Comenzamos hoy con las
publicaciones de las reseñas de la novela de Elvira
Rebollo, Loca Novelife,
publicada por la editorial Baile del Sol. Serán catorce las
reseñas que irán apareciendo, a reseña por día, a partir de hoy. Abajo os dejo
el listado con el resto de participantes y en donde iré enlazando las reseñas
que vayan saliendo.
Es este el primer
libro que leo de esta escritora. Elvira
Rebollo es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad del País
Vasco. Debido a su profesión ha vivido en diferentes países de Europa, Asia y
América, y es la administradora, desde 2008, de un blog literario, Loca Novelife, que da título a su primera novela, publicada en
2011. Actualmente vive en Madrid impartiendo clases en la Universidad Carlos III.
Y, después de conocer
un poco a la autora, vamos ya, si os parece, con la novela. Comenzamos con la
sinopsis, por si algun@ de vosotr@s no la conoce o no la recuerda...
Eugenia Ramírez, bilbaína de 30 años,
es profesora universitaria en un pequeño pueblo de las montañas de West Virginia. Sus deseos de
convertirse en escritora la llevan a Nueva
York para cursar un Máster en
Creación Literaria. Allí conocerá aRicardo Reinosa, un reputado
profesor, quien le aconsejará cómo convertir su vida en toda una novela. Loca Novelife, a pesar de tener una estructura
fraccionada en relatos, forma un mosaico narrativo de argumento lineal. Una
nueva y original manera de entender la novela.
Esta novelita de
apenas 142 es una lectura
fácila, ágil, amena y un
tanto desconcertante. No produce este desconcierto una trama particularmente
compleja o intrigante, nada más lejos de la realidad, sino el original
modo de narrar, de contar, a mi modo de entender todo un acierto.
"(...) cuénteme
cómo ha sobrevivido dos años, siendo profesora, en las montañas de la América profunda."
Se centra en la figura
de Eugenia y los acontecimientos que han ido forjando su vida, su presente. Nuestras vidas no
suelen ser lineales, continuamente hacemos flashbacks en nuestra memoria, y
venimos marcados o, al menos, condicionados por circunstancias de nuestro
pasado, no somos sino la suma de todos esos momentos. Somos cada uno de
nosotros un rompecabezas cuyas piezas parecen a veces sobrar hasta que vamos
colocándolas en su lugar formando un puzzle con sentido.
"Se me metió el
alma en el bolsillo del pantalón cuando, a las dos de la madrugada, mi madre me
abrió la puerta y me abrazó."
Y así va hilvanando Elvira la trama de su novela, como si fuese un libro de relatos, relatos con entidad propia pero que, al mismo tiempo y uno a uno, van configurando la vida de Eugenia, su personalidad, y que solo al final podremos entender en toda su plenitud y globalidad, como partes de un todo.
"- ¿No te pones
la ropita?- le preguntó la mamá simpática de antes.
- No, porque
tengo que quedarme aquí, a la otra clase con las mayores, porque dice, dice,
dice- a la tercera pudo arrancar- mi mamá que no es esclava, y que, y que...-
cogió aire- y que no tiene tiempo para venir antes y que está harta, harta,
harta."
El lenguaje, por otro
lado, en sencillo, coloquial y aderezado con una
buena dosis de sentido del humor... y alguna que otra lágrima. No hay nada tan
atractivo, en mi opinión, como una persona que no se toma demasiado en serio y
sabe reírse de sí misma. Y Eugenia es así, y vulnerable y tierna; es
imposible no simpatizar e incluso llegar a empatizar con ella.
"Por un momento
me desdoblé. Y me puse a observar desde la misma posición que la mujer. Y vi a
un personajillo de metro y medio, con vaqueros, con coleta alta, gafas de pasta
granate marca Snopy, y noSnoopy porque las compré en China, y con pendientes
colgaderos del personaje rechoncho y pelirrojo Tarta de Fresa. Un día decidí
que lo de ser adulta no iba conmigo y así me quedé."
Viajamos
en la novela hasta Bilbao, New York, Singapur,...; recorremos en
coche la autopista 64 con la encantadoras Teresa y Margaret, conocemos a Reinosa, Kayla, Fred, el vecino, aEttienne, Abid y Edu, a Jesse y Shayne y su cápsula del tiempo; tomamos
café con Marieta eIratxe,...; y nos topamos con la amistad, el amor, el humor, los
miedos, la superación, las risas, el olvido, la lucha, la soledad, el
abandono... La vida misma.
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