sábado, 28 de enero de 2017

Entrevista a Yolanda Delgado Batista en el blog Cierta Distancia



Yolanda Delgado Batista - Cuestionario básico - ¿Por qué escribes?

Cuando nací, la matrona encargada de darme las dos nalgadas para que rompiese a respirar, olvidó advertirle a mis padres que tuvieran cuidado conmigo, que en vez de un pan bajo el brazo, lo que traía su hija era un libro. A los tres años aprendí a leer y a escribir. Aquello a mis padres se les fue totalmente de las manos…
Escribo para detener el olvido en el tiempo, para aventar preguntas que surgen en este hábitat esquizofrénico que hemos creado los humanos. Es una necesidad casi biológica para sobrevivir en esta odisea apasionante, única y que sin remedio terminará en las profundidades de la nada. Se escribe casi siempre desde el desasosiego, cuando uno confiesa a los otros que "ya no se puede más"; una frase escrita desde el dolor con la que el escritor Cabrera Infante puso punto y final a esa maravillosa novela que es Tres Tristes Tigres.
Escribo para decir en voz alta que no estoy de acuerdo. Esa libertad que otorga la escritura es un talento valioso aunque el peaje de la solitud y la autoexigencia salga caro. Los escritores somos como Don Quijote, ese entreverado loco, lleno de lúcidos intervalos.


2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Lo único que necesito en mi mesa de trabajo es el diccionario al que dedicó su vida María Moliner. Una mujer excepcional, filóloga y bibliotecaria. Perteneció a la generación de las primeras universitarias que dio la República. Después de la guerra incivilizada sufrió represalias políticas. Hacia el final de su vida, padeció una arteriosclerosis que la mató. Muchas veces, cuando consulto este diccionario, pienso en la generosidad y el esfuerzo de muchas personas que como María Moliner, han allanado la vida de los que hemos llegado después.


3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Mujer soy; apenas de la humanidad algo comprendo. Prefiero la realidad cotidiana a la ciencia ficción; los héroes de la paz, a los héroes de guerra. Esa marcha que organizaron el pasado mes de octubre mujeres palestinas y judías para exigir la paz en su tierra, para mí tiene más valor que un encuentro diplomático.
Como escribió Hannah Arendt: lo que quiero es comprender un mundo en el que una se siente apátrida.


4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Sigo el método del ruso Isaak Bábel: le doy vueltas a cada frase una y otra vez. Comienzo eliminando todas las palabras de las que puedo prescindir. Las palabras son muy astutas; la suciedad se esconde dentro de ellas. El relato lo dejo reposar dos o tres días. Luego vuelvo a examinarlo frase por frase… Recorto las frases y divido los párrafos. Como ve, mi método es muy rápido…
Componer, tachar, componer, tachar, tachar, hasta que la frase contenga la pura esencia. Aún así, siempre hay palabras semiescondidas que te hacen la puñeta. Casi nunca estoy satisfecha, pero es un aliciente imprescindible para continuar trabajando la materia del lenguaje.


5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

El desorden fue el principio o el principio fue el desorden, pero poco a poco la historia se va recomponiendo sola. Los personajes me llevan de la mano adónde quieren y luego se despiden: "¡Gracias por el trayecto! Adiós y buena suerte". Es divertido y desesperante a la vez. Prefiero la técnica abierta que siguen los directores de documentales, por ejemplo. Tienen ante sí una historia que quieren contar, pero los protagonistas y las situaciones son reales, por tanto impredecibles. Las estructuras cerradas no encajan con mi carácter. Cada uno tiene su método; por fortuna no hay reglas fijas.


6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Siempre regreso a Joyce. Fue el primer escritor occidental que dirigió la corriente de la literatura a la vida corriente. Autores que quiero, admiro y releo hay muchísimos, y no solo novelistas: Tólstoy, Gógol, Bulgakov, Chéjov; Rulfo, Cabrera Infante, García Márquez, Juan José Arreola, Josefina Vicens; Kjell Askildsen, Knut Hamsun, Günter Grass, Hannah Arendt, Ingeborg Bachman, Ivo Andríc; Amoz Oz; Faulkner, Grace Paley, Shirley Jackson; Machado de Assis, Virgilio Ferreira, Miguel Torga, Clarice Lispector; George Orwell; Natsume Soseki; Flaubert, Romain Gary; Pérez Galdós; Ortega y Gasset, Juan Marsé, Muñoz Molina, Juan Cruz, Julio Llazamares… Me interesa mucho la literatura de Patricio Pron, Alejandro Madrigal, Rafael Gumucio o los canarios Santiago Gil y Carlos Cruz. Creo que más o menos se hace una idea.
Leo también mucha poesía, un buen antioxidante para el corazón: Marina Tsvetáieva, Ana Ajmátova, Edmond Jabés, Octavio Paz, José Régio, Mamud Darwish, Ángel González, Antonio Colinas, Joan Margarit, José Luis Morante o Inma Luna.


7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Puro cuento salió a la venta el pasado 18 de noviembre y está editado por Baile del Sol. Editorial canaria con distribución internacional, dirigida por Tito Expósito. Este mes de enero cumple 25 años de vida, nada menos.Esta obra supone mi segundo libro publicado, y en esta ocasión, he tenido la inmensa suerte de contar con la generosidad del escritor Julio Llamares, autor del prólogo. Puro cuento reúne 32 relatos cortos que indagan en el amor y el desamor, en los conflictos de la infancia y la adolescencia, en la esperanza, en el egoísmo humano y a veces, en la crueldad. Historias heterogéneas que hablan de Joyce, Dos Passos, Hemingway, Stalin o Tarzán, pero también de personas corrientes. He tratado de jugar con el lenguaje intentando que el lector acabe el cuento con una sonrisa, pese al drama narrado. Una mezcla de humor canario, británico, italiano, americano, argentino y ruso. Eso hay que leerlo para creerlo, ¡amigo!



Yolanda Delgado Batista (Las Palmas de Gran Canaria, 1967). Escritora, periodista, guionista de televisión y editora literaria. Estudió Publicidad y Relaciones Públicas en la Univ. Complutense de Madrid. Ha trabajado en Canal +, Cuatro como documentalista y guionista. Coordinó los contenidos de la TV del Ayto. de Madrid. Ha colaborado para distintas editoriales: Alfaguara, Tusquets, Círculo de Tiza como lectora, traductora y editora literaria. Fue editora de un suplemento internacional, Russia Beyond The Headlines, integrado en el diario El País.

Tiene un blog: La isla de San Borondón sobre arte y literatura.
En 2011 debutó en la arena literaria con La isla de las palabras desordenadas. Una novela en la que la escritora recurría a la memoría para desentrañar una historia familiar.
Puro cuento salió a la venta el pasado 18 de noviembre y está editado por Baile del Sol, 2016. Es el segundo libro publicado por la escritora canaria.



*La foto es de Yenny Delgado Batista

miércoles, 11 de enero de 2017

Bailando con Cecilia Domínguez Luis: "Pido cuentas a un dios que nos han impuesto, sin posibilidad de ponerlo en cuestión".


http://bailedelsol.org/index.php?option=com_booklibrary&task=view&id=770&Itemid=427&catid=115


Baile del Sol.- ¿Cómo surge Profesión de fe?

Cecilia Domínguez Luis.- Surge como una necesidad de un “ajuste de cuentas”, una desacralización de una doctrina establecida e impuesta, un poner en cuestión las llamadas Sagradas Escrituras. Surge también, como todo lo que escribo, como una búsqueda interior, en un territorio que es el de mi propia conciencia.

BdS.- ¿Se trata de un desafío contra Dios o contra nuestra forma de vida?
CDL.- Es, ante todo una revisión desde la duda, desde la rebeldía y la negación del dios de la violencia y la muerte, reconociendo la responsabilidad de la caída en el engaño, para, a partir de ahí, y desde un territorio propio, como si de un propósito de enmienda se tratara, intentar crear un mundo que esté por encima de esa realidad divina y humana que rechazo. Más que desafío es, en todo caso, un diálogo que establezco con un dios que no existe, o que si existe está mudo, no se le escucha. Un dios que desde que dijo “Fiat” enmudeció y nos ha dejado sin respuestas.

BdS.- Los versos recogen injusticias y justificaciones, ¿es la poesía una buena herramienta para poner en tela de juicio el comportamiento humano?

CDL.- La poesía es, sobre todo, una herramienta de reflexión, sobre uno mismo y sobre la realidad que lo rodea y una llamada a la propia conciencia que parece perdida en el marasmo de los días. La poesía pone en tela de juicio hasta a ella misma y no cree en las verdades absolutas. Por otra parte, el compromiso de la poesía, considerándola no solo una actividad de la conciencia sino comunicación, debe ser con unas ideas generales que tengan mucho que ver con los derechos del hombre, pero no con unas ideas determinadas.




BdS.- ¿La fe mueve montañas?

CDL.- Siguiendo con mi yo irreverente, a esta pregunta podría contestar que, para mover montañas, mejor coger una pala.

BdS.- En el diálogo con ese creador del que parece negarse la existencia, la poeta, sin embargo, le pide cuentas sobre sus decisiones, ¿es así?

CDL.- Diría más bien que pido cuentas a un dios que nos han impuesto, sin posibilidad de ponerlo en cuestión. Un dios al que, desde luego, no busco, por más que lo parezca, porque ese dios o la idea de ese dios, solo podré descubrirlo y recrearlo dentro de mí misma. Y es que ese dios, con su inexistencia, me obliga, en cierta manera a buscar más allá de las cosas y, a través del proceso creativo, encontrarle -o al menos intentarlo- un sentido trascendental a la existencia.

 BdS.-¿Cuánto hay en la fe de miedo a la soledad?

CDL.- Si la pregunta se refiere a la fe en Dios (se puede creer en otras cosas, mucho más humanas), desde luego se basa, a mi entender, en una necesidad de asidero, al enfrentarnos con realidades incuestionables como la muerte. Por eso creamos a dios, aunque no sea precisamente a nuestra imagen y semejanza, sino a nuestra conveniencia y por nuestros temores.


"El poeta, una vez creada su realidad, comprueba que su deseo va más allá de lo creado, y regresa a su inicial desasosiego".



BdS.- ¿Hasta qué punto continúa siendo la teocracia una realidad?

CDL.- El Vaticano es un claro ejemplo de teocracia y, además, de teocracia absoluta, donde el Papa es reconocido, internacionalmente como jefe de Estado. Otro ejemplo, el Estado islámico y sus ayatolas o el Dalai-lama. Todos ejercen un poder que va más allá de la religión, justificándola de mil y una maneras, a cual más peregrina.

 BdS- ¿La ausencia de un dios responsabiliza al ser humano de sus actos?

CDL.- Con dios o sin dios el hombre es responsable de sus actos. Lo que pasa que dios es una buena excusa para justificar determinados comportamientos, por lo general, poco éticos y humanos.

 BdS.- ¿Qué ha supuesto para ti esta experiencia poética?

CDL.- Ha supuesto un paso más en el camino de intentar conocerme a mí misma, a mis demonios y también, por qué no, a mis días claros, única manera de intentar conocer y, sobre todo, comprender la realidad en la que vivo.

 BdS.- ¿Qué tienen en común la poesía y la filosofía a la hora de plantearse el sentido de la vida?

CDL.- Tanto los filósofos como los poetas se caracterizan por ser seres insatisfechos. El filósofo, una vez halladas las respuestas a sus preguntas, comprende que eso es solo una parte del camino, y le surgen nuevos interrogantes que lo inquietan y lo mueven a actuar. El poeta, una vez creada su realidad, comprueba que su deseo va más allá de lo creado, y regresa a su inicial desasosiego.


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martes, 10 de enero de 2017

En el Oído del Viento, de Amparo Arrospide en Poetry Life & Times

En el Oído del Viento. Collected Poems. Amparo Arrospide. Reviewed by Jose Antonio Pamies




 
Su antigua música el desdecir diciéndose
el vértice del miedo y su pregunta
al filo de un abismo
como si de prestado no viviésemos miedo
 
Ah no lo desconoces alguna vez de niño lo sentiste
bajo sábanas amargas o dichosas
de pronto alargar su dedo oscuro
 
el miedo amigo el miedo cómplice
restregando los flancos de otro día
barrenando certezas preguntándose aquí
cómo decirles nada cómo decir si aprietan
 
Otros imponen establecen recaudan
otros castigan evalúan deciden
otros deciden miedo
 
o nadie en absoluto ni una sola persona
y sin embargo sabes
frente al espejo sabes
callar lo sabes lo has aprendido al fin
 
Di qué pronto la costumbre nos arropa
qué pronto está debajo el escondite
y las vasijas frías del llorar
 
y el miedo nos sonríe tiritando
entrechocando dientes
cubiertos para un ya mudo comensal
tan yerto como tú que le prometes
vivir, seguir viviendo en miedo como siempre.
 
Amparo Arróspide, a poem from En el oído del viento (Baile del Sol, 2016)
 
 

 
 
Amparo Arróspide (Argentina) has published five poetry collections: Presencia en el Misterio, Mosaicos bajo la hiedra, Alucinación en dos actos y algunos poemas, Pañuelos de usar y tirar and En el oído del viento, as well as poems, short stories and articles on literature and films in anthologies and international magazines. She has translated authors such as Francisca Aguirre, Javier Díaz Gil, Luis Fores and José Antonio Pamies into English, together with Robin Ouzman Hislop, who she worked with for a period as co-editor of Poetry Life and Times, a Webzine. Her translations into Spanish of Margaret Atwood (Morning in the Burned House), James Stephens (Irish Fairy Tales) and Mia Couto (Vinte e Zinco) are in the course of being published, as well as her two poetry collections Hormigas en diáspora and Jacuzzi. She takes part in festivals, recently Transforming with Poetry (Leeds) and Centro de Poesía José Hierro (Getafe).
 
 
(EN EL OÍDO DEL VIENTO, Baile del Sol, 2016)
Amparo Arróspide
 
 
En el oído del viento es el último libro de poemas publicado por Amparo Arróspide, filóloga, traductora y poeta nacida en Argentina y radicada desde hace años en Europa. En esta colección de poemas nos ofrece un trabajo singular, innovador, sorprendente, coloreado por diversos registros y voces corales, sin perder el hilo conductor de una voz afianzada: “Y a salvo yo, lectora de la vida, esto que se mueve y me sucede, donde sucedo y no hay respuestas, ni siquiera búsqueda de respuestas, un afán inútil, donde presto mi oído atento al runrún de lo que pasa y va pasando.”
 
La realidad resuena en este oído y se nos ofrece traducida con distorsión, juegos del lenguaje y toques de ironía, quizá una de las mejores formas de poner de manifiesto la situación social que atravesamos sin caer en la queja panfletaria o el lamento repetitivo.
 
Y es que lo cierto y verdad es que “Hemos descreído del género mayor, ese rumiante ante la caja de los panegíricos con olor a violeta y forma de billete bancario.”
 
El libro está dividido en tres partes: “en el oído del viento”“el mundo en fuga” y una tercera parte “a modo de epílogo”. Encontramos en muchos de estos poemas una poesía crítica con esa realidad exterior que sutilmente nos ha ido imponiendo su dictadura de lo políticamente correcto. Es tarea de la poesía desvelar los resortes de esas trampas para acceder a la verdad, a la esencia de una realidad que a menudo difiere bastante de las apariencias: “¿Ustedes nunca fueron vendidas compradas construídas/ paseadas por los medios de incomunicación?”
 
Los poemas se enfrentan a esa labor a través de ingeniosos mecanismos que denotan un buen trabajo con el lenguaje y con la semántica, dejando apreciar el valor textual de los poemas, a la vez que encuentran diversos tipos de paralelismos con la realidad exterior a la que refieren. En esa relación de contexto los versos se abren paso significando distorsionadamente, tratando con divertimento crítico acontecimientos que nos conciernen a todos los ciudadanos.
 
Una innovadora fusión de poéticas se nos revela aquí. Por un lado, encontramos preocupaciones y motivos de fondo que podrían resumirse en estas palabras de Enrique Falcón: “Mi verdadero conflicto: que me muerden mis versos, que no tengo país.” Y por otro lado, el magnífico trabajo con el lenguaje se acerca formalmente a una poesía conceptual, cercana a los concretistas y a algunas obras de Martín Gubbins o Ignacio Miranda en su tratamiento del lenguaje administrativo y burocrático, convertido en obra de arte mediante el talento poético.
 
Esta labor a que nos referimos se aprecia en una serie de poemas que ofrecen variaciones a referencias legislativas como en “Real Decreto 624/2014” o a discursos políticos como en “Investidura MMXI” donde se alude al discurso de investidura del presidente de Gobierno actual en España. Hay en ellos un contraste de la estructura opaca, propia de ese tipo de discursos políticos, con esa magia poética que nace de los nuevos sentidos que ofrece el texto distorsionado. Ecos surrealistas de una voz que se distancia de la realidad para denunciarla mejor mediante la deformación de los significantes, el realismo de ese lenguaje político resulta tan grisáceo que en su temerario engaño no es capaz de ofrecer ni siquiera un vocabulario seductor. Esta poesía seduce y divierte, pero a su vez contiene el poso amargo de la verdad ineludible, de la corrupción, del paro, de los recortes, de las mentiras que duelen:
 
“Habrá pañoles, todos punibles, todos fungibles, todos cocodrilos,/ dignos de esputo, todos capaces de trincar en la estafeta común.”
 
Los recursos del lenguaje poético son mucho más bellos y entretenidos que ese lenguaje de los burócratas, pero desvelan también una verdad más cruda. El esperpento se hace necesario para poder afrontar el tratamiento de cuestiones que tanto nos afectan: apela a la función lúdica de la literatura a la vez que despierta el pensamiento crítico, señalándonos la realidad que tenemos que afrontar cada día.
 
“Esta es mi puesta, Luñorías./ Es una oferta de bergamota porque se sustenta en la micción/ de que contamos con miedos, meigas y vergas para salir adelante.”
 
En En el oído del viento también hay ráfagas de un registro más íntimo con poemas que apuntan a preocupaciones esenciales como el paso del tiempo, la naturaleza o el amor con ecos de César Vallejo y referencias a otras tradiciones culturales. Y también a la utilidad de la poesía, al lugar del poeta en este mundo, si es que tiene cabida más allá de infinitos interrogantes: “¿Todos los poetas no pueden…/ obtener un doctorado en sinestesia/ por la universidad de Columbia en Nueva York? /¿Trabajar de catedráticos de ciencias púnicas/ trabajar de maestras jardineras,/ trabajar?” “¿No pueden desdoblarse transmutarse / no pueden extrañarse balbucearse / y enmudecer al fin?”
 
En el contexto actual no podemos permitirnos el lujo de que este tipo de obras pasen de puntillas por las estanterías, estamos ante una apuesta innovadora y vitalista que tiende puentes y abre caminos en el marco de la poesía contemporánea. A pesar de tantas necesarias cuestiones, esta poesía no enmudecerá.
 
Cerrando el libro, a modo de epílogo, encontramos un magnífico diálogo que no podría ser más necesario: “Por su bien y por el mío, ciudadano paciente, lo engranaré en la maquinaria de la rutina social. Afortunado usted: de haberlo atendido otro (hay dos escuelas, la dura y la inflexible), dada su mórbida atracción por Sogas y Vigas ya estaría colgando. Podría hacer otro chiste fácil con los empalmes del ahorcamiento pero no lo haré. Alégrese, hombre, tiene usted permiso. ¡Pero hable, calle, alégrese!”
 
Por su bien y por el mío, ciudadano paciente, le recomiendo que se acerque a la poesía que Amparo Arróspide nos ofrece en esta obra.
 
José Antonio Pamies

http://www.artvilla.com/plt/en-el-oido-del-viento-collected-poems-amparo-arrospide-reviewed-by-jose-antonio-pamies/

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jueves, 5 de enero de 2017

Reseña de EL INVERNADERO, de Fernando Luis Chivite en el blog ALGUNAS COSAS QUE LEO de Isabel Bono

el invernadero, de fernando luis chivite

El invernadero
Fernando Luis Chivite
Baile del sol, 2016
194 páginas

La contraportada dice: "Podríamos decir que se trata de una novela de personajes secundarios cuyas trayectorias vitales se entrecruzan durante un instante y luego se pierden. Una obra sobre el transitar en el mundo de hoy, atravesada por un cierto existencialismo contemporáneo y escrita en el tono inmediato y urgente de la primera persona, con una prosa transparente, de frases cortas y lectura rápida".

En octubre de 2009 abrí este blog con una sola intención: hablar de un libro de poemas y de un escritor que me fascina. Digo fascina, porque Fernando Luis Chivite consigue hacerme creer que todo lo que escribe lo hace pensando en mí, para que me sienta menos sola en el Universo. Digo Universo, así a lo grande, porque este escritor sabe hablar de lo pequeño con una delicadeza inusual en estos tiempos de reír demasiado alto, de hacer partícipes al mundo a voz en grito de nuestras miserias (tecnología punta made in corea mediante) en la cola del súper, en la parada del bus y hasta en la sala de cualquier tanatorio.

Chivite, sin embargo, sabe abrir ciertas rendijas para iluminar lo justo, para que veamos qué sucede en esa zona del cerebro: Ese semisótano mal iluminado (dijo una vez) que todos llevamos dentro. En esta novela, una vez más, le es suficiente señalar con el dedo sin necesidad de hurgar en lo malsano para que sus personajes nos dejen ver todo lo que esconden, dócilmente, sutilmente, en un susurro.

Un hombre llega a Berlín, alquila una habitación y espera a que pasen cosas a su alrededor para poder mirarlas. Se mira, pero no se toca, parece el lema de este hombre. Hay otro hombre, un tal Furey (quizá el anciano que pudo ser aquel otro joven Furey de Los muertos si hubiera sobrevivido al frío) y una chica que usa zapatos de verano en pleno invierno. Así son sus personajes, los de Chivite, elegantemente excéntricos. Personajes que no huyen, sólo se alejan, toman perspectiva, observan, hablan de cosas normales en la cocina y beben vino en vaso. Eso me gusta de él, que hace beber vino en vaso a sus personajes, sin ceremonias.

Escribir sin ceremonia, vivir sin ceremonia, sin retórica. Vivir, escribir y saber acompañar sin habérselo propuesto. ¿Qué más podríamos pedir a nuestros escritores favoritos? 

martes, 3 de enero de 2017

Nos entrevistan en EL ESCOBILLÓN por nuestro 25 ANIVERSARIO

“Somos francotiradores culturales”


Esta no es la historia de un milagro pero casi porque celebrar 25 años como editorial, y como editorial canaria, si no es milagro se le acerca bastante. Baile del sol nació primero como una asociación cultural que articulaba su voz a través de fanzines y más tarde, mucho más tarde, como una pequeña editorial independiente que bajo la orientación de Ángeles Báez y Tito Expósito navega aún en el complejo océano de la edición en España porque los del baile y a los que les gusta este baile, se marcaron desde los inicios saltar ese mismo océano con el objetivo de hacer llegar sus libros también al territorio peninsular. Sobre estos 25 años de singladura editora y editorial conversamos con Tito Expósito.

- ¿Qué balance hacen de la trayectoria y evolución como editorial de Baile del sol?
“Después de 25 años, podemos decir que no hemos llegado a la cima a la que nos habíamos propuesto pero tampoco nos hemos visto devorados por la espiral meliflua que supone trabajar en la cultura en este país y sobre todo, haciéndolo desde la periferia. Hemos editado casi todo lo que hemos querido y más. Nos hemos batido con bastante éxito en el campo de la poesía, sobre todo en la llamada de la conciencia crítica y quizás sea en este territorio donde se nos conozca más. Hemos editado a mucha gente nueva, y también se han ido acercando autores con cierto prestigio. Nos hemos atrevido a dar saltos a la literatura del este de Europa y a la del continente africano e incluso, hemos hecho pinitos con la literatura francesa y anglófona. Nos han faltado algunos títulos que despuntasen con holgura –sobre todo en narrativa- para haber podido despegar por completo y no habernos quedado siempre a un paso de asentarnos totalmente en el mercado editorial hispano. Si bien es verdad que con la edición de Stoner logramos expandirnos en cuanto a la distribución estatal, siempre hemos estado bregando para que nuestros libros abarquen una red de librerías mucho mayor. Otro problema que hemos tenido en estos años es el de llegar a los medios de comunicación especializados, un verdadero coto donde el peaje a pagar no es siempre asumible para una editorial de nuestra envergadura. Por otra parte, siempre hemos intentado hacer cosas paralelas a la edición de libros, tanto de forma individual como con otras empresas o colectivos, ahí estuvieron las campañas de fomento a la lectura como Lee a tu gente, la promoción de autores insulares fuera de nuestras fronteras como fue Acercando orillas (estuvimos dando pata por España, Croacia, Eslovenia, México y Portugal), el Encuentro de Editores en Canarias o el Salón Internacional del Libro Africano. A estas alturas, con más de 800 títulos editados, podemos decir que hemos sido una editorial coherente con nuestra forma de ver el mundo y con un tipo de literatura global, comprometida y liberadora.”

- ¿Cómo nace la editorial, y cuál fue el primer título?
“La editorial nace tras varios años como fanzine y revista bajo el mismo nombre, bajo el auspicio de un colectivo cultural que surge como una forma de vertebrar lo que cocíamos una jarca de pibes y pibas inquietos culturalmente. En esta primera etapa nos movíamos entre la música y la literatura. Formaban parte de este colectivo mi hermana Carmen, los hermanos Croissier, los dos Orlando (Negrín y el fallecido Cova) y también Ángela Ramos. Después estuvimos un tiempo unidos a la gente de La Calle de la Costa, más implicados con la literatura y con la edición. Una etapa donde frecuentábamos bastante la librería El Escribidor que regentaban Maruchi y Antonio Vizcaya. A partir de ahí, después de ver cómo iba muriendo la receptibilidad por este tipo de publicaciones alternativas, lo rápido que caducaba la publicación tras muchos meses de esfuerzo, decidimos buscar otras vías para hacer visibles nuestras inquietudes culturales y optamos por la edición. Los dos primeros títulos que salieron juntos fueron: una novela corta de Juana Santana titulada El grillo rojo, y el segundo, una recopilación de poemas, Cantos del Sahel, escrito por niños de Níger  que estudiaban castellano en su país. Empezamos a ver la posibilidad de edición de estos título a principios de 1992 y se hizo realidad en el último trimestre del año. Un parto largo por la inexperiencia del salto que estábamos dando. A parir de esas fechas la editorial siguió cambiando de actores y fisionomía. Es durante el año 1997 cuando se incorpora Ángeles Alonso y en 2001 damos el salto a la profesionalización de la editorial. Abandonamos el amparo del colectivo cultural y nos convertimos en una sociedad limitada. En esta aventura nos acompañan en un primer momento, Nieves Morera y Conchy Franchy. También en esta época nos ayudó mucho Carlitos el Pana. El batacazo nos lo damos a finales del 2003. Quisimos montar una editorial de película en un territorio poco propicio. Durante el 2004 casi desaparecemos y  no es hasta avanzado el 2005 que empezamos nuevamente a asomar la cabeza, otra ves Ángeles y yo, pero ya sin oficina ni almacén y moviéndonos desde nuestros respectivos domicilios. Un par de años más tarde volvemos a tener oficina bajo el amparo de la empresa Mirmidón en Santa Cruz. Primero Nuria y luego Noemí, tomaron las riendas de la parte administrativa, pero sobre todo de comunicación, y parecía que la editorial volvía a remontar. También desde las instituciones se fomentó la asistencia a ferias y pudimos asistir por primera vez a Frankfurt o Guadalajara y poner chiringuito en la Feria del Libro de Madrid junto con otra editorial de isleños, Escalera. Incluso llegamos a tener durante casi un año a una persona que se encargaba de la comunicación desde Madrid, María José. Esto se corta casi radicalmente con la llegada de la crisis. Volvemos a quedarnos sin oficina, almacén y personal pero ganamos una deuda del tamaño de un rascacielos. Tuvimos que retomar el asalto a las trincheras y volver a trabajar desde nuestros domicilios, francotiradores culturales. Pero afortunadamente un golpe de suerte nos llegó a finales del 2010, y se materializó durante el 2011. La edición de Stoner hizo que en un año tomáramos el impulso necesario para volver a flote y mantener nuestro ritmo de edición, el fortalecimiento de la distribución y la consecución de nuevos puntos de venta. Desde entonces andamos entre nubes y claros. Con la incorporación de Inma Luna llevando la comunicación de la editorial, hemos reforzado y expandido nuestra presencia en las redes sociales.”

- ¿Cuáles han sido los títulos más vendidos de la editorial, y por qué?
En un principio tuvimos bastantes ventas con los libros de historia relacionados con las islas, temas tabú hasta entonces: el nacionalismo más radical, el africanismo o los temas relacionados con la Guerra Civil. Después vinieron muchos años donde despuntaba algún título de poesía, primero local y poco a poco de poetas españoles y de otras latitudes. Pero si duda, el bestseller de la editorial ha sido Stoner, de John Williams y sus más de 50 mil ejemplares vendidos en estos últimos 6 años. También en nuestra apuesta para estas navidades, nos hemos salido de lo estrictamente literario, y nos hemos lanzado a un libro de cocina, entre biografía y recetario de unos de los ganadores del programa televisivo Masterchef, Cocinando la calle con Carlos Maldonado. Solo lleva una semana en la calle y de momento estamos muy contentos con los resultados que está consiguiendo.”

- ¿Podría hacer un diagnóstico de la situación editorial en Canarias?
“Si te digo la verdad, la desconozco. Siempre me he dedicado más a la parte editorial que a las relaciones institucionales. Hubo un tiempo en que funcionó una asociación de editores de la que formamos parte, incluso llegaron a existir dos paralelamente. Pero yo me canso pronto de las disputas de ombligo, sé que lo que importa y lo que nos lleva a algún lado es el curre y no discusiones retóricas que nunca han llevado a nada, solo a envidias y a peleas de perro. Creo que se perdieron verdaderas oportunidades de que el sector editorial se asentara en las islas, pero ni las políticas institucionales ni los propios editores tuvieron la voluntad necesaria para que esto saliera adelante. Durante estos años he visto pasar unos cuantos gobiernos y después de muchas reuniones de cara a la galería, muy pocos tuvieron un interés real –algunos hubo que se mojaron más arriba de las rodillas- por sacar la cultura de la cloaca a la que casi siempre conducen políticos que ni saben ni muestran el interés necesario por ella.”

- ¿Cuentan con apoyos del gobierno, cabildos, ayuntamientos?
“Hemos tenido apoyos, y hubo un tiempo en que se intentaron hacer cosas, primero fueron ayuntamientos y gobierno los que cerraron las ayudas. El último fue el cabildo tras su interés por digitalizar obra, pero ya este año hemos visto como languidecía cualquier atisbo de que esto continuase por mucho que prometiesen. Cuando la promesa se dilata tanto llega a esfumarse. Ya ni siquiera compran algunas decenas de ejemplares para las bibliotecas como cuando lo hacían para lavar conciencias y tapar bocas. A estas alturas, solo faltaría que nos pidieran ejemplares de regalo para abastecerlas. Pero también hay que dejar claro que las ayudas institucionales deberían darse para fortalecer el sector y crear las infraestructuras necesarias para ello. El parcheo y la mendicidad no sirven para nada, solo para llenar los bolsillos de algunos.”

- ¿Se lee en Canarias? Y si se lee, ¿qué se lee en Canarias?
“Supongo que se leerá como en todas partes. Lo único que te puedo decir es que es la comunidad donde nosotros facturamos menos. También me imagino que como en todas partes, habrá público para todos los gustos. Como lector del terruño, cuando me acerco a las librerías sé que tipo de literatura voy buscando, con lo cual me dirijo a unas librerías determinadas donde sé que voy a encontrar lo que me gusta. El público que veo por allí creo que también va con ese objetivo.”
- ¿Cuáles son los libros de los que se sienten más satisfechos de haber editado pero que, sin embargo, tuvieron una carrera irregular en ventas?
“Por encima de todos, la colección del poeta salvadoreño Roque Dalton. Fueron muchos años detrás de los derechos y luego un trabajo duro de digitalización y corrección para editar esos diez títulos que la componen. Y sin embargo, todavía siguen siendo un desconocido en esta orilla.”

- Baile del sol es de las pocas editoriales de las islas que se ha preocupado por llegar al  mercado peninsular.
“El proceso ha sido lento y laborioso. El primer obstáculo con el que nos encontrábamos era nuestro catálogo, se nos echaba en cara la composición casi exclusivamente regionalista del mismo. Con la internacionalización de autores, la entrada a las distribuidoras fue más fácil, aunque solo se interesaban por nosotros las de tercera división y tuvimos que hacer muchos cambios al principio acompañados también de muchos palos como la pérdida de depósitos y los impagos. En la actualidad tenemos una red estable de distribuidoras, y cuando alguna cierra, pasamos directamente a buscar puntos de venta estratégicos en las ciudades más importantes de la zona donde puedan tener cabida nuestros libros. Es importante tener un punto de apoyo sobre todo en Madrid o Barcelona si quieres abarcar el mercado peninsular. Solo desde aquí con los costes de transporte de mercancías y personas es un disparate. Las redes sociales también ayudan en la promoción, pero desgraciadamente si el libro no es digital, la distancia geográfica es un claro impedimento. La situación mejoraría quitando las trabas arancelarias y aduaneras tanto de ida como de vuelta –solo las administrativas crean tal caos con el papeleo que uno termina por desistir-. Al igual que el transporte de pasajeros está subvencionado creo que también debería estarlo el de ciertos tipos de mercancías, sobre todo de productos básicos y culturales.”

Y en eso llegó Stoner
El mayor éxito de Baile del Sol hasta la fecha tiene nombre: Stoner, del escritor norteamericano John Williams, una novela absolutamente desconocida en España hasta que se publicó en la editorial canaria y que lleva vendidos unos 50.000 ejemplares, así como el elogio de numerosos lectores y críticos, entre los que se encuentra un revelador y entusiasta artículo que Enrique Vila-Matas publicó en el suplemento cultural de de un diario de tirada nacional. Tito Expósito comenta que llegó a Stoner cuando leyó en una entrevista a la escritora Ana Gavalda sobre un libro que la había emocionado. “Yo me dije entonces que si a esta mujer le gustaba y a mi me gustaba tanto lo que ella escribía, pues también me iba a gustar Stoner, así que investigué y tras contactar con la agencia que llevaba los derechos en Estados Unidos, pude conseguirlos para el castellano a un precio accesible”, recuerda el editor. La versión en español de Stoner se puso en circulación en diciembre de 2010, “adelantándonos incluso a la edición francesa que saldría seis meses después”, y el éxito si bien no fue inmediato, aumentó a medida que la novela calaba entre los iniciados. Stoner fue escrita en 1965 por un escritor casi desconocido, John Williams, y había pasado sin pena ni gloria por las librerías americanas hasta su reedición en 2005 por New York Review Books Classics, año en que la obra empezó a ser considerada en su país. La versión española contaría con el respaldo de críticos y escritores como el ya mencionado Vila-Matas y también Rodrigo Fresán, quienes la consideran como una obra maestra lo que estimuló a que las ventas crecieran y que el libro se haya “mantenido durante seis años como un libro de referencia”.
Saludos, calima, desde este lado del ordenador.

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