jueves, 16 de enero de 2014

Edem Awumey, la literatura del exilio

Javier Mantecón 15 enero, 2014
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La literatura africana parece que poco a poco está encontrando un pequeño rincón, minoritario, pero estable dentro de la escena globalizada a través de una nueva generación de escritores nacidos en los años 70. Como ocurre en muchas otras disciplinas artísticas, muchos de los literatos publican y en ocasiones viven, en países occidentales. La realidad es que la literatura y la lectura no consiguen permeabilizar en las sociedades africanas, más allá de su élite intelectual. Algunos expertos explican esta situación debido al alto grado de analfabetismo de la población, otros lo achacan a las escasas políticas públicas de fomento de la lectura. Lo cierto es que la gran mayoría de la literatura africana de calidad es editada en el extranjero, complicando en muchos localizar las obras de los autores en sus propios países de origen.
Edem Awumey partió de Togo en el año 2000 para descubrir el mundo, para vivir otras perspectivas. Su pronta afición a la lectura y su determinación le valieron para montar obras de teatro amateur en Lomé durante sus años de universitario pero fue a partir de su asentamiento en Canadá cuando comenzó a desarrollar su carrera profesional como escritor. Actual profesor de literatura francófona en la Universidad de Mcgill en Montreal, Awumey ha publicado desde 2006 cuatro novelas, Port – Mélo, que le valió el premio Gran Premio Literario de África Negra 2006, Los pies sucios, seleccionada en 2009 para el prestigioso premio Goncourt, Rose Déluge en 2011 y Explication de la Nuit en 2013. Por otro lado también satisfizo su propia faceta de investigador publicando el trabajo ensayístico Tierno Monénembo : la novela en el exilio (WVB, 2006) sobre la figura del gran autor guineano al que tanto admira.
Partiendo de una realidad turbulenta las novelas de Edem Awumey nos sumergen en la personalidad a priori simplista pero muy compleja de sus personajes. Siempre con la idea subyacente del exilio en cada uno de sus trabajos, Awumey utiliza formalmente un lenguaje escueto y directo en sus diálogos y más lírico en su prosa, acentuando la personalidad de unos personajes muy reales en un entorno literario. Tras el éxito cosechado durante estos últimos años con su obra, en la que recomendamos fervientemente bucear, Edem publica en 2013 su última referencia Explication de la Nuit, que aúna y perfecciona las cualidades de sus anteriores obras. Su calidad literaria y su discurso resultan tan atractivos que decidimos ponernos en contacto con él para discutir de manera más profunda sus inquietudes y perspectivas.
http://www.latiendadebailedelsol.org/4-awumey-edem-los-pies-sucios-.html

¿Cómo nació su interés por la literatura y la escritura?
Mi interés por la literatura proviene de un conjunto de factores. En un principio, una práctica precoz de la lectura que me permitió encontrarme a una edad temprana edad con los grandes clásicos africanos y franceses (Hamadou Hampaté, Senghor, Victor Hugo, Molière…), a continuación el hecho de que crecí en África en la década de 1990, durante la cual un buen número de países del África negra, entre motines, represiones y sangre, pasaron a supuestos regímenes democráticos completamente irreales. Este clima estimuló la aparición de una escena de teatro de urgencia y revuelta en todos estos países alimentado por escritores como Kossi Efoui, Kously Lamko, etc. Me influenció muchísimo este periodo histórico y literario.
¿Qué le aporta personalmente expresarse a través de las palabras?
A través de las palabras intento satisfacer un placer, el de la creación del texto en sí, de un texto bello. Pero escribir es también para mí el medio, caminando con mis personajes, de interrogar a la realidad y a la Historia para intentar comprenderla. Escribir se antoja pues como una búsqueda del sentido de las cosas, de las vidas, de las esperanzas. Es también una manera (modesta, espero) de decirle al mundo cómo lo veo, explicárselo a otros individuos. Es un acto de solidaridad.
Antes de partir de Togo, ¿formaba parte de la escena literaria de su país ?
No realmente. La escena literaria de los años cuando yo partí (en 2000) estaba esencialmente ocupada por el teatro. Seguí esta escena desarrollada principalmente en Lomé, pero esencialmente como espectador. Pude asistir igualmente a los debates de los dramaturgos de esta nueva generación, y aunque escribí dos obras de teatro en esa época de mi vida, no lo hice de manera profesional ni seria. Con un grupo de amigos de la Universidad de Lomé montamos La boutique à Mélo (La tienda en Melo), mi primera obra, pero siempre desde una perspectiva amateur. Por puro placer.
¿Cómo definiría la influencia de sus orígenes togoleses en su escritura,  si los ha identificado?
Pienso que, aunque hace más de catorce años que no vivo en Togo, sus gentes, su cultura, sus calles, sus caras y olores están siempre presentes en mi obra. En mis novelas, el espacio, el momento del recuerdo, transporta a menudo al lector a África. Los eventos que son decisivos en el desarrollo de los personajes en muchos casos tienen lugar allí. Mis personajes, en sus pensamientos, permanecen en África. Creo que en Explication de la nuit este hecho queda muy latente.
Pregunta obligada ¿Cuáles son sus escritores de referencia?
Gabriel García-Márquez, Tierno Monénembo, Kossi Efoui, António Lobo Antunes, Juan Rulfo…
Según usted, ¿por qué cree que sus libros están logrando conectar con el público general?
No creo que mis libros sean populares. Mis obras interesan un poco a la crítica y a ciertos lectores que tienen vínculos fuertes con África, porque, de una cierta manera, participan, como antes señalaba, en el futuro de la Historia, en el presente y en el futuro del continente africano. Es cierto también que estar seleccionado para el premio Goncourt en 2009 en Canadá por “Los pies sucios” me abrió a otro tipo de público más generalista.
Hablando de premios, usted recibió el Gran Premio Literario de África Negra en 2006. ¿Qué significó para usted recibir este premio?
Fue una sorpresa muy bonita porque acababa justo de publicar mi primera novela Port-Mélo en 2006. No puedo decir que merecía ese gran reconocimiento por un primer trabajo. Fue un bello gesto por una obra apenas en periodo de gestación. Pero también significaba para mí que a partir de ese momento mi trabajo se seguiría más de cerca, lo que es claramente positivo.
Sus historias están a menudo vinculadas a la personalidad de sus personajes quienes poseen una personalidad muy profunda, y habitualmente melancólica. ¿Qué hay de esos personajes en Edem Awumey?
Ante todo, cólera. La cólera porque podemos comprobar que muchos de los países de origen de mis personajes y de África viven en estados militares represivos. La cólera también acerca de lo difícil que es un vivir una vida allí: una lucha cotidiana por la supervivencia mientras que esos canallas se llenan los bolsillos. África se mantiene como un continente que posee un cruel abismo entre ricos y pobres, pero, donde también hay sitio para la esperanza. Porque allí, al igual que en otros lugares, hay hombres y mujeres que luchan por cambiar las cosas. Hay una juventud activa y valiente que quiere conquistar el mundo.
Desde 2005, usted vive en Canadá. ¿Este hecho ha influenciado su estilo?
No demasiado, aunque sí creo que vivir en Canadá sí ha hecho más complejo mi universo novelesco. La cultura, la Historia y la geografía norteamericanas se han mezclado con mi herencia africana y con aquello que aprendí en Europa, donde residí durante cinco años. Mi estilo sería pues, el fruto de mi cólera interior y de todo el bagaje de lecturas que he podido hacer. Aún así, es lógico que aparezcan palabras y expresiones norteamericanas de manera natural en mis novelas.
En sus obras, el exilio es siempre un tema recurrente. ¿Cómo vivió usted su exilio particular? ¿Cómo influenció sus historias?
Yo soy un exiliado por elección, por deseo de espacio y de saber. No puedo pues considerarme un exiliado en el sentido más doloroso del término, con esto quiero decir, que no me fui de mi país por razones políticas que pudieran impedirme volver. Pero, como todos los expatriados, he recorrido muchos caminos y vivido el paradigma que el exilio supone. Este debate constituye un elemento recurrente en mis libros. No he vivido un exilio realmente doloroso y de hecho creo que la posibilidad de vivir una suma de experiencias como las que yo he vivido me ha hecho más agudo y receptivo como artista.
Su manera de escribir podríamos decir que es muy precisa y al mismo tiempo cargada de significado. ¿Cree usted que este estilo ayuda al lector a implicarse en la profundidad de los personajes de sus novelas?
Digo muy a menudo que cada libro puede imponer al autor un estilo particular que se traduce en situaciones, luchas o emociones a las que el personaje se enfrenta. Intento estar lo más cerca de mi personaje esperando ser lo más convincente dentro del libro en el que él vive. Y si es posible, que el lector también se sienta más implicado e involucrado por el destino del personaje. Es una cuestión de estimular la humanidad de un dolor o de una ilusión.
Sus novelas nos ayudan a comprender algunos problemas políticos y sociales actuales a través de sus personajes. ¿Son éstos una extensión de su pensamiento político y social personal?
Es evidente que nuestros personajes son, en una cierta forma, portadores de nuestros sueños, convicciones y luchas.  Son la expresión de aquello que aceptamos y lo que no. Así pues, el acto de escribir, incluso si no surge ni se etiqueta desde una perspectiva política, es siempre político.
Port Mélo podría ser una buena analogía de la situación actual que vive Togo. ¿Piensa que ésta podría mejorar?
Si los diferentes actores políticos togoleses llegan a dejar de lado sus intereses personales, sí, creo que podríamos comenzar a entrever un cambio en Togo. Para ello se necesitaría buena fe y un sentido individual y colectivo del sacrificio. Sin embargo, hace más de veinte años que Togo intenta salir del túnel, hemos tenido tiempo suficiente para observar que muchos políticos son unos sinvergüenzas. Y es la población, el pueblo, quien continúa siendo la víctima de esta desvergüenza tropical.
En 2013 usted publicó su última novela Explication de la nuit con un éxito considerable. ¿Cree usted que la literatura africana puede ser atractiva para el público de otros continentes?
Creo que sí, con el tiempo, las letras africanas pueden conquistar una mejor audiencia fuera de su continente. Ya disfrutan de una relativa visibilidad en Europa a través de un cierto número de autores expatriados. Mi sueño es que podamos tanto en París, Londres o Montreal, hablar de un escritor que vive, trabaja y publica en Lomé o Yaundé. Pero esto no llegará en un futuro próximo desgraciadamente. Las problemáticas de las literaturas del Sur son parecidas en todo el mundo. Esto quiere decir que aquello que ha escrito un autor de San Luis en Senegal pueda suscitar interés en un lector de Chicago. Para que esto ocurra, se necesitará una mejor circulación de los textos.
De sus novelas, Los pies sucios es la única traducida al español. ¿Piensa que podremos encontrar en un futuro próximo sus otras novelas traducidas?
Eso espero. Sin embargo, este tipo de asuntos no dependen realmente de los autores. Si otros editores españoles o ingleses se interesan por estos libros, entonces sí, podrán traducirse en otras lenguas.

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