"Una joya olvidada", "un canto a la dignidad", "una novela perfecta"... Con afirmaciones de este tipo podría llegar a escribir varios párrafos, incluso la reseña entera. Durante muchos meses ha sido algo casi matemático, era leer una crítica sobre "Stoner" y encontrar una opinión entusiasta.
A veces, tal cantidad de opiniones favorables, puede resultar hasta sospechosa. Pero cuando éstas vienen de la mano de grandes escritores, editores, críticos y al mismo tiempo del "lector común", a mi terminan por convencerme.
En la primera visita que hice a la librería esta Navidad fue lo primero que pedí. "Estoy buscando Stoner de John Williams". Por la cara que puso el librero, me pareció que él también la había leído; y así era, al darme mi ejemplar me dijo "buena elección".
Os podéis imaginar que me faltó tiempo para pagar e irme corriendo a casa a empezarlo. Lo primero que me llamó la atención, casi desde las primeras líneas, fue que John Williams escribía muy bien; bueno mentira, escribía excepcionalmente bien. No había duda de que estaba ante uno de esos narradores natos que te guían sin remedio hacia donde desee su pluma.
La segunda cosa que me sorprendió fue el propio Stoner, el protagonista. Ese hombre no tenía madera de protagonista; básicamente era un hombre sencillo, gris, casi invisible.
A veces, tal cantidad de opiniones favorables, puede resultar hasta sospechosa. Pero cuando éstas vienen de la mano de grandes escritores, editores, críticos y al mismo tiempo del "lector común", a mi terminan por convencerme.
En la primera visita que hice a la librería esta Navidad fue lo primero que pedí. "Estoy buscando Stoner de John Williams". Por la cara que puso el librero, me pareció que él también la había leído; y así era, al darme mi ejemplar me dijo "buena elección".
Os podéis imaginar que me faltó tiempo para pagar e irme corriendo a casa a empezarlo. Lo primero que me llamó la atención, casi desde las primeras líneas, fue que John Williams escribía muy bien; bueno mentira, escribía excepcionalmente bien. No había duda de que estaba ante uno de esos narradores natos que te guían sin remedio hacia donde desee su pluma.
La segunda cosa que me sorprendió fue el propio Stoner, el protagonista. Ese hombre no tenía madera de protagonista; básicamente era un hombre sencillo, gris, casi invisible.
Campus de la Universidad de Columbia, Misuri. |
Lo que nadie espera, ni siquiera el propio Stoner, es que un descubrimiento le alejará para siempre del camino que tenía trazado. William no estudiará agricultura, ni tampoco regresará a la granja familiar.
Por insólito que parezca, será profesor y dedicará su vida a la literatura.
No se que esperaba encontrar en "Stoner" cuando empecé a leerlo. Bueno, quizá una de esas historias sencillas que colman mis gustos; historias humanas, hechas a la medida de una vida ordinaria. Pero lo que no imaginé fue encontrar entre sus páginas semejante regalo.
Tal y como imagino a Stoner en una de sus clases |
Esas respuestas pueden responderse una a una leyendo esta novela; porque eso es básicamente lo que cuenta, el encuentro de un hombre con su vocación y las decisiones que toma a lo largo de los años para mantenerla viva. Uno de los momentos más intensos del libro es ese instante en que Stoner descubre que quiere dedicarse a la literatura.
"El señor Shakespeare le habla a través de trescientos años señor Stoner, ¿le escucha?".
A partir de ese momento ya no importará lo que ocurra a su alrededor. Stoner hubiera podido ser héroe de guerra de haberse alistado, hombre de sociedad de haber aprovechado su matrimonio o quizá catedrático si hubiese claudicado ante las presiones del mundo académico.
Pero conociendo los riesgos, no cedió ante lo que a su parecer no era correcto. Como uno de esos hombres de firmes principios, se mantuvo en su puesto, aquel para el que sabia había nacido: detrás de su pupitre y de las hojas de sus libros.
A simple vista su vida parece vacía, monótona. Pero bajo esa fachada gris, se esconde una historia simple pero coherente, la de una vida hecha de decisiones tomadas a conciencia.
Pero conociendo los riesgos, no cedió ante lo que a su parecer no era correcto. Como uno de esos hombres de firmes principios, se mantuvo en su puesto, aquel para el que sabia había nacido: detrás de su pupitre y de las hojas de sus libros.
A simple vista su vida parece vacía, monótona. Pero bajo esa fachada gris, se esconde una historia simple pero coherente, la de una vida hecha de decisiones tomadas a conciencia.
John Williams fue también profesor de literatura en la Universidad de Misuri. |
¡Que enorme talento muestra John Williams al haber creado a alguien como William Stoner! Un personaje tan bien construido, tan humano, que en el momento en que debemos dejarle ir duele, duele enormemente.
Se que puedo equivocarme y mi recomendación no complacerá a todo el que se acerque a este libro. Pero, yo lo cerré con lágrimas en los ojos y con la certeza de haber leído algo brillante. La historia de un simple profesor que pudo haber sido célebre, pero también la de un hombre íntegro que se mantuvo fiel a sus principios fuesen cuales fuesen las consecuencias.
De verdad espero que disfrutéis de esta novela tanto como yo, y si es así me encantará saber que os ha parecido. Yo no puedo menos que darle un coup de coeur. Más que merecido :)
PD. Stoner ocupa el año 1965 en mi Century of books.
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