En 200 palabras:
Historia narrada en primera persona por un personaje de veintitrés años con delirios de grandeza y todos los egos posibles (egocéntrico, egoísta, ególatra, egotista…-véase significado de la expresión “la inmortalidad del cangrejo”*) y al que cada cinco páginas te dan ganas de darle dos guantazos para que se dé cuenta de que las cosas no van mal solo porque el mundo vaya mal sino porque cada uno se labra también su suerte y no vale la actitud de “los que lo hacen mal son los demás, no yo”.
La historia consiste en que su mejor amigo desaparece el día en que iban a estrenar una de sus obras y no lo pueden hacer, para colmo, su pareja, debido a los atentados del 11 de septiembre, no puede tomar un avión y se pasan un tiempo sin verse (preocupación algo dudosa).
La estructura es curiosa, a modo de diario (aunque no lo es), nos relata casi día a día lo que acontece durante meses, ilustrando al lector con una noticia verídica que saliera en prensa el día que narra.
Aunque en ocasiones parece que algo no encaja, continuad leyendo, pues el mundo lo estamos viendo únicamente a través de sus ojos.
Lo que más: es una novela de intriga sin detectives, es el lector el que debe ir atando los cabos.
Lo que menos: las ganas de liarse a guantazos con el niñato protagonista.
*La inmortalidad del cangrejo: se utiliza para caracterizar a alguien que está fantaseando, por otro lado, se utiliza como paradigma del egocéntrico que no tiene conciencia de su inmortalidad pues se considera único.
Páginas: 183
Peso: 285
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