Había oído hablar de Stoner (Edit. Baile del Sol)
y tenía el libro en mi poder, aunque algo olvidado, hasta que, con
motivo de la "Gala Literaria" que hicimos con ocasión del Día del libro, Mientras leo eligió como acompañante para la cena a Stoner. Mi piloto lector se activó y rescaté el título de mis estanterías. Vamos allá.
Algunas
personas pasan por la vida sin hacer ruido, pasan desapercibidas.
Aparentemente son tímidas, apocadas, sin mucho que aportar; son una
aguja en el pajar del anonimato de las masas.
Sin embargo, debajo de esa aparente mediocridad se encuentra una
persona entrañable, noble, débil pero con firmes convicciones y una
fuerte vocación por la enseñanza. Una persona que resulta ser una joya
para la quien sea capaz de reparar en su exitencia. En esta historia,
esa persona es un hombre: William Stoner.
"Nunca
ascendió más allá del grado de profesor asistente y unos pocos
estudiantes le recordaban vagamente después de haber ido a sus clases".
Stoner es un joven perteneciente a una
familia muy humilde dedicada al duro trabajo en su granja sita en el
pueblo de Booneville (Missouri). Con 19 años, un poco más tarde de lo
habitual, sus padres, haciendo para ello un importante sacrifio, lo
mandan a la universidad para que estudie "Agricultura", con el fin de
ayudar en la gestión de la granja cuando acabe sus estudios. Pero la
vida tendrá otros planes para
Stoner. Uno de los profesores que se cruzan en su camino, Archer Sloane,
marcará su vida y le enseñará a descubrir su verdarera vocación y
destino: la enseñanza de Literatura.
"¿Pero no lo sabe usted, señor Stoner? preguntó Sloane. ¿Aún no se comprende a sí mismo? Usted va a ser profesor."
Que nadie espere encontrar aquí acción
o un ritmo ágil pues, si bien es una historia sencilla narrada de forma
igualmente sencilla, es pausada, teniendo el autor auténtica maestría a la hora de llenar de matices una vida aparentemente anodina.
El protagonista es un personaje cargado de profundidad, Williams le da vida de tal forma que llegas a tener la sensación de que realmente lo conoces. Su aspecto apocado, tímido y frágil hace que en algunos momentos sientas ganas de gritarle, de decirle que haga
de la dignidad su escudo, que diga "basta ya". Sientes indignación por
su conformidad con determinadas circunstancias. Sin embargo, alberga sentimientos tan puros y admirables que acaba cautivando al lector con su constante búsqueda de la paz interior, con la fidelidad a sus ideales y el deseo de actuar conforme a su conciencia.
"La tristeza por los apuros ajenos le acompañó en todos los momentos de su vida".
Stoner es, en definitiva, la historia de una vida, una vida llena de zancadillas y contratiempos personales y profesionales. Una vida que te llega, te commueve, te emociona y no te deja indiferente (debo confesar que en los dos últimos capítulos tuve que parar de leer para secarme las lágrimas).
"...Se las había arreglado para
llegar a una certeza: que a la larga todas las cosas, incluso el
conocimiento que le permitía saber esto, eran fútiles y vacías y que al
final empequeñecían hasta convertirse en una nada donde ya no
cambiaban."
Puede
que Stoner pasara por la vida sin hacer ruido, sin dejar huella, pero
os aseguro que permenecerá por siempre en el corazón del que lea su
historia.
Me sumo a las palabras de Rodrigo Fresán: "Stoner es una obra maestra. Y punto".
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Si queréis saber más de su autor, pinchad aquí. Hace poco se ha publicado en nuestro país otra de sus novelas, "Butcher's Crossing", que fue escrito con anterioridad a Stoner. Su última novela publicada en vida fue "Augustus",
que fue premiada con el Natinal Book Award de 1.973, y que aquí pasó a
llamarse "El hijo de César" (ni que decir tiene que ya le tengo el ojo
echado).
Venga, todos a leer "Stoner".
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