sábado, 30 de noviembre de 2013

2013 de Poesía. Día 332. Esther Ramón

Día 332. Esther Ramón. Por donde pasa la poesía (2011)


RETARDAR LAS AVES
en este techo alzado
es un caer disperso
en las almenas,
recuperar el pulso
del corredor visionario,
palpando en silencio
los músculos dormidos
del castillo,
aprendiendo bajo la mesa,
uno tras otro,
sus nombres destensados,
el latir clandestino
del horizonte abierto
en tantos muros,
calzar las cavernas,
vestir las verdes
ranas que yacen
a un salto apenas
del estanque,
en la inmovilidad
de princesa dormida
de la casa,
en el descenso cercado
de helechos

de mis pájaros.


viernes, 29 de noviembre de 2013

2013 de Poesía. Día 331. Sebastián Vitola

Día 331. Sebastián Vitola. Por donde pasa la poesía (2011)


YO CHAMÁN, LLEVO pan incrustado en las encías,
orgulloso del poroto que me cuelga,
piltrafa, pescado, macaco del hombro donde caerse,
vivo o muerto en una plaza,
no tener más que una camisa, una silla un termómetro
una escalera.

Brujo yo, colérico, pronostico un tiempo bueno de ataúdes,
de laúdes y jolgorio funebrero.
No me importa si todos los niños que pasan por el Vaticano
les duele el ano, hago igual la procesión con un cono en
el frontal
y me azoto con la tele.

Creo, creo creo todavía y resucito,
atravieso una pared, toco un timbre un clítoris y lloro.
Mortal yo, sueño todavía sueño,
amo a lo vallejo y amo,
creo y qué más da, si a la cavernícola cuerva le da
por fecundar un cuervo creo, un tiempo, un cavernícola.


jueves, 28 de noviembre de 2013

El siglo de la gran prueba, Jorge Riechmann

Ariadna G. García 
Hay peligros que por más que nos acompañen desde hace años merecen que se nos adviertan contra ellos una y otra vez. Tal es su poder de destrucción. Jorge Riechmann lleva una vida literaria cumpliendo con rigor su misión de bandera roja en un playa de aguas revueltas; es verdad que puede resultar reiterativo, pero es que el mal contra el que nos apercibe no descansa, se limita a esperarnos. Sabe que nos precipitamos hacia a él. Además, nadie dice que todo el mundo deba leer la bibliografía completa de un autor. Su último ensayo poco aportará –desde un punto de vista ideológico– a los lectores habituales del poeta, sin embargo, constituye una buena plataforma para que aquellos que aún lo desconocen salten y se sumerjan en el ideario de uno de los autores más interesantes de la literatura española reciente.
El siglo de la gran prueba alerta contra el genocidio al que nos encaminamos por una mera cuestión numérica: no hay energía para los siete mil millones de habitantes de la Tierra. No, al menos, manteniendo nuestro actual modelo económico. Los estragos de esa masacre los estamos sintiendo ya y aquí. ¿Puede pararse la maquinaria que nos conduce al abismo? Sí. Su detención depende de nuestra voluntad. Y la poesía –nos dice Riechmann– debe contribuir al cambio, debe aproximar lo lejano a fin de establecer vínculos y de movilizar a la gente. La búsqueda de la empatía, de hecho, es una de las obsesiones del autor, que aconseja en su excelente bitácora (tratarde.org) que realicemos “ejercicios de estiramiento moral” para aumentar nuestra conciencia de especie.
En su último ensayo, Jorge Riechmann incluye una poética donde reflexiona sobre el papel de los escritores y el sentido de la cultura; así como un manual ascético con el que aboga por una existencia austera, tranquila y maravillada por el descubrimiento diario del mundo. Su libro se suma, así, a otras obras que en este 2013 proponen a los lectores una alternativa al capitalismo (Un futuro sin más, de Antonio TurielLa vida simple, deSylvain TessonEl último lapón, de Oliver Truc). Son muchos los escritores que perciben el próximo colapso civilizatorio, el “Gran Batacazo del Progreso”, y por esa razón, ahora más que nunca, tratan de que sus conciudadanos mediten sobre quiénes son, qué sociedad desean o qué podrían hacer para salvarse a sí mismos y salvar su hábitat. Riechmann, con sus preguntas, nos invita a la auto-crítica. Su lectura no es cómoda, pero es imprescindible. El siglo de la gran prueba pretende contribuir al cambio del paradigma de vida dominante, apoyado en la sociedad de consumo (Elisabeth Peredo) y sustentado por valores como la codicia, la individualidad, el egoísmo o la violencia. Reconoce la dificultad del intento, pero sabe que hay un margen para la esperanza: «La fuerza del sistema estriba todo en conseguir que nos rindamos por adelantado, sin tener siquiera que hacer uso efectivo de su tremenda fuerza. Nuestra oportunidad: no ceder en ese momento».

2013 de Poesía. Día 330. Antonio Méndez Rubio

Día 330. Antonio Méndez Rubio. Por donde pasa la poesía (2011)


¿De verdad que no te acordabas
de lo difícil que parecía escribir
con todas las letras,
                              hacer
como si en un hechizo se juntaran
unas palabras con otras
y, con los ojos más fuera que
dentro del mundo,
con la mano no apartada,
no sola,
saliendo ojalá indemne
de toda mi soledad?

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Alejandro Palomas: La tradición hermética

Hay una corriente de Poetas en nuestro país que son como un río que fluye. Un río silencioso, discreto y sobrio.
Vienen desde la tradición más oculta de nuestra lengua. A veces han sido llamados herméticos, otras simbolistas, en épocas han sido adscritos a la forma de lenguaje anglosajona; estoy pensando en Luis Cernuda, en Gil de Biedma, en algunos otros, por nombrar contemporáneos. Pero más atrás resuena San Juan, por ejemplo.
Estos poetas tienen, todos, algo en común que les une a través de los siglos, independientemente de los temas que traten, o de las preocupaciones de contenido que nos transmitan: son todos develadores del silencio. No reveladores, porque el silencio no se muestra, sino que está. Es.
Alejandro Palomas pertenece a esta clase de poetas. El silencio, lo que queda, lo que permanece, lo que es en sí mismo a la vez y como contradicción inhabitable, es lo que muestra en su poemario, Entre el ruido y la vida, editado por Baile del Sol.
Es este un poemario unitario. Es decir; es un poemario que nos narra una historia. Una historia quizá muy común, pero no por conocida menos inquietante; la búsqueda.
¿Qué tipo de búsqueda propone el poeta?…
Así de pronto, leyendo en superficie se podría decir “ encontrarse a sí mismo”, y no. Aunque pueda estar incluido.
El asunto va más allá. A través de un camino interior, el poeta va asistiendo a una lucha contradictoria entre el ruido, lo accesorio, lo banal, lo excusable y el núcleo, lo primigenio, lo oculto, lo que es.
Y lo que es, es por sí mismo, por esencia, inasible. Indecible. Por eso el poemario es un rodeo al silencio. Un rodeo amoroso, podría decirse en algunos poemas, pero sin embargo tampoco. Porque al final del ruido, más allá del rodeo, más allá de la  búsqueda se encuentra el poeta, el ser humano sólo. Sólo con acento. Es decir, solamente él. Ante la paz. Y la paz es otra vez el silencio. La nada. La calma de no ser.
Este es un libro para releer, para detenerse y saber que nada en el lenguaje usado, sencillo, cotidiano, natural, perfectamente accesible, sobra. Que precisamente porque es un rodear continuamente la esencia abunda en lo que no se dice pero se sugiere, en lo que se alude. En lo que se empieza a vislumbrar sin poder asirlo.
A mí, dentro del gran ruido al que asisto a veces perpleja y otras veces harta, todo  hay que decirlo, en el mundo de la literatura, me ha descansado leer este silencio en el umbral de la consciencia.

2013 de Poesía. Día 329. Antonio Martínez i Ferrer

Día 329. Antonio Martínez i Ferrer. Por donde pasa la poesía (2011)


LOS MERCADOS

se rompen los equilibrios
enredados
entre negocio y mentiras

se le añade o se le quita
valor a las empresas
sin que se pongan o quiten
máquinas
o tabiques

derivados de la estafa
los mismos mecanismos
cambian los valores
del dinero y del trabajo

y cuando el caos
arruina
a ciudadanos y estados
la bolsa continúa
el curso de los engaños

desde el portal
de los miedos
comienza la nueva subida
todos saben que es mentira
todos conocen el fraude
riqueza para unos pocos
y ruina para muchos

y conociendo el final
de tan oscuros negocios

siguen y siguen el juego
a la babel del mercado

martes, 26 de noviembre de 2013

2013 de Poesía. Día 328. José María Gómez Valero

Día 328. José María Gómez Valero. Por donde pasa la poesía (2011)



APUNTES PARA UNA ESTRATEGIA

Ellos,
quienesquiera que seamos,
siempre serán más.

Nosotros,
quienesquiera que sean,
siempre seremos menos.

Una vez dicho esto

pasemos a la acción.

lunes, 25 de noviembre de 2013

2013 de Poesía. Día 327. Víktor Gómez

Día 327. Víktor Gómez. Por donde pasa la poesía (2011)


COLGAR UN POEMA EN EL BLOG

a Eduardo milán

La cabeza de la poesía cuelga de una soga
la cabeza de la historia cuelga de una soga
siga quien siga, se sabe que nunca sobra
para hablar, decir que se sigue, que se dice
con no poca esperanza, sin desmemoria
que la cabeza del tiempo es tiempo de poesía:

ese descolgado decir de la histeria que ahora
descomulgan los gaznápiros y es un historiar
más cabal y en su quicio que la sordomuda
versión de los vencedores, que la ficción sudada
con desvergüenza de los guapos y las coronadas.

Una corazonada tengo.




domingo, 24 de noviembre de 2013

2013 de Poesía. Día 326. Alberto García-Teresa


Día 326. Alberto García-Teresa. Por donde pasa la poesía (2011)


BELGRADO

Para frosina y gordana stojkovska

Asomarme a tus ojos es oler el humo de tus heridas.
No es posible borrar cómo quebraron los juncos de tus dedos,
cómo supuró el aliento de tus gentes mientras el aire ardía.
Existen zanjas que no pueden ser cubiertas con cemento.
Existen trincheras que no desaparecen bajo las subvenciones internacionales.
Duerme el dolor entre las ruinas
pero resuena grave aún el motor de los generales.
Cada amanecer es una carrera hacia el útero.
Las manos, en vez de podar cerezos,
limar espátulas, mezclar colores, afinar guitarrras,
se deben dedicar a inyectar suero,
taponar hemorragias, vendar pesadillas.
La desesperación se acuesta en tus camas
bajo nevadas de confetti imperialista.
Son abismos las aguas
y se convierten en inalcanzables entonces las orillas.
No hay lugar seguro cuando el objetivo es la vida,
cuando se tienen que levantar decorados para engañar a los aviones,
cuando la calavera es el impulso que necesita la ruleta
para continuar ejecutando el relincho de sus pistones.
Se aloja la escarcha bajo las uñas.
Se aferra el insomnio a los pulmones.
Las flores se mantienen erguidas a pesar del miedo.
Las sonrisas se esfuerzan en ser esbozadas a borbotones
a pesar de las sirenas, a pesar de las carencias.
Pero en tus dientes tiembla el retumbar del suelo,
el desfile matutino hacia el cementerio.
Ningún inocente comprende su castigo
pues nadie merece que lluevan gajos de muerte,
que se mancillen las nubes con sus vuelos de alaridos;
que se atormente alguien lanzando piedras al cielo cuando anochece.
Siempre sufre el pueblo
el pestilente delirio de los escaños.
¿Por qué no quienes ordenan los bombardeos?
¿Por qué no caen misiles sobre sus mansiones,
sobre sus paraísos fiscales?
¿Por qué lo hacen sobre puentes,
carreteras, trenes, viviendas, hospitales?
¿Por qué temen que la felicidad y la paz se extiendan?
¿Por qué no trocar los engranajes
que necesitan al sufrimiento como lubricante?
Toma nuestras caderas, Belgrado,
y apóyate para caminar hacia el horizonte,
para crear una red de manos que protejan
el calor de la risa, el abrigo del abrazo
frente a quienes disponen de las personas
como impávidas piezas de ajedrez,
de un mosaico con forma de dólar.
Sigamos las aguas del Danubio, que escapan de fronteras,
que escuchan una decena de lenguas
y continúan su marcha generosas
para encontrar un hueco donde habitar entre las hogueras.
No olvides, Belgrado, no calles,
pero tampoco permitas que la muerte venza
y convierta tus escombros en vendavales.

2013 de Poesía. Día 325. Miguel Ángel García Argüez

Día 325. Miguel Ángel García Argüez. Por donde pasa la poesía (2011)


DANZA CANÍBAL #5
Escuche majestad
No queda más que un gramo de ceniza en este cuerpo
Los coches se congregan a mirar el precipicio
Mi mano es de licor
Mi nombre de madera
El óxido en las frutas
Es un largo camino hacia el centro de las cosas
Diógenes el perro nos ha enviado un fax esta mañana
Pero nadie se ha atrevido a contestar
Porque ha de saber majestad que ya a esta hora
No queda más que un gramo de ceniza en este cuerpo
No queda más que un gramo de ceniza en este cuerpo
No queda más que un gramo de ceniza en este cuerpo
Escuche los relámpagos
Del címbalo y del hambre
La ciudad se está afeitando y a esta hora
Le duelen los muñones
Mi cuerpo se levanta y estira sus fronteras
Como un pájaro de fango cociéndose en el fuego
En este momento exactamente
Alguien grita y gime y sangra
En el sótano de todas las comisarías

La gente pasa al lado sin oír
Los sucios telegramas de la sangre
Los sucios telegramas de la sangre
Los sucios telegramas de la sangre
Mañana a esta hora majestad
El pan de los mamíferos se hará de cocaína
Los furgones policiales
Baten alas lacrimógenas
Y yo sigo aquí sentado sin embargo
Al lado de esta ciénaga
Donde veo cómo se hunden entre gritos
Las vacas y sus dueños
Amor músculo guitarra.
Quisiera dejar de ser lo que me ha tocado ser
Para ser cualquier otra sustancia
Escuche a todas estas fístulas majestad
Y diga si no nota cómo tiembla el aluminio
En la central eléctrica
Alguien no descansará esta noche
Atento a que no falte el suministro de energía
Que mantenga conectadas todas nuestras
[pesadillas.
Sobre los campanarios hierven los perros
Sobre los campanarios hierven los perros
Sobre los campanarios hierven los perros
Majestad usted es un ornitorrinco
Tiene los ojos azules y una boca de animal
[extraterrestre
Usted es cómplice de todas las cosas que me hieren
De todas las trompetas y de todas las catástrofes
Este país de pasteles de nata agria
Esta tribu de monos con los dedos cortados
Estos jardines estrechos de la putrescencia
Esta asamblea de pompas de champú
Este castillo de cartas de amor
Este dolmen esta basílica esta gangrena
Esta máquina imperfecta de desollar conejos
Esta máquina imperfecta de desollar conejos
Esta máquina imperfecta de desollar conejos
Algún día habré de ser escarcha lenguaje compañero
Mariposa cepo araña puerta abierta
Olvido herida góndola planeta vida en llamas
¡Cualquier cosa habré de ser antes de ser
Un solo día más lo que ya soy!


viernes, 22 de noviembre de 2013

Nueva y renovada edición de El Libro del desasosiego, de Pessoa


m-101bBaile del Sol acaba de publicar la segunda y renovada edición de El libro del desasosiego, del portugués Fernando Pessoa, traducido por Manuel Moya.
Se trata, sin duda, de una de las obras más personales, abiertas, inclasificables e imprescindibles de toda la literatura contemporánea, está compuesto por más de medio millar de fragmentos que operan de una manera caleidoscópica, abriéndonos a un mundo en el que la sensibilidad y la lucidez se hermanan para mostrarnos un universo de una extraordinaria complejidad humana, todo bajo la sombra tutelar de una ciudad, Lisboa, que lejos de ser un simple escenario, parece prestarle su alma a este libro magistral y extraordinario. La presente edición, preparada, traducida y ordenada por Manuel Moya, recoge la visión completa de un libro que figura sin discusión entre los clásicos del siglo XX.

[93]
Dar vueltas al mundo alrededor de nuestros dedos, como un hilo o un cordel con el que jugase una mujer que sueña en la ventana
Todo se resume en procurar sentir el tedio de forma que no duela.
Sería interesante ser dos reyes al mismo tiempo: ser no el alma de cada uno de ellos, sino las dos almas juntas.

[197]
APOTEOSIS DEL ABSURDO
Hagamos absurda la vida de este a oeste.

pessoawebSobre el autor: (Lisboa, 1888-1935), traductor de cartas comerciales en la Baixa lisboeta, polemista, esotérico, ensayista político, literario y económico, poeta, padre de heterónimos, pero, sobre todas las cosas, soñador infatigable de Indias imposibles, es acaso una de las figuras más originales y fascinantes de todo el siglo XX. Aunque no publicó más que un libro de versos en vida, su sombra se extiende sobre todos los movimientos literarios y culturales de Portugal, a lo largo del siglo. Autor de heterónimos como Ricardo Reis, Alvaro de Campos, Alberto Caeiro o Bernardo Soares, personaje al que se le atribuye la autoría de EL LIBRO DEL DESASOSIEGO (Tenerife, 2010 y 2013), Pessoa es, más que un escritor, una literatura.

2013 de Poesía. Día 324. Arturo Méndez Cons

Día 324. Arturo Méndez Cons. Por donde pasa la poesía (2011)


Y NO HAY tiempo
de abrir la caja de hojalata

sólo píldoras al anochecer


En nuestro calabozo de rostros
con sustos y agujeros

ni uno sólo de los hombres
alrededor, se compadece
más de la muerte —madre de
la belleza— que

de un equilibrio que no comprendemos.
ni la bancarrota —sólo la vergüenza—

Las cerraduras y la salvaje urgencia
con que dejas de latir

entre paréntesis, una vibración interrogante
en la región baldía, las máquinas desnudas

y duelo.

Me hice amigo de hormigas y abejas,
hace ya… algo que
pertenece a la memoria ya desvalida
como
una nube.

La amistad con coleópteros
las visiones y la electrónica, los manuales
de comportamiento y experiencia
y la devoción por la cuchilla y el cloro

ahora ya de todo
eso
hablo con ansiedad
y de antemano seguro de que
no bastará
siquiera para remediar el tiempo

que nos quede.

jueves, 21 de noviembre de 2013

2013 de Poesía. Día 323. Laura Giordani

Día 323. Laura Giordani. Por donde pasa la poesía (2011)


OTRA VEZ EN la orilla
viendo pasar mis muertos:
de antes, de mañana
muertos río abajo,
llevados por la crecida,
mi fragancia blanca
derrotada de antemano.

¿Dónde erguirse ahora?

No encuentro aquel pasto,
aquella piedra.
Si lo brazos a los que corría
están rendidos bajo tierra o deshechos
en el aire, me ovillo en la infancia:
lana primera que no pudieron esquilmar.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

2013 de Poesía. Día 322. Ana Pérez Cañamares

Día 322. Ana Pérez Cañamares. Por donde pasa la poesía (2011)



FARISEOS

para vosotros sólo deseo
que exista vuestro Dios
y sea un ser de palabra
que os juzgue de acuerdo
a vuestras obras, que mire
en el fondo de los corazones

con gusto reconoceré mi error
humilde acataré mi castigo
alegre aceptaré mi infierno
si él es justo con vosotros

martes, 19 de noviembre de 2013

Con la publicación de ‘La más cruel de las certezas’. Nuevo capítulo de aforismos de Pérez Antolín

Mario Pérez Antolín ha publicado ‘La más cruel de las certezas’, su segundo libro de aforismos, en el que deja en el aire medio millar de breves reflexiones al albur de que el lector las recoja.

En el prólogo, la filósofa Victoria Camps observa la anterior obra poética del autor: “entre la filosofía y la poesía, Pérez Antolín muestra con su escritura que el pensamiento es capaz de emocionar al dejar de ser ese discurso árido que sólo sabe enlazar abstracciones y nos distancia del mundo”.

La escritora Mayda Anias fue la encargada de la presentación del libro el jueves 14, en la que subrayó que el autor llama a la lectura reflexiva, “la que mueve el pensamiento, la introspección y, obviamente, la meditación”, y no conformarse “con pasar la vista por páginas llenas de textos que, una vez finalizada su lectura, reposan en el estante sin haber dejado más huella que la noción de entretenimiento”.

Los aforismos de Pérez Antolín oscilan entre los que se ciñen a una oración simple hasta “breves piezas que rozan el ensayo”, según Anias, quien destaca que igual se toca el tema del poder como la condición humana en sus facetas de virtudes y defectos, experiencia y naturaleza, así como el binomio amor-odio, la memoria, la confusión.

Al presentar la obra, la escritora determinó que algunos aforismos son “teorizantes” en cuanto que el autor escribe sobre parejas tales como ciencia-retórica, creencia-razón, la parte y el todo, el ser y el tiempo, que llegan a ser “exquisitas piezas de descripciones plásticas”, aunque también categoriza otros bajo el título de ‘Escrito para ser borrado’.

Tras la primera obra de aforismos, ‘Profanación del poder’, publicado en 2011, la nueva obra ha sido editada por la editorial Baile del Sol en su colección Textos del desorden.

Algunos aforismos
-Lo más terrible es que no hace falta ser un depravado para violar mujeres, secuestrar niños y arrasar aldeas. En la guerra basta con recibir el adiestramiento necesario y ponerse en situación; entonces un anodino oficinista de los Balcanes, un simpático mecánico de Oklahoma o un laborioso campesino de Uganda es capaz de hacer lo que jamás creyó que podría haber hecho”.

-Dicen que enloqueció de tanto mirarse por dentro, pero yo sé que otras fueron las causas: cuidaba un canario con verdadero esmero; en la tertulia de los domingos era recibido como un camarada; sus hijos, a los que apenas escribía, nunca faltaron en Navidad ni en sus cumpleaños; después de comer se daba un pequeño paseo con su viejo automóvil por los caminos de siempre. Estas cosas lo mantenían a flote, y, poco a poco, las fue perdiendo: el canario murió, disolvieron la tertulia, los hijos emigraron y no consiguió renovar el carné de conducir. Entonces supo que tenía que abandonar este mundo de una u otra forma, y el suicidio le acobardaba.

-El mejor cobijo lo he encontrado debajo de los árboles frondosos. Las cúpulas de las iglesias me aplastan, a las casas les falta ventilación, en los puentes la humedad te cala los huesos y adentrarse en las cuevas supone pactar con la negrura. Solo cerca de la corteza de un árbol presiento el acogimiento de las madres.

-Ya nadie espera a nadie. Quien más quien menos disfruta cepillando pelucas postizas para cabezas enroscables. Los salones son lugares de paso y los andenes del metro carecen de encanto. ¿De qué sirve abrazar un colector por el que solo se vierten escalofríos? ¿A quién le importa que las cosechadoras trituren los nidos de las avutardas? Menos mal que te tengo cerca, a esta distancia las decepciones ni se notan.

-La linealidad evolutiva de los procesos acomodada a organismos vivos causa risa: juventud, madurez y vejez. Por el contrario, como los estratos del terreno, una secuencia está llena de pliegues, fallas, desmontes, discontinuidades e inversiones que colocan lo pretérito encima del futuro, el efecto antes de la causa y la decadencia precediendo a la plenitud.

http://avilared.com/not/7548/nuevo_capitulo_de_aforismos_de_perez_antolin/

2013 de Poesía. Día 321. Armando Rivero


Día 321. Armando Rivero. Por donde pasa la poesía (2011)


NO ME ACUERDO de la lluvia sobre el azul metalizado
de no poder tener un gato
por un contrato verbal con la casera
No me acuerdo de la lavadora con un ruido que parecía despegar
hacia el espacio
y que ya nos contaría del universo a su vuelta
No me acuerdo de cocinar mis platos con tus especias
de las tardes con el señor waits y la señora, señorita Piafh
ni de la fobia a las plumas huérfanas del patio
No me acuerdo de tus maravillosas formas para meter engañado
al verano bajo la ducha
Reglas alejadas del dormitorio por las risas
De los últimos días de Víctor Jara en una sola tarde cayendo…
No me acuerdo ni de cómo supimos de los avanzas de la guerrilla
por la radio
del ventilador sin velocidades que empujaba el barco
ni de la exposición de fotografía que nunca me revelaste
De cuando llamábamos a la luna, y respondía,
Como es lógico, la niña de los vecinos
No me acuerdo de nada, de nada…de nada de todo.

lunes, 18 de noviembre de 2013

El bar de Lee

El bar de Lee

David Pérez Vega
Baile del Sol

El bar de LeeDavid Pérez López decidió adoptar el nombre literario David Pérez Vega para no ser confundido con cierto escritor mexicano en esa máquina trituradora de identidades que es Google. Con ese "nombre artístico" firmó su novela Acantilados de Howth(Baile del Sol, 2010) y los poemarios Siempre nos quedará Casablanca (Baile del Sol, 2011) y El bar de Lee (Baile del Sol, 2013). Este último es, en realidad, la publicación en un mismo volumen de dos poemarios distintos pero muy relacionados entre sí: Móstoles era una fiesta y El Calvo del Sonora. Entre ellos hay años de distancia, y juntos forman una auténtica biografía poética del autor.
David Pérez Vega mantiene un interesante blog donde además de poemas -propios y ajenos- se pueden encontrar comentarios y reseñas de poemarios y novelas. El título de esta bitácora, Desde la ciudad sin cines, alude a Móstoles, la ciudad en la que el autor ha pasado prácticamente toda su vida, y que es un personaje esencial en El bar de Lee.

Leer en un mismo volumen dos poemarios escritos con una década de diferencia permite observar no solo la necesaria evolución en el estilo del poeta sino, sobre todo en este caso, la coherencia a la hora de elegir los temas sobre los que escribe. Quizá no sea tanto coherencia como necesidad vital, porque el autor practica un tipo de poesía que es auténtica biografía, un ejercicio de introspección igual al que se realiza al escribir un diario. El resultado es una poesía narrativa que recorre la infancia, adolescencia y juventud del autor, y que recurre al recuerdo, al ejercicio de la memoria, para desentrañar los aspectos más o menos felices de la vida en una ciudad del extrarradio. Y es que si hay algo que da unidad a los poemas de El bar de Lee, además de la propia vida del narrador y protagonista, es el escenario en el que se desenvuelve, ese Móstoles que el título del poemario aboca a una imposible identificación con un París literario, bohemio, lleno de luz y de libros. Una ciudad, París, llena de todo lo que el poeta echa en falta en una ciudad que ve gris, borrosa, triste.
El primero de los dos poemarios, Móstoles era una fiesta, tiene ya quince años. Es, pues, la obra de un jovencísimo poeta que, sin embargo, parece tener muchos más años tanto por el contenido de sus poemas, como por la visión cansada, algo escéptica que muestra de la vida. Es, pues, un poemario muy adulto, pese a la juventud del autor, nada titubeante en su contenido -puede que aún algo oscilante en el estilo y la forma-. En una especie de diario recorremos la ciudad en las diferentes estaciones del año. El poemario arranca con un Móstoles nevado, en un bello poema que muestra, bajo la capa blanca de la nieve, la ciudad oscura, gris y opresiva. Cualidades que, sin embargo, la convierten en un lugar idóneo para escribir, lo que acaba por ser el vínculo que permite asociar esta ciudad con el Paris al que alude el título. Pasamos después por el resto de estaciones del año, cambios de estación que se concretan en ese olmo que el poeta ve a través de la ventana, mientras con la memoria y la poesía regresa una y otra vez a la infancia, a los juegos, a la escuela. Y en ese ejercicio de memoria se hace evidente que el tiempo no cambia las cosas, sino a las personas. Los baches del asfalto -las cicatrices de la ciudad-, o el campo de futbol en el que jugaba de niño no han cambiado. Y si ya no siente lo mismo al verlos, si ese campo ya no le sirve para jugar al balón con sus amigos, entonces es él mismo el que ha sufrido un cambio profundo.
En el segundo poemario, El Calvo del Sonora, el ejercicio de memoria se hace desde una distancia ahora mayor. El paso de los años, los estudios universitarios y, por fin, un trabajo como profesor, son puras anécdotas ante el verdadero cambio que el autor ha sufrido. Ahora es -se declara- un verdadero poeta. Ha conseguido el éxito, un éxito personal que a un poeta nunca le vendrá por el hecho de haber publicado, por haber obtenido reconocimiento público o fama. Viene de la convicción íntima de saber que ha logrado plasmar en palabras todo aquello que siempre ha querido decir. Ese es el verdadero significado del éxito para el poeta. Una realización personal que, quizá, solo logremos entender tras leer el impresionante poema que cierra el volumen.
Si en el primer poemario la forma es muy libre, a verces irregular, y obedece a un estilo puramente narrativo, en el segundo encontramos una poesía más robusta, que cuida más el ritmo y la sonoridad. Pese a esos cambios estilísticos, la publicación conjunta demuestra ser un acierto, pues permite no solo leer la obra como un texto narrativo, sino encontrar las claves y referencias literarias del autor -desde Asimov a Bukowsky, pasando por Cortázar, Hemingway o Melville-. El bar de Lee es poesía con vocación de relato y, por ello, resulta igual de interesante para el lector habitual de este género como para quien aún sienta algo de inseguridad al acercarse a un poemario.

Publicado en el nº 32 de la revista Punto de libro

2013 de Poesía. Día 320. Mª Concepción Hernández

Día 320. Mª Concepción Hernández. Amanecer en Granada/Armonía marina/Ítalo (2000)


http://bailedelsol.org/index.php?option=com_booklibrary&task=view&id=5&catid=0&Itemid=427
Como el vuelo
de una mariposa
incandescente
crisálida o gusano
levantas la conciencia
secular
alma reflejada
por tu mirar agudo.

Arpegios de las fuentes
aromas de mi huerto.

domingo, 17 de noviembre de 2013

2013 de Poesía. Día 319. Carlos García

Día 319. Carlos García. El baile de la Luz/La Búsqueda (1992)


http://bailedelsol.org/index.php?option=com_booklibrary&task=view&id=57&catid=58&Itemid=427

ENCUADRE EN LA HABITACIÓN

Esta noche
intento rescatar el mejos skech
que he grabado en mi cerebro,
para embobinarlo en mi sueño
y dejar de lanzar mis ojos
por la ventana.
Esta noche,
creada para la luz,
con su perturbancia a los líquidos
intentaré
rescatar mi vida
de la bombilla de un sueño,
para despertar con la fuerza
de mil hombres,
forjados en el umbral
de lo onírico.

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sábado, 16 de noviembre de 2013

2013 de Poesía. Día 318. Dulce Díaz Marrero

Día 318. Dulce Díaz Marrero. Fin de la ley (2000)


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FREE

Tendrías, Canario, una buena madriguera
y tres pies exactos de tierra
para humillarte.
¿Quién te imagina doblegado?
Cazarás la omnipotencia
con una escopeta de ardillas
y terminará el truco de la selva en tu casa.
No detengas la marcha, compañero, que
nadie dirá que eres un goriión triste
que ha muerto mañana.

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viernes, 15 de noviembre de 2013

2013 de Poesía. Día 317. Conchy Franchy

Día 317. Conchy Franchy. ropero (1998)


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mecagoendiez
si me quedaba bien,

esta puta cremallera
amenaza con romperse los dientes
el botón se alejó,

ahora tendré que deprimirme

sin entender por qué
no renuncio
a andar siguiendo
los pasos de mis caderas.

¿90-60-90?

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jueves, 14 de noviembre de 2013

Bailando con Alejandro Palomas: "Siento que tengo un arma en la mano y que tengo el lujo y la responsabilidad de manejarla bien, de apuntar bien"

 

 
 
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Baile del Sol.- Alejandro Palomas es fundamentalmente novelista, ¿por qué te decides ahora por la poesía?
 
Alejandro Palomas.- Me decidí por la poesía hace mucho, antes incluso de dedicarme a la ficción. Siempre he escrito poesía y siempre me he sentido poeta, aunque me haya costado dar el paso y publicar. He tardado en encontrar la voz que buscaba porque he buscado mucho, años, y necesitaba sentirme seguro para mostrarme así. No podía ser antes.
 
BdS.- ¿Qué te permite expresar este otro lenguaje literario?
 
A.P.- Me permite huir del adorno, de lo descriptivo. Siento que tengo un arma en la mano y que tengo el lujo y la responsabilidad de manejarla bien, de apuntar bien. El lenguaje poético es lo más próximo a lo que no digo. Lo que mejor me representa desde que decido decir hasta que decido hacerlo en voz alta.

 
 
BdS.- Entre el ruido y la vida es un poemario que se lee como un recorrido, ¿de dónde parte y hacia dónde camina?
 
A.P.- Parte de lo que llevo años callando, de una cueva llena de huecos llenos de preguntas que hasta este momento no había sabido explorar. Parte de la necesidad de saber y de enfrentarme a una respuesta que seguramente no querré, pero que es como la sal sobre la herida: duele pero cierra. "Entre el ruido y la vida" es mi hueco, desde el Alejandro que imagina hasta el Alejandro que experimenta. 
 
Bds.-  El tiempo, el espacio, la muerte, la verdad, la madurez... ¿se pueden entender mejor desde la poesía o no es ese el objetivo?
 
A.P.- No diría tanto. Diría más bien que pueden expresarse mejor desde la poesía, que la poesía ayuda a oírlos mejor. La comprensión es otra cosa. Es un paso más, más hondo, más comprometido... más valiente.
 
 
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BdS.- ¿Entre el ruido y la vida hay alguna posibilidad de equilibrio?
 
A.P.- El equilibrio es el peso que pega al funámbulo a su cable, no el arte de mantenerse en el aire. Y sí, el equilibrio está como está el vacío. Cuando empezamos a caminar sobre el cable, el equilibrio no se elige: se impone. Es una cuestión de supervivencia. 
 
BdS.- ¿Seguirás por el camino poético, mientras continúa tu trabajo de novelista?
 
A.P.- Siempre. Siempre he estado en ese camino, siempre he querido estar en él y me dolería verme aparte. Yo soy eso, una gran parte de mí es eso, esa forma de decir, de plasmar, de hacerme entender, ese tono que llega suave, a veces casi indoloro. De la misma forma que no hay vida sin ruido, tampoco hay poesía sin ficción. Son mis dos cuerpos. Tan necesarios como lo que respiro.
 
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2013 de Poesía. Día 316. Francisco Croissier

Día 316. Francisco Croissier. Tríptico del tiempo (1992)


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TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES LIBRES

Yo soy el mar que hay dentro de un hombre
que se desconoce a sí mismo.

Dentro de mí vive y muere todos los días
el último sueño de miles de hombres y mujeres
que se fueron con los ojos abiertos.

Esos ojos nunca vieron a la razón
ponerse de su parte.
Estuvieron toda la vida pegados al suelo,
buscando por entre los rincones
un miedo
que venía corre corre detrás de otro.

Y es que vivieron contra la pared
pensando que ese era su sitio.

Tuvieron que hacer su vida ahí:
apretujados unos contra otros,
sin espacio ni para la sangre,
con la mentira delante
y el silencio siempre detrás
cogiéndole a uno.

Y ahora
ese silencio viene hablando por sí solo

Viene por el camino del tiempo que no pasa

Viene tocando en todas las espaldas.

Trayendo de la mano un día azul y un día triste
que son la copa derramada de un crimen
encima del banquete de cobardes,

que son un trapo negro
puesto en el chillido de agua de los barrancos,

que son un estampido de multitudes
que estalló sin hacer ruido
... el baile macabro de la miseria
que viste y calza el lobo de la boca
de una noche que nunca va a terminarse.

Por todo eso sé que estos hombres y mujeres
fueron la casa que se quedó en tristeza,
la ilusión de un mundo
que se despertó apagado.

Y todas esas cientos de miles de miradas
se me asoman a la cara.

Salen de lo más profundo de lo hondo que soy
para alongar el futuro de las coas que no pasaron.

Sintiéndolos como los siento
quietos y mirándolo todo,
midiendo el vacío
aquí dentro,
sé que aunque pierdan el sentido y la cabeza
las horas amargas de la lluvia
y venga el viento
con los dientes apretados
y en el cielo
y se quedan sin sal
los corazones de las criaturas
que pasan por entre los muertos
y de peleas y espolones
y gallos ciegos y oscuros
traigan las cárceles desangrado el horizonte,
a pesar de todo eso y con eso
ellos son la piedra mansa
que nunca va a ser arrojada
contra la frente de nadie en absoluto.

Porque esa piedra es un corazón
que se sale por la boca
con la canción de todos estos sitios
por donde el amor se esconde.

Y a ese corazón
es la vida encendida
la que lo está esperando.

El beso abierto que da el sol
a todas las cosas
antes de marcharse.

La primera semilla indispensable.

El primer fruto de ese día necesario
en que un hombre mire a otro
al mismo centro de los ojos
y le tienda la mano desnuda
con un gesto
en el que cabrá toda la luz del mundo,
que parará a la historia
y le dará la vuelta.

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miércoles, 13 de noviembre de 2013

2013 de Poesía. Día 315. Ernesto Delgado Baudet

Día 315. Ernesto Delgado Baudet. La custodia de Cerbero (2006)


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EL HOMBRE HABLA DE LA IMAGEN Y DEJA ENTREVER SU CONGOJA

No transcurre el tiempo;
no transcurre por tus ojos de océano abisal
por tu piel de pan, por tu pelo que es enjambre,
tu pelo fábula tenaz del minucioso instante de
los hombres, por tu espléndido y generoso vientre
de albero soleado.
No transcurre el tiempo por tu nombre
ni por tu imagen; luz de la vida que enciende
mi alma.
No, nada transcurre porque eres un sueño
en este mi naufragio de dudas y esperanza.

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martes, 12 de noviembre de 2013

2013 de Poesía. Día 314. David Eloy Rodríguez

Día 314. David Eloy Rodríguez. Por donde pasa la poesía (2011)



UN POEMA DE TERROR

En nuestros mejores casos lasquitas de diamante sin porqué,
asomo de hilo de un ovillo sin hilo, o, mejor mirado,
monos lúcidos holgando colgados del árbol de la pereza,
nos vamos poniendo fósiles, volviéndonos registro.
La fábrica de espuma se atasca y arrastramos rocas,
río que transcurre golpeando cauce, lecho y orillas.
Se toma a un niño, se le seca el asombro, se le pone el uniforme,
se le mata.
Luego pasa lo que tenía que pasar:
estos archivos de la desolación, este óxido,
este orgullo de no ser viento, esta paz de los sepultureros,
este hacer el triste. Como polillas haciendo el idiota
en torno a la misma incesante e inútil
luz artificial. Como perros flacos
solicitando más pulgas.
Como un molino que muele
solitario trigo incapaz de dar pan.