jueves, 18 de febrero de 2016

Bailando con Estel Juliá: "La fuerza vital es lo que impulsa al ser humano a crear, incluso en los tiempos más difíciles".



Baile del Sol.- ¿Qué ha supuesto para ti el poemario Zapatos imposibles?

Estel Juliá.- Sin duda, una gran oportunidad en todos los sentidos. En primer lugar, aunque ya tenía publicada obra en catalán, ha sido mi debut en el ámbito de la poesía en castellano. Por otro lado, publicar en una editorial independiente, como es Baile del Sol, con una presencia importantísima en el panorama de la poesía actual, ha sido un gran logro, especialmente, porque no soy una autora joven. Llegué tarde a la poesía, pese a ello, y tras dos plantones editoriales, como suelo decir cuando hablo de Zapatos imposibles, fue un equipo joven el que apostó por mi opera prima. Pero también debo de confesar que tras ver la publicación en mis manos, sentí un gran vacío, similar al que sienten algunas mujeres cuando dan a luz y ven a su bebé, y se preguntan ¿y ahora qué?
El camino por el que discurren estos zapatos es un camino de vía lenta, que se construye, como el amor materno, con el día a día, con el esfuerzo y la tenacidad de darlo a conocer a un lector, el buen lector, que por otro lado, es con la poesía muy exigente.

BdS.- ¿Cómo se fue construyendo el libro?

EJ.- Escribí el poemario hace ya bastantes años, en 2010, prácticamente quedó concluido este primer proceso al que siguió otro mucho más lento que se extendió hasta 2012.
En una primera fase, las nuevas tecnologías tuvieron mucho que ver en el engendro. Una gran mayoría de los balbuceos que constituyen hoy, Zapatos imposibles, vieron la luz en mi bitácora virtual. “En el andén” siempre es un laboratorio, como bien apuntó en una ocasión Pepe Ramos en una reseña que salió publicada en la revista virtual Luke. Al leerla, efectivamente, identifiqué de inmediato cuál era la cocina a la que él se refería.
Pero ese laboratorio tiene dos estancias, una efímera, visible al lector virtual, y un cuarto oscuro. Cuando hablo de lo efímero me refiero a que los poemas que allí cuelgo desaparecen transcurrido un tiempo, son solo la génesis de los que después nacerán en el cuarto oscuro.
El cuarto oscuro es, por decirlo de algún modo, una clínica de cirugía estética, allí, la relectura y la reescritura juegan un papel fundamental en la reconstrucción de lo que finalmente será el poema. Pero este proceso es lento, hay que dejar dormir la materia prima y olvidarse que un día la escribiste para que el efecto del bisturí se perciba como algo natural, sin pérdida de la fuerza expresiva.
Al hilo de esto, quisiera aclarar que “En el andén”, coincide con el título de otra de mis obras, anterior a Zapatos imposibles de la que habría que hablar largo y tendido. El espacio virtual comenzó a andar allá por 2006 como un artefacto efímero en la red en contra de lo que para muchos supone hoy Internet: un repositorio donde todo queda almacenado, si entras, lo comprobarás: http://estelj.blogspot.com.es/
Tal vez este sea el modus operandi fruto de una actitud de francotiradora, un tanto a contra corriente, pero se halla muy en sintonía con mi “estar” en el mundo literario.

BdS.- En su prólogo, el poeta David Mardaras habla de la luminosidad y la iluminación de tus poemas, ¿cómo dirías que es esa luz que los acompaña?

EJ.- Bueno, David Mardaras fue muy generoso siempre en sus apreciaciones sobre mi obra. Como sabréis, Zapatos imposibles, existe como tal, gracias a su valiosa opinión desde los inicios. Lector de mi bitácora virtual, un día me indicó que tenía un valioso material, su sinceridad me impulsó a trabajar en ello y a medida que lo hacía fui viendo como emergía esa luz, que no es más que la luz que él me transmitió.
Lo del tema de la iluminación, me parece un poco desmedido ya que considero que no es fácil lograr ese estado. La experiencia y la sabiduría es capaz de posibilitarlo y yo me hallo muy lejos de todo eso, pero supongo que hay factores que sin duda influyeron en Mardaras a la hora de expresar su juicio. Algunos de esos factores podrían ser mi procedencia, el modo en que vine al mundo, incluso mi nombre…
Si tuviera que deciros cómo veo yo esa luz, os diría que es transparente, azul como el Mediterráneo, limpia y a la vez fresca, que sortea en ocasiones los nubarrones que intentan extinguirla.

BdS- Recorridos poéticos por los recuerdos, la nostalgia, algunas decepciones..., pero también se aprecia una fuerza vital con la que seguir siempre hacia adelante...

EJ.- Sí. Desde mi ignorancia, creo que la poesía la conforman, la lengua, la escritura, el sujeto poético con toda la carga de lo vivido, y lo no vivido, por ello se dice que los poemas dicen mucho de quien los escribe, y yo digo, que cualquier cosa que el ser humano se proponga crear, dice mucho de él.
La fuerza vital es lo que impulsa al ser humano a crear, incluso en los tiempos más difíciles; al mismo tiempo, la destrucción es otro tipo de creación, lo es con una fuerza vital negativa. Recuerdo haber leído a algún autor en el que he identificado este tipo de fuerza vital, me produjo una gran desazón que después devino en una respuesta poética de mucha intensidad, supongo que esto es la huida siempre hacia adelante a la que te refieres… No sé… me acaban de venir a la mente las magníficas obras artísticas de William Blake, y como no, su poema, titulado (en una traducción muy personal), “Maridaje entre el cielo y el infierno”… Cada cual elige un modo de expresar su fuerza vital en el papel.


"Los zapatos, en general son la metáfora de los escudos con los que se protege el ser humano a lo largo de su vida con el fin de no atender a la realidad de lo cotidiano que exige, en muchos casos, la desnudez de los pies descalzos".


BdS.- La imagen de los zapatos que, además de en el título, aparece en varios de los poemas, ¿adónde nos lleva?

EJ.- Los zapatos, en general son la metáfora de los escudos con los que se protege el ser humano a lo largo de su vida con el fin de no atender a la realidad de lo cotidiano que exige, en muchos casos, la desnudez de los pies descalzos. Los zapatos son el obstáculo para el reencuentro de los pies con la tierra, incluso con el asfalto. Los zapatos son los objetos de los que nos liberamos después de un largo camino recorrido porque llegados a ese punto la única opción es andar descalzos.
Los zapatos, son la metáfora del mundo que vivimos, las hormas, las reglas (aparentemente coherentes, pero en el fondo sin sentido) impuestas por la voluntad de quienes se hallan en posesión de una única verdad imponen sus zapatos.
Aunque me encantan los zapatos, pues creo que son una pieza clave en nuestra indumentaria, apuesto firmemente por andar sin ellos, sin muletas, afrontando el tambaleo que producen las dificultades. Puede parecer un contrasentido pero gracias a los zapatos saboreamos mejor la victoria de andar descalzos.

Fotografía: Toni Balanza



BdS.- El amor y lo cotidiano también están muy presentes en tu obra, háblanos de estos espacios creativos.

EJ.- Más que espacios, yo creo que son dos términos incompatibles. El espacio cotidiano, en ocasiones no deja espacio al amor. El amor es una entelequia que intentamos, a veces, a toda costa, incrustar en lo cotidiano. El amor es la mentira y es la verdad; es el sufrimiento y la liberación; es lo posible, y también lo imposible; es una utopía, no existe. Solo existen nuestras emociones frente a lo cotidiano, si en ese espacio hay un cruce de caminos, se produce lo que muchos llaman amor, entonces es cuando lo cotidiano se emborrona, no hay días, no hay horas, no hay más personas que la persona, pero en el fondo, todo eso es una obsesión, una enajenación, porque el amor es otra cosa.

BdS.- ¿Cuáles son tus principales referentes literarios?

EJ.- ¿Mis referentes literarios? No soy tan culta, ni tan intelectual como para comenzar a citar a otros poetas, ni enumerar varias citas que determinen mi status en el campo de la literatura. Cada cual tiene sus referentes, solo me limitaré a nombrar algunos de los que vienen alimentado mi obra, han sido: las personas, las vivencias, las lecturas (que van, desde la publicidad que encuentro en el buzón, la lista de la compra, o los estudios literarios o filosóficos, pasando por la poesía), y el transcurrir del tiempo que es el mejor antídoto contra la inmediatez y la urgencia de hacer público que se acaba de descubrir el propio ombligo.

BdS.- ¿En qué proyecto literario trabajas actualmente?


EJ.-Actualmente, mi proyecto literario es mi tesis doctoral (conseguir llegar ilesa, en plazo) entre tanto, me tomo algún que otro aperitivo de poesía, amenizado con unas gotas de imágenes y música, ¿por qué no? Después, seguir con la promoción de mi obra en catalán, un nuevo (a la vez que viejo) poemario inédito, En el andén, y por supuesto, seguir dando a conocer Zapatos imposibles, eso sí, desde la autenticidad. 

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