viernes, 4 de mayo de 2012

'Loca Novelife', de Elvira Rebollo



Comenzamos hoy con las publicaciones de las reseñas de la novela de Elvira Rebollo, Loca Novelife, publicada por la editorial Baile del Sol. Serán catorce las reseñas que irán apareciendo, a reseña por día, a partir de hoy. Abajo os dejo el listado con el resto de participantes y en donde iré enlazando las reseñas que vayan saliendo.

Es este el primer libro que leo de esta escritora. Elvira Rebollo es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad del País Vasco. Debido a su profesión ha vivido en diferentes países de Europa, Asia y América, y es la administradora, desde 2008, de un blog literario, Loca Novelife, que da título a su primera novela, publicada en 2011. Actualmente vive en Madrid impartiendo clases en la Universidad Carlos III.

Y, después de conocer un poco a la autora, vamos ya, si os parece, con la novela. Comenzamos con la sinopsis, por si algun@ de vosotr@s no la conoce o no la recuerda...

Eugenia Ramírez, bilbaína de 30 años, es profesora universitaria en un pequeño pueblo de las montañas de West Virginia. Sus deseos de convertirse en escritora la llevan a Nueva York para cursar un Máster en Creación Literaria. Allí conocerá aRicardo Reinosa, un reputado profesor, quien le aconsejará cómo convertir su vida en toda una novela. Loca Novelife, a pesar de tener una estructura fraccionada en relatos, forma un mosaico narrativo de argumento lineal. Una nueva y original manera de entender la novela.
Marshall University (West Virginia)
Esta novelita de apenas 142 es una lectura fácila, ágil, amena y un tanto desconcertante. No produce este desconcierto una trama particularmente compleja o intrigante, nada más lejos de la realidad,  sino el original modo de narrar, de contar, a mi modo de entender todo un acierto.

"(...) cuénteme cómo ha sobrevivido dos años, siendo profesora, en las montañas de la América profunda."

Se centra en la figura de Eugenia y los acontecimientos que han ido forjando su vida, su presente. Nuestras vidas no suelen ser lineales, continuamente hacemos flashbacks en nuestra memoria, y venimos marcados o, al menos, condicionados por circunstancias de nuestro pasado, no somos sino la suma de todos esos momentos. Somos cada uno de nosotros un rompecabezas cuyas piezas parecen a veces sobrar hasta que vamos colocándolas en su lugar formando un puzzle con sentido.

"Se me metió el alma en el bolsillo del pantalón cuando, a las dos de la madrugada, mi madre me abrió la puerta y me abrazó."

Y así va hilvanando Elvira la trama de su novela, como si fuese un libro de relatos, relatos con entidad propia pero que, al mismo tiempo y uno a uno, van configurando la vida de Eugenia, su personalidad, y que solo al final podremos entender en toda su plenitud y globalidad, como partes de un todo.


"- ¿No te pones la ropita?- le preguntó la mamá simpática de antes.

-  No, porque tengo que quedarme aquí, a la otra clase con las mayores, porque dice, dice, dice- a la tercera pudo arrancar- mi mamá que no es esclava, y que, y que...- cogió aire- y que no tiene tiempo para venir antes y que está harta, harta, harta."

El lenguaje, por otro lado, en sencillo, coloquial y aderezado con una buena dosis de sentido del humor... y alguna que otra lágrima. No hay nada tan atractivo, en mi opinión, como una persona que no se toma demasiado en serio y sabe reírse de sí misma. Y Eugenia es así, y vulnerable y tierna; es imposible no simpatizar e incluso llegar a empatizar con ella.

"Por un momento me desdoblé. Y me puse a observar desde la misma posición que la mujer. Y vi a un personajillo de metro y medio, con vaqueros, con coleta alta, gafas de pasta granate marca Snopy, y noSnoopy porque las compré en China, y con pendientes colgaderos del personaje rechoncho y pelirrojo Tarta de Fresa. Un día decidí que lo de ser adulta no iba conmigo y así me quedé."

Viajamos en la novela hasta Bilbao, New York, Singapur,...; recorremos en coche la autopista 64 con la encantadoras Teresa y Margaret, conocemos a Reinosa, Kayla, Fred, el vecino, aEttienne, Abid y Edu, a Jesse y Shayne y su cápsula del tiempo; tomamos café con Marieta eIratxe,...; y nos topamos con la amistad, el amor, el humor, los miedos, la superación, las risas, el olvido, la  lucha, la soledad, el abandono... La vida misma.

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