Todo esto porque devoré anoche Animales perdidos, de Vicente Muñoz Álvarez, editado por Baile del Sol, con ilustraciones del clavo hermoso y caliente de Julia D. Velázquez.
Si bien es cierto que cada vez más puedo disfrutar de todo tipo de poesía, la que me sigue rompiendo y emocionando es la que habla de mí, y Vicente lo consigue con holgura, me arrastra al abismo y es el mío sin serlo, me calma y me cura, me sienta de copiloto en su coche cuando va de ruta, me ofrece tabaco, enjuga mis lágrimas, me presta sus manos para amar. Tiene la capacidad de que seas Vicente Muñoz durante un tiempo, o al reconcerte en sus versos, deja él mismo de ser Vicente para ser tú.
Increíble poemario, duro y negro, asfixiante a veces, redentor y amable al final.
La soledad hostil sin brazos del infierno, la desorientación en el caos y la obsesión entre vivir y no estar muerto del purgatorio, las deudas saldadas, la conciencia tranquila o la compañera feliz del cielo.
otra vez
los días oscuros
tristes días de ruta
de intentar vender zapatos
la crisis la baja autoestima
las tiendas que cierran
los clientes que no pagan
la incertidumbre la deriva
el miedo el alarmismo el caos
la competencia la decadencia
el fin de raza el alma rota
sólo el instinto
de sobrevivir
perdura
http://elhombreinvisible-invisible.blogspot.com.es/2013/01/animales-perdidos-de-vicente-munoz.html
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