martes, 30 de noviembre de 2021

Reseña de STONER, de John Williams en Isla de papel

 


Pongamos que hay que decidir qué libros son imprescindibles. Pongamos que nombro este libro de John Williams (1922-1994) que se publicó en 1965 y que fue la tercera novela de este escritor. Novelista, también poeta, periodista, editor, doctor en Literatura Inglesa por la Universidad de Missouri. Un hombre de letras, yo diría, un humanista, en el sentido más cercano de esta palabra, el que aprendimos al describir aquellas personas que tienen un hondo sentido de la humanidad como centro del universo. 


Un amigo me descubrió Stoner. Llego a los libros de formas muy diferentes, pero algunos han surgido de la mano de alguien. En este caso, en el verano de 2014, todos los libros eran para mí bienvenidos, puesto que solo era yo y los libros, solo era yo y la soledad, solo yo y la desesperanza. Así que Stoner arribó en el momento oportuno a mi casa del Aljarafe, grande, soleada y solitaria. 

Resulta raro pero es así: el primer párrafo del libro describe toda la obra. No hay misterio ni ocultación. Es lo que cuenta y resume sin darle apenas importancia:

William Stoner entró como estudiante en la Universidad de Misuri en el año 1910, a la edad de diecinueve años. Ocho años más tarde, en pleno auge de la Primera Guerra Mundial, recibió el título de Doctorado en Filosofía y aceptó una plaza de profesor en la misma universidad, donde enseñó hasta su muerte en 1956. Nunca ascendió más allá del grado de profesor asistente y unos pocos estudiantes le recordaban vagamente después de haber ido a sus clases. Cuando murió, sus colegas donaron en su memoria un manuscrito medieval a la biblioteca de la Universidad. 

Quizá nos llame la atención que la historia de un hombre corriente, que pasa de estudiante a profesor y que se casa y que tiene una amante y una hija, pueda convertirse para nosotros en una lectura interesante, o animada, o ilustrativa. Pero es así. Esa misma linealidad, esa misma sencillez es lo que nos perturba. Es como si se escribiera la vida de cada uno de nosotros. Nacemos, tenemos una familia, estudiamos, trabajamos, formamos nuestra propia familia, enfermamos y morimos. Eso era todo, podría decirse en cualquier drama de Shakespeare. Eso era todo, pero ese todo es nuestro, no es un agente extraño, es lo que somos y lo que dejamos de ser, sin mayores explicaciones ni motivos. No hay razones para entenderlo y por eso Williams lo muestra con la enorme naturalidad de quien sabe que no hay otra forma de asumirlo. 

Luego está la ternura. La vida personal y la vida académica de Stoner tiene sus mediocridades, sus envidias, sus zancadillas, todo lo feo que sabemos que existe. Eso lo redime ante nosotros, lo convierte, de nuevo, en alguien que conocemos bien. Y, como en todas las vidas, hay un resplandor, una relación que a veces lo convierte en alguien conmovedor, más pleno, más lleno, más luminoso. Katherine es esa luz. 

Conocer sus sentimientos hacia Katherine Driscoll fue algo que le llevó tiempo. Se descubrió inventando pretextos para acudir a su apartamento por las tardes...

En su año cuarenta y tres de vida, William Stoner aprendió lo que otros, mucho más jóvenes, habían aprendido antes que él: que la persona que uno ama al principio no es la persona que uno ama al final, y que el amor no es un fin sino un proceso a través del cual una persona intenta conocer a otra. 

Antes de eso existió el matrimonio. Ella es Edith. 

Ambos llegaron al matrimonio inocentes, pero inocentes de manera radicalmente distinta. Los dos eran vírgenes y conscientes de su inexperiencia pero mientras William, criado en una granja, aceptaba con naturalidad los procesos instintivos de la vida, estos eran profundamente misteriosos e inexplicables para Edith. 

En un momento dado, llegó a su vida la hija, Grace. 

Como había sido costumbre en la primera larga ausencia de su madre, la niña pasaba mucho tiempo en el estudio de su padre. 

Lo que hace al libro especial es la delicadeza del relato. La forma en la que el autor describe lo sucedido, con el mismo aire sereno con que hablaría de cualquier otra vida, pero individualizando al máximo ese acercamiento privilegiado al protagonista y a los personajes de su entorno. Es como si nuestra propia vida fuera factible de ser contada y glosada sin juzgar nuestras miserias, sin criticar nuestros errores, sin considerar si somos buenos o malos. Porque eso da lo mismo. Una existencia es tan valiosa en sí misma que no admite sino una honesta mirada de frente. 

Emocionante el final, las últimas frases, la conclusión. No puede ser otro que la muerte, pero, si hay muchas formas de morirse, esta es una de las más bellas y reconfortantes. Todo había sido hecho y, lo que faltaba por hacer, ya nunca tendría motivo ni sería posible. Como un río que se desliza hacia su desembocadura, así el profesor Stoner había llegado desde su granja al final. Y su compañía final no era otra que un libro. Eso dice mucho de él. Dice mucho de todos nosotros. 

John Williams (1922-1994)
Nació y se crió en el noreste de Texas. Después de desempeñar varios empleos en periódicos y estaciones de radio, Williams se enroló en el ejército de 1942. Varios años después de la Segunda Guerra Mundial fue a la Universidad de Denver, donde obtuvo su licenciatura de 1949, y su maestría en 1950. Sus novelas: Nothing But the Night (1948), Butcher´s Crossing (1960), Stoner (1965), Augustus (1973), The Sleep of Reason (inacabada). Sus poemas: The Broken Lanscape (1949), The Necessary Lie (1965). Profesor de la Universidad de Misuri y de la de Denver. Editor de la revista literaria University of Denver Quarterly. 

Stoner de John Williams. Editorial Baile del Sol, colección Narrativa. Traducción de Antonio Díez Fernández. 


lunes, 29 de noviembre de 2021

Prólogo de la edición argentina de ... Y UN DÍA NICO SE FUE, de Osvaldo Bazán

... Y un día Nico se fue se publicó originalmente en Rosario en 1999, y fue el primer libro de Osvaldo Bazán. Una novela cómica de un ritmo staccato , narra la historia de una relación de seis años entre el narrador (se llama Osvaldo y tiene 26 al principio de la relación) y el Nico nombrado en el título. Tiene como escenario la ciudad de Rosario, aunque en el momento de la narración Osvaldo se haya ido a vivir a Buenos Aires. Un relato que el lector supone autobiográfico, a la vez que por su vocación cómica el narrador se convierte a sí mismo y a sus personajes en caricaturas, sobre todo en el caso del psicólogo que lo insta a narrar su historia. A la vez, hay un juego constante con la literatura y las convenciones literarias, que llegará a su culminación en el momento en que el lector se reconoce en el interlocutor sentado frente a Osvaldo en El Trébol en la avenida Santa Fe, una noche porteña cualquiera. 


 Después de la publicación casi secreta de esta novela, Bazán publicó dos libros que tienen que ver entre sí: la novela La más maravillosa música (Una historia de amor peronista, Perfil, 2002), un relato de una relación de amor entre varones que se hace imposible en el momento de la vuelta de Perón y la masacre de Ezeiza, e Historia de la homosexualidad en la Argentina. De la Conquista de América al siglo XXI (Marea, 2004). La imaginación histórica que se expresa en La más maravillosa música se complementa en el goce narrativo de los capítulos de la Historia y el momento culminante de ambos libros, la relación intensa y conflictiva de los primeros activistas gay en la Argentina y la izquierda revolucionaria de fines de los 60 y principios de los 70, despierta en el lector el deseo de saber más. Bazán en estos libros evoca con mucha intensidad un momento histórico, y lo que Manuel Puig (travestido como la doctora danesa Anneli Taube, en la última nota de El beso de la mujer araña) llamó «el motor primero de la homosexualidad..., su característica de inconformismo revolucionario» la relación entre revolución sexual y revolución social. En La más maravillosa música la evocación de ese momento de «inconformismo revolucionario» está muy bien lograda, como lo está también la distancia entre ese momento y el tiempo de la narración, en una Argentina menemista donde todo se ha vuelto mercancía, hasta el amor homosexual.
    ... Y un día Nico se fue es otro tipo de novela, más ligera, sin duda, también mucho más inmediata. En gran parte es un retrato de dos familias rosarinas, la del narrador y la de Nico, y de sus luchas en torno a la homosexualidad de sus hijos. Es notable la relación que se establece entre las dos madres, y también la manera en que Osvaldo retrata a sus amigos Roberto y Cecilia, que acaban siendo los testigos más importantes de la relación. Me interesa como Bazán desplaza, por lo menos en parte, el centro de la narración de lo que pasa entre Osvaldo y Nico a cómo miran esa relación sus familias y sus amigos. En ese sentido no es solo una novela de amor homosexual (con énfasis en cómo lo vive la pareja) sino también una novela de la gran familia argentina , de cómo poco a poco se transforma la manera de ver la homosexualidad. Y en ese sentido es interesante cómo el vocablo «puto», de gran agresividad al inicio de la novela, deviene término de afecto no solo para los personajes homosexuales sino para sus familias y sus amistades.
    Es una novela cómica, pero lo que cuenta es triste: como sugiere el título, es sobre el fin de la relación, y sobre una obsesión con Nico. Pero a la vez es sobre la manera en que Osvaldo logra transformar lo que vive como tragedia en otra cosa. El ritmo staccato que mencioné antes está logrado a base de una voz ocurrente, a veces casi histérica, que convierte la experiencia en anécdotas, que logra apayasar vivencias desgarradoras. Si algunos de los personajes se ponen máscaras en la marcha de orgullo gay en el capítulo 35, el narrador también se pone una máscara de payaso para contar su historia.
    Esta novela transcurre en dos departamentos en Rosario (el de Osvaldo y el de los padres de Nico), en un colegio, y en las calles y boliches de la ciudad: es un libro que transita espacios públicos y privados. Cuenta transformaciones en la sociedad a través de las vivencias de una pareja que deja de serlo. Es interesante que de aquí Bazán haya pasado a narrar la historia de la Nación, tanto en La más maravillosa música como en su extensa y célebre Historia de la homosexualidad en la Argentina. Su tema en los tres libros es de algún modo la historia de la vida privada, sólo que lo privado es también lo público. Esta novela, como La más maravillosa música, es también la historia de una pasión argentina. Celebro el hecho de que esta novela haya sido editada y reeditada, e invito al lector a descubrirla y a descubrirse, sentado en una mesa que dé a la calle, escuchando a Osvaldo, que nos cuenta su historia.

    DANIEL BALDERSTON (*)
    Bogotá, octubre de 2004
    (*) Catedrático de Literatura Latinoamericana de la Universidad de Iowa y actual presidente del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana.

domingo, 28 de noviembre de 2021

Reseña de COBRAR POR ESTAR DE PIE, de Gauz en Wiriko

 Gauz nos desvela la vida vista por los invisibles

Ha vivido en Francia con y sin permiso de residencia, ha ejercido trabajos cualificados y otros reservados a los grupos menos reconocidos de la sociedad. Se dice que llegó a vivir en la calle. Fue director de un periódico económico y guardia de seguridad. El escritor marfileño Gauz se fue construyendo una fama de enfant terrible de la literatura de su país a cuenta de una trayectoria poco convencional y de una vida en la que ha primado vivir experiencias que le ayudasen a construirse. El aura de trasgresor tiene más que ver con su camino al margen de los convencionalismos que le han llevado a configurar una voz propia en la que resulta difícil encontrar postureo o voluntad de agradar. Un ejemplo de esta particular narrativa es Cobrar por estar de pie, cuya traducción al español de Pedro Suárez Martín han publicado Baile del Sol y Casa África.

El escritori marfileño Armand Gauz

El escritori marfileño Armand Gauz. Cedida Casa África

En esta atípica novela, que de entrada cuesta encajar en los parámetros habituales del género, Gauz dibuja un particular paisaje de la sociedad francesa vista por los invisibles, por un lado; pero también de las heterogéneas y estrambóticas comunidades de estudiantes africanos en la capital del hexágono. El escritor marfileño desenmascara a aspirantes a revolucionarios más preocupados por vivir en un estado de aparente privilegio que se apoya, fundamentalmente, en no hacer nada y alimentar sus egos.

Al mismo tiempo, Gauz perfila una sociedad racista y clasista, marcada por la desigualdad, pero sobre todo por unos mecanismos de marginalidad que sujetan los cimientos de ese sistema. Tal vez sea la aportación más renovadora y más fresca de este escritor, que, en parte basándose en sus propias experiencias, le da la vuelta a una situación de menosprecio. En la narración convierte a uno de esos personajes situados en las sombras de la sociedad, en los lugares fundamentales pero no valorados, en un observador privilegiado. De hecho, la poca atención que despierta le permite radiografiar sin concesiones una sociedad fundamentalmente hipócrita y lo hace además de una manera muy particular. Un vigilante de seguridad de una gran tienda en una zona privilegiada ve pasar ante sí todas las miserias y las falsedades de la vida cotidiana parisina.

«Los que ya tienen una experiencia del oficio sabe lo que les espera durante los próximos días: permanecer de pie firme toda la jornada en una tienda, repetir esa fastidiosa proeza de aburrimiento, cada día, hasta cobrar al final del mes. Cobrar por estar de pie. Y no es tan fácil como parece»

Para estos vigilantes, según el protagonista, existen dos opciones:

«Hay que saber o bien vaciarse la cabeza de toda consideración que se eleve por encima del instinto o del reflejo espinal, o bien tener una vida interior muy intensa».

Y, como Gauz, el protagonista del relato demuestra decantarse por la segunda opción, para llenar sus horas con una observación profunda, certera y, sobre todo, marcada por una ácida ironía, del mundo que se despliega ante sus ojos vigilantes.

«iPHONE. Una chica se prueba unas y se contempla en su iPhone, función «Facetime». A su lado, un gran espejo baja desde el techo hasta el suelo.

Unas chicas se prueban conjuntos en los probadores, luego, se fotografían bajo todos los ángulos con sus iPhone. Luego, discuten sobre sus elecciones alrededor de la pantalla. El píxel le ha quitado el poder a la retina».

El puesto de vigía privilegiado da una perspectiva excepcional para pulsar, incluso, el estado del mundo, poniendo el acento, evidentemente, en la dimensión más consumista de la vida cotidiana actual:

«DE UN CENTRO COMERCIAL A OTRO. Salir de Dubái, la ciudad-centro comercial, y venir de vacaciones a París para ir de compras a los Campos Elíseos, la avenida-centro comercial.

El petróleo permite viajar lejos, pero recorta el horizonte».

Las tiendas se convierten en el retablo más amplio de un París que desborda las postales turísticas. Los migrantes, los jóvenes del extrarradio, las parejas imposibles, las jóvenes volcadas en las redes, la interculturalidad, las desigualdades, los visitantes esporádicos… la vida, en general, pasa por los grandes almacenes. Y entre esos episodios, el difícil encaje de la convivencia, marcado, a veces, por la xenofobia.

«EL VELO Y LA CAPUCHA. Está prohibido entrar en la tienda con capucha en la cabeza. Pero no está prohibido entrar con velo, incluso integral. ¿Qué actitud adoptar cuando se presenta una chica que lleva una capucha sobre un velo?»

Cobrar por estar de pie, combina con esta sociología de boutique, varias historias de migrantes que se buscan la vida en diferentes épocas y de diferentes maneras (incluido el «cobrar por estar de pie»). Las casas de los estudiantes africanos y sus movilizaciones, a menudo, irrelevantes, sus manejos y la perversión de su sentido aparecen en algunas de las historias que se despliegan, también extraídas de las propias experiencias del autor en esos círculos. A través de todas esas experiencias las diferentes piezas configuran el puzle de una forma muy particular de transmitir la vida de los migrantes subsaharianos en la ciudad de la luz, desde las vicisitudes para encontrar trabajo, las precariedades relacionadas con la vivienda, la presión de «enviar dinero a casa», los choques culturales o las extrañas alianzas, sin olvidar las inquietudes personales o el lugar, casi imposible de evitar, al que la sociedad de «acogida», relega a los recién llegados e incluso a los ya instalados.

El ejercicio de Gauz es una mirada límpida a una sociedad en la que una buena parte de sus miembros parecen transparentes; es una revisión crítica de los papeles y de las relaciones entre las comunidades; es un relato desvergonzado y sin concesiones de la vida diaria, plagada de excepcionalidades. Por cierto, Los libros del Baobab acaban de anunciar la publicación inmediata de Camarada Papá, otra novela de Gauz, de manera que, afortunadamente, tenemos relatos de este irreverente escritor marfileño para rato.

https://www.wiriko.org/letras-africanas/gauz-nos-desvela-la-vida-vista-por-los-invisibles/

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sábado, 27 de noviembre de 2021

GUAD, de Alfonso García-Ramos. Reseña





Pinguinalectora 12 junio 2021

★★★★★
★★★★★


💦 Pensaba encontrarme en estas páginas una historia "sin más" de una galería de agua, una narración que me iba a gustar, pero terminó siendo muchísimo más de lo que esperé, me encontré una historia maravillosa con unos personajes que me llegaron y me tocaron el corazón en muchas ocasiones.
🥰 En Guad me encontré un libro cargado de mil sentimientos, de desesperación en una guerra, de desear la ansiada paz, de sentimientos verdaderos, una maravillosa historia que recomiendo a todo el mundo, para leer saboreando la pluma de Alfonso García-Ramos, un escritor que dejó huella y que a mi personalmente me dejó con ganas de poder leer más. (Es una pena que ya no esté y que en su momento no pudiese ver su novela publicada porque falleció meses antes)
✍️ Alfonso nos narra por parte de varios personajes que están unidos una historia que ocurre en Tenerife, una isla que le dio el aire que necesitaba a uno de los protagonistas. En Tenesora, un pueblo ficticio, allí con la lejanía, la corrupción (que visto lo visto será eterna) los momentos vividos en la búsqueda de agua y de esperanza e ilusión.
Una obra maestra que me encantó devorar.







viernes, 26 de noviembre de 2021

...Y UN DÍA NICO SE FUE, de Osvaldo Bazán es la historia de un amor como no hay otro igual

 


La historia que Bazán nos entrega no esconde grandes secretos; su argumento es una de las estructuras más clásicas de la Literatura: el arco que describe una historia de amor, desde su inicio hasta su ocaso. En todo caso, el secreto es simplemente lo ameno de la narración, la facilidad con la que uno puede identificarse con los personajes y el conflicto. Sobre todo pensando en el momento fuerte de la novela -la parte del final-, donde la emoción se afinca más, recorriendo la desilusión, la pérdida… pero con un humor que desmonta esa mínima tragedia que suele ser nuestra existencia.

Osvaldo conoce a Nico y se enamoran en el acto (el autor lo describe como “física y química” y habla de los peluches y los Snoopys y de todas esas cosas con las que asociamos el “ahhh” enamorado). Pero Nico es menor de edad y eso trae problemas: su familia lo echa, luego lo rescata, lo niega, lo secuestra, la madre va a buscarlo a casa de Bazán con un arma, etc. En fin: así es como la pareja inicia una convivencia con amor y abolladuras. En ese estar juntos transitan viajes, las búsquedas interiores, la risa cotidiana, de la misma manera que también los miedos o el aburrimiento. Bah, esa balanza que es la vida de toda pareja… Y así hasta completar seis dichosos años. Así, hasta que un día Nico, sencillamente, se va. Osvaldo le echa la culpa a la comida: intuye que Nico comió algo que le cayó mal, se rayó y lo dejó. No puede explicarse de otra manera lo que pasó. Pero Nico no está más: no le habla, no atiende el teléfono, le dice que se cansó, que ya fue… Abandonado, Osvaldo hace guardias con su auto, lo busca, lo llama, llora y llora y llora. Pero Nico no vuelve, ni volverá en toda la novela. 

Lo que en primera persona nos cuenta Bazán es la más simple y la más difícil de todas las historias: la que está al borde de la cursilería, qué digo, es esa que se empapa en ella para mostrarnos con gracia la belleza del corazón humano. ¿Cómo se puede contar si no la Gran Historia del Amor, de ese Amor que llega y nos rompe, nos cambia para siempre, nos eleva? El autor desnuda su love story en estas doscientas páginas para exorcizarla, para crecer y para hacerla universal. 

Balderston en el prólogo apunta algo importante: ... Y un día Nico se fue es la historia de amor de dos hombres pero es también –y no es menor este núcleo– la de su contexto: la familia, los amigos, el trabajo, el país. La novela termina completando un gran mural en el que la situación de la pareja queda establecida no como una isla sino como parte de ese complejo que es la vida. 

Por otra parte, la novela se baja de todas las pretensiones de Gran Literatura a la que muchos escritores jóvenes se suben. Apela a un lector con competencias no necesariamente literarias, sino sociales (modismos, lugares, músicas, tics cómplices, etc.), lo que lo acerca a un público múltiple, ese al que a veces los escritores le dan la espalda con asco.

Yo hubiera pagado cualquier dinero por esta novela en mi adolescencia, me hubiera explicado algunas cosas que me ha costado arduamente aprender solo. En ese sentido siento que es una lectura iniciática, una novela que puede ser muy útil para los jóvenes (pensando en una lectura política, me animaría a decir forjadora de identidad). ...Y un día Nico se fue tiene el encanto de narrativas como la de Marcelo Birmajer o la de Pablo De Santis, autores con los que Bazán está generacionalmente emparentado. 


Del autor podemos decir que muchos lo conocerán por su trabajo en diversos programas televisivos, aunque Osvaldo Bazán también incursionó en otros medios como periodista. Como escritor publicó además otra novela, La más maravillosa música. Una historia de amor peronista (Perfil, 2002) y un libro de investigación bastante renombrado, Historia de la homosexualidad en la Argentina. De la Conquista de América al siglo XXI (Marea, 2004). En este momento podemos verlo por la pantalla de TN, los domingos a las 22 horas, haciendo “Se fueron todos”, un interesante programa de entrevistas.

Por si no quedó claro: es una verdadera alegría entrar a una librería (qué linda la rima) y encontrar ...Y un día Nico se fue.

por Martín Araujo

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