Día 35. Carlos Pinto Grote. Muda compasión del tiempo (2004)
Todo está cuando vienes.
Tan sólo traes el llanto.
Ni siquiera tus ojos ven la luz inmediata.
Eres sólo una carne que late y que se mueve.
Eres un corazón que se desata.
Te edifican los otros.
Te construyen
aquellos que te aman
y con ellos aprendes
lo que quieren que aprendas.
Tus palabras
son ellos quien las dictan.
Hablarás el idioma
que te marca
la tierra en que naciste,
el techo que te ampara,
la mano que castiga y que bendice,
todo lo que te cerca
y te atenaza.
Eres como un proyecto de los otros.
Eres como un futuro sin sorpresas.
Todo está dicho ya, cuando tú llegas.
Aquí tienes la vida. Es tuya la existencia;
fabrícate los años, los días y las horas.
Esto te lo repiten cuando en tu rostro crece
una nueva mirada,
un gesto duro,
una máscara idéntica a las otras.
Entonces eres hombre, sólo entonces
puedes decir las cosas
como ellos las decían.
Serán siempre las mismas.
No habrá cambio. Las olas
tienen la misma espuma
y nacen sin motivo y mueren sin motivo;
así es tu vida, así
como las olas.
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