Sergio Torrijos – laRepúblicaCultural.es
Mezclar bolsos Louis Vuitton, aroma de Cartier, delicadas y elegantes prendas de vestir con crímenes y una buena ración de sexo no es muy habitual en la novela negra. Siempre ha existido una parte elevada de glamour, o mejor dicho algunos autores han hecho causa común con la elegancia, pero la mezcla siempre es complicada, más aún cuando los principales protagonistas no tienen ese toque elegante que eleve sus miserias por encima del resto de mortales.
El elemento más novedoso de la novela, aparte de esos toques de distinción, es sin duda la promiscuidad de su protagonista, una mujer del siglo XXI, en todos los aspectos, dejando ñoñerías a un lado y absurdos complejos. Beatriz, la protagonista, aparte de ser rijosa, es mujer solvente, activa, inteligente y un tanto curiosa, siendo esa curiosidad el hilo conductor de toda la trama.
Una trama que se localiza en la isla de Mallorca y tiene como hebra argumental la venta de una empresa informática y la espiral de violencia a la que se ven sometidos los cuatro socios de dicha empresa.
La novela podría competir en algún certamen de novela erótica. Las escenas de cama son de elevado nivel, teniendo la facultad de no repetirse y que los continuos encontronazos eróticos no parezcan una sucesión que tiende a la repetición, sino todo lo contrario, el autor es capaz de elevar la temperatura con mucho gracejo y sin parecer reiterativo. Sin duda sorprende que el autor hable con semejante claridad de la sexualidad femenina.
Aparte de las escenas subidas de tono existe una trama negra, costando diferenciar si es la más importante o si por el contrario la actividad de la protagonista tiene mayor fundamento y poso. La acción criminal está bien resuelta, aunque por el escaso número de involucrados y su cercanía resulta muy sencillo aventurar el culpable, siendo ese uno de sus puntos más débiles de la obra.
Joaquín Lloréns tiene una prosa clara, limpia, muy efectiva y por momentos muy culta. Demostrando con citas muy sugerentes que no todo va a ser crimen, armas de fuego y pasiones desatadas, también, dentro del género negro se puede dar cabida a elevados sentimientos. Sin duda ha sido todo un placer leer citas de Séneca o de Tácito.
¿Acaso sabe alguien ahora quién fue Tácito?
¡Lástima de siglo!
Lectura muy interesante y sumamente instructiva, algo tórrida lo que le da ese toque de novedad y que sin duda gustará a los amantes del género, creo que le vendría bien algo más de negrura, pero claro es una opinión y por lo tanto muy personal. Citas criminales es una entrega de una serie mucho más abultada que seguiremos reseñando en un futuro próximo, por lo pronto les animo a seguir mis pasos y empezar por esta, la primera de la serie publicada por Baile del Sol.
http://www.larepublicacultural.es/article6840.html
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