Día 159. Daniel Macías. Las aventuras de Imperio Sevilla (2007)
y sólo encontré sobras de plátanos y mangos
más tristes que sus vendedores disecados,
así que te traje un poco de esto que a ti te gusta
para celebrar el roce de las pieles y el momento presente.
A puro grito Juan es capaz de mecerse en su hamaca:
—... ninfómana, canadiense, esnob, alcohólica, intelectual...
¿Cómo puedes seguir con ella?
¡Qué sabrá él de la elasticidad de las palmeras!...
—por delante, por detrás, por donde quieras— me dice ella
sobre el fondo nocturno de mi ventilador-ametralladora,
y suspira borracha un "me da igual"
cuando ya deslumbran los trozos de luna
en el sudor de su espalda.
A veces nos hemos cansado de follar y hemos contemplado
al colibrí amaneciendo y chupando hibiscos,
inaugurando el hambre y el ansia del mundo,
mientras nosotros vivíamos en paz...
Ella era virtud, virtud y sólo virtud.
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