Día 274. Orlando Cova. Manifiesto (2002)
Ante ustedes,
consumidores de nóminas de seis cifras,
juro la inocencia de Iscariotes.
Nosotros decidimos rehacerlo todo
partiendo de la destrucción total
de la ejecución del atolondrado
qie se culpó por fe sin semejantes
de un asesinato inexistente,
y sacerdotes exorcizando
menete a mente
cada idea que no fuese
la de huir a los otros desiertos
a tentar otra suerte
y algún sueño sin banderas
ni himnos ni patrias
que no se llevasen
a una simple multiplicación
de panes sin llanto
y peces sin lucha.
Atravesamos
los barrancos de mañana
y practicamos
la fuerza de la mente
bebiendo vino convertido en agua
por un harapiento,
que apostó
su vida a los dados
y nos dejó su camiseta de marca,
con un mensaje indescifrable
que,
según sus palabras,
en el último aliento,
después de confesar
sus múltiples crímenes,
nos indica una ruta
de tierras con lluvias
y promesas
y silencios
con tormentas
y bullico de celebraciones
sin fechas ni ausencias,
con muertes justas para todos
y surcos que entregarían
el fruto de algún remoto sueño
a nuestros desmemoriados hijos.
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