"El Ieud sin salida" / "No Exit". Edit. Baile del Sol, 2010. 116 y 150 páginas
3 agosto, 2012 por Alberto García-Teresa
Autor de una escritura muy personal, el rumano Ioan Es. Pop aparece por partida doble en el panorama poético en lengua castellana de la mano de Baile del Sol. De sus siete libros de poesía, la editorial tinerfeña publica el primero y el último de ellos, que guardan una gran relación.
Ambos libros recogen series de poemas cohesionados, en los que discurren personajes alcohólicos, nihilistas, alienados («desde el viernes hasta el lunes ya no tengo razones pa vivir»), como muy bien refleja el siguiente poema: «He contratado, tío, a dos de la habitación 34 / rezan por nosotros día y noche, seremos / perdonados seguramente, podemos / seguir bebiendo». A través de ellos, transmitiendo sus pensamientos y sus ilusiones de borrachera, el escritor muestra una realidad algo disparatada. Por eso aparece velada, tamizada, sin conexión con el mundo que se escapa a dichos personajes. Por ejemplo, ilustrativamente Pop expresa: «tiene treinta años de muerte / desde su nacimiento».
Desde esa base, recoge ambientes deprimentes, dominados por la apatía, la desesperanza («sé que mañana tampoco será mañana sino / también hoy y hoy y hoy eternamente»), la confusión y la desorientación («aquí / la vida se bebe y la muerte se olvida»). Además, la pesadumbre y la desolación le permite emplear el sarcasmo y el humor negro puntualmente. Precisamente, es en esos tonos más existenciales donde destaca el poeta.
A su vez, el escritor introduce algunas formas experimentales. Emplea con frecuencia los encabalgamientos, los versos inacabados, las palabras unidas o bien la transcripción fonética del habla vulgar. Con todo ello, utiliza un registro narrativo.
Por otra parte, resulta interesante cómo Ioan Es. Pop deja hablar a los objetos que rodean a un personaje o a un entorno, enunciando los poemas situando su voz como «yo poético».
En cuanto a las singularidades de cada uno de estos dos libros, El Ieud sin salida fue escrito durante unos pocos meses de 1983, aunque se publicó en 1994. De manera muy significativa, la población de Ieud que da nombre al poemario sirve de símbolo representativo de la filosofía que sostiene la obra de Pop: un espacio pequeño, desubicado, apartado del mundo («ninguna geografía ha logrado aún situarlo»), opresivo, que puede llevar a la angustia. 13 años más tarde se publica No Exit (2007), donde el autor continúa el registro del volumen anterior. De hecho, la obvia conexión a través del título también se reproduce al recuperar elementos de El Ieud sin salida hasta presentar algunas piezas que son continuaciones, o cuanto menos diálogos, con algunas de aquel primer libro.
Sin embargo, la escritura de Pop ha madurado y muestra un mayor vuelo lírico sin abandonar el registro narrativo. Su tono está menos aferrado a los personajes en los numerosos largos poemas fragmentados que constituyen esta obra, de mayor calidad, y también manifiesta mayor diversidad e, incluso, en varias ocasiones, menor gravedad. Con todo, los versos son más extensos y llega a emplear directamente el relato breve.
De esta manera, se construye una poética singular, coherente, que provoca una lectura que se torna dura precisamente por ese pesimismo abrumador que domina sus versos, que retratan la vida arrasada de unos personajes extenuados.
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