__Escrito por Juan Ramón Fdez. Villanueva__
Si toda obra creativa lleva en sí misma la capacidad de ser interpretada de forma múltiple, un poemario lo es mucho más.
Optimístico, de Iñaki Echarte Vidarte, es un poemario breve e intenso, oscuro y lleno de claridad, de verso rápido, a veces monosilábico, y lleno de música interior, calllada, en susurros, pero siempre presente, única.
La búsqueda en Iñaki Echarte Vidarte es una constante (Blues y otros cuentos es un ejemplo de ello). El ansia de contacto, de olor, de posesión también, y la necesidad desnuda de amor, de compañía, de deseo y, ciertamente, de soledad lo definen y usa esa lujuria de sentidos para traernos, en poemas cortos y directos, todo lo que le consume y lo que sueña en conquistar.
Algunos de estos pequeños poemas son como bombas que, estallando, todo lo fragmentan. Otros son cantos al miedo que nos causa el abandono del amado; la necesidad de ser querido, de ser deseado y agotado y, también, el espacio hueco de la soledad y la sonoridad del vacío, que se oye a cristal roto, a sueños quebrados.
Entre casas y caminos (juega magníficamente bien con el significado de sus apellidos vascos), Iñaki Echarte Vidarte nos habla de ojos de hierba en verano que brillan con ansia y buscan sin fin, como sus propios ojos y la voz que, profunda, emerge de una garganta que decanta sensualidad y una cierta serenidad que sus poemas desenmascaran.
Optimístico habla de amor, aunque nunca aparece escrita tal palabra, y de la fragilidad que ese sentimiento nos demuestra en todos, los miedos que alberga, las pasiones que desata, las necesidades que crea y la fugaz felicidad que nos regala una vez alcanzado el apetito y colmado y descansado, piel contra piel, piel contra vacío, aire y espacio lleno de música, cotidianidad y latidos del corazón.
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