Día 294. Jorge Brunete. Por donde pasa la poesía (2011)
Queda seguir escribiendo por amor
Seguir naciendo en una esquina rota
y abrazar el cristal
que enhebra tu esqueleto.
Seguir bajando a la altura de tu periferia
y abrazar el latido al que te aferras
para poder
apuñalar el llanto
;
reconciliar tu labio árido,
los costados inabarcables
de tu miseria.
Seguir amándote en el ápice abismal
de la tierra que andamos
y que desoye nuestro vocablo,
fantasía fósil: abrazo en la magulladura.
Seguir gritando en las aceras encubiertas
con el odio-derrota-mentira.
Seguir sumando el extremo
de nuestra ira
en el camino de este grito
que no es póstumo
que vive en la vorágine
de las tormentas que devoramos.
Seguir siendo altura de perro
para poder escribir un grito(—poema)
enmarañado en tu vena,
amarrado en la ira
de tu laringe enamorada;
un grito no rendido,
sino hendido en la grieta
de este mundo.
Queda seguir cubriendo tu grito
con nuestro cuerpo,
seguir gritando no sobre el grito,
no con el grito, sino en el grito.
Gritar en el grito.
Queda seguir siendo grito, ser tu grito.
Ser grito.
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