GONZALO ARÓSTEGUI LASARTE "En los antípodas del día"
A través de mi conexión bloguera musical descubro al autor de ésta su segunda novela, publicada en 2012 por "Ediciones Baile del Sol" de Sta. Cruz de Tenerife. Gonzalo Aróstegui, además de navarro residente en Madrid desde hace mucho tiempo (lo cual es un plus de linaje), es escritor y un excelente especialista en música contemporánea (rock y jazz fundamentalmente). Ha colaborado igualmente con la revista Ruta 66, como cronista cinematográfico, y lleva el timón de un muy recomendado blog musical titulado http://raggedglory.blogspot.com/
La novela plantea, de forma directa y cruda, la dicotomía vital del protagonista, Rafael Hernández, un joven de Carabanchel, recién licenciado en Filosofía, y que se mueve básicamente entre su exacerbado amor por el rock and roll, fiel de la balanza que le aporta los momentos más intensos -personal y colectívamente- y los avatares y penurias de un trabajo precario como teleoperador de marketing telefónico, el otro apartado vital que le trae por la calle de la amargura. Entre ambos mundos transitan distintos personajes, compañeros de aventurás lúdicas unos, más proclives a acompañar a Rafael en su desahogo orgánico (cervezas, drogas, sexo, lo típico de lo convencionalmente asociado a la pasarela roquera), otros, los que coinciden en las distintas empresas de telemarketing donde Rafael presta sus servicios, personajes que están bastante bien definidos, quizás mejor que los colegas de juergas que no dejan de ser protagonistas como grupo, apartados de una personalidad más individualizada e impactante. (Tampoco sería justo dejar que asomaran un poco la cabeza de este grupo algún personaje como el de Raquel, su novia, y Juan Carlos, colega de la cuadrilla que elige otras vías de escape).
Como decía anteriormente, me atraen bastante más los personajes con los que Rafael se topa en su entorno laboral y, sobre todo, con aquellos con los que tiene que convivir durante su etapa en el turno de noche de la empresa. Pasan por sus páginas personajes de todo pelaje; compañeros sin más, amorfos individuos incapaces de mojarse por nada, otros más comprometidos que se enfrentan de cara a situaciones claramente injustas, aquellos que encrespados en el oportunismos del ascenso muestran a las claras su faz más vil y rastrera, los últimos, que ya ascendidos juegan claramente dentro del marco político de los ejecutivos de nivel. Hay también espacio para los representantes sindicales y, en la última parte de la novela, se desarrollan en su campo de acción e influencia los últimos acontecimientos laborales del protagonista. Se nota, en definitiva, el buen grado de observación del autor que, este humilde comentarista, reconoce como datos más que fiables al haber estado trabajando en una gran empresa durante los últimos veinte años de su vida.
Sea lo explicado el motivo, que lo es, "Los antípodas del día" no será exclusivamente del agrado de los lectores amantes del rock, dadas las copiosas referencias a discos, grupos, conciertos, garitos y conversaciones que sobre el tema se suceden continuamente, si no también se amoldará al gusto de todos aquellos que busquen entre sus páginas un fiel reflejo de lo que ha sido la vida en España para una generación desencantada. Aquella que, bien preparada académicamente, se enfrenta al inicio del nuevo siglo XXI con sus ilusiones de engarzarse en un entorno laboral y social adecuado y que, lejos de ocurrir así, se ve inmersa en la más canalla manipulación empresarial y falta de futuro como consecuencia. Así eran las cosas entonces, y así siguen más de una década después...
Del personaje principal Rafael, queda al final una interesante conclusión. La primera relativa a lo que en principio parecía ser una apuesta arriesgada, pero proclive a dar un valor añadido a la novela, y que era su intención de completar una tesis de final de carrera sobre el "nacionalismo " y trascribirla como parte de la novela. A las pocas páginas el autor decide no utilizar esta variante narrativa y, según mi ipinión, priva al lector de un contrapeso que bien pudiera haber jugado un papel más enriquecedor del libro. La segunda hace referenvia a lo que podríamos llamar la "vampirización" del personaje principal. Su entrada y consolidación en el turno nocturno de la empresa cambia su carácter . Acaba por convertirse, después de cuatro años, en un ser de La Noche y queda finalmente el sabor amargo de que estamos ante otro personaje distinto, aquel que se enfrenta ante su descoloque vital sin soluciones en la mano.
Fantástica novela, cruda y desesperanzada visión de una sociedad que vive no solo en los antípodas del día, sino incluso en los antípodas de la vida. Muy recomendable.
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