miércoles, 9 de octubre de 2013

TRATADO DE ORNITOLOGÍA de Antonio Jiménez Paz


Tratado de ornitología
Antonio Jiménez Paz
Baile del Sol, 2013.
79 pp.
10 euros

Tratado de ornitología no es el último libro publicado de Antonio Jiménez Paz, es una reedición. De hecho en el prólogo que realiza su primer editor, Ernesto Suárez, ya nos advierte de que estamos ante una reedición del libro 20 años después, como los tres mosqueteros. Comento este hecho porque no nos encontramos ante el libro posterior a Casi todo es mío (2008, reeditado en el 2010), ya comentado en este blog, y a pesar de Zoo sin fauna (2010) que es una antología personal y que contiene algún poema de este Tratado de ornitología.

A veces cuando se aborda una reedición hay la tentación de modificar el verso. Creo que no es este el caso y que se ha mantenido el conjunto, versos e imágenes. Así pues nos encontramos ante un libro del autor de hace veinte años. Pero del mismo modo ya se vislumbran diversas características que lo enlazan con textos posteriores: un afán de abarcar con pocas palabras por eso el verso es sucinto y tiene siempre diversas lecturas. En este caso es muy visible el uso de la paradoja porque las distintas lecturas dan lugar a ideas aparentemente fuera de lo que consideramos habitual:

(p.32) “Había un pájaro
que no sabía dónde
aguardan los árboles
que nunca vuelan”

o en:

(p.36) “ en el pío-pío
de un pájaro inclinado
 al silencio”

o también en:

(p.61) “Pájaro sobre pájaro.
Así se construye un árbol.
Árbol sobre árbol.
Así se construye un nido”

Baste decir que su lenguaje, y, sobre todo, su uso, aparentemente cerrado, aparentemente dubitativo es sólo una excusa para buscar un lenguaje, un motivo para jugar con el lector. En este caso, y especialmente en este Tratado de ornitología, donde además se une la imagen, una imagen que aparentemente nada tiene que ver con el texto. Imágenes de cuerpos desnudos y de lucha mientras los textos hablan de pájaros.

En la contraportada José Ismael Gutiérrez habla del esencialismo de las palabras de Antonio Jiménez Paz, esencialismo en querer expresar mucho con poco, esencialismo que aborda la incertidumbre de la palabra y de su búsqueda. ¿Quizá no existe la palabra justa? ¿Quizá lo que no hay es una única forma de expresar una cosa sin quizá poder expresar la opuesta? ¿Qué propósito tiene el autor al incrementar esa incertidumbre no añadiendo títulos a sus poemas –exceptuando precisamente el último-?

Tratado de ornitología habla de pájaros. Los pájaros sugieren libertad, sugieren salir de lo habitual, aquí son también una excusa para hablar de otras cosas.
(p.19) “Hay pájaros que merecen versos.

Hay palabras
que en sus vuelos
no se deberían cruzar”

Y la imagen que sigue al texto es una invitación.
Y en esa excusa para hablar de otras cosas hay también un gesto de humor:

(p.25) “El sol no asoma
hasta que las aves
recién peinadas
se alinean sobre las ramas”

Y parece que también hay lugar para la crítica:

(p.29)”Algunos pájaros revolotean
golpeando un cuerpo tranquilo,
machucando el alfabeto
por un grito misericorde”

¿O es que acaso no hay personas, incluso escritores y poetas, que con sus palabras machucan el lenguaje?
Y frente a eso el autor no hace más que jugar una y otra vez con el lenguaje:

(p.35)” De tus mil y una noches
dame tres o cuatro para mis días”

Y del amor:

(p.35)“Podríamos jugar en serio,
podríamos hacerlo, mi amor,
de vez en cuando”

Al final uno acaba extrayendo pequeñas conclusiones vitales:

(p.42) “El cielo es un ensayo
 general”

Y el pájaro parece sólo tener una única certidumbre: su vuelo.

(p.53) “Ave migratoria,
te veo llegar y partir”

Hasta la renuncia:
(p.54) “Vuélame tú”

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