Día 149. Rosana Curiel Defossé. El buen amor siempre tiene dientes en la boca (2007)
De crecer
Tienes la edad del pan recién horneado,
el que reposa ostentoso en la canasta
y canta su olor a los gatos y a los caminos.
Firme por fuera, por dentro, poema,
punto de beso.
Redondo y canela tu caparazón,
más ciruela que la necia paloma
que se destroza en tus manos
por pegar el cielo con el suelo.
La regadera es avispa de once aguijones
y no hay agua buena que de sus picos brote
porque corta la sombra que el mundo te deja.
Tienes los años de voces
en el espejo grabado de amigos,
los que cuelgas del llavero o la ventana,
los que arrugas en una hoja de cuaderno
donde no hay letras o ríos,
tan solo héroes de tus batallas.
Tu edad es un andén corto
que se desborda de todo nuevo.
Quédate un poco más ahí
hasta que la pelota
sea la silueta de la luna que es la luna
y el agua se te aparezca amiga en el primer incendio.
Niño, quédate así un tiempo más,
no saltes todavía al vagón de los años sin quimera
donde las cosas son ellas y hay menos colores
que los que revienta el panal de tus ojos.
Permanece regalado a esta película
de extraños reposos y abrazos,
de carcajadas nevadas en plena avenida.
Ese tren ya no para, niño, acelera de noche
y aunque de día canta,
en ocasiones, cuando amanece,
hace mucho, mucho frío.
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