Día 346. Javier Cánaves. Momentos estelares (2013)
Una luz
Persigues una luz. A veces quema,
te seca la garganta igual que una necrosis muscular.
Tu cuerpo sufre convulsiones,
pero nadie parece percatarse.
La tormenta se oculta en tus arterias,
desciende a los riñones, se hace grito
y tú sigues en pos de aquella luz.
A veces hiela igual que el abandono.
Tú haces ver que consigues controlarlo.
No es la falta de amor sino su exceso
lo que te obliga a zambullirte en su oleaje.
Las olas te recuerdan que es preciso volver.
Después de la avalancha, queda el frío
y la tele encendida sin volumen.
No intentes compartirlo, nadie va a comprenderte.
Persigues como un loco aquella luz.
Hay un túnel y debes caminarlo.
Solo.
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