QUINTÍN ALONSO MÉNDEZ ESCRITOR
"Hay un grupo de autores que controla el sistema literario del Archipiélago"
D. RAMOS/EL DIA, S/C de Tenerife
Quintín Alonso Méndez (Bajamar, La Laguna; 1953) presentó recientemente su última obra, titulada "Primera novela de verano", una prolongación, dice, de lo que ya había publicado con anterioridad. "Hay un grupo de escritores que controla el sistema literario del Archipiélago", denuncia un autor para el que su producción, "fabricada" en el litoral lagunero, tiene una parte de función catártica: "Siento, a veces, un humor agrio y me doy cuenta de que llevo dos semanas sin escribir", señala.
¿Qué diferencia a "Primera novela de verano" de sus obras anteriores?
Más que por sus diferencias con otras publicaciones mías, "Primera novela de verano" se caracteriza por ser una prolongación de lo que ya había escrito anteriormente. Lo que sí se da en esta obra es una búsqueda de ese encuentro que se sabe que es imposible del autor con el personaje y del personaje con el autor.
Hay una presencia bastante diáfana del mar en su literatura. ¿Es el resultado de una vida en el litoral lagunero?
Sí. Nací en Bajamar y ahora estoy afincado allí. Yo creo que el isleño no podría vivir sin el mar, y, si tiene la suerte de residir en la costa, esta acaba atrapando. En mi literatura prácticamente todo está en esa zona de Bajamar-Punta del Hidalgo. Suelo recurrir al salitre, a esa luz que tiene la costa... Es un enclave que me sirve de inspiración. Estás en otro mundo en el que el tiempo avanza de una forma distinta.
¿Recurre a alguna otra fuente de inspiración aparte del mar?
Yo creo que todo viene de la soledad íntima. Además, los isleños tenemos dos tipos de miedos: el individual de cada uno y una especie de miedo ancestral, que es colectivo y está escondido. Escribo, entre otras razones, para escarbar ahí.
¿A qué se refiere? ¿Cómo es ese miedo ancestral?
Es un susto sobrenatural. Aquí hubo un arrebatamiento. Esto era un mundo muy primario y, de repente, cambió todo. El canario, de buenas a primeras, pasó a ser servidor de alguien. Yo creo que todavía lo notamos. Venimos con siglos de complejos.
¿Qué opina del nivel de creatividad actual de la literatura del Archipiélago?
Estoy viendo demasiadas influencias, pero no procedentes de escritores foráneos, sino de gente que, aunque no es escritora, empuja a que se acabe escribiendo sobre lo que ellos quieren.
¿Usted es de los que piensa que los autores canarios no tienen suficiente protagonismo?
Aquí hay un grupo de escritores que controla el sistema literario y solo "pasan" los que a ellos les interesa. A muchos grandes literatos los marginan. Hay presiones de esos escritores para que no se les publique a ciertas personas.
¿Cuáles son sus planes literarios actuales?
Mi plan literario es escribir, porque, si no lo hago, parece que me falta el aire. Ahora tengo un libro de cuentos que espero que salga después del verano, hay otra novela que está ahí para ser publicada, acabo de terminar otra, y sigo... Quiero meterme de nuevo en poesía.
¿Cuál es el fin último que busca con su obra? ¿Para qué escribe?
Siento, a veces, un humor agrio y me doy cuenta de que llevo dos semanas sin escribir. Cada vez tengo más claro que escribo para vivir la vida. Quizá vivo más vida dentro de las páginas que en mi propia vida.
¿Está satisfecho con lo que ha escrito hasta ahora?
No. Puedo estar satisfecho de algunas pinceladas. Yo siempre digo que mi obra predilecta jamás la crearé; son los renglones que se me quedan en el aire y que nunca serán escritos.
Usted se ha movido entre la poesía y la prosa. ¿En qué registro se siente más cómodo?
En la poesía. Cuando escribo en prosa se me va la mano y es más poética que narrativa.
¿Por qué a un grupo de lectores se les atraganta la poesía?
Yo creo que no sabemos leer. No tenemos cultura lectora. Al no saber leer, a lo más que llegamos es a oír. Leer poesía es como leerte a ti mismo.
¿Publicar en tiempos de crisis es "el más difícil todavía"?
Es muy difícil. Además, está todo copado por las élites. No existen ayudas y hay editoriales que tienen que trabajar como buenamente pueden. Sobre todo la distribución está muy mal.
¿Hacia dónde se podría decir que va su literatura?
No lo sé. Yo dejo que me lleve ella a mí. Y no lo digo por decirlo, sino porque es verdad.
¿Qué opina de los avances tecnológicos que han surgido relacionados con la lectura?
Siempre veo que este tipo de avances tienen un lado bueno y mil malos. Yo voy a tratar de seguir toda mi vida con el libro en las manos y el olor a papel. La gente joven va a las tabletas, a la lectura en ordenador..., por lo que estamos entrando en un mundo en el que la juventud no va a sentir el placer del papel o de escribir con un lápiz y hacerse una llaga. El futuro puede ser de vacíos, con cada vez menos sentimientos y menos búsqueda.
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