viernes, 2 de agosto de 2013

Un motivo para NO ver la televisión: Graceland.

Autor: Chris Abani.
Editorial: Baile del sol.
Reconozco que comencé a leer este libro porque había sido publicado por la misma editorial que “Stoner” (John Williams), una de esas maravillas que descubrimos muy de cuando en cuando. Y acerté…
“Graceland” no tiene nada que ver con “Stoner”, excepto que cuenta una historia apasionante de manera magistral. En el caso que hoy nos ocupa, un periodo de la vida de Elvis, un chaval de 16 años que se gana el sustento de mala manera imitando al cantante de Tupelo, Misisipi, por las calles y bares de Lagos, Nigeria. Nuestro Elvis es un superviviente que vive en un gueto, con toda la miseria que eso implica. Su padre le trata a golpes, sus amigos le meten en líos, sus gurús son mendigos y fulanas. Le acosan el hambre y la policía.
Como la narración va y viene en el tiempo, su madre en algunas ocasiones está viva y en otras muerta. Elvis adora a su madre, y guarda sus escritos en una bolsa fulani que lleva siempre consigo. Las recetas de cocina que ella apuntaba abren los capítulos de un libro en ocasiones doloroso, a veces vitalista, siempre emocionante. Una frase de la página 155 lo  define a la perfección: “La gente es importante”.
“Graceland” cuenta la violencia que vivió Nigeria, el miedo de sus habitantes, la violencia irracional de un ejército corrupto y la lucha por llegar al día siguiente de los habitantes de los suburbios miserables de una gran ciudad africana. Imprescindible.




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