Las mejores intenciones, en literatura y otros ámbitos de la creación, suelen caer de bruces en la obviedad. No es el caso de estas Historias de este mundo de Matías Escalera Cordero; historias que sorprenden, en primer lugar, por presentar una batería casi infinita de recursos literarios: desde el diálogo teatral, pasando por el lenguaje publicitario, el ensayo o la crónica periodística y un largo etcétera, que muestran la maestría del autor madrileño en adaptar como un guante la forma al fondo de las historias que explica; y, por tanto, no sólo soslaya la obviedad sino que apunta a la inteligencia del lector, directamente a su capacidad de sorprenderse, para conseguir hacerle disfrutar. Esta maestría no es fruto de la casualidad, sino de una larga trayectoria y un esfuerzo literario constante por construir un edificio sólidamente asentado en la tradición del compromiso intelectual y social, pero bella e inteligentemente diseñado para hacerlo atractivo para el lector más exigente.
El fondo, en este caso, no es otro que el conocimiento de la realidad que nos rodea; una realidad que, a menudo, nos es velada por el exceso de información al que somos sometidos, -de informaciones interesadas, por supuesto- y que nos lleva no sólo hacia la desinformación sino más bien hacia la confusión, la desestabilización y la ansiedad; hasta el punto de mostrarnos únicamente el camino del individualismo, la indiferencia hacia los otros y la desmotivación para conseguir una sociedad más justa. Conocer la realidad e identificar los ejes del comportamiento humano, a nivel individual y social, es la base que alimentan estas narraciones.
Cómo no podía ser de otra manera, el posicionamiento del narrador es claro, -aunque no evidente, como comentaba al principio-, en la aproximación hacia los que más sufren, hacia los desfavorecidos que, por otra parte, se pueden encontrar en cualquier lugar de este mundo; es así como uno de los mensajes que subyacen en todos los relatos es que el dolor y el sufrimiento de los desheredados, de los desfavorecidos, de los tratados injustamente es común, global y comparable. Además, el compromiso no podía dejar de ser humanista, y en estas narraciones aparece el humanismo como ética y estética de la racionalidad social.
Historias de este mundo no es sólo un excelente libro de relatos, es sobre todo literatura en estado puro, literatura comprometida con su tiempo y con la tradición en la que se inserta. Por tanto, no estamos ante una literatura que funcione como válvula de escape de la realidad, sino como lenguaje que incluye la realidad gracias a la mejor de sus armas: la creatividad. Por tanto, podríamos decir, sin temor a la exageración, que Matías Escalera reconquista la realidad para el lector actual en estas Historias de este mundo.
Agustín Calvo Galán
http://proyectodesvelos.blogspot.com.es
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