Autor: Juan Carlos Pérez
Editorial: Baile del sol
Nº de páginas: 120
Publicación: 2013
SINOPSIS:
Juan Carlos Pérez acaba de cumplir 50 años. Al regreso de un viaje a
Singapur se entera de que va a ser despedido de su trabajo después de
veinte años como empleado laboral en la Administración Pública; la
crisis y los recortes tienen la culpa. Pero a Juan Carlos no le convence
este argumento, considera que los culpables de su penosa situación
tienen nombre y apellidos. Decidido a hacer justicia, y persuadido por
la cantidad de atropellos que observa a su alrededor –recortes en todos
los servicios públicos, corrupción política, desahucios y hasta
suicidios provocados por la desesperación-, maquina un plan para
terminar con la cabeza visible de este despropósito, sin temor a las
consecuencias.
Una mirada cruda a uno de los momentos de mayor descrédito de la
clase política. La mirada de un hombre corriente que ve cómo su futuro y
el de sus hijos se pone en peligro por los desmanes de una clase
privilegiada que se ha olvidado de los principios básicos de la
democracia y de su responsabilidad hacia los ciudadanos y ciudadanas.
Esta reseña forma parte de mi colaboración en el equipo de redacción del blog Un lector indiscreto. Gracias a Baile del Sol por el ejemplar.
Estoy segura de que si estás leyendo esta novela es por el mismo motivo
que me atrajo a mi, su título, pero detrás de él se esconde una historia
que, desgraciadamente, refleja la realidad actual, la misma que la de
otros 6 millones de personas, el paro.
Con un lenguaje muy sencillo, el protagonista narra en primera persona
todo lo que siente al perder su puesto de trabajo después de 20 años en
la administración pública, expresándolo a través de la rabia y la
impotencia. Pese a no tener diálogos, la brevedad de las frases y los
capítulos hacen que la lectura resulte amena.
Aunque Juan Carlos se plantea vengarse de aquél que considera el máximo
responsable de su situación planeando su asesinato, no creo que se deba
catalogar como novela negra, ya que ésta no es la parte esencial de esta
historia. Respecto a ese responsable, resulta curioso el juego de
nombres que usa el autor para llamar al presidente: José María Sáenz
Rajoy.
A través de su lectura pasaremos por una serie de noticias que han
ocurrido en ese país que se parece bastante a España: suicidios por
culpa de los desahucios, recortes, huelgas generales, manifestaciones,
rescate a los bancos... Sin embargo, considero un error el punto de
vista desde el que lo plantea el autor, manifestándose claramente
contrario al gobierno, aunque también critica a la oposición e incluso a
los sindicatos. Evidentemente, la clase política no sale muy bien
parada, pero creo que se puede dejar en evidencia a alguien igualmente
dándole la oportunidad de expresar su opinión. En esta ocasión sólo
sabemos lo que piensa Juan Carlos. En este sentido, yo pienso igual que
Antón, el hijo del protagonista:
Aunque en casa siempre se ha hablado y
discutido sobre asuntos políticos y sociales, nunca ha tomado una
posición definida, más bien ha optado por el rol de observador. Hace
comentarios, pero su discurso es tranquilo, sin acaloramientos,
sosegado. Siempre trata de estar bien informado sobre los temas que le
inquietan o le llaman la atención. Por ello me sorprendió cuando me
sugirió que viéramos un documental muy interesante que hablaba de la
manipulación de la información por parte de los gobiernos y de cómo
vivíamos en un mundo de trampa y cartón.
Aparte de la crítica a la política actual, lo mejor como novela lo
tenemos en el final, el autor nos guarda una sorpresa que a mi me dejó
con una sensación muy parecida al final de Tuareg. Anímate a
descubrirla.
Este libro es recomendable por varias razones: por reflejar la época que
vivimos, porque se lee en una tarde y, sobre todo, porque si el autor
se encuentra en la misma situación que el protagonista, es muy loable
que haya destinado los beneficios a fines de interés sociocultural.
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