viernes, 20 de septiembre de 2019

Reseña de Bajo las ramas de los udalas de Chinelo Okparanta en Lieráfricas

Bajo las ramas de los udalas de Chinelo Okparanta, una novela que ha abierto conversaciones en Nigeria

Nunca son suficientes las narraciones sobre cualquier tema. Al contrario. Como las capas de la cebolla se superponen y complementan. Cada voz que es capaz de coger un objeto para la escritura y comenzar a contar, es un nuevo ofrecimiento a indagar, en lo quizás ya conocido, desde otros puntos de vista. Por eso, se evita caer en la etiqueta fácil. Para no atraer a quien le da pereza transitar otra vez por parecidos caminos. Para no ahuyentar a quien desconoce que debajo de ese rótulo puede hallar mucho más. Por ejemplo, abrir conversaciones.
La joven escritora Chinelo Okparanta vuelve a hurgar en la herida de lo que supuso la guerra civil nigeriana: conocida como la guerra de Biafra. Los lectores de Medio sol amarillode  El Hombre ha muerto o del último libro publicado de Chinua Achebe (There was a country), se sumergirán otra vez en medio de aquel conflicto cuyas secuelas todavía permanecen. Los habituales de literatura nigeriana se reencontrarán con un país que  identificarán en múltiples rasgos. Sabrán de los igbos, los yorubas, los efiks y los hausas. Y todos hallarán una nueva manera de narrar Nigeria.
También se recoge que se trata de una novela LGBTI. Diré. La culpa y el deber flotan de continuo por la trama. Y así se contaminan las relaciones amorosas de la protagonista, Ijeoma, cuya orientación sexual le lleva a elegir a mujeres y no a hombres que es lo que todos; familia, sociedad y país esperan de ella; “una mujer sin hombre no es una mujer en absoluto” es un mantra que se repite varias veces. Sin cargar demasiado el lado de la denuncia, pero mostrando la realidad y las consecuencias de dar el paso y amar a quien se desea de verdad cuando esas relaciones son “abominables” y luego ilegales, Okparanta abre la cortina para mostrar el aspecto más cruel de la homofobia en Nigeria (no hay menciones en el libro sobre si esta es consecuencia de la influencia occidental ya que en este sentido Okparanta mantiene una postura diferente: cree que es necesario un debate entre ellos, dejando al margen a Occidente).
La religión, en un país como Nigeria impregnado en ella, vuelve a aparecer con especial fuerza en Bajo las ramas de los udalas. Si añado que es una bildungsroman, se puede tener la tentación de compararla con La flor púrpura, no en vano la propia escritora señala a Adichie como uno de sus principales referentes literarios. Pero también se puede mencionar la reciente Florescencia de Kopano Mawtla. Las tres constituyen un singular coro de voces que giran  en torno al cristianismo. Tampoco es extraño que en los agradecimientos incluya a la escritora Marilynne Robinson, autora de Gilead entre otras obras, una de sus profesoras en el Taller de escritura de Iowa. Un cristianismo que Okparanta rescata de los extremos, para reflexionar y cuestionar desde el centro.
Bajo las ramas de los udalas es una creación de una escritora de adentros. La vida cotidiana cuando transcurre en medio de una guerra, un internado, una familia o un matrimonio. Huye de los lugares comunes, captando delicadas y sensuales escenas que evocan el amor sin más adjetivos. Nos traslada la frustración, el miedo y la muerte-en-vida cuando no es posible realizar la vida que uno desea. Salpica cuando la violencia sobrevuela el ámbito más íntimo. Ronda por las heridas profundas de la carencia de afecto y aceptación en la infancia. Conmueve con las relaciones entre madres e hijas, cosidas por expectativas y silencios, que llaman a la comprensión entre mujeres. Y acaba dibujando humanos caminos por los que respirar y vivir.
Pero estábamos enamoradas, o al menos a mí me parecía estarlo perdidamente. Ansiaba su presencia por el mero hecho de tenerla delante. No me cabía duda de que lo que existía entre nosotras, aquella relación íntima con alguien que me conocía mejor que nadie, era también amistad, una forma elevada de amistad. Puede que también fuera un encaprichamiento. Pero de lo que sí estaba segura era de que se trataba de amor. Quizá el amor era una mezcla de amistad y encaprichamiento. Un profundo afecto unido a una suerte de asombro reverencial. A la gratitud. Al deseo de pasar la vida junto a la otra persona. p.149
Bajo las ramas de los udalas (Under the Udala Trees, 2015). Chinelo Okparanta. Trad.: Iballa López Hernánde.  Editorial: Baile del Sol, 2019

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