miércoles, 13 de febrero de 2013
Reseña de Olvidar el olvido, de Patricio Rascón
por Silvia Maiorana
Para homenajearme a mí mismo
He puesto a macerar
Un gramo de cogollos de maría en 75cl.
De buen vino
Dicen que el cannabis
Disminuye la memoria
Probablemente sea cierto
Pero creo esencial
Olvidar el Olvido
Y ¿quién puede evitar
Sufrir otras pérdidas en el camino?
Patricio Rascón (Linares, 1961), en su tercer poemario, Olvidar el olvido (Baile del Sol, 2012), nos ofrece una interesante reflexión sobre la memoria del pasado y la dureza del presente. Su voz, nos acompaña a lo largo de este viaje, en el que el poeta nos convierte en espectadores de su madurez, diseminando con el más violento realismo, la tragedia, el dolor, su miedo, las dificultades a las que tiene que enfrentarse. Y su refugio, es la poesía. – (…) Y yo era amigo de los débiles// Por eso sólo deseaba leer/ Leer sin parar/ Hasta
encontrar las palabras mágicas/ Que me permitieran/ Quedarme a vivir en los tebeos para siempre...
Antes de ser poeta, Rascón se define como hombre, denunciando el presente y reclamando su pasado.
Sus poemas se caracterizan por mostrar la realidad tal cual, sin metáforas, haciendo uso de una poesía narrativa que nos permite entrar en su vida; una vida que va fluyendo a lo largo de todo el poemario.
El yo poético gira alrededor de personas de carne y hueso y de su experiencia: su infancia marcada por la necesidad de un padre ausente, el amor transformado en odio hacia él – Papá/ Cuando regresaste furioso/ y me gritaste y me llamaste maricón/ Te odié con toda mi alma/ Y empecé a perderte el miedo/ Y penetré la noche. El amor por su esposa, vivido desde el dolor de su enfermedad - Llamo a mi mujer por teléfono/(la llamo varias veces durante el turno/ No por engañar la soledad/ Que sería como engañarme a mí mismo/ Sino por quitarme algo de este frío que me provoca) (…) Pero ella se ha ya tomado el diazepam/ -Dice que tiene sueño mucho sueño-/ Y se despide/ Buenas noches, cariño. //Buenas Noches/ Digo/ Y vuelve el frío; la participación social, el reflejo de la actual situación laboral – (…) El sustantivo trabajo/ Viene del verbo trabajar/ Y el vocablo procede/ Del latín tripaliere// Tripaliere viene de tripalium// Tripalium era un yugo hecho con tres palos// En los cuales amarraban a los esclavos/ No para cubrirlos de dignidad/ Sino para azotarlos.
Dividido en tres partes, Olvidar el olvido es una constante invitación a descubrir la mirada de un hombre que teje sus poemas a partir de un ovillo cargado de influencias literarias. Entre ellas, destaca la presencia de Cesare Pavese.
Obras como Trabajar cansa, por ejemplo, donde se acerca mucho a los versos del autor, tanto por la extensión de los poemas, como por el uso de la técnica narrativa americana. Como en La casa en la colina y en La luna y las hogueras, en Olvidar el olvido se percibe el conflicto dramático y central en su vida: la amargura de la experiencia del presente y la nostalgia de su pasado. Incluso en Vendrá la muerte y tendrá tus ojos se hace patente la cercanía con Rascón, el dolor siempre acompañado de ternura y sensibilidad.
La paz reinante también tendrá tus ojos también, renacerá
la vida y tendrá tus dos o tres ojos.
Yo también tengo tres ojos:
los dos de toda la gente normal y uno más,
en el medio de la gente diferente, al de los de la vereda
de enfrente... los indiferentes.
No sólo es el poeta italiano quien se muestra tras la poética de Rascón; la vena provocadora, la voz
dura, seca, despojada de todo lo innecesario, punzante, insufrible, a veces molesta que se advierte en
el poeta andaluz, nos conduce directamente a poetas como Violeta C. Rancel (Manuel Moya),
Raymond Carver, David González y, sin duda, Charles Bukowski.
Un empujón hacia la realidad, de la que nadie puede escaparse, en la que los personajes se mueven con una sensación de vacío y de pérdida, tanto individual como colectiva, que se presenta de formas distintas, pero al final igual para todos. Todos estamos a la espera de algo que está por pasar pero que ya podemos considerar una catástrofe... Esto son los poemas de Rascón dedicados a los momentos de la enfermedad de su esposa. Poemas en los que la prosa es la arquitectura que determina su equilibrio. – Hablábamos de nuestro inmediato futuro/ Ahora deberías viajar, aprovecha,/ cumple tu sueño/ Me dijo// Bajé la mirada hasta las ruedas de la silla/ Y le conté/ Que había comprado una bicicleta
Respecto a los poemas que se centran en la participación social, en el activismo político, poetas como Antonio Orihuela y, el ya mencionado, David González influyen claramente en Patricio Rascón, el cual nos muestra la situación laboral actual sin obviar ninguna de sus sevicias, contándonos la verdad: su pura verdad. – (…) ¿Qué pretendía/ Sujetan - do de los brazos/ Por detrás/ A aquel atleta negro/ Una cuarta más alto que yo? (…) El interventor gritaba/ ¡Sujétalo fuerte!/ ¡Qué no escape!// Aflojé mi presa/ Odio las cacerías.
En su poesía poliédrica el autor se desnuda de todas las influencias de las que se nutre para poetizar aquello que vive, sin olvidar la esperanza y la sed de vida que empapan sus versos, que luchan contra la soledad y la tristeza en un continuo dualismo. Con Olvidar el olvido, Rascón mete el alma de quién lee en un avispero, y luego lo agita.
Revista Youkali, nº 14 http://www.youkali.net/youkali14-completo.pdf
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