Día 24. Pedro Flores. Con la vida en los talones (2003)
MANIFIESTO
La poesía para quien la trabaja.
Fuera bachilleres y barberos
de la agonía de Don Quijote.
La poesía es más de los hijos
de los hijos de los hijos
de los piojos que devoraron a Miguel
que de los asépticos forenses del metro.
La poesía para quien la trabaja.
Para la locura y sus elegidos
para el alcohol y sus convidados
para el suicidio y sus acólitos.
Para el olvido fértil de Hölderlin.
Para el hígado deshecho de Poe.
Para las sienes derramadas de Pablo de Rokha.
Para la alegría y sus custodios.
Para la subversión y sus soñadores.
Fuera los expertos en hermenéutica
de los pulmones ateridos de Vallejo.
Fuera la piedra resplandeciente
de la duda inmaculada de Machado.
Fuera de los coliseos suecos
aquello que nació hambriento,
teñido por el polvo del destierro,
destinado al tiempo del delirio.
La poesía para quien la trabaja;
para ustedes y que sean dignos de su herencia.
Para nosotros y que seamos dignos de ustedes.
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