Día 202. Eva Vaz. 23 pandoras (2009)
FRÁGIL
Nunca te oculté la verdad,
como una tachadura,
un soplo en el corazón,
una pierna más corta,
como una epidermis transparente
que deja ver un mapa de neurotransmisores ebrios
girando sobre sí mismos.
Pero tú sólo veías un mapa
de juguete. En tres tomas.
Veneno de colores.
Y nunca sentiste miedo
hasta el día en el que sentiste
miedo.
Sé que te sentiste frágil.
Sé de tu invalidez,
del auxilio que rogabas como
un hombre perdido
con una responsabilidad inédita:
mi vida.
Sé que te queda grande
esta forma mía de codearme con
la muerte.
Nunca te oculté la verdad,
como una tachadura,
un soplo en el corazón,
una pierna más corta,
como una epidermis transparente
que deja ver un mapa de neurotransmisores ebrios
girando sobre sí mismos.
Pero tú sólo veías un mapa
de juguete. En tres tomas.
Veneno de colores.
Y nunca sentiste miedo
hasta el día en el que sentiste
miedo.
Sé que te sentiste frágil.
Sé de tu invalidez,
del auxilio que rogabas como
un hombre perdido
con una responsabilidad inédita:
mi vida.
Sé que te queda grande
esta forma mía de codearme con
la muerte.
Sé que te sientes pequeño y nada
cuando ves esta forma perdida e iracunda
de mirar, ante preguntas que no formulaste.
Y cómo te daño a través de mi daño
para matarnos violentamente.
Y luego me derrumbo
y ya comienza el terror
y mi historia se convierte
en una curiosidad para paseantes
solidarios
que me salvan la vida.
Y ya todo se termina.
Mirando al suelo te abrazo y te digo:
—Otro día, mi vida,
hoy estamos muy cansados
para morir.
cuando ves esta forma perdida e iracunda
de mirar, ante preguntas que no formulaste.
Y cómo te daño a través de mi daño
para matarnos violentamente.
Y luego me derrumbo
y ya comienza el terror
y mi historia se convierte
en una curiosidad para paseantes
solidarios
que me salvan la vida.
Y ya todo se termina.
Mirando al suelo te abrazo y te digo:
—Otro día, mi vida,
hoy estamos muy cansados
para morir.
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