género en El lógico castigo de la orgullosa Marcela
y la romántica Galatea.
–¿Nacieron como un libro completo o de
manera individual?
–Es una colección pensada, no una suma de cosas
que tenía por ahí. Mi forma de escribir corresponde a un proyecto muy pensado.
De hecho, estos relatos son del ciclo de Un mar invisible, la segunda novela que
se publicó el año pasado. Mientras la escribía fui ideando alguno de estos
relatos. Eran material que no cabía, porque no tenía sentido en la novela, pero
que no quería que se me escapase. Tanto es así que Historias de este mundo, el
título, fue anterior a cualquiera de los relatos porque era lo que quería hacer:
contar historias que historiasen nuestra realidad.
De ahí El sabio tonto, que narra la relación de la ciencia y el científico
con el mundo. O Extremófilos sobre las migraciones. Éste es interesante pues uso
un concepto científico como metáfora del inmigrante, que en cualquier situación,
por extrema que sea, sobrevive y pervive. Historia de una fotografía, está
inspirado en la imagen de la portada que motivó uno de los relatos más
emocionantes. Ves cómo acorralan en el servicio de un bar de Lavapiés a una
familia rumana a la que quieren quitar a su hijo. La mujer aborta de la paliza
que le dan y está junto a su marido acorralada.
–Entonces, ¿hasta la
portada tiene intención?
–Un libro debe ser significativo desde la
portada a la contraportada. Esta portada está hecha con imágenes e ideas que
aporté al diseñador para que fuera útil también al lector. Tres o cuatro de las
imágenes que aparecen, originan o son causa de los relatos del interior. Al
mismo tiempo, todas juntas forman un collage del mundo moderno y explican la
intención de la literatura que hago.
–¿Qué historias le pegan a
Alcalá? ¿Se verán identificados los alcalaínos en el libro?
–Alcalá
está en el mundo y, como está en el mundo y los alcalaínos también, les afectan
todas las historias. Hay, por ejemplo, amigos que se han visto reflejados en Una
tarde en el Factory, que activa el humor, la ironía y el sarcasmo. Todos se van
a ver reflejado en algunos, todos o muchos de los relatos.
–Algunos
están cercanos al Movimiento 15M.
–Es curioso porque gente que
conocía mi obra y había leído los relatos, hablando en la acampada de Sol,
decían que Un mar invisible, al igual que la poesía, estaban inmerso en la marea
del 15M. Tenían el mismo pulso que ese movimiento de indignación, pero al mismo
tiempo de esperanza. Y es así de alguna manera. Es una literatura que anticipa
los motivos por lo que podemos estar desazonados e inquietos.
–¿Qué
opina de este movimiento?
–He participado activamente y me parece
una experiencia extraordinaria. A mí lo que me parece un milagro es que un
montón de personas, sin jerarquía, simplemente por la voluntad de conseguir un
objetivo, en medio de la nada, construyan un mundo alternativo. Eso me alucina.
La primera vez que estuve en Sol me impresionó por eso. Ver cómo miles de
personas oponen una realidad a otra simplemente porque quieren hacer algo
juntos. Lo que sucede es que es un movimiento que está empezando y, por lo
tanto, no se le pueden pedir todas las respuestas. Está reflexionando sobre su
propia naturaleza pero abre una vía increíble, sobre todo, una de participación
política, o un modo de expresión de una generación que estaba ajena a la
política. El 15M ha dado la posibilidad de expresarse a toda esa
gente.
–A la que siempre se la criticó por eso, por no implicarse.
–Eso es. Es la demostración de que, como hemos pensado muchos, no
lo han hecho antes porque no tenían cauces políticos pertinentes. Pedían otra
cosa, y no había. Ni la derecha ni la izquierda representaban esos cauces. El
Movimiento 15M es minoritario, es un síntoma pero no una tendencia. Entre los
chicos de instituto, que reflejan el mundo, hay una minoría que sí son parte de
este síntoma. Luego está la mayoría que, por su edad, no lo hacen. Los mayores
lo ven sin sentirse aludidos, con distancia.
–Decía Ana María Matute que
escribir duele. Hablando de esta indignación, ¿piensa igual?
–Sí, escribir
duele a veces y escribes porque te duele también lo que ves. Como a Larra, que
te duele al mundo. Si te lo tomas en serio la escritura, como cualquier cosa,
claro que sufres y es doloroso.
–¿Qué historia del mundo le gustaría
contar?
–Que los ladrones han entrado en la cárcel, pero los de
verdad. Esa sería una de las historias que me gustaría contar. Que unos entren y
que, los de poca monta, han salido porque no había sitio para todos. Esa sí
hubiera sido una buena historia. Incluso quizá la desarrollé. Desgraciadamente
es una historia que no se contará de momento.
D.Santos.
http://www.diariodealcala.es/articulo/general/8764/quot-el-movimiento-15m-es-un-sintoma-pero-no-una-tendencia-quot