Día 291. Armando Rivero. El hombre que cosía camisas de fuerza [Alternativa] (2001)
EPÍLOGO DE SAL
¡Cuánta ternura hay en un hábito?
(Lo hermoso tiende a desfigurarse.)
Ahora que nuestros amigos no nos recuerdan,
mi valentía me dilatará hasta ti,
y podré darte la calma de las explicaciones.
Sufrí en la divisoria
Desde tu presencia a este viaje de versos, y no te elegí.
Hoy intento capturarte con mis velas.
Aún quiero que seas viento.
No lamento lo que pierdo.
Me sirves para más versos.
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