Día 242. Juanjo Barral. 37 latidos (2000)
Rocío y no hubo más
Tenía yo poco uso de razón
por entonces,
un cuarto de kilo o así,
cuando una cría que era una tarde
camino de sus últimas consecuencias
me abrió una boca mía
virgen hasta entonces
de trece años y medio
con un beso de recibo
y despedida.
Duró un segundo
y varios días rumiándolo.
No he vuelto a verla.
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